LA VITRINA DE LA CONVERSA

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lunes, marzo 31, 2025

RTVC y la libertad de prensa

 

¿Quién empoderó a esa FLIP para determinar qué es o qué no es libertad de prensa y además censurar al único medio, el estatal, por decir la verdad y presentar un punto de vista diferente al de la prensa tradicional? 

Desde su aparición en el mundo, la prensa fue catalogada como el cuarto poder, es decir, que debería ser el contrapeso a los poderes conocidos en la democracia: el ejecutivo, el legislativo y el judicial, con el fin de que esos otros tres no se desbordaran y se convirtieran en un factor dictatorial en las democracias del mundo.

En cuanto a la noción de libertad de prensa, según Wikipedia, se tiene que, aunque muchos no le tienen confianza; la libertad para subir contenidos es: “La libertad de prensa o la libertad de los medios de comunicación es el principio de que la comunicación y la expresión a través de diversos medios, incluidos los medios impresos y electrónicos, especialmente los materiales publicados, deben considerarse un derecho que se ejerce libremente. Tal libertad implica la ausencia de interferencia del Estado. Esto implica la prohibición de la censura previa” (1). 

Siguiendo con el portal Concepto: “La libertad de prensa es el derecho de los periodistas y los medios de comunicación a informar, publicar y difundir noticias sin interferencias del gobierno u otros actores sociales. Es un derecho esencial para el ejercicio de la libertad de expresión, que busca garantizar que la ciudadanía pueda acceder a información veraz y diversa. La libertad de prensa no es un derecho absoluto y puede estar sujeta a limitaciones, especialmente en aquellos casos que implican proteger la seguridad nacional, el orden público o la privacidad de las personas. 

Hoy en día, la libertad de prensa enfrenta desafíos en todo el mundo. Aunque esté protegida por la ley, se ve afectada por presiones políticas y por la influencia de las grandes corporaciones económicas que buscan manipular la opinión pública y el consumo. En regímenes autoritarios, los periodistas enfrentan censura, amenazas y arrestos. Además, en cuanto al contexto mundial: “La libertad de prensa está protegida por normas internacionales, como la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948) y el Pacto Internacional sobre Derechos Civiles y Políticos (1966), que reconocen este derecho como un principio fundamental en todas las democracias.” (2).

En Colombia, la libertad de información está consagrada en el artículo 20 de la Constitución política de Colombia que afirma: “Artículo 20. Se garantiza a toda persona la libertad de expresar y difundir su pensamiento y opiniones, la de informar y recibir información veraz e imparcial, y la de fundar medios masivos de comunicación. Estos son libres y tienen responsabilidad social. Se garantiza el derecho a la rectificación en condiciones de equidad. No habrá censura” (3).

En nuestro país y como en la mayoría de muchos aspectos de la vida política y social de la nación, este derecho está determinado por los dueños de los medios, que son los grandes conglomerados económicos ultraderechistas, que se fueron apoderando de todos los medios de comunicación nacionales y regionales para defender sus intereses, tapar sus excesos, posibles delitos, negociados y corrupción. Resumiendo, cada grupo económico tiene un conglomerado de periódicos, revistas, emisoras de radio, canales de televisión, páginas web y redes sociales, aunque no en ese orden, en los que presentan “su” verdad, para que solo los favorezca a ellos y en detrimento de los intereses de los ciudadanos. En esto coinciden mucho con lo planteado por el portal web “Concepto”, cuando manifiesta que: “Aunque esté protegida por la ley, se ve afectada por presiones políticas y por la influencia de las grandes corporaciones económicas que buscan manipular la opinión pública y el consumo”. Pero el gran problema de nuestra república es que muchos de esos intereses que afectan a la veraz información, tienen que ver con actividades delictivas y con el narco-poder que se apoderó de nuestro país hace 30 años.  

En Colombia la única “libertad de prensa” que se conocía era la que ejercían los medios tradicionales como El Tiempo, El Siglo, La República, Caracol, RCN, etc. y los medios regionales, todos voceros de la derecha liberal–conservadora, nunca había habido otra visión de la realidad ni, mejor dicho, alguien que informara la verdad, salvo El Espectador que por mucho tiempo y de la mano de Don Guillermo Cano dio algunos visos de independencia y periodismo real; en estos tiempos y por pertenecer al Grupo Valorem (Santo domingo) cambió su rumbo yéndose para la derecha más recalcitrante de la mano de Fidel Cano hijo del asesinado director. Pero con el gobierno de Gustavo Petro, las redes sociales y la aparición de muchos medios autodenominados alternativos, se abrió la posibilidad de contar la verdad de la realidad colombiana.

En este contexto, en las últimas semanas hemos visto un feroz ataque de todos los medios, los empresarios y políticos de la ultraderecha contra RTVC, el sistema de medios públicos por su objetividad para informar todo lo que ocurre y que lo hace con las pruebas en la mano. Pero este ataque no solo se ha remitido al sistema sino también a su gerente Hollman Moris y los periodistas que lo acompañan en esta difícil misión de nadar contra la corriente informativa. A Morris lo siguen atacando por los hechos ocurridos en el pasado, a los cuales se expuso ante la sociedad y a la rama judicial, saliendo totalmente inocente y sin ningún cargo por los que lo acusó el complot del uribismo. A los demás, por su vestimenta, por su afinidad o gusto por determinada música, literatura o por la defensa de los genocidios o injusticias cometidos en todo el mundo, los han llamado “focas que aplauden” por presentar las realizaciones del gobierno del cambio tal y como son.

En el caso de Morris, no solo está la derecha sumida en este ataque, sino que se les ha unido, además desde el principio, un grupo de personas que se autodenominan feministas, las parlamentarias que con votos progresistas llegaron al Congreso para, una vez allí, traicionar a sus electores y al pueblo colombiano y otra muy “digna”, que sin fórmula de juicio y desconociendo las sentencias judiciales siguen empeñadas en esta agresión convirtiéndose en parlantes de la ultraderecha. Hay que ratificarlo, de una vez por todas ¡Hollman Morris salió inocente de todos los cargos!, después de un proceso muy meticuloso.   

Pero además del ataque de los comunicadores de los grandes emporios de medios, en la última semana llegó el de la Fundación para la libertad de prensa FLIP, una entidad privada que no es autoridad de nada, que entre sus fundadores tiene a Francisco Santos, exvicepresidente uribista y enemigo declarado de Petro. Es eso, una entidad privada, una fundación, que por arte de magia se convirtió de la noche a la mañana en un censor más. ¿Quién empoderó a esa FLIP para determinar qué es o qué no es libertad de prensa y además censurar al único medio, el estatal, por decir la verdad y presentar un punto de vista diferente al de la prensa tradicional? Además, lo hace como si fuera un juez pero que ataca a funcionarios y periodistas que no sean de su visión de la realidad. Como esta fundación podrían crearse muchas de diferentes corrientes políticas, porque esta pareciera ser de la ultraderecha. Ellos no son dueños absolutos de la verdad ni mucho menos y en estos episodios han violado el principio fundamental del periodismo que es el de contrastar la información. 

En carta a la junta directiva de la FLIP, Morris plantea lo siguiente:  “A propósito de un pronunciamiento de la Flip, reproducido por algunos medios de comunicación, me entero de que ustedes “han documentado” treinta casos de “censura y presión editorial” dentro del Sistema de Medios Públicos y que han conocido “decenas de publicaciones” que han investigado y documentado “reiteradas irregularidades en la administración de la entidad”, cubriendo, la primera afirmación, con el manto de la generalidad, el anonimato y el rumor, animados por ustedes; y constituyendo, la segunda, una aseveración temeraria, en la medida que ninguna autoridad competente ha constatado esas denuncias falaces.” (la negrilla es de origen) (4). Es de anotar que, en varias oportunidades, esta fundación privada ha querido callar al señor presidente por aclarar las mentiras y calumnias con las que lo atacan. En Colombia se garantiza el debido proceso, ¿ellos tienen patente de corzo para violarlo? A estos neo censores de la FLIP, se han unido otros como “La silla vacía” y “Colombia check” que con la excusa de luchas contra las fake news o noticias falsas, que hoy pululan por todas partes, quieren silenciar a muchos periodistas que se atreven a mostrar otras visiones de la realidad.

RTVC, en algo más de medio año y de la mano de Morris, ha logrado la independencia y veracidad de la información y con ellas el aumento de la aceptación de los sectores progresistas del país o de los que están cansados de la comunicación corporativa mentirosa. Se perdieron más o menos dos años por las presiones de estos grupos, que por un odio irracional al gerente no permitían que los ciudadanos tuviéramos un periodismo independiente y objetivo. Las preguntas obligadas que deben hacerse los malquerientes “progresistas” de Hollman y demás grupos ¿en tan corto tiempo quién hubiera logrado lo que Morris ha hecho? ¿O prefieren que el país no tenga una información independiente y veraz como debe ser, por hundirlo, por sacarlo de la escena periodística? Esa es la calidad humana de muchas de estas personas, que además ¡se dicen progresistas! Debemos defender la información de RTVC, a los periodistas que allí laboran, a su gerente, personal técnico, ya que, si permitimos que todos estos ataques fructifiquen sacando a Hollman Morris y su equipo de la escena noticiosa, será el primer paso para que la derecha vuelva al poder con las cruentas consecuencias que ellos traerían para todos los verdaderos demócratas colombianos. 

PD: AMENAZAS DE MUERTE CONTRA HOLLMAN MORRIS: En las últimas horas el gerente de los medios públicos Hollman Morris ha sido amenazado de muerte, un día después de que apareciera un editorial de El Espectador en contra de RTVC, sin contrastar la información y con acusaciones falsas, según Morris, por hechos ocurridos el jueves en una emisión de “El calentao” (5).


https://es.wikipedia.org/wiki/Libertad_de_prensa

https://concepto.de/libertad-de-prensa/

https://www.constitucioncolombia.com/titulo-2/capitulo-1/articulo-20

https://www.rtvc.gov.co/noticia/comunicado-rtvc-flip-gerente-hollman-morris

https://www.facebook.com/share/p/12KxQ7FjJmc/ https://www.facebook.com/share/v/18rapN8XGj/

Las opiniones de los columnistas son de su exclusiva responsabilidad.  Les invitamos a leer, comentar, compartir y a debatir con respeto.

lunes, enero 20, 2025

¿Las derechas unidas, jamás serán vencidas?

Por Hernán Riaño

La esperanza está en los jóvenes comprometidos que defienden causas justas, apoyan al gobierno y denuncian la corrupción. A pesar de carecer de recursos, se esfuerzan por difundir la verdad y están motivados por el amor a su país. Gracias a su labor, se ha revelado información que los medios corporativos intentan ocultar. 

El mundo ha conocido una consigna que gritan los manifestantes en contra de la derecha para reivindicar sus derechos: ¡El pueblo unido jamás será vencido! En nuestro país, la verdadera unión se ha visto en la ultraderecha mafiosa que quiere perpetuar sus privilegios en contra de los colombianos. Ellos que, dependiendo de la época, sus necesidades y sus intereses, se “pelean” unos con otros, luego se amistan, los que ayer fueron enemigos, hoy son inseparables. Recordemos episodios como la denuncia que le hizo Andrés Pastrana al periodista de Univisión, Jorge Ramos, cuando este le preguntó si Uribe era narcotraficante; Pastrana le contesta: “es que yo lo he denunciado…” (1), o cuando, en medio de un ataque de histeria, César Gaviria gritaba en televisión, refiriéndose a Uribe: “¡Uribe mentiroso, Uribe mentiroso, Uribe mentiroso!” (2), en el lanzamiento de la campaña de reelección presidencial de Santos; hoy los vemos cogidos de la mano atacando a Gustavo Petro desde todos los flancos y usando todas las armas innobles que siempre han utilizado. 

En el congreso era igual (¿Aún lo es?), los representantes y senadores “cazaban” peleas insulsas, se gritaban, y hasta se decían groserías en las sesiones o plenarias para embobar al pueblo y, luego, después del espectáculo, los veía uno en las páginas sociales de los periódicos, compartiendo unos “amarillos”, como los mejores amigos, como si nada hubiera pasado, en cualquier evento social de la alta aristocracia criolla. Se burlaban del pueblo en su cara. A todos ellos, los unen los intereses en los dineros del Estado para usarlos en su beneficio, dejando, de paso, en la miseria a los ciudadanos; así ha sido desde que Colombia se convirtió en una “democracia”.

Hoy vemos un fenómeno no antes visto en nuestro país, es la unión total de las derechas, porque todos son eso, para “recuperar” a nuestro país, según ellos dicen. Todos los sectores, gremios, grandes empresarios, con algunas contadas excepciones, partidos políticos de los llamados tradicionales y sus divisiones y hasta partidos o movimientos llamados de centro, de centro izquierda (¿?), ambientales, grupos delincuenciales de todo tipo, “guerrilleros” y otros muy dignos, se han unido en contra del primer gobierno democrático para no dejarlo actuar y con la consigna de que todo vuelva a ser como antes, o sea dominado por ellos, a partir del año 2.026. Que mescolanza de ideologías, diría uno, pero lo que se ve, decantando todas las arandelas, es que todos son lo mismo, unos siendo los del poder y otros sirviéndoles de “idiotas útiles” o de cómplices conscientes, para que la ultraderecha vuelva al gobierno, todos enemigos reales del pueblo y al servicio del uribismo.

Tienen unos grandes difusores de sus consignas, mentiras, calumnias y amenazas, que son sus medios de comunicación, los llamados tradicionales, que hoy más que nunca y vísperas de un año electoral, han agudizado los ataques con todo tipo de armas para desestabilizar y desacreditar a Gustavo Petro, quien en este momento es el blanco de casi todos los embates con los que a diario se ensaña esta, mal llamada; “prensa” colombiana. Lo que estamos viviendo nunca lo había visto el país, por lo menos tan descaradamente; ya no disimulan, no se ocultan bajo premisas engañosas, ya alzan la voz y muestran su derechismo y posibles delitos, abiertamente, sin pena, están demostrando que la verdad les importa “un comino” y que su indudable razón de existir es la defensa de los empresarios que los tienen en esos puestos comunicativos. Lo grave es que muchos de ellos salieron con peores instintos destructores que sus patrones, no les importa atacar a mujeres, niños, minorías y últimamente a las madres de las víctimas de los mal llamados falsos positivos, de desapariciones, de operaciones de “seguridad democrática, o de masacres, revictimizándolas sin ninguna consideración y por encima de cualquier sentido de humanidad. 

Unos y otros, se dedicaron a tapar, minimizar o desviar la atención de todos los actos de corrupción, desfalcos, robos y quién sabe qué otros delitos cometidos por gobiernos anteriores y que dejaron al país con unas deudas inmensas que le ha tocado afrontar al gobierno actual. Son tan cínicos que ahora resulta que la situación que encontró Petro es culpa de Petro. Tamaño despropósito que aún creen los estúpidos que aún los siguen a ojo cerrado. Presentan cualquier incoherencia seguros de que su audiencia de idiotas les cree y que como “loros” salen a repetir, orgullosos de su uribismo e ignorancia.

Están unidos férreamente, como un solo hombre para atacar al progresismo, para evitar que siga en el poder, para impedir que se siga conociendo todo lo que ellos han hecho para enriquecerse con el erario o con los negocios ilícitos a los que han estado acostumbrados por tantos años. Sí, descaradamente unidos, ya no disimulan, son una sola cosa, un solo interés, con un desprecio total por el ciudadano, que hace recordar las cortes de nobles europeas antes de la revolución francesa, cuando el pueblo era mantenido en la miseria absoluta, mientras los señores feudales eran dueños de todas las tierras y se quedaban con todas las riquezas. Lo más grave es que lo hacen sin argumentos, ni inteligencia, ni conocimiento, ellos actúan con violencia, solo por amor al poder y al dinero. Hoy no les importa la opinión de la ciudadanía, solo lo que ellos digan y quieran hacerle al país. Lo hacen porque están seguros que el pueblo no reaccionará, saben que los tienen amaestrados, domesticados, esclavizados, avasallados para que les diga que sí a todo lo que quieran. 

Es preocupante que, ante la gran cantidad de denuncias de corrupción y desfalco, los colombianos no actúen, no protesten, es como si todo lo que han hacho hubiera pasado en otro país, en otra dimensión o en otra galaxia, es como si no fuera con ellos, como si el dinero que se embolsillan no saliera de los impuestos que ellos pagan, no les importa quedarse sin salud, educación vivienda o cualquier otro derecho. No, no les afecta, quieren seguir viviendo así. Es muy alarmante lo que vemos a diario. Tampoco actúan, ni les exigen cuentas a congresistas, diputados, concejales y ediles por los que depositaron su voto y ya estando en los cuerpos legislativos, los traicionaron, les mintieron o los engañaron. Muchos de estos “padres de la patria o aspirantes a serlo, hacen todo lo contrario a lo que prometieron abiertamente, sin tapujos y ningún elector les dice “ni mu”. 

Mientras todo esto está sucediendo, muchos sectores de la izquierda o el progresismo no han resuelto aún el dilema si primero fue el huevo o la gallina. No actúan, se la pasan sentados en una cafetería, en las redes sociales, o en charlas eternas, viendo a ver en qué se equivocó Petro, qué incumplió, según ellos, para “darle duro”, porque se creen con la verdad revelada. Están seguros de ser los únicos que sí saben cómo se resuelven los problemas nacionales, pero solo hablan, no hacen nada y su activismo se reduce solo criticar, mientras que la ultraderecha está unida y actuando en contra de la democracia. 

La esperanza, repito lo escrito en otras columnas, está en los jóvenes que sí saben lo que quieren y conocen como hacerlo o por lo menos lo intentan, esos que apoyan al gobierno, que defienden a las madres de las víctimas, que denuncian la corrupción, los robos y los desfalcos, que, a pesar de no tener medios, se los inventan sin esperar nada a cambio, sin ponerle condiciones al gobierno, están comprometidos en difundir la verdad y solo por amor al país. A ellos les debemos mucho de lo que se ha sabido, la difusión de las noticias que tratan de tapar los medios corporativos y que cuando hay que salir a apoyar lo hacen conscientes de lo que le espera al país si regresa la barbarie, los asesinatos, los mal llamados falsos positivos, las desapariciones y todo lo que el país ha conocido, pero se resiste a aceptar.

https://www.facebook.com/share/v/15pRZxcjUQ/

https://youtu.be/9j6g0rdwhtQ?si=SB2p_eS3vmj1Nrzq

Las opiniones de los columnistas son de su exclusiva responsabilidad.  Les invitamos a leer, comentar, compartir y a debatir con respeto.

Esta nota fue publicada originalmente en SoNoticias y es compartida con la comunidad de La Conversa de Fin de Semana, gracias a la generosidad del periodista Hernán Riaño

jueves, enero 02, 2025

Un saboteo económico a toda marcha*

 

Por:  Consuelo Ahumada 

El atentado contra el manejo de las finanzas públicas es clarísimo, precisamente cuando se acerca el período electoral

*Teniendo en cuenta que, como consecuencia del sabotaje económico perpetrado por la oposición de derecha, a las propuestas económicas del gobierno nacional de Colombia, éste obligatoriamente tendrá que hacer importantes recortes presupuestales que afectarán intereses como los de las EPS y, ante la intensificación de la campaña de desinformación y manipulación ejecutada por la prensa tradicional colombiana; estimamos conveniente compartir con la comunidad de La Conversa de Fin de Semana, esta nota publicada originalmente en SoNoticias.

El año que está por terminar ha sido el más difícil para el gobierno del Cambio. Una oposición enardecida y apuntalada por sus poderosos voceros mediáticos no ha escatimado esfuerzo para destruirlo y difamarlo, tratando así de desmoralizar a las mayorías populares que lo eligieron.

Algunos sectores le siguen apostando a sacarlo de la presidencia a como dé lugar. Ya veremos qué pasará con el arranque en firme de Trump.

El frente económico ha sido especialmente duro. De hecho, la lucha por la apropiación y destinación de los recursos públicos es la disputa fundamental en todas sus reformas estratégicas. La vieja oligarquía y los neoliberales, dueños y señores de la tierra y de los negocios, se resisten a ceder parte de sus privilegios para permitir que se sienten las bases de la transformación social.  

Los economistas adocenados, algunos llenos de títulos, varios de ellos exministros/as, se pronuncian contra el caos, le auguran los peores desastres. Lo responsabilizan de todo y todo lo cuestionan. A falta de argumentos, vienen los adjetivos, los insultos.

Para nada importa que, de acuerdo con la revista The Economist a la que tanto invocan, Colombia fuera catalogada como la sexta mejor economía entre los 37 países de la OCDE en 2024.

Pero entremos en materia. Hace dos semanas, pocos días antes de finalizar las sesiones del Congreso, la estrategia financiera del gobierno recibió un durísimo golpe.

Las comisiones económicas de Senado y Cámara archivaron, sin siquiera discutirlo, su proyecto de ley de financiamiento. Meses antes, en un hecho insólito, el Congreso se había negado a la discusión y aprobación del Proyecto de Presupuesto Nacional (PPN) de 2025, presentado inicialmente por $523 billones de pesos.

Durante los últimos meses, la comisión interparlamentaria de crédito público se negó a sesionar para facilitarle al gobierno el manejo de la deuda.

Durante el período de gobierno, la Junta Directiva del Emisor se ha resistido a bajar las tasas de interés al mismo ritmo de la caída de la inflación, para propiciar la reactivación económica.

Ante la reciente decisión de las comisiones económicas del Congreso, el presidente señaló con precisión: “Pudiendo evitarlo, la oposición nos lleva al default, solo para ver si perdemos las elecciones del 2026. No les importa el bienestar de la gente”. Un golpe profundo a la economía nacional y al pueblo, agregó.

La imagen de la eufórica celebración de los congresistas responsables de su hundimiento parece sacada de la afamada película de Buñuel, “El discreto encanto de la burguesía”.

Miguel Uribe, senador y precandidato de la ultraderecha, nieto del tristemente célebre expresidente Turbay Ayala, admirador de Bukele y autor de la ponencia de archivo, expresó en medio del delirio: “Lo logramos, tumbamos la ley de financiamiento salvamos los bolsillos de los colombianos”.

Cuánto cinismo y falsedad. Como lo señala Planeación Nacional, el presupuesto presentado para 2025 refleja los compromisos del Plan de Desarrollo, construido por primera vez con amplia participación comunitaria y territorial.

El atentado contra el manejo de las finanzas públicas es clarísimo, precisamente se acerca el período electoral. Petro sabe que para darle continuidad a su proyecto político requiere los recursos para concretar las reformas. Pero hay una apuesta clara de la oposición por su fracaso y por el retorno de la ultraderecha.

La Corte Constitucional “descuartizó”, como señaló Petro, la reforma tributaria aprobada dos años atrás. Una reforma en contravía de las recetas neoliberales, ejemplo para todo el continente. “Le quitaron precisamente la progresividad que ordena la Constitución al quitarle 6 billones anuales en impuestos que debían pagar petroleras y carboneras”, señaló.

No puede haber duda, entonces, del saboteo institucional, del “golpe parlamentario”.  

La presentación simultánea del PGN y de una Ley de financiamiento también la hicieron los mandatarios anteriores. Pero como se trata de Petro, la consigna era bloquearlo.

El artículo 347 de la Constitución faculta al Gobierno a tramitar una ley de este tipo cuando los ingresos previstos no sean suficientes para atender los gastos mínimos que el Estado requiere para mejorar las condiciones de vida de la población.

Al mismo tiempo, le apunta a la sostenibilidad de las finanzas públicas, con la Regla fiscal. Una imposición neocolonial, a rajatabla y sin contemplaciones, del FMI, agreguemos.

Debido a las restricciones macroeconómicas y fiscales, resultantes de deudas heredadas de gobiernos anteriores, en especial el de Duque, debió presentarse una ley de financiamiento para garantizar las inversiones fundamentales.

Recordemos que el PGN contempla tres rubros: funcionamiento, deuda externa e inversión. Los dos primeros son bastante inflexibles, por lo que la inversión social es el rubro más afectado.

Se trataba de proveer recursos de inversión para 26 sectores estratégicos para las personas más pobres: economía popular y créditos asociados, mejoramiento de vivienda, acueductos, educación pública, desarrollo de energías renovables, subsidio a los servicios públicos, en particular las tarifas de energía.

Se contemplaba también la reactivación del sector agrario, exenciones del IVA al turismo en municipios de menos de 200,000 habitantes, la reducción de impuestos a los industriales. Todo con miras a la reactivación económica.  

Se proponía impuesto para grandes patrimonios, para el poderosísimo sector de las apuestas y juegos de azar.

Señaló el presidente: "Hundieron una ley de financiamiento que bajaba las tarifas al pueblo, que estimulaba las energías limpias. Traicionaron al empresariado que dicen defender. Maldito el parlamentario que, a través de las leyes, destruye la prosperidad de su propio pueblo". 

Por último, señaló: “La crisis presupuestal no la pagará el pueblo. El recorte no se hará de manera alguna sobre los programas centrales del gobierno. Quienes pensaban desfinanciar los programas centrales de la justicia social que ya ha sacado millones de personas de la pobreza y el hambre, fracasaron”.

PS: Cuando esto escribo, no se conoce todavía el incremento del salario mínimo. Por el bien de los trabajadores y trabajadoras y de la reactivación económica, debería acercarse al porcentaje planteado por las centrales obreras. El de México es un buen precedente.   

A mis fieles lectores y lectoras les deseo felices fiestas y que 2026 les traiga muchas satisfacciones, personales y colectivas.

lunes, diciembre 02, 2024

¡Petro, venga a limpiar la caca del perro!

Por: Hernán Riaño

El gobierno de Duque llevó a Colombia al borde de una crisis económica, evidenciada por su endeudamiento desmedido durante la pandemia. El expresidente otorgó miles de millones a grupos económicos amigos, EPS y fondos de pensiones, beneficiando a sus allegados y aprovechándose de la confianza de los ciudadanos.

Para nadie decente es un secreto la situación en que la ultraderecha de la mano del uribismo y del gobierno de su pupilo más reciente, Iván Duque, dejaron al país. Poco a poco hemos ido conociendo los robos, desfalcos, desvíos de dineros, incumplimientos, demoras y bloqueos en el manejo de los dineros de los colombianos, de las obras del país y de la solución a los problemas de la ciudadanía, que con el ascenso al poder de esta élite ultraderechista se agravó y nos dimos cuenta de que no tienen límites ni escrúpulos. Todos unos expertos en desaparecer y embolsillarse la plata que no es de ellos. Casos como Chambacú, Foncolpuertos, Ferrocarriles Nacionales, Reficar, Odebretch, el desangre continuado de los dineros destinados a la salud por las EPS, fondos de pensiones, endeudamientos nacionales y extranjeros, SAE, y obras públicas de todo nivel, solo para nombrar muy pocas, pero que muestran la radiografía de cómo han saqueado a Colombia.

Petro asciende al gobierno, opino yo, sin saber plenamente las situaciones que debía afrontar fruto de años de abuso del país por estos sectores de las derechas colombianas y en muchos casos multinacionales. Además, porque, en el empalme, el gobierno Duque se cuidó en ocultar muchos de estos hechos. Con el coraje que lo ha caracterizado empezó a enfrentar y solucionar los problemas que le dejaron, pero con el agravante que cada que incursionaban en un sector encontraban corrupción y desfalco. Todos los días, Colombia empezó a conocer la realidad de la situación que el gobierno democrático de Gustavo Petro debía solucionar por cuenta de las manos largas de los partidos y empresarios de la ultraderecha. 

Pero no solamente habían desfalcado al país, sino que ahora como “oposición inteligente”, como se autodenominaron, y como estrategia para que no se averiguara toda la verdad, ayudados por sus medios de comunicación, calumnian, mienten, inventan y hacen toda clase de malabares para tapar los hechos de robo y corrupción. Y esto último ayudados por el cada vez más pequeño ejército de estúpidos que los sigue ciegamente. 

Pero, además de esa sucia estrategia, y ante los resultados positivos de nuestro gobierno en solucionar todos los entuertos, se dedicaron primero, a abrogarse las soluciones de Petro como propias, como lo mostré en la columna anterior, y luego se dedicaron a presionar al mandatario para que solucionara “de una vez” los desafueros que por más de 200 años han dejado los corruptos que nos han gobernado. 

Se inventaron la matriz informativa, de que, con ellos, nuestro país era el de las mil maravillas, que éramos una nación sin problemas, que antes que Petro vivíamos en Europa o Japón que todo era abundancia y felicidad, que aquí no había pobres ni miserables, que ese era un invento de los mamertos. Y lo más grave es que los estúpidos uribistas pobres están convencidos de eso, que ellos son ricos a pesar de que les quitaron todo: la salud, la comida, la vivienda, todo; muchos de ellos viven con un salario mínimo y la gran mayoría sobrellevan su existencia del rebusque, situación a la que los llevaron esos padres de la patria. El relato mediático incluye que todos los problemas del país fueron causados por los que hasta ahora llegaban al gobierno y que ellos, las derechas, son la solución a esos problemas que ellos mismos crearon. 

La situación de Colombia es muy grave. Las andanzas del gobierno Duque nos dejó al borde de una catástrofe económica. Lo ha demostrado el señor presidente con los datos sobre el endeudamiento sin medida y a escondidas realizado por el más aventajado de los alumnos de Uribe por cuenta de la pandemia. Billones de pesos que entregó a grupos económicos y empresarios, a las EPS, a los fondos de pensiones a sus amigotes y allegados aprovechándose de la buena fe de los colombianos.

No les importa haber dejado a Colombia en una de las situaciones más delicadas de nuestra historia. Su cinismo es tal que presionan para que esos desafueros sean solucionados, como decíamos antes, en el término de la distancia.  Incumplido le dicen, porque él prometió tal o cual cosa y lleva ¡dos años! Y no ha solucionado. Si arregla un problema de un sector, sale un “vocero” de otro sector a gritar: ¿A ellos porque sí y a nosotros por qué no? O ¿A nosotros para cuándo? 

Es cierto, hay muchas regiones de Colombia con graves dificultades, que por años el Estado ha olvidado, que, si alguna vez llegaba, era con el ejército para reprimir a sus habitantes por cuenta de la “seguridad democrática” inventada por el “ex”, pero que esos problemas fueron causados por los politiqueros corruptos adscritos a los partidos de las derechas colombianas y sus empresarios cómplices. Estos mismos personajes utilizan a su antojo a sus seguidores y estos como borregos, a ojo cerrado y sin cuestionar nada van repitiendo lo que su líder les ordena, convirtiéndose en cajas de resonancia de un inventado inconformismo en contra del gobierno. Gritan que todo debe solucionarlo Petro personalmente, que ¿por qué no viene?, que, ¿por qué no hace?, que, ¿por qué no dice? Como si fuera un ser celestial o extraterrestre con todos los poderes del universo. Además, con un irrespeto y una grosería que dan grima.

¿Por qué nunca les exigieron las soluciones a los gobiernos causantes de la debacle del país? ¿Por qué guardaron silencio ante el politiquero de turno que les compró su voto? ¿Por qué no le piden cuentas a su alcalde, concejal, diputado, gobernador, elegidos con promesas que incumplió? Estas y muchos otros interrogantes deberán ser esclarecidos si queremos que Colombia del salto a la democracia.

Esas voces de exigencia de soluciones tienen que ver con el llamado caudillismo que ha imperado en nuestra patria. Desde el siglo XIX, los ciudadanos de la reciente república empezaron a crear o creer en líderes que parecían ser más mesías bíblicos que políticos. La gente esperaba que estos líderes llamados “caudillos” tuvieran la solución a todos sus problemas y solo esperaban que actuara como si tuviera una barita mágica. Pero no se involucraban, en la mayoría de los casos, ni en una organización popular que coadyuvara en imponer un poder del pueblo ni en buscar solución a sus inconvenientes. A lo largo del siglo pasado conocimos muchos de estos como el Tribuno del pueblo, Jorge Eliecer Gaitán o como el general Gustavo Rojas Pinilla, a quien le robaron las elecciones en 1.970 Misael Pastrana con Carlos Lleras Restrepo quien fuera el presidente en ese año. Los caudillos nunca pudieron llegar al gobierno y menos al poder. 

A la gran mayoría los mataron, esa es la razón para que Petro insista en una organización popular, en una constituyente del pueblo a todo nivel y en todos los sectores, porque es la única forma de que los colombianos nos involucremos en la problemática de la patria y nos capacitemos en Democracia para poder avanzar al desarrollo que por tanto años nos ha negado la ultraderecha colombiana. 

Las opiniones de los columnistas son de su exclusiva responsabilidad.  Les invitamos a leer, comentar, compartir y a debatir con respeto.

Esta columna fue publicada originalmente en SoNoticias y compartida con la comunidad de La Conversa de Fin de Semana, gracias a la generosidad del periodista Hernán Riaño.

lunes, noviembre 11, 2024

¿Cuándo tocaremos fondo?

 
Imagen tomada de: www.laopinion.co

Por: Hernán Riaño

La ultraderecha colombiana ha alcanzado sus metas con el respaldo de medios de comunicación y de uribistas de clase media y baja, cómplices de la corrupción y de la crisis generada por el Uribismo; que ahora se opone a las reformas de un gobierno que busca solucionar estos problemas.

Con la aparición de Gustavo Petro en la política colombiana, el país empezó a conocer a donde nos había llevado Álvaro Uribe Vélez desde que inició su carrera en la administración pública, desde la Aeronáutica Civil, cargo desde el cual dio licencias para pistas de aterrizaje que, su antecesor quien fuera asesinado, Fernando Uribe Senior, no había querido emitir por sospechas de que quienes las pedían podrían estar inmersos en negocios ilegales, pasando por la conformación de grupos paramilitares para quitarles las tierras a los campesinos y matar a muchos colombianos, hasta llegar a apoderarse del país, desfalcándolo por completo, en complicidad con políticos y empresarios de la ultraderecha colombiana. Pero lo que la nación ha sabido en estos años de gobierno del señor presidente Petro es algo que ningún colombiano tenía en su mente por la cantidad de hechos y las características de los mismos que hacen que pensemos que estamos viviendo en un realismo mágico inventado por el gran Gabriel García Márquez.

La ultraderecha colombiana tiene unas características que los identifica y los hace casi que únicos en el planeta, solamente comparables con la española, con la que tienen muchas afinidades, vínculos y similitudes y con alguna que otra que ha alcanzado el nivel de crueldad y capacidad inventiva para el mal. La primera característica que hemos conocido es su insaciabilidad. No se llenan con nada, todo lo quieren para ellos no les gusta dejarle nada a los demás. Desde los capos que desfalcan por billones (sí, ya no se conforman con millones como en antes, sino que ahora son por millones de millones), y sus súbditos, empleados públicos y oficiales, a quienes ellos mismos han nombrado en todas las entidades estatales y que les sirven de entrada para desfalcar esas mismas instituciones; piden coimas, se roban hasta el papel higiénico y los lápices, se quedan con las migajas que sus jefes les dan, en un matrimonio macabro para acabar con el país.

La segunda es su crueldad fuera de toda humanidad. No les interesa la vida de ningún colombiano sea niño(a), joven, mujer cabeza de hogar o cuidadora, campesinos, miembros de comunidades étnicas, viejos(as), nadie. Pasan por encima porque consideran que no somos seres humanos y que no merecemos vivir. Es por ello que se apoderaron de la salud; de los alimentos para estudiantes y de los pobres; en medio de la pandemia se apoderaron de mercados para personas muy vulnerables; hicieron negocios con las vacunas; subieron los servicios públicos a pesar de que muchos colombianos no tenían ni para comer; demandaron la reforma pensional; no quieren aprobar las otras reformas propuestas por el señor presidente y muchas otras cosas que no relatamos porque no acabaríamos “nunca”.  Por estos hechos muchos colombianos perdieron la vida o desintegraron sus familias. La crueldad también fue conocida por la forma de actuar de los ejércitos paramilitares y muchos que se autodenominaron guerrilleros, pero que, desde hace mucho tiempo, han dejado de representar las reivindicaciones de los colombianos, sumándose al ejército de ultraderechistas que le hacen el juego al “ex”. 

En esas actividades, los paramilitares, demostraron esa capacidad de crueldad con las famosas motosierras que no respetaron ni a los niños, con las granjas de cocodrilos, con los hornos crematorios o con los barriles de ácido, con masacres, asesinatos selectivos, secuestros, violaciones, desapariciones y desplazamientos forzados. Los autodenominados guerrilleros no se quedaron atrás, ya que hicieron, también, muchas de estas crueldades. Lo más grave es que el Estado, en cabeza del “ex”, utilizó sus fuerzas armadas tanto para cometer esas mismas atrocidades como para amparar y colaborar con los ejércitos irregulares. Tal es la capacidad de corrupción del señor expresidente que llevó a una gran cantidad de colombianos a que siguieran esas órdenes ciegamente. Obviamente, haber cumplido esas indicaciones no exime de culpa a nadie de llegar a esos extremos de barbarie.  

La otra es la deslealtad, sobre todo con los que les ayudaron a montar su imperio de violencia y “raponazo” del erario. Con lo ocurrido, se demuestra que, ellos solo le son leales a sus pares, o sea a los de la misma clase, ningún pobre o clase media, así les haya ayudado en todo tipo de negocios lícitos o ilícitos será aceptado por ellos. Los aguantan porque los necesitan y los usan para poder lograr alguna de sus metas, pero como a muchos, después los olvidan y hasta los traicionan, como en el caso de algún alcalde de Bogotá o más relevante aún, de los comandantes paramilitares como Mancuso y alias “Otoniel” a los que traicionaron y extraditaron después de que fueron el arma para el despojo de tierras de campesinos para ellos apropiárselas, como ya ha sido denunciado en los últimos meses. Como dice el adagio popular: “No les son leales ni a la mamá”.

Uno pensaría que esas tres características serían lo suficientemente claras para que un pueblo reaccionara para exigir transparencia, honestidad, honradez y que expulsara de cualquier vinculación de gobierno y de poder a todos estos personajes, pero como dice la ley de Murphy, repitiéndola y pensando que ya debe ser adoptada como parte de nuestra vida cotidiana: “Cualquier situación por difícil que parezca es susceptible de empeorarse”. Colombia no sale de su asombro por lo que, por “culpa de Petro, se conoce todos los días y no porque nos lo informen los grandes medios de comunicación.

En los últimos días nos hemos enterado, por una denuncia del mismo señor presidente, basado en una investigación de un periodista israelí y por confirmación de una agencia que investiga el lavado de activos, la compra de un virus espía para “chuzar” a los colombianos inconformes con la miseria que dejó el manejo que le dio a de la pandemia el gobierno Duque y el consiguiente estallido social, por 11 millones de dólares. Medios como la Revista Raya en alianza con RTVC y su Señal Investigativa han ilustrado a todos los colombianos de una intrincada maniobra de corrupción y manejos de dineros, supuestamente ilícitos, solo para espiarle la vida a los líderes de las protestas, políticos progresistas o de izquierda y al mismo Gustavo Petro, quien era el candidato del Pacto Histórico para esa época, con el fin de evitar su elección.

Poniéndole atención a todos los detalles de la maniobra y de los alcances de los políticos y policías involucrados en dicha compra, lo menos que puede hacer uno es aterrarse por los alcances a los que han llegado. Muchos columnistas (1) y líderes de los partidos de gobierno han contado muchos detalles conocidos de la negociación, pero lo que más llama la atención es el reconocimiento de la empresa vendedora del virus, NSO Group, de la realidad del negocio, que dejó sin piso a periodistas medios y políticos de la ultraderecha que se empecinaron en negar la compra y además de tratar de “loco” al señor presidente. 

Este episodio, y las subsiguientes investigaciones del periodismo independiente, dieron pie a que se averiguara y nos informaran de la compra de otros softwares y virus espías durante los gobiernos de derecha de los últimos 30 años, gastándose miles de millones de pesos y solo para investigar a los colombianos honestos que quieren una Colombia mejor de la que nos han dejado las élites del poder eterno en nuestro país. Han preferido gastarse grades cantidades de dólares para chuzar a los ciudadanos que resolver los problemas sociales a los que ellos, con su corrupción y decisiones nos han llevado. Esa es la calidad de quienes han ostentado el poder por tanto tiempo.

Demuestra todo lo sabido, una vez más, que ellos desprecian y odian a los colombianos, que cada vez nos hundimos más en un hoyo del que ellos no quieren que salgamos. Cuando pensamos que cada que se averigua un hecho de robo, desfalco o corrupción es el último que ya ahí paró, no, al otro día hay otra denuncia u otro descubrimiento más grave que el anterior convirtiéndose en un remolino del cual parece que nunca saldremos.

Pero todo esto no habría podido hacerlo la ultraderecha sin el apoyo y concurso de una prensa, unos comunicadores y unos uribistas, muchos de ellos pobres o clase media, igual o peor de corruptos que ellos. Esos medios corporativos y esos ciudadanos han sido la base para que Uribe y sus socios hubieran podido llegar a tanto. Son sus cómplices y en muchos casos sus socios en todos sus oscuros negocios y atrocidades que han acabado con nuestro país. Y hoy están en contra de un gobierno que nos quiere sacar de ese nefasto fondo al que, al parecer, aún no llegamos.    

Las opiniones de los columnistas son de su exclusiva responsabilidad.  Les invitamos a leer, comentar, compartir y a debatir con respeto.

Esta nota fue publicada originalmente en SoNoticias y es compartida con la comunidad de La Conversa de Fin de Semana gracias a la generosidad del periodista Hernán Riaño.

(1) https://sonoticias0.wordpress.com/2024/10/29/un-pegaso-que-alzo-vuelo-en-tel-aviv-y-arribo-a-los-hangares-de-la-policia-nacional-de-colombia/?fbclid=IwY2xjawGNrgFleHRuA2FlbQIxMQABHbZfgmFrVIKmBon9BKQpCDe5OQvYCFlo9V3ud8m6xFL3WLHeLi6WBuKNGg_aem_ACxShbGoBimh_RLFJWMc8Q 


martes, octubre 08, 2024

NO AL GOLPE DE ESTADO EN COLOMBIA

 

Por: La Conversa de Fin de Semana

Tal y como se había venido denunciando desde este espacio; los agentes de la Derecha Colombiana, infiltrados como magistrados en las Altas Cortes (Corte suprema, Corte Constitucional, Consejo de Estado), la Procuraduría General y el Consejo Nacional Electoral (CNE) han dado un grave golpe a la institucionalidad colombiana. 

La extralimitación de funciones del CNE al atreverse a iniciar investigación contra el presidente de la república, sin tener competencia para ello; es otro paso hacia la concreción del Golpe Blando advertido por el presidente Gustavo Petro. 

Los magistrados al servicio de la Ultraderecha colombiana acentúan el uso del Lawfare para avanzar en el desprestigio del presidente de Colombia y así justificar un probable juicio de indignidad en el Congreso de la República de Colombia, en un ambiente de manipulación informativa orquestado por la mal llamada Gran Prensa de propiedad de los grandes Gremios de la producción, declarados abiertamente en oposición al actual gobierno de Colombia, que buscan afanosamente deslegitimar el voto mayoritario de los colombianos. 

Ante esta grave situación de atentado en contra de la Democracia operado por el Uribismo infiltrado en las altas cortes y otras entidades de control; desde este espacio rechazamos esta intentona golpista e invitamos a los colombianos decentes, que somos mayoría, a defender nuestro mandato popular de que el señor Gustavo Petro Urrego sea el presidente de Colombia durante todo el periodo constitucional. 

#NoAlGolpeDeEstado


Pegasus

Por: Hernán Riaño

Hasta hace muy poco en nuestro país, la mayoría de los colombianos no sabíamos que era Pegasus (además de ser una figura mitológica griega de un caballo alado). El señor presidente de la república, en una alocución presidencial, en medio de un paro patronal camionero, dio a conocer la noticia de la compra, por no darle otro calificativo, que hicieron subrepticiamente y, según parece, con dineros decomisados al narcotráfico, en el gobierno Duque para espiar a periodistas, líderes sociales, políticos de izquierda y jóvenes en medio del llamado estallido social.

En los siguientes días, los posibles implicados, apoyados por sus medios de comunicación, se dieron a la tarea de “desmentir”, disimular, tapar y desviar la atención de esta compra realizada al gobierno israelí por un valor de 11 millones de dólares pagados en dos contados en efectivo que trasladaron hasta Tel Aviv, capital del estado judío, en un avión privado. 

No se trata de la adquisición de un bien trivial, sino de la compra de un virus para espiar. Por ello, toda la información relacionada con este asunto debería ser accesible a los gobiernos involucrados y a la ciudadanía. ¿A qué se debe el temor a que se conozca la verdad? ¿Por qué se insiste en mantener todo en secreto?

Es necesario aclarar que la denuncia de Gustavo Petro se basó en un documento oficial de la plataforma antilavado de activos Grupo Egmont, una asociación de 140 países en el que se comparte información de movimiento de dineros de dudosa procedencia. El presidente leyó un documento oficial, en el que decía que el banco en el que depositaron el dinero alertó al gobierno israelí y este, mediante un vocero oficial, autorizó la transacción.

¿Pero qué es Pegasus? Es un virus informático capaz de infiltrarse en cualquier dispositivo electrónico y manipularlo al antojo de quien hace la infección, para saber con quién se comunica, qué dice, en dónde se encuentra y, en fin, hacer todo un espionaje de la persona a la que se dirigió el ataque. Han informado que, como no es un software, no hay un sitio específico de trabajo, como una bodega, una empresa o algo similar, sino que, desde un celular, una tableta o un computador se puede dirigir la infección.

A partir de la denuncia del señor presidente, empezaron a aparecer más informaciones sobre este hecho y sobre otras aplicaciones posiblemente adquiridas por los gobiernos de derecha y en especial por el gobierno Duque. Por ejemplo, la denuncia del especialista en seguridad  cibernética Marcel Ramírez, entrevistado por Hollman Morris para RTVC en el que explica específicamente qué es Pegasus con lujo de detalles; además implica a Hasan Nassar, secretario de información de Iván Duque, en la adquisición por casi de un millón de dólares de otro software espía, denuncia la compra del virus denominado Phoenix por 4.300 millones de pesos, que entre otras cosas y en palabras del especialista, no sirvió para nada (1), o sea, esa platica de los colombianos se perdió. La compra de esos virus se dio en medio del conocido estallido social con la finalidad de espiar a los jóvenes, líderes sociales y políticos. Tenían, asimismo, una lista de mas de 100 personas sujetas de seguimientos e infección de sus dispositivos electrónicos.

Otro episodio sobre este virus es el asesinato de ingeniero judío Yariv Bokor en Medellín, aparentemente vinculado a Pegasus y la desaparición de su computador portátil en el que supuestamente tendría información valiosa sobre ese software y quién lo estaría manipulando en este momento (2), que serían personas ajenas al gobierno nacional o cualquier organismo de seguridad del estado.

En medio de este mar de informaciones, conocidas a raíz de la denuncia presidencial (3), que hizo con información oficial del gobierno israelí y denunciado por un periodista de esa nacionalidad (4) y confirmado por la UIAF (5), Colombia fue aislada temporalmente porque el señor presidente hizo esa denuncia abrogándose ese derecho por ser el primer mandatario y porque es un tema de seguridad nacional (6). El Grupo Egmont, plataforma de información de lavado de activos, toma esta decisión, no sabemos con base en qué, pero dicen: “no cumplió con los estándares para que se garantizara la independencia de la Unidad de Inteligencia Financiera de cualquier otra entidad, en este caso la propia Presidencia de Colombia”, según informa Vanguardia que afirma tener el comunicado oficial del grupo (7). Dice el mismo medio que: “La suspensión aplica para el canal cerrado del grupo Egmont, que es el mecanismo por el cual todos los países comparten información clave en la lucha contra delitos que involucren transacciones financieras y lavado de activos”. 

Obviamente todos los medios y políticos de las derechas se han regodeado con la decisión de este grupo cerrado para tratar de desacreditar al gobierno Petro haciendo profecías apocalípticas sobre el lavado de activos y el narcotráfico para Colombia. 

El argumento esgrimido por el Grupo Egmont, informado por el medio de la referencia, es muy etéreo y no da luces del porqué de la suspensión, pero sí deja muchas dudas sobre el actuar tanto del gobierno israelí, como del mismo grupo.

Algunos de los interrogantes:

 ¿Por qué el gobierno israelí hace este tipo de negocios “secretos”?

¿Por qué acepta dineros de lavado de activos?

¿Por qué no hay contrato? 

¿Por qué no hay recibos de pago?

¿Qué tipo de ética tiene este gobierno?

¿Ellos, Israel, acceden y también controlan la información del gobierno adquiriente?

¿Qué papel juega la Mosad, grupo de investigación secreta de ese gobierno?

¿Por qué el Grupo Egmont de lavado de activos sanciona a la UIAF?, según ellos porque el gobierno ¿violó la confidencialidad e independencia de la UIAF? 

¿A qué confidencialidad e independencia se refieren? 

¿Para quién trabajan? 

Si el gobierno nacional ve afectada su seguridad nacional, ¿eso es secundario?

¿A quiénes defiende el Grupo Egmont?

Si es un problema de seguridad nacional ¿Petro estaría obligado a quedarse callado, porque el Grupo Egmont lo obliga?

¿Por qué quieren que todo sea secreto?

¿No es mejor y transparente exponer ante el mundo a los lavadores de dólares?

¿Para el Grupo Egmont, ¿la seguridad Nacional de un país es baladí?

Recordemos que esta no es una compra de algún bien sin importancia, es la adquisición de un virus para espiar y toda la información referente a ese negocio debiera ser abierta a los gobiernos involucrados y que si un mandatario, en este caso el de Colombia, lo considere conveniente, lo informe a sus ciudadanos. O ¿por qué le tienen miedo a que se sepa la verdad? ¿Por qué todo debe ser a la escondida? 

El lavado de activos va de la mano de todos los negocios ilícitos que producen dineros oscuros y, en este momento, el conocimiento de esas actuaciones es un aspecto de mayor importancia para la estabilidad de todos los gobiernos del mundo. En mi opinión debe ser abierta, sin secretos para erradicar de una vez por todas esas actividades y conocer a sus participantes. ¿El secreto a quién beneficia?

Esta nota fue publicada originalmente en SoNoticias y es compartida con la comunidad de La Conversa de Fin de Semana gracias a la generosidad del periodista Hernán Riaño.

(1) https://www.facebook.com/share/p/6ScfXnav5xxfuR4Y/ https://www.youtube.com/watch?v=MzIgCzucLYQ https://www.youtube.com/watch?v=oAX23U4fnbM

(2) https://www.facebook.com/share/p/Xmss7yetY2AypHnR/

(3) https://canal1.com.co/noticias/nacional/petro-denuncia-compra-de-software-israeli-durante-el-gobierno-duque-para-espiar-telefonos/

(4) https://canal1.com.co/noticias/nacional/petro-denuncia-compra-pegasus-denuncia-periodista-gur-megiddo/

(5) https://www.rtvcnoticias.com/uiaf-confirma-adquisicion-pegasus-gobierno-duque

(6) https://canal1.com.co/noticias/nacional/petro-denuncia-compra-pegasus-presidente-puede-revelar-informacion-reservada/

(7) https://www.vanguardia.com/colombia/2024/09/23/es-oficial-colombia-fue-suspendida-por-el-grupo-egmont-tras-filtracion-de-petro-sobre-pegasus/

Las opiniones de los columnistas son de su exclusiva responsabilidad.  Les invitamos a leer, comentar, compartir y a debatir con respeto.

jueves, julio 04, 2024

La ultraderecha patalea

 Por: Hernán Riaño.

Esa es la ultraderecha que patalea, se niega a desaparecer usando todas las armas para evitar que eso ocurra. Utilizan los sistemas judiciales para encarcelar y a los medios de comunicación para desacreditar a quienes quieran un sistema democrático. Hoy pretende un resurgimiento de su forma de explotación y subyugación del ser humano acabando con las libertades y sumiendo a los pueblos en la pobreza eterna. 

En Colombia y el mundo, las derechas se resisten a permitir el salto al desarrollo y en los países que se ha alcanzado, quieren volver a un pasado feudal que tanto daño le ha hecho al mundo y sus habitantes, especialmente los más pobres.

Lo vimos en las elecciones del parlamento europeo con el avance de los pensamientos más retrógrados, alimentados por los discursos de odio contra unos seres humanos inmigrantes empobrecidos por esos mismos países por siglos de esclavitud de continentes como África y América, en los que el saqueo y el despojo fue la característica de sus colonialismos. Hoy, ante la falta de oportunidades y el empobrecimiento de las regiones de donde lograron la riqueza de la que hoy gozan, quieren ocultar la tragedia humana del ingreso de ellos a Europa, en donde quieren lograr mejores condiciones de vida y poder enviarles dinero a los seres queridos que dejaron atrás por encontrar una oportunidad de trabajo más o menos digno. 

En esa odisea de llegar al continente europeo la gran mayoría ha perdido la vida atravesando los mares, en muchos casos siendo asesinados por las autoridades que hunden las embarcaciones en las que hacen el intento y que los chacales les cobran un dineral sin ninguna garantía de vida.

Los latinoamericanos viajan en avión, sin visa, solo con su pasaporte y, a los que no deportan, quedan en estado de ilegales siendo víctimas de todos los abusos y vejámenes para evitar ser denunciados y posteriormente deportados. 

Lo mismo ocurre con los Estados Unidos, donde se pregona dizque la democracia más perfecta del mundo. Quienes hoy dominan el país del norte, en su momento fueron inmigrantes y asesinos de los nativos americanos, acabando pueblos enteros, violando sus mujeres y matando niños y ancianos. De esos pueblos solo quedan algunos, relegados a unas reservaciones de muy pocas tribus originarias.

Hoy vemos el resurgir de una extrema derecha en la que pretenden elegir a un candidato de esa corriente política condenado por varios delitos, de 79 años, y su contrincante el actual presidente de 81, demostrando no solo la falta de líderes sino la decadencia de su sistema político – económico.  

Este país también ha forjado su riqueza con el colonialismo explotador y saqueador de los recursos naturales de las naciones mal llamadas subdesarrolladas, de México hacia el polo sur.  Obviamente esa dominación no hubiera podido ser posible de no ser por el concurso y complicidad de las clases dominantes de estos países que se han conformado con las migajas que les han quedado después del

arrasamiento de los recursos naturales, de lo que se conoce como el “patio trasero” de los Estados Unidos.

Esa es la ultraderecha que patalea, se niega a desaparecer usando todas las armas para evitar que eso ocurra. Con la ayuda de sus cómplices en cada nación, intentan parar y acabar cualquier asomo de democracia real que los pueblos quieran imponer. Matan y desaparecen todo tipo de personas que se opongan, acaban partidos políticos, utilizan los sistemas judiciales para encarcelar y a los medios de comunicación para desacreditar a quienes quieran un sistema democrático y cuando ya esto no es posible llegan a los fraudes electorales o a los golpes de Estado, para perpetuar su saqueo y dominación. Hoy pretende un resurgimiento de su forma de explotación y subyugación del ser humano acabando con las libertades y sumiendo a los pueblos en la pobreza eterna. De llegar a concretar esos planes el mundo retrocedería muchos años en riqueza y respeto por el ser humano, como sucedió en Colombia con el gobierno de Alvaro Uribe y sus dos sucesores.

En otras columnas hemos descrito las características de las llamadas burguesías o aristocracias que más parecen señores feudales con todas las mañas de ese régimen atrasado y caduco. 

En varios países de la llamada américa latina hemos sufrido golpes de Estado y fraudes electorales que han garantizado la perpetuidad del feudalismo colonial promovido por Estados Unidos. 

El intento de golpe en Bolivia deja muchas enseñanzas. Un hecho ocurrido en muy pocas horas en las que un general, caracterizado por su posición extremo derechista y golpista se dedicó a amenazar durante varias semanas, con defenestrar al presidente democráticamente elegido hasta llegar a concretar esas amenazas. El señor Arce se le enfrentó en un hecho no visto antes al enfrentarse cara a cara con el general. Lo más destacable fue la reacción del pueblo boliviano (1), que salió masivamente a defender la democracia; el ejército golpista no pudo evitar, a pesar de sus esfuerzos, que los ciudadanos los hicieran retroceder hasta llegar y llenar a la plaza donde se encuentra la sede del gobierno. 

Pero ¿quién dijo miedo? En el fervor del golpe varios líderes de la extrema derecha del mundo ya estaban festejando la caída del gobierno elegido democráticamente. En Colombia quien celebró y felicitó a los golpistas fue la senadora del centro democrático María Fernanda Cabal, y fue más allá, dijo que había que tumbar a todos los gobiernos del Foro de Río (2). 

A las pocas horas el general Zúñiga dijo o mandó a decir que el presidente lo había “contratado” para hacer lo que hizo (¿?) Este hecho no merece gran análisis, porque fue el pueblo, solo los ciudadanos quienes impidieron el golpe, solo ellos.  

Lo que sí analizaré fue la reacción a esa “noticia” que hicieron los medios de comunicación de la ultraderecha colombiana, minimizando la participación popular, muchos “noticieros” de la mañana, especialmente, se pegaron de esta información y le dedicaron horas a minimizar al pueblo de Bolivia.

Muchos se preguntarán el porqué de esta “dedicación” de los medios de derecha colombianos en minimizar la participación ciudadana boliviana para evitar el golpe, otros les darán el beneplácito a esas noticias y hablarán mal del señor Arce, con calificativos des obligantes y llegarán a decir que es cómplice de quien sabe quién, pero siempre desconociendo el papel protagónico del pueblo (3).

Pero ¿qué se esconde detrás de esa actitud mediática?  

El señor presidente Gustavo Petro, desde que asumió el gobierno ha hecho llamados al constituyente primario, que como él lo ha dicho, no es nadie más que el pueblo, para que defienda las reformas impulsadas por el mandatario. Les da pánico que los colombianos sigan el ejemplo de los bolivianos, que tengan una participación activa y definitoria en alcanzar unas reformas que los beneficie. Lo que quedó demostrado con lo ocurrido tanto en el episodio del hermano país, como con las marchas y manifestaciones de los colombianos es que al pueblo sí le tienen pavor, por ello la insistencia en minimizar lo ocurrido la pasada semana. 

Gustavo Petro ha sido insistente en decirle a los colombianos, ustedes son el poder, no se lo dejen quitar, como siempre ha ocurrido, de una casta de parásitos extremo-derechistas, saqueadores del erario, asesinos, ladrones causantes de falsos positivos y desapariciones. Cuando seamos conscientes de ese poder que tenemos para cambiar nuestros destinos y declararles la caducidad a esas derechas, nuestro país dará el salto al capitalismo humano y al modernismo que tanto necesitamos. Son esas clases sociales, llamadas privilegiadas las que siempre han impedido el desarrollo de nuestro país y la paz entre los colombianos. Primero porque viven de la explotación feudal del ser humano y del enriquecedor negocio de la guerra, no les conviene un ambiente de hermandad y de colaboración.  

Pero como siempre nos ha sucedido, esa casta se sostiene de una manada de estúpidos que les acolitan todo y los mantiene en el poder para que nos sigan metiendo la mano al bolsillo y no nos permitan un futuro. ¿Hasta cuándo, uribistas de estratos 1, 2 y 3? 


(1) https://www.facebook.com/share/v/VwwFXYPYHUJGoCJx/ https://www.facebook.com/share/p/JiVHNonn7bHhqniq/https://www.facebook.com/share/p/7U87jGcFTwBzXRrW/

(2) https://x.com/DonIzquierdo_/status/1806065090958967052

(3) https://sonoticias0.wordpress.com/2024/06/27/para-caracol-radio-solo-se-trato-de-un-autogolpe-publicitario/

Nota publicada originalmente en SoNoticias y compartida con la comunidad de La Conversa de Fin de Semana, gracias a la generosidad de su director, el periodista Hernán Riaño

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jueves, enero 11, 2024

No es una película de terror, está sucediendo en vivo y en directo*

 

Por: Hernán Riaño

Por eso; es que lo quieren matar, derrocar y, en últimas, evitar que termine el periodo presidencial o que otro presidente, en el 2.026, de la misma línea, pueda seguir destapando tanto hecho de corrupción, robo y asesinato que ha ocurrido en Colombia.

En año y medio de gobierno se han sabido tantas cosas sobre el actuar de los grupos de poder, económicos, paramilitares, grupos delincuenciales y especialmente de lo que fueron los gobiernos de Álvaro Uribe Vélez y sus sucesores, que le da a uno escalofríos con solo detenerse a analizar cualquiera de las denuncias y noticias (nunca conocidos por los medios tradicionales) producidas en este corto lapso de tiempo.

Muchos de estos hechos ya los había denunciado el mismo Gustavo Petro, cuando fue parlamentario, al igual que otros como Iván Cepeda, Wilson Arias, María José Pizarro y unos pocos parlamentarios consecuentes en ejercicio o que ya no están en el Congreso, que han entendido su responsabilidad con el país, sin detenerse en nimiedades ni intereses particulares. En este mismo sentido se debe resaltar lo hecho por Daniel Mendoza y su serie “Matarife” en la que, sin restarle los méritos de su trabajo ni mucho menos, ordenó cronológicamente la vida y obra de personajes como Uribe, Federico Gutiérrez y muchos otros, basado en informaciones (en la mayoría de los casos de medios de comunicación del poder), de hechos que oscurecieron el panorama del país a tal punto de rebajarlo a un narcoestado, como muchos lo calificaron.  A pesar de que, como dije, estos acontecimientos eran de público conocimiento, a los colombianos pareciera que los miraban como si estuvieran ocurriendo en otro país, o como si fuera una telenovela de las que escribe Gustavo Bolívar.

Hoy, ante los descubrimientos de hechos más graves que todos los días se conocen y por el actuar cada vez más oscuro, cínico y descarado de los que tienen el poder en Colombia, esa modorra de la mayoría de los colombianos espanta más que los hechos en sí; desfalcos, robos, corrupción por doquier, asesinatos, desapariciones, falsos positivos y miles de etcéteras que ocurrieron en los gobiernos desde Pastrana hasta Duque se volvieron tan “normales” que los ciudadanos, o son cómplices, o le dan el beneplácito a estas conductas.

Pero es que las noticias y denuncias no paran: que quieren asesinar al presidente, se conocen audios de líderes de derecha como un directivo de camioneros de Boyacá, que llaman abiertamente a un paro para derrocarlo, que la Corte Constitucional bloquea los actos de gobierno para beneficiar a los pobres, que el Concejo de Estado “tumba” curules de parlamentarios del Pacto Histórico, que la Procuradora pide que se declare inexequible en Plan de Desarrollo, que no pagaron los derechos de los Juegos Panamericanos, que los medios calumnian y entrampan a funcionarios del gobierno, que los empresarios actúan como esclavizadores, que otros empresarios no cumplen con las normas tributarias, que no se sabe dónde está la plata de la ayuda humanitaria para los venezolanos donada por otras naciones, que no se sabe qué pasó con los ingresos del oro que vendió Duque, propiedad de los colombianos, que no se sabe dónde está la plata del déficit que dejó el gobierno anterior, que los entes de control actúan como partidos de oposición, que esos mismos entes no investigan a sus amigos, que la fiscalía oculta expedientes de políticos de extrema derecha especialmente del uribismo, que denuncian a la vicefiscal de presuntos nexos con bandas criminales, que el nuevo gobernador de Antioquia, ad portas de un proceso judicial, quiere instaurar nuevamente los paramilitares en su departamento disfrazados, como lo hizo Uribe, de cooperantes, que la JEP ordenó el arresto de una exgobernadora y otros políticos y militares de relevancia, que Santos evitó que llevaran a los estrados judiciales de Estados Unidos a Uribe dándole inmunidad diplomática, que liberaron a Alex Char con una “jugadita”.

No se sabe cuándo se va a conocer todo lo que ha sucedido y sigue pasando en nuestro país, no se sabe hasta dónde vamos a llegar, lo que sí se sabe es que si no se hubiera elegido este primer gobierno democrático, muchas de esas cosas seguirían en las gavetas de los entes de control o en los escritorios de los directores de noticias de los grandes medios. 

Por eso; es que lo quieren matar, derrocar y, en últimas, evitar que termine el periodo presidencial o que otro presidente, en el 2.026, de la misma línea, pueda seguir destapando tanto hecho de corrupción, robo y asesinato que ha ocurrido en Colombia. Ellos querían que no se supiera, a lo que le temen realmente es a la verdad, a que los colombianos veamos cuál es la verdadera cara de esos que, hoy, se proclaman los “salvadores” de Colombia.  ¿De qué nos quieren salvar? Como reza el dicho: “Tras de ladrón, bufón”, su cinismo es tan grande que no solo ocasionaron la ruina del país, sino que hoy, le echan la culpa al nuevo gobierno de lo que ellos han hecho y que solo ellos nos salvarían de esa catástrofe.

Pero con todo lo destapado en este corto tiempo, pareciera que, estuviéramos asistiendo a una película de horror de esas que hoy están tan de moda y que atrae a las nuevas generaciones, pero no, no es un filme de terror, es la pura realidad sin maquillaje, tan cruel y cruda que pareciera que estuviéramos en una pesadilla sin fin o leyendo una novela de realismo mágico, y lo estamos viviendo en vivo y en directo, sin anestesia. Pero no nos inmutamos, no nos impresiona, no nos importa, es como si no fuera con nosotros, es esa la realidad que nos golpea a cada minuto, pero que no hace despertar a los colombianos, muchos obnubilados por la idolatría que le profesan a Uribe y que no bajan de “dios”.

El reto es unirnos para acabar esta situación de horror, para que las nuevas generaciones tengan un país con otras oportunidades acordes a una nación en paz, y con beneficios para todos y no solo para los pocos que se creen con el derecho divino de mantenernos pobres y esclavizados por toda la vida.

Texto originalmente publicado en SONOTICIAS y compartido con la comunidad de La Conversa de Fin de Semana, gracias a la generosidad de nuestro aliado, el periodista Hernán Riaño, director de dicho portal informativo.

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lunes, enero 08, 2024

La “inteligencia” de la oposición inteligente y la estupidez de sus seguidores*

 


Por: Hernán Riaño

Porque no es solo la clase media, que por aspirar a ser de “la alta”, está en la tónica de defender al opresor; son personas de una condición muy humilde quienes son los que más los defienden.

Termina un año muy esclarecedor para el país y su futuro, marcado por muchos temas que en otras épocas de nuestra historia ni siquiera conocíamos ni mucho menos se trataban. Dejó en claro muchas cosas, develó muchos secretos muy bien guardados y mostró, crudamente, el cómo se había manejado Colombia y quiénes se habían apoderado de ella sin derecho y a sangre y fuego, literalmente hablando.

En los últimos años se ha informado sobre el despojo de tierras a los campesinos pobres por parte de los terratenientes feudales, usando a los paramilitares para ello. Solo hasta el 2.022, con ayuda de la JEP y el actuar del presente gobierno, empezaron a decantarse esas verdades. Comandantes paramilitares como Mancuso y muchos otros contaron ante los tribunales su forma de actuación y de quienes recibían esas órdenes, además del testimonio de militares activos y en retiro que informaron como era su articulación con los “paras” y el cómo se inventaron los mal llamados falsos positivos para obedecer a un gobierno en específico que quería mostrar resultados con su política de “seguridad democrática”.

El país ya lo sabía, pero por arte y magia de los grandes medios de comunicación, como en una novela de García Márquez, convencieron a los colombianos que eso era una fábula y que aquí no pasaba nada.  Solo con el ejercicio de la Jurisdicción Especial para la Paz, La Comisión de la Verdad, algunos periodistas que, si han investigado los hechos y funcionarios honestos del gobierno liderados por Gustavo Petro, se empezó a armar ese rompecabezas macabro de poder y muerte. Hoy muchos militares y exmilitares están investigados, condenados y en prisión por esas atrocidades. También empezamos a saber de grandes empresarios vinculados y financiadores de esos grupos irregulares, inclusive multinacionales que ya están siendo investigadas y sus ejecutivos citados a rendir cuentas.

Pero eso no es todo, el país comenzó a entender las verdaderas relaciones del poder económico con la postración de la mayoría de los ciudadanos, que, según estadísticas internacionales, al finalizar el gobierno Duque, fuimos clasificados como una de las sociedades más desiguales del mundo, con una pobreza y miseria tal, superada solo por dos o tres países en el globo. Su ambición ha llegado a puntos que harían sonrojar a ricos de otros países. Agravado, en la mayoría de los grandes capitales, por su vinculación directa o indirecta al accionar del gobierno de Álvaro Uribe Vélez y sus sucesores.

Empezamos a saber del por qué les arrebataron los derechos a los colombianos, como la salud, el trabajo decente, las pensiones, la participación decisoria y tantos otros de los que gozan ciudadanos de otros países, inclusive cercanos al nuestro. Empezamos a entender que es “democracia”, aunque falta muchísimo para ser realmente conscientes de ese concepto, esa forma de vida y aplicarlo en Colombia; esa es una tarea ardua y dispendiosa que durará varias generaciones. Limpiar la mente de muchos compatriotas de ese gen feudal que se ha apoderado de su ser agravado por la tendencia a permitir y hasta a participar en cosas non santas, es algo que nos llevará mucho tiempo e inversión de recursos de todo tipo.

También vimos muchos líderes, periodistas y miembros del poder legislativo, que aprovechando el “boom” del estallido social, se camuflaron en la esquina progresista, pero no fue, sino que les dieran la oportunidad y pelaron el cobre poniéndose del lado al que verdaderamente pertenecen: la extrema derecha.

Conocimos todo tipo de “profetas del apocalipsis” que predijeron que con Petro el país sería como Venezuela, que muchos se irían del país, que los empresarios sacarían sus capitales para trasladar sus negocios a otras naciones, que, en síntesis, el país se derrumbaría, como si con los gobiernos uribistas estuviéramos igual a los países nórdicos o Suiza. Más que una profecía era un deseo personal; que Petro no hiciera las cosas bien para concluir que el progresismo no sabe gobernar y que solo ellos lo hacen, porque tienen el designio de dios para ello.

Empresarios que les mienten descaradamente a los colombianos, como los de las gaseosas, que a sabiendas de los pésimos efectos para la salud de esos productos, usan periodistas y sus medios, contratan “expertos” para que nos digan que esos efectos son mínimos, ignorando los estudios científicos mundiales que existen al respecto, solo para nombrar un ejemplo.

Ante las reformas supimos que la extrema derecha y los empresarios no tienen argumentos para mantener las cosas tal y como están; las EPS no son eficientes, están quebradas y han desangrado al país por  mucho tiempo, que los fondos de pensiones usan el dinero para enriquecer a sus dueños y cantidad de negocios privados que los ricos hacen con dinero público y por eso usan todos los medios posibles, legales o ilegales para mantener las cosas como están, a costa de la salud y la calidad de vida de los colombianos. Los argumentos se convirtieron en ataques personales a los funcionarios que las adelantan, tratando de deslegitimar su idoneidad y experiencia, hasta en su vida privada se han metido para desviar la atención de lo beneficiosas que son para los colombianos.

En todo esto, los grandes medios de comunicación de propiedad de grandes “cacaos” han jugado un papel muy importante, impulsados por la maledicencia de sus periodistas, que en esto son unos expertos, los “malos hígados” de todos ellos, muchos y muchas vinculados(as) a negocios non santos o a empresarios que los hacen, han demostrado una capacidad enorme de mentir, calumniar, inventar, entrampar para favorecer a sus patrones y a ellos en particular.

Este ha sido un año muy especial en el que hemos visto cosas que no se habían vivido en nuestro país. Nació algo muy raro llamado la “oposición inteligente”, pero que, de eso nada, no piensan, no raciocinan, no investigan, no razonan, no leen, no argumentan, solo salen en esos medios o en las tribunas o pasillos del Congreso a vociferar y gritar, como si con ofensas y alaridos pueden demostrar que tienen la razón. A senadores y representantes les han demostrado que no leen las reformas que no saben de qué se trata, en últimas que sus intereses son otros muy diferentes a garantizar una calidad de vida a los colombianos. Pero ni se sonrojan, pareciera que no “caen en cuenta” de que la embarraron, que hicieron el oso. ¿O será que esa inteligencia que pregonan no es tal, sino que el cerebro no les da para más? ¿Será qué solo los mueve las ansias de poder y de riqueza? O, en últimas, no les importa quedar mal porque saben que no pasará nada.

El cuadro se completa con una gran cantidad de colombianos estúpidos que son capaces de vender hasta a la propia madre con tal de mantener a Uribe y la extrema derecha en el poder. He visto estudios que tratan de explicar el cómo, un pobre que no tiene nada prefiere defender, a quien lo ha dejado en esa miseria; en vez de unirse a sus pares y luchar por una vida mejor. Pero el caso colombiano es de antología, vendedores ambulantes, campesinos miserables, gente que no tiene ni para comer dos veces al día, engrosando las filas de defensores y "apoyadores" de la extrema derecha, porque no es solo la clase media, que por aspirar a ser de “la alta”, está en la tónica de defender al opresor; son personas de una condición muy humilde quienes son los que más los defienden. Por eso traigo a colación esta frase: El enemigo del pobre es otro pobre que se cree rico. Además, atacan sin piedad a quienes, si piensan, dan argumentos y defienden la posibilidad de un mejor país. No se cansan de demostrar su ignorancia y estupidez.

¿Cómo se le puede llamar a esa actitud tan irracional? ¿Cómo se les puede hacer caer en cuenta de la realidad? Trabajo difícil para sociólogos, antropólogos y científicos de las ciencias sociales. La realidad es que son ellos los culpables de lo que ha sucedido con los gobiernos de los últimos 30 años, del estado en que Petro recibió al país y de la feroz oposición que le hacen.

NOTA ACLARATORIA: La RAE define la estupidez de la siguiente forma (1), tomado textualmente:

De estúpido y -ez.

f. Torpeza notable en comprender las cosas.

f. Dicho o hecho propio de un estúpido.

Sin.: idiotez, tontería, imbecilidad, bobería, sandez, memez, necedad, simpleza, tontada, cojudez.

Ant.: inteligencia, agudeza, perspicacia, sagacidad.

*Texto originalmente publicado en SoNoticias – Periodismo verídico para proporcionar elementos para la creación de conceptos propios (wordpress.com)

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