LA VITRINA DE LA CONVERSA

jueves, febrero 16, 2023

¿La reforma de salud del presidente Gustavo Petro podría ser considerada como un retroceso para Colombia?

 Por: Juan David García

El pasado lunes 13 de febrero, el gobierno nacional de Colombia, en cabeza de Gustavo Petro, por medio de la ministra de salud, Carolina Corcho, presentó la anunciada y polémica Reforma de la salud. Este proyecto de ley pretende transformar importantes cuestiones sobre las EPS, los hospitales y en términos generales, el sistema de salud que se ha estado manejando en el país desde 1993 en el marco de la famosa ley 100.

Registro de jornada de apoyo a la Reforma a la Salud.
Tomada de Presidencia de Colombia @infopresidencia

Este proyecto de ley plantea un cambio significativo para la salud, puesto que en gran medida, buena parte de la sociedad especula sobre la desaparición de las EPS y un manejo administrativo y ejecutor  desde lo público, hecho que se ha convertido en una de las principales controversias planteadas desde la oposición, expresada como reclamo por la supuesta desaparición de las EPS por  falta de financiamiento por parte del Gobierno y el manejo que le podría dar a la salud la clase política regional y local.

Sin embargo, Petro ha aclarado las dudas con respecto a estos temas. Las razones que da el presidente para este cambio parten desde las deudas de las EPS, que ascienden hasta los 23 billones de pesos. Un déficit que no solo tienen las EPS activas, sino que 7 billones de pesos corresponden a entidades que fueron o están siendo liquidadas. Así mismo el gobierno señala que las EPS seguirán en funcionamiento.  Cabe aclarar que no se crearán más de estas instituciones de la salud. También se deja en claro, que el objetivo de esta reforma es volver a la salud un tema estatal. Por este motivo, se anuncia la creación de Centros de Atención Primaria (CAP), los cuales tendrán prioridad sobre las EPS. 

No se debe hablar de un retroceso, sino de una manera diferente de prestar un servicio que es vital para todos los habitantes y lo que se busca es que el déficit monetario en la salud deje de existir.

La presentación de esta reforma de la salud aclara varias de las cuestiones e inquietudes que se tenían sobre este tema, no obstante, también deja algunas incógnitas y preguntas a futuro. La creación y planeación de las CAP nos deja entrever que el Gobierno no quiere que exista un intermediario en los recursos destinados para la salud, pero tampoco manifiesta claramente que pasará con las EPS (empresa privada) en unos años.

Las ideas ambiciosas de Petro en torno al sistema de salud colombiano dejan, sin embargo, más incógnitas que proyecciones a futuro. En primera medida, la decisión sobre el control de dineros que administren los gobernadores y/o alcaldes, no toma en cuenta las múltiples investigaciones sobre la corrupción en el país, especialmente en las entidades territoriales; un tema espinoso que se ha dado por mucho tiempo en Colombia y que no da seguridad a la sociedad, sobre todo si se habla de distribución de dineros públicos. 

De igual manera la puesta en funcionamiento de estos espacios de atención, también plantean algunos interrogantes, puesto que, aunque la idea en papel esté planteada, el financiamiento, el territorio y los profesionales de la salud necesarios para materializar esta nueva red, siempre han sido temas difíciles de tratar en el país.

También resulta necesario mencionar el hecho de que las EPS conforman un sistema mayoritariamente privado que funciona desde 1993 y que, aunque tiene deficiencias en la atención al público, también ha presentado aspectos positivos como su cobertura y funcionalidad a través de los años, tal y como lo señala una cifra de 97% de cobertura que tiene en el país. Si se toman en cuenta estos dos puntos como eje principal de evaluación, es posible creer que los colombianos podrían llegar a sentir que la reforma de salud que propone el gobierno de Petro es un cambio muy radical.

Sin embargo, en palabras del gobierno de Colombia, no se debe hablar de un retroceso, sino de una manera diferente de prestar un servicio que es vital para todos los habitantes y lo que se busca es que el déficit monetario en la salud deje de existir. Ahora, se espera que se perfeccione el sistema, pero también, que se brinde una certeza en cuanto a los dineros que se distribuyen para la salud.

¿La reforma de salud del presidente Gustavo Petro podría ser considerada como un retroceso para Colombia? Aunque aún no es posible tener una respuesta definitiva, lo cierto es que esta pregunta es uno de los temas por los cuales miles de colombianos han salido a marchar esta semana; algunos en contra, otros a favor.