Imagen tomada de: DELFINES DEPREDADORES – Opinemos (wordpress.com)
Por: Hernán Riaño
Así ha transcurrido nuestra historia con los hijos de los hijos de los hijos gobernando nuestra Colombia, ya sea desde la primera magistratura o desde cualquier ministerio o puesto que define los destinos de la nación.
Los realizadores de cine y televisión no lo han pensado mucho en hacer películas y series televisivas con la atracción de los delfines. Los que tenemos ya una edad avanzada podemos recordar al famoso Flipper; un ejemplar de esta especie que demostraba una capacidad inusitada para resolver problemas. Los acuarios de las grandes capitales tienen como atracción principal shows de estos seres vivos.
En la edad media en la monarquía francesa no dudaron en calificar al heredero al trono con el apelativo de delfín (1). Esa costumbre, como si fuéramos de la realeza, fue asumida, por nuestra sociedad republicana, pero con ansias de ser monárquica, “maña” muy afianzada en nuestra “gente de bien”, y le empezaron a decir delfín a los hijos de quienes habían sido presidentes o de políticos o de periodistas con alguna influencia en la vida nacional. Recordemos que la clase dominante y los intelectuales colombianos querían o asumían ser franceses.
Es así como el delfín de Misael Pastrana fue Andresito; el de Lleras Restrepo, Germán Vargas Lleras; los de Eduardo Santos, Pachito, Juan Manuel y hasta Enriquito; los del periodista y descendiente de aristócratas criollos Andrés Samper, Ernesto, quien fuera uno de los presidentes más perseguidos del país, Daniel y su vástago Danielito Samper Ospina, que ni siquiera para humorista sirve, aunque él cree que sí; el del poeta Guillermo Valencia, aquel de “Los camellos”, su hijo Guillermo León, quien bombardeó campesinos, acción que motivó la creación de las FARC y su nieta Paloma, la del muro en el Cauca y tantas salidas racistas, clasistas y todo lo que hace es en contra del pueblo; el “senador más inteligente de Colombia”, Miguelito Uribe Turbay, nieto del expresidente que puso la corrupción en sus justas proporciones (2), Julio César Turbay Ayala, e hijo de la secuestrada y asesinada por el narcotráfico, Diana Turbay (3) y del condenado por desfalco del banco del Estado Miguel Uribe Londoño (4); el de Iván Duque Escobar, el que por su negligencia dejó que Armero se hundiera en el lodo y cuya madre está enredada en el saqueo de la SAE, Ivancito Duque Márquez, el último presidente protegido de Uribe, el peor de Colombia, según muchos, ganándole ese honorífico puesto a Andresito Pastrana; y así ha transcurrido nuestra historia con los hijos de los hijos de los hijos gobernando nuestra Colombia, ya sea desde la primera magistratura o desde cualquier ministerio o puesto que define los destinos de la nación.
Muchos de estos delfines, que a pesar de no ser de tan rancia estirpe sí han llegado a figurar en la vida política y social del país, como los hijos del inmolado Luis Carlos Galán, el trío de muchachos, que siempre han vivido del Estado, el mayorcito, Juan Manuel Galán, puso de presidente al neoliberal César Gaviria el día del entierro de su padre; Carlos Fernando Galán hoy alcalde de Bogotá quien pareciera el doble de uno de sus protectores, Enrique Peñalosa, que a su vez es el delfín de Enrique Peñalosa Camargo, el de uno de los primeros escándalos de corrupción y robo al campo colombiano, el de “Fadul y Peñalosa” (5), Enrique, quien se mostraba como PhD sin serlo y ni siquiera paso por el Magister, mintiéndole descaradamente al país y al mundo, llegó a la alcaldía de Bogotá dos veces y otras tantas por interpuesta persona como Claudia López y el actual burgomaestre de la capital.
Como podemos ver (y aquí nos podríamos quedar cuartillas enteras contando quien es hijo de quien y que cargo han ocupado), como si estuviéramos en cualquiera de las monarquías europeas, ese ha sido el derrotero del poder en Colombia, hasta este gobierno en que un presidente demócrata llegó al gobierno.
Pero lo más llamativo de la historia reciente, es que muchos de estos delfines, que no son “aristócratas” se aliaron con quienes han sido patrocinadores, socios o beneficiados del narcotráfico, que han sido acusados y otros condenados por matar a sus familiares. Lo mismo sucede con María Jimena Duzán, a la que el narcotráfico secuestró y mató a su hermana, la también periodista Silvia Duzán y hoy, María Jimena, ataca inmisericordemente a Gustavo Petro, que denunció al narcotráfico y paramilitarismo cuando fue congresista y hoy los combate, detiene y los pone a órdenes de la justicia, desde la presidencia.
Son muchos, los Galán, el hijo del exministro asesinado Rodrigo Lara Bonilla, que le costó la vida su vida por perseguir a los narcotraficantes (6), Rodrigo Lara Restrepo, quien siguió la política en las huestes de los partidos corruptos de Colombia, tan es así que, en el año 2.007, asumió la curul de Germán Vargas Lleras, quien se retiró para aspirar a la presidencia y que fundó Cambio Radical. Juan Manuel Galán con un cálculo milimétrico, en vez de permitir la elección democrática de otro candidato para reemplazar a su padre asesinado, decidió nombrar a quien se pudiera considerar un “aparecido” como candidato y nuevo presidente de Colombia, aprovechando, como cualquier hijo de Maquiavelo, el sentimiento de dolor de los colombianos e imponer el neoliberalismo en nuestro país.
Hoy vemos al acalde de Bogotá obedeciendo a Enrique Peñalosa, uno de los personajes más dañinos para nuestra Colombia, y cumpliendo todos sus planes en la capital, apoyando y dándole negocios a los constructores y patrocinadores de sus campañas, acabando árboles para que el Metro y el Transmilenio avancen con su paso depredador de la naturaleza y acabando con la vida.
Pero esta forma de dinastías no solo se ve en la política, también en la farándula, empresas, juntas de acción comunal, asociaciones de todo tipo y cualquier grupo social de nuestro país.
Con los anteriores hechos podemos notar el cómo estos delfines traicionan a sus familiares, sus luchas y se alinean del lado de sus verdugos, todos caracterizados corruptos o vinculados al narcotráfico o al paramilitarismo y siempre en contra del pueblo a los que sus papás, mamás o hermanos pretendieron defender. No sé qué motivó a estos seres para cambiar de bando y generalmente más fácil que lo que pareciera, para unirse sin recato ni escrúpulo a los corruptos, violentos y explotadores de los colombianos. Es una pregunta o reflexión que no se puede responder ni analizar.
Esta acción de los delfines de la realeza nunca será vista a los delfines reales de agua salada o dulce, porque ellos no tienen esos bajos instintos de depredación que los primeros tienen.
Las opiniones de los columnistas son de su exclusiva responsabilidad. Les invitamos a leer, comentar, compartir y a debatir con respeto.
Esta nota fue publicada originalmente en SoNoticias y compartida con la comunidad de La Conversa de Fin de Semana gracias a la generosidad del periodista Hernán Riaño
(1) https://historiaconminusculas.blogspot.com/2024/07/por-que-al-heredero-del-trono-frances.html
(2) https://www.elunicornio.co/turbay-ayala-y-la-corrupcion-en-sus-justas-proporciones/
(3) https://latamjournalismreview.org/es/news/colombia-30-anos-del-secuestro-y-asesinato-de-diana-turbay-la-periodista-que-callaron-los-extraditables/
(4) https://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-1281704
(5) https://elopinadero.com.co/19-de-abril-asesinaron-la-democracia-en-colombia/https://www.eltiempo.com/colombia/50-anos-del-19-de-abril-de-1970-485916https://www.elheraldo.co/columnas-de-opinion/nacho-vives-fadul-y-penalosa-400567https://www.pressreader.com/colombia/el-heraldo-colombia/20170908/281990377678214
(6) https://www.senalmemoria.co/piezas/lara-bonilla-cronica-magnicidio https://encolombia.com/educacion-cultura/historia-colombia/rodrigo-lara-bonilla/