LA VITRINA DE LA CONVERSA

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lunes, noviembre 18, 2024

Los medios de los medios



Por: Hernán Riaño

Día tras día, los medios de comunicación corporativos tradicionales de nuestro país se degradan más; para ellos ya no hay límites, honestidad, honradez ni mucho menos ética.

Pero los medios son una forma de hacer información y ejercer el periodismo, o lo que llaman ahora “comunicación social” por unos personajes que se han graduado en unas universidades que los preparan para todo menos para tener las calidades que mencionamos, sobre todo la ética, que debe tener toda persona y sobre todo los que se dicen profesionales en un oficio tan delicado como es comunicar la verdad que afecta a una sociedad.

En Colombia, y ya lo he mencionado en otras columnas, el periodismo solo había sido ejercido por unos medios de propiedad de las élites que han gobernado mal el país, solo para su propio beneficio. Esos periódicos, emisoras y canales de televisión y sus periodistas decían la última palabra en opinión pública, sí, porque ellos eran la opinión pública y se autodenominaron sus voceros. De propiedad de empresarios y políticos de los partidos tradicionales (el liberal y el conservador), fueron actores fundamentales en las masacres y asesinatos en la llamada violencia política de los años cuarenta, cincuenta e inicios de los sesenta. 

El periódico El Siglo, del conservador Laureano Gómez, quien fuera presidente de la república y de muy mala recordación para los liberales por las políticas de exterminio que impulsó a quienes declaró como sus enemigos. El otro diario conservador La República de Mariano Ospina Pérez y su esposa Bertha Hernández Ospina Pérez con una influencia ultraderechista con acciones parecidas a sus colegas de partido.  Por el lado liberal estaban El Tiempo de la familia Santos de la cual han salido dos presidentes, un nefasto vicepresidente, Pachito, el supuesto promotor del bloque capital de las autodefensas, y de varios periodistas de renombre que hoy le hacen oposición al señor presidente Gustavo Petro y El Espectador de la familia Cano, cuyo director, Guillermo Cano, ejerció un periodismo calificado como decente e imparcial por muchos en el país, asesinado por sectores del narco paramilitarismo, pero que su sucesor Fidel, hoy dirigiéndolo también, se propuso hacer oposición y atacar inmisericordemente a la democracia y a su primer representante Gustavo Petro. Es de anotar que hoy este diario es de propiedad del grupo Valorem de la familia Santodomingo.

Las nuevas ciudadanías ya no sintonizan las emisoras ni canales tradicionales, no leen periódicos, toda la comunicación que los surte viene de los influenciadores progresistas, de periodistas independientes y de otros medios alternativos que hacen investigaciones serias y denuncias respaldadas con verdaderas pruebas.

Los partidos políticos y sus empresarios también tuvieron sus ramificaciones en la radio y la televisión de nuestro país, como la cadena RCN, radio y televisión, de los conservadores y hoy de propiedad del grupo Ardila Lülle, quienes han ejercido un muy oscuro periodismo y hasta empresas de ese grupo han sido mencionados como financiadores de los paramilitares en la JEP. Hay “periodistas reconocidos” de ese conglomerado que se caracterizan por las calumnias, montajes y mentiras para desestabilizar el gobierno.  Caracol radio, hoy concesionario de forma muy dudosa del Canal 1, perteneció a la familia López Michelsen y otros socios que se la vendieron al Grupo Santodomingo y éste al conglomerado Prisa de España, con una actividad en favor de las derechas de ambos países. Valorem, al quedarse sin emisoras, compró estaciones independientes y creo Blu radio con la que están haciendo una labor perversa en contra del país y que desdibuja el verdadero periodismo. Otro actor es Semana del grupo Guilinzki, del que uno de sus propietarios se declaró “trumpista” y uribista y que quería hacer de ese medio un vocero de la extrema derecha colombiana, sabemos quién es su directora, su “periodista” de mostrar y sus actuaciones.

Con este panorama de “calidad” informativa llegó Gustavo Petro a la presidencia, y desde la campaña y ante el descrédito y mala fama de los políticos tradicionales, esos medios corporativos se convirtieron y se constituyeron en la verdadera oposición política del candidato, en esos momentos, y del hoy gobernante. Su estrategia es defenestrar al gobierno democrático por la vía que sea, inclusive muchos autodenominados “periodistas” le sirven de altavoz a los ultraderechistas que piden hasta la muerte del señor presidente. Las tácticas se han concentrado en inventar mentiras, armar montajes, difundir calumnias, servir de eco a los politiqueros y economistas de ultraderecha para desautorizar las realizaciones del gobierno, contratar “expertos” neoliberales con los que pretenden fabricar verdades muy lejanas a la realidad. Pero nada de esto les ha funcionado como ellos quieren, sus mentiras se caen antes de que las crean, sus calumnias se enfrentan con la realidad de los hechos y sus analistas y expertos siempre quedan al descubierto ante las aclaraciones de Petro o de miembros de su gobierno. Ellos viven tramando nuevas tácticas con las que pretenden quitarle el apoyo popular al gobierno.

Hoy vemos como nuevas formas de desinformar, es adjudicarle a la ultraderecha las obras y realizaciones del gobierno. La más descarada ocurrió con la pasada COP 16, lo primero que dijo uno de estos egregios “periodistas” fue que ese evento no era nada y que nadie iba a ir a Cali ni a visitarlo ni a cubrir el evento, por ello lo sacaron de su emisora. Ante el éxito mundial de la COP 16, muchos comunicadores decidieron decir sin recato, sin ponerse colorados, que tanto la consecución para la capital vallecaucana, como su funcionamiento y realización fueron de ¡la gobernadora del departamento del Valle y del alcalde de Cali! Esto sin mencionar muchas otras actuaciones que les han adjudicado a gobernantes locales y que con la complicidad de esos politiqueros corruptos quieren imponer como verdad quitándole los méritos a sus verdaderos autores, el actual gobierno, todo para evitar que el progresismo continúe en el año 2.026. Ya se decidieron a hacer las cosas sin ocultar sus verdaderos motivos, seguros de que un sector estúpido de la población les cree y les sirve para difundir las mentiras y calumnias, ya que esos ciudadanos, en su gran mayoría uribistas convencidos y otros que ni siquiera se atreven a pensar, porque eso implica poner a trabajar al cerebro y ellos no saben como se hace, les creen a ojo cerrado. 

Afortunadamente para el país, muchos colombianos, básicamente los jóvenes, se han dado cuenta que las actuaciones oscuras de esos medios corporativos y sus medios para fabricar las noticias mentirosas, y han migrado, a la internet y las redes sociales. Ellos ya no sintonizan las emisoras ni canales tradicionales, no leen periódicos, toda la comunicación que los surte viene de los influenciadores progresistas, de periodistas independientes y de otros medios alternativos que hacen investigaciones serias y denuncias respaldadas con verdaderas pruebas.

Ya no son los “columnistas de opinión” los que imponen la verdad. Hoy ya se ve una nueva forma de encontrar la verdad que es la corroboración de las fuentes, la confrontación de lo que dicen los que, otrora, se creían dueños de la verdad. Ya nadie respeta ni mucho menos les tienen miedo a las vacas sagradas del periodismo como se conocían en otra época y a los que nadie se atrevía a contradecir.  Hoy, esos jóvenes están creando una nueva forma de informar con lujo de detalles. Puede haber excesos, es cierto, pero es que nadie les enseñó, el ejemplo que tuvieron fue el de esos medios que hoy confrontan y hacer eso lo están aprendiendo sobre la marcha. Pero se ve un gran futuro para la nueva forma de hacer historia.

El periodismo, hoy es un oficio muy degradado, sus actores aparecen como los grandes mentirosos y calumniadores del país, solo sostenidos por unos medios caducos y que solo defienden sus intereses y su modus vivendi y la de sus propietarios, con una miopía que asusta porque con esa forma de actuar nos está llevando a los colombianos, de tener éxito, a un futuro muy oscuro y de mayor miseria. Esto se refleja con la crisis de credibilidad que hoy los acompaña y como consecuencia directa la situación financiera que hoy tiene a muchos de esos medios al borde de una crisis económica sin precedentes en el país.  La mentira y la calumnia tienen su precio.

Las opiniones de los columnistas son de su exclusiva responsabilidad.  Les invitamos a leer, comentar, compartir y a debatir con respeto.

Esta columna fue publicada originalmente en SoNoticias y es compartida con la comunidad de La Conversa de Fin de Semana gracias a la generosidad del periodista Hernán Riaño.

lunes, noviembre 11, 2024

¿Cuándo tocaremos fondo?

 
Imagen tomada de: www.laopinion.co

Por: Hernán Riaño

La ultraderecha colombiana ha alcanzado sus metas con el respaldo de medios de comunicación y de uribistas de clase media y baja, cómplices de la corrupción y de la crisis generada por el Uribismo; que ahora se opone a las reformas de un gobierno que busca solucionar estos problemas.

Con la aparición de Gustavo Petro en la política colombiana, el país empezó a conocer a donde nos había llevado Álvaro Uribe Vélez desde que inició su carrera en la administración pública, desde la Aeronáutica Civil, cargo desde el cual dio licencias para pistas de aterrizaje que, su antecesor quien fuera asesinado, Fernando Uribe Senior, no había querido emitir por sospechas de que quienes las pedían podrían estar inmersos en negocios ilegales, pasando por la conformación de grupos paramilitares para quitarles las tierras a los campesinos y matar a muchos colombianos, hasta llegar a apoderarse del país, desfalcándolo por completo, en complicidad con políticos y empresarios de la ultraderecha colombiana. Pero lo que la nación ha sabido en estos años de gobierno del señor presidente Petro es algo que ningún colombiano tenía en su mente por la cantidad de hechos y las características de los mismos que hacen que pensemos que estamos viviendo en un realismo mágico inventado por el gran Gabriel García Márquez.

La ultraderecha colombiana tiene unas características que los identifica y los hace casi que únicos en el planeta, solamente comparables con la española, con la que tienen muchas afinidades, vínculos y similitudes y con alguna que otra que ha alcanzado el nivel de crueldad y capacidad inventiva para el mal. La primera característica que hemos conocido es su insaciabilidad. No se llenan con nada, todo lo quieren para ellos no les gusta dejarle nada a los demás. Desde los capos que desfalcan por billones (sí, ya no se conforman con millones como en antes, sino que ahora son por millones de millones), y sus súbditos, empleados públicos y oficiales, a quienes ellos mismos han nombrado en todas las entidades estatales y que les sirven de entrada para desfalcar esas mismas instituciones; piden coimas, se roban hasta el papel higiénico y los lápices, se quedan con las migajas que sus jefes les dan, en un matrimonio macabro para acabar con el país.

La segunda es su crueldad fuera de toda humanidad. No les interesa la vida de ningún colombiano sea niño(a), joven, mujer cabeza de hogar o cuidadora, campesinos, miembros de comunidades étnicas, viejos(as), nadie. Pasan por encima porque consideran que no somos seres humanos y que no merecemos vivir. Es por ello que se apoderaron de la salud; de los alimentos para estudiantes y de los pobres; en medio de la pandemia se apoderaron de mercados para personas muy vulnerables; hicieron negocios con las vacunas; subieron los servicios públicos a pesar de que muchos colombianos no tenían ni para comer; demandaron la reforma pensional; no quieren aprobar las otras reformas propuestas por el señor presidente y muchas otras cosas que no relatamos porque no acabaríamos “nunca”.  Por estos hechos muchos colombianos perdieron la vida o desintegraron sus familias. La crueldad también fue conocida por la forma de actuar de los ejércitos paramilitares y muchos que se autodenominaron guerrilleros, pero que, desde hace mucho tiempo, han dejado de representar las reivindicaciones de los colombianos, sumándose al ejército de ultraderechistas que le hacen el juego al “ex”. 

En esas actividades, los paramilitares, demostraron esa capacidad de crueldad con las famosas motosierras que no respetaron ni a los niños, con las granjas de cocodrilos, con los hornos crematorios o con los barriles de ácido, con masacres, asesinatos selectivos, secuestros, violaciones, desapariciones y desplazamientos forzados. Los autodenominados guerrilleros no se quedaron atrás, ya que hicieron, también, muchas de estas crueldades. Lo más grave es que el Estado, en cabeza del “ex”, utilizó sus fuerzas armadas tanto para cometer esas mismas atrocidades como para amparar y colaborar con los ejércitos irregulares. Tal es la capacidad de corrupción del señor expresidente que llevó a una gran cantidad de colombianos a que siguieran esas órdenes ciegamente. Obviamente, haber cumplido esas indicaciones no exime de culpa a nadie de llegar a esos extremos de barbarie.  

La otra es la deslealtad, sobre todo con los que les ayudaron a montar su imperio de violencia y “raponazo” del erario. Con lo ocurrido, se demuestra que, ellos solo le son leales a sus pares, o sea a los de la misma clase, ningún pobre o clase media, así les haya ayudado en todo tipo de negocios lícitos o ilícitos será aceptado por ellos. Los aguantan porque los necesitan y los usan para poder lograr alguna de sus metas, pero como a muchos, después los olvidan y hasta los traicionan, como en el caso de algún alcalde de Bogotá o más relevante aún, de los comandantes paramilitares como Mancuso y alias “Otoniel” a los que traicionaron y extraditaron después de que fueron el arma para el despojo de tierras de campesinos para ellos apropiárselas, como ya ha sido denunciado en los últimos meses. Como dice el adagio popular: “No les son leales ni a la mamá”.

Uno pensaría que esas tres características serían lo suficientemente claras para que un pueblo reaccionara para exigir transparencia, honestidad, honradez y que expulsara de cualquier vinculación de gobierno y de poder a todos estos personajes, pero como dice la ley de Murphy, repitiéndola y pensando que ya debe ser adoptada como parte de nuestra vida cotidiana: “Cualquier situación por difícil que parezca es susceptible de empeorarse”. Colombia no sale de su asombro por lo que, por “culpa de Petro, se conoce todos los días y no porque nos lo informen los grandes medios de comunicación.

En los últimos días nos hemos enterado, por una denuncia del mismo señor presidente, basado en una investigación de un periodista israelí y por confirmación de una agencia que investiga el lavado de activos, la compra de un virus espía para “chuzar” a los colombianos inconformes con la miseria que dejó el manejo que le dio a de la pandemia el gobierno Duque y el consiguiente estallido social, por 11 millones de dólares. Medios como la Revista Raya en alianza con RTVC y su Señal Investigativa han ilustrado a todos los colombianos de una intrincada maniobra de corrupción y manejos de dineros, supuestamente ilícitos, solo para espiarle la vida a los líderes de las protestas, políticos progresistas o de izquierda y al mismo Gustavo Petro, quien era el candidato del Pacto Histórico para esa época, con el fin de evitar su elección.

Poniéndole atención a todos los detalles de la maniobra y de los alcances de los políticos y policías involucrados en dicha compra, lo menos que puede hacer uno es aterrarse por los alcances a los que han llegado. Muchos columnistas (1) y líderes de los partidos de gobierno han contado muchos detalles conocidos de la negociación, pero lo que más llama la atención es el reconocimiento de la empresa vendedora del virus, NSO Group, de la realidad del negocio, que dejó sin piso a periodistas medios y políticos de la ultraderecha que se empecinaron en negar la compra y además de tratar de “loco” al señor presidente. 

Este episodio, y las subsiguientes investigaciones del periodismo independiente, dieron pie a que se averiguara y nos informaran de la compra de otros softwares y virus espías durante los gobiernos de derecha de los últimos 30 años, gastándose miles de millones de pesos y solo para investigar a los colombianos honestos que quieren una Colombia mejor de la que nos han dejado las élites del poder eterno en nuestro país. Han preferido gastarse grades cantidades de dólares para chuzar a los ciudadanos que resolver los problemas sociales a los que ellos, con su corrupción y decisiones nos han llevado. Esa es la calidad de quienes han ostentado el poder por tanto tiempo.

Demuestra todo lo sabido, una vez más, que ellos desprecian y odian a los colombianos, que cada vez nos hundimos más en un hoyo del que ellos no quieren que salgamos. Cuando pensamos que cada que se averigua un hecho de robo, desfalco o corrupción es el último que ya ahí paró, no, al otro día hay otra denuncia u otro descubrimiento más grave que el anterior convirtiéndose en un remolino del cual parece que nunca saldremos.

Pero todo esto no habría podido hacerlo la ultraderecha sin el apoyo y concurso de una prensa, unos comunicadores y unos uribistas, muchos de ellos pobres o clase media, igual o peor de corruptos que ellos. Esos medios corporativos y esos ciudadanos han sido la base para que Uribe y sus socios hubieran podido llegar a tanto. Son sus cómplices y en muchos casos sus socios en todos sus oscuros negocios y atrocidades que han acabado con nuestro país. Y hoy están en contra de un gobierno que nos quiere sacar de ese nefasto fondo al que, al parecer, aún no llegamos.    

Las opiniones de los columnistas son de su exclusiva responsabilidad.  Les invitamos a leer, comentar, compartir y a debatir con respeto.

Esta nota fue publicada originalmente en SoNoticias y es compartida con la comunidad de La Conversa de Fin de Semana gracias a la generosidad del periodista Hernán Riaño.

(1) https://sonoticias0.wordpress.com/2024/10/29/un-pegaso-que-alzo-vuelo-en-tel-aviv-y-arribo-a-los-hangares-de-la-policia-nacional-de-colombia/?fbclid=IwY2xjawGNrgFleHRuA2FlbQIxMQABHbZfgmFrVIKmBon9BKQpCDe5OQvYCFlo9V3ud8m6xFL3WLHeLi6WBuKNGg_aem_ACxShbGoBimh_RLFJWMc8Q 


martes, octubre 29, 2024

Periodismo tradicional en Colombia: Entre la libertad de prensa y la lealtad empresarial


Por: Omar Orlando Tovar Troches 

Los periodistas tienen el deber de mantener un nivel ético superior al del promedio de la sociedad, porque son a la vez líderes y educadores de los ciudadanos.  (Javier Darío Restrepo, en su Decálogo de ética periodística) (1) 

El debate sobre la ética periodística, la libertad de prensa y las complicadas relaciones de la prensa con los distintos círculos del poder económico y político en Colombia, nuevamente se ha puesto al orden del día en la opinión pública de base, a raíz de las denuncias sobre el uso del software de espionaje israelí conocido como Pegasus. 

Coincide este resurgimiento del viejo debate sobre el papel de la prensa en sociedades como la colombiana, con los recientes resultados de estudios sobre audiencias y credibilidad de los medios realizados por organizaciones como Invamer y el Instituto Reuters para el estudio del periodismo de la Universidad de Oxford, que dan cuenta de la manera en que la prensa tradicional colombiana ha venido perdiendo credibilidad. (2)  

Esta caída en los índices de credibilidad de la prensa colombiana, así como las denuncias sobre la presunta vinculación de algunos periodistas cercanos (as) al Uribismo con el uso indebido del software Pegasus; inmediatamente suscitaron las acaloradas reacciones por parte de quienes se han sentido aludidos, quienes, voz en cuello y a teclado ardiente afirman que todo el asunto (ya en manos de las autoridades judiciales colombianas) se trata de una retaliación por parte del gobierno nacional colombiano, en cabeza del Pacto Histórico, en contra de la llamada gran prensa colombiana. 

Por enésima vez, medios y periodistas en oposición al actual gobierno nacional de Colombia asumen la estrategia de la victimización y la manipulación de la información para intentar desprestigiar al presidente colombiano y a las autoridades judiciales. Arropándose en supuestas persecuciones políticas, en el abuso del poder del gobierno y una inexistente censura; quienes han venido labrando la caída en los índices de credibilidad en la prensa, ahora pretenden que una sociedad desconfiada les crea sus relatos; así, porque sí. 

Olvidan, convenientemente, estos trabajadores de los medios privados de comunicación, que ha sido su irresponsable, pero, sobre todo, mal intencionado ejercicio periodístico el que ha ocasionado este deterioro en la confianza de sus lectores y sus teleaudiencias.  

Era de esperarse que el recurrente desacato de medios y periodistas a la extensa jurisprudencia (3) sobre el ejercicio periodístico, en la que se ha venido reiterando la obligación que tienen medios y periodistas de abstenerse de difundir información que no corresponda a la verdad, o que presenta una visión parcializada o incompleta de los hechos, que afecten a una persona en su imagen o reputación, especialmente, la del actual presidente de Colombia; empezara a cobrarles factura, con la impresionante disminución de sus audiencias y la escasa credibilidad de la que ahora gozan. 

Esta constante y habilidosa negativa de la prensa en oposición política al gobierno nacional a reconocer el derecho que tiene la persona afectada con su campaña de desinformación (normalmente el presidente Petro) a que estas falacias y noticias tendenciosas sean actualizadas, aclaradas o corregidas; ha puesto en evidencia la existencia de una agenda, no tan oculta, en la que esta irresponsable actuación de medios y periodista obedece a intereses políticos y económicos de poderosos sectores de la sociedad colombiana. 

Más allá de la existencia de todo un plan político y económico de desestabilización y defenestración del gobierno de Gustavo Petro, gestado por poderosos lideres empresariales y políticos; se hace necesario el debate académico al interior de las instituciones educativas superiores que están formando a los comunicadores sobre unos mínimos principios éticos, e incluso; sobre unos mínimos de calidad para su ejercicio profesional. 

En ese mismo orden de ideas; las actuales sociedades del mundo están en mora de plantear una seria discusión sobre el derecho a la información, en la que se discuta sobre la conveniencia o no de mantener un esquema en el que los medios tradicionales de comunicación y las plataformas en internet (incluidas las poderosas redes sociales), en manos de una minoría; sigan dictando lo que se informa y como se hace. 

De igual manera, a nivel local, los profesionales de la comunicación, y en términos generales, quienes ostenten el privilegio de grandes audiencias y lectores, también deben plantearse la solución al dilema: Libertad de prensa o lealtad empresarial. 


las 100 mejores frases de Javier Darío Restrepo sobre ética periodística ver en: https://fundaciongabo.org/es/etica-periodistica/recursos/las-100-mejores-frases-de-javier-dario-restrepo-sobre-etica-periodistica  

según la encuesta Invamer Poll, la cual publica cada dos meses, la confianza en los medios de comunicación atraviesa un momento crítico en el país. Según los datos recientes de Invamer, el 78% de los ciudadanos desconfía de la prensa (https://www.rtvcnoticias.com/medios-desaprobacion-invamer-encuesta).

El consumo de las principales marcas sigue disminuyendo, en parte debido a la evasión de noticias (44%), los bajos niveles de confianza (35%), la desinformación online y la polarización. (https://reutersinstitute.politics.ox.ac.uk/es/digital-news-report/2024/colombia) 

3 Sentencia C-453 de 2013 Corte Constitucional de Colombia, Sentencia T-040 de 2013 Corte Constitucional de Colombia, Sentencia T-229 de 2019 Corte Constitucional de Colombia.

 

viernes, mayo 31, 2024

La guerrilla le carga ladrillo a la extrema derecha

 

En la imagen: Un miembro del frente Carlos Patiño de las disidencias de las Farc patrulla Cañón de Micay, bastión del EMC en el Cauca, el 24 de marzo de 2024. Foto de Raúl Arboleda en:https://www.france24.com/

Por: Hernán Riaño

Estas "guerrillas" que aún no quieren hacer la paz, no les interesa, o prefieren seguir delinquiendo con negocios ilícitos como el narcotráfico y secuestro ¿están aliadas con la extrema derecha?, ¿Siguen sus indicaciones? ¿Mantienen el nombre de insurgentes solo para tapar sus negocios ilegales? ¿Quiénes se benefician con estas acciones?

No es desconocido para ningún colombiano, que toda la política hecha en Colombia por Álvaro Uribe Vélez, desde que incursionó, se ha basado y lo sigue haciendo en una "pelea" contra las guerrillas colombianas y todo lo que a él le parezca a desarrollo social y democracia. No en vano ha tildado cualquier posibilidad de avance democrático con epítetos inventados por él, como “castrochavista”, que no se sabe qué quieren decir, pero que ha calado en sus estúpidos seguidores y que repiten como loros mojados en cualquier reunión pública o privada. 

Pero Uribe fue muy eficiente en la construcción de un enemigo interno: la guerrilla, y además intentó mostrarla como enemigo personal, al acusarlos de la muerte de su padre Alberto Uribe; hoy ya hay dudas al respecto, y las investigaciones han dado para conocer otros aspectos de esa muerte y de la vida del señor padre del “ex”. A partir de ese momento, y justificándolo con la muerte de su papá, declaró una guerra sin cuartel a la guerrilla. 

Con esta consigna llegó a la gobernación de Antioquia, al Congreso de la República, dos veces a la presidencia y hoy por hoy es un líder indiscutible de esa ultraderecha neoliberal corrupta. En su gobierno departamental creó la génesis de las autodefensas, las Convivir, para enfrentar a ese enemigo que, según él, era el causante de todos los males de Colombia. Es conocido hoy, gracias a la Comisión de la Verdad y a la JEP, para qué fue lo que sirvieron realmente esas autodefensas. 

Retrocediendo un poco en el tiempo, hay que recordar que la guerrilla decepcionó a los colombianos con el fracaso del proceso del Caguán y que esto fue aprovechado por la ultraderecha nacional para desacreditarlos completamente.

Pero volvamos, las guerrillas de todos los pelambres, que llevan más de 50 años como insurgentes, se quedaron en eso, solo en eso, sus propuestas se fueron diluyendo en el tiempo, y a los otros los fue consumiendo el narcotráfico y cambiando sus objetivos, y hoy más parecen bandas criminales dedicadas exclusivamente a ese negocio ilícito.

Ellos pregonaban los cambios del país, unos queriendo un gobierno democrático y otros un gobierno socialista, estos últimos no aceptan medias tintas. Con esos argumentos unos firmaron el proceso de paz de la Habana y las alas más radicales se quedaron en el monte. Hoy, esos que no lo hicieron antes, iniciaron un nuevo proceso con otras condiciones. 

Con este panorama, estas guerrillas que aún persisten en mantener la guerra, contrario a lo que se podría pensar, se dedicaron a hacerle la vida imposible a Gustavo Petro con acciones terroristas, paros armados y cuanta cosa se puedan imaginar para torpedear al gobierno y “sacarle” ventajas inesperadas y en muchos casos desleales. 

Uno no puede entender qué están pensando los líderes y militantes de esta extrema izquierda, que, en vez de pensar en el país, de analizar la situación tan delicada en la que lo dejaron los gobiernos derechistas, se comporten como ellos y se suman, en la práctica, a su “oposición inteligente”. Con sus acciones, lo único que hacen es sumársele a su símil, la extrema derecha, en el torpedeo que le hacen al gobierno y en últimas frenar las reformas sociales que tanto necesita el pueblo colombiano. 

Nunca habíamos tenido un presidente democrático, hoy reconocido líder mundial y que nos envidian en muchos países y en contraposición la extrema izquierda se porta como si fueran otra fase de la oposición al gobierno.

El dicho popular que dice que “las extremas se juntan”  se está viendo claramente, en vivo y en directo en nuestra nación. Dos facciones de la política colombiana que uno supondría enemigos, hoy abrazados en el objetivo de “tumbar” a Gustavo Petro de la presidencia.

Es necesario, oportuno y obligatorio recordar que el líder de esta guerrilla autodenominada EMC, Iván Mordisco fue declarado muerto por los señores Iván Duque y Diego Molano, presidente y ministro de defensa respectivamente, y que por su “muerte” pagaron ¡3 mil millones de pesos de recompensa! (1), ninguno de los dos ha aclarado a quien le pagaron ese dinero ni por qué lo hicieron, sabiendo hoy que está vivo pactando contra el gobierno Petro. A otro que habían declarado muerto fue a Iván Márquez que en los últimos días también apareció dando declaraciones.  

De lo que se concluye con este episodio, es que este EMC que aún está haciendo la guerra en Colombia es de la extrema derecha y actúa en concordancia con las otras derechas del país, la pregunta obligada (y no es afirmación) es: ¿La muerte de Iván Mordisco, el pago de esa cuantiosa recompensa, su reaparición y accionar contra el gobierno democrático, a qué obedecieron? Mutis por el foro, dicen los entendidos, pero sí es muy sospechoso. Con esas acciones también les colaboran a los corruptos para desviar la atención sobre las gravísimas denuncias en los últimos días sobre desfalcos y robos en muchas entidades en los gobiernos anteriores o realizados por funcionarios que vienen de esos gobiernos.

¿Estas guerrillas que aún no quieren hacer la paz, no les interesa o prefieren seguir delinquiendo con negocios ilícitos como el narcotráfico y secuestro ¿están aliadas con la extrema derecha?, ¿Siguen sus indicaciones? ¿Mantienen el nombre de insurgentes solo para tapar sus negocios ilegales? ¿Quiénes se benefician con estas acciones? O ¿Los autodenominados guerrilleros son idiotas útiles de la extrema derecha y el uribismo? Preguntas que no tienen respuesta después de muchos años de conflicto en Colombia y que, ojalá, más temprano que tarde las respondan al país.

Otro aspecto a analizar es, como se lo han preguntado en las redes sociales, ¿estos ataques terroristas de todos los sectores violentos, ¿Obedecen al llamado a juicio y posterior acusación por tres delitos a Álvaro Uribe Vélez? Si fuera cierto, sería muy grave que los autoproclamados guerrilleros, estuvieran defendiendo con sus acciones al “ex”.

Esas guerrillas serán las responsables si hay un golpe de Estado blando o duro contra el primer gobierno democrático, porque ellos con su accionar solo alimentan y justifican los deseos desestabilizadores de los empresarios y políticos neoliberales, además de las consecuencias sociales que tienen las regiones con estas acciones de bloqueos, paros, bombas y secuestros, ya que los únicos perjudicados son, en primera instancia los habitantes de esas zonas y en segunda la sociedad colombiana que ellos pregonan defender.

Es que la guerra es un negocio en los que unos actores, los que la impulsan y alimentan, ganan mucho dinero, casi que por todos los rubros que tienen que ver con los conflictos y no olvidemos que uno de los personajes a los que más le gusta es a Álvaro Uribe Vélez, por eso le gusta tanto.

Nota publicada originalmente en SoNoticias – Periodismo verídico para proporcionar elementos para la creación de conceptos propios (wordpress.com) y compartida con la comunidad de La Conversa de Fin de Semana, gracias a la generosidad de su director, el periodista HERNAN RIAÑO.

Las opiniones de los columnistas son de su exclusiva responsabilidad.  Les invitamos a leer, comentar, compartir y a debatir con respeto. 

 

martes, octubre 03, 2023

Negocios privados con dinero público*

 

Imagen tomada de www.semillas.org.co

Por Hernán Riaño

La propuesta de las diferentes reformas que necesita el país, además de demostrar la urgencia de esos cambios para lograr una mejor calidad de vida para los colombianos, ha dejado a la luz pública una forma de negocios inventada desde el ascenso al poder de Álvaro Uribe Vélez: los negocios privados con dinero público.

Les financian las campañas, invirtiendo miles de millones de pesos, para que, cuando llegue el momento hagan lo que los empresarios les exigen y saquen adelante las normas que a ellos les favorecen


Los corruptos y el “ex” implantaron el neoliberalismo, que es quitarle al Estado los servicios que debe prestar y entregárselos a los privados sin ninguna compensación para el país. Se dieron cuenta que volver negocios estos servicios es muy rentable, y aún más hacerlos con el dinero de los impuestos sin aportar un solo peso, pero eso sí, quedándose con el cien por ciento de las utilidades, y en caso de haber pérdidas, que las asuman los colombianos. Así las cosas, se fueron adueñando de todas estas actividades, la salud, las pensiones, las cesantías, el transporte, las carreteras, los peajes, las represas, las hidroeléctricas y todo lo que pudieran convertir en negocio. Esto lo lograron con una guerra sucia, desacreditando, calificando de inepto y corrupto al Estado con campañas llevadas a cabo por los medios de comunicación de su propiedad y con periodistas que sirvieron a este propósito. Todavía se escuchan voces en esos medios que dicen que los servicios inherentes al Estado no los debe prestar éste, porque no es eficiente, que hay un alto riesgo de corrupción y que mejor se los entreguen a los privados.

Pero esta imagen que presentaron y con la que convencieron a un alto número de colombianos, solamente la utilizaron para adueñarse más rápido de todo lo que implicaba manejo de dineros públicos. Como consecuencia, la ultraderecha se fue apoderando del país en asocio con varios empresarios a los que les entregaron todas estas actividades. Hasta la implantación de la “apertura económica” de su cómplice César Gaviria, los dineros de los impuestos de los colombianos eran administrados por el Estado para darle salud, administrar sus pensiones, prestar los servicios públicos de energía, acueducto, alcantarillado y aseo entre muchos.

Así comenzó la expropiación que le hicieron y siguen haciendo, la extrema derecha y sus negociantes, a los colombianos.

El abuso de los empresarios de los servicios públicos es total, desde que empezaron a ser “sus dueños” y los convirtieron en sus negocios. Se apoderaron de las comisiones reguladoras de tarifas y por ende las aumentan cuando “se les da la gana”. Hacen leyes, con parlamentarios a su servicio, a los que les financian las campañas, invirtiendo miles de millones de pesos, para que, cuando llegue el momento hagan lo que los empresarios les exigen y saquen adelante las normas que a ellos les favorecen. Además, no hay ente que se atreva a controlarlos porque es tanto su poder que amenazan o compran funcionarios; a los usuarios les hacen cobros injustificados y les expropian sus inmuebles o terrenos cuando ya no pueden pagar.

De otro lado, las pensiones, las han utilizado para enviarlos a fondos de inversión del extranjero corriendo un gran riesgo de pérdida. Con ellas financian obras como puentes que se caen y hasta los hijos del “ex” los usaron para expandir uno de sus negocios como los centros comerciales (dicho por ellos mismos (1)) y quien sabe cuántos más. Los dineros de la salud enriquecen a personas, vinculadas siempre a la extrema derecha, son dineros públicos con los que no les dan la salud a los colombianos y por el contrario no se sabe (o ¿sí?), a que bolsillo han ido a parar. Dejan deudas billonarias con los hospitales públicos, que generalmente nadie paga, pero eso sí, ellos reciben “su platica” por anticipado.

En todos los casos el “paganini” siempre es el pueblo, el usuario; y no hay poder humano que los defienda del espíritu depredador de estos empresarios que cartelizaron todas estas actividades para el enriquecimiento de sus propietarios y los políticos que los defienden.

El gobierno de Gustavo Petro, coherente con sus promesas de campaña, presentó las reformas pertinentes para todos estos sectores, ¿y quién dijo miedo?; saltaron al unísono los empresarios y políticos que se verán afectados al ver que no podrían seguir enriqueciéndose a costa de los impuestos de los colombianos.

La ultraderecha no tiene argumentos para atacar las reformas, ya que cuando les entregaron estas actividades, lo hicieron sin consultar, a espaldas del pueblo, sin enterarlo y, como dije antes, con una campaña de desprestigio al Estado, además con la “promesa” de que sí serían eficientes. El tiempo demostró lo contrario y ni eficiencia ni nada, solo el desvío del erario a los bolsillos de unos pocos.

Estas reformas y su debate para lo que han servido es para saber cómo fue que se apoderaron y convirtieron en “negocios” estas actividades inherentes a un Estado social. Hoy, ya muchos saben los que han hecho las EPS, los fondos de pensiones, los concesionarios de los servicios públicos, la construcción de vivienda de interés social con la que se lucran de los subsidios del Estado, los que construyen vías y cobran peajes, y todo con lo que se han enriquecido desde la apertura económica de Gaviria y Uribe. Descubrieron el negocio más lucrativo, apoderarse del país y sus finanzas. Y no solamente se adueñaron, sino que con el sofisma de que “son negocios privados”, no dan información, no permiten que se les controle, audite ni fiscalice, no le rinden cuantas a nadie. Son negocios que se rigen por el derecho privado, dicen, pero no aclaran que con dinero público.

Por eso no quieren las reformas, porque pierden la oportunidad del siglo, negociar con los dineros públicos para beneficio personal, en donde las utilidades son para los privados y que debieran ser para la nación. Si el dinero es del Estado…

(1) https://pluralidadz.com/economia/el-hijo-de-uribe-construyo-centro-comercial-con-las-pensiones-de-los-colombianos/ 

*Texto originalmente publicado en Negocios privados con dinero público – SoNoticias y compartido con la comunidad de La Conversa de Fin de Semana, gracias a la generosidad del periodista Otto Hernán Riaño.

Las opiniones de los columnistas son de su exclusiva responsabilidad.  Les invitamos a leer, comentar, compartir y a debatir con respeto.

jueves, septiembre 14, 2023

ÉL SÍ DIO LA ORDEN


Imagen tomada de Diario del Magdalena

Por: Omar Orlando Tovar Troches -ottroz69@gmail.com-

Para verdades… el tiempo, pero no el de Luis Carlos Sarmiento Angulo, el controversial y poderoso banquero colombiano, ese no, el otro; el del transcurrir de la vida, el que no perdona, el que no se detiene ni por amor, ni por dinero [1].

No creo que la confesión espontánea del imputado expresidente y ex senador Álvaro Uribe Vélez, según la cual, él sí dio la orden para que se llevara a cabo la horriblemente célebre operación Orión, en la que a punta de sangre y fuego se pretendió la pacificación (seguridad democrática) de la comuna 13 en la ciudad de Medellín; haya sido un episodio de senilidad, de improvisación oratoria, ni siquiera de mal logrado sarcasmo; mucho menos, cuando en el ambiente de la capital antioqueña resuenan las denuncias sobre los extraños vínculos entre actores armados ilegales y el pasado gobierno del hoy candidato del centro democrático a la alcaldía de esa ciudad.

La inesperada confesión se presentó en medio de las acostumbradas confrontaciones verbales de Álvaro Uribe con quienes lo contradicen o le increpan sobre su responsabilidad por la política de estado de los mal llamados “Falsos Positivos”, en la que se asesinaros miles de jóvenes para hacerlos pasar como guerrilleros, en cumplimiento de la estrategia de seguridad democrática, durante sus dos periodos de mandato en la presidencia de Colombia.

Probablemente esta confesión de parte no es más que otra muestra del gran poder que tiene el ex senador del Centro Democrático, soportado en su manejo de la Fiscalía y la Procuraduría, así como en la complicidad de un importante número de aliados políticos, pero sobre todo económicos (Los dirigentes de los grandes gremios de producción)

Si bien es cierto que los interlocutores del expresidente Álvaro Uribe le reclamaban por los Falsos Positivos, también lo es, el hecho de que, en uno de sus acostumbrados ataques de soberbia y de autoritarismo; el exmandatario colombiano se ufanó de haber dado la orden de ejecutar la Operación Orión, en la que, según algunos testigos: “el Estado llegó juzgándonos a todos como guerrilleros, como malandros, como asesinos. Ni siquiera hizo una distinción sino que empezó a hacer su incursión militar como si toda la Comuna fuera guerrillera, como si toda la Comuna fuera paramilitar. Como si toda la Comuna tuviera que ver con el conflicto[2]

Aunque la aceptación de responsabilidad de Uribe por esta oscura operación no es nueva, lo que si es nuevo es la actitud y el contexto en que ocurrió. La confesión se dio frente a una creciente presión por parte de los familiares de las víctimas de los falsos positivos y por las recientes y contundentes revelaciones de exparamilitares sobre los vínculos entre estos grupos ilegales y el gobierno de Álvaro Uribe Vélez, todo esto, en el marco de la pugnacidad política alrededor de las elecciones de mandatarios locales y regionales, específicamente; la que se está presentando en medio de la lucha por la alcaldía de Medellín, uno de los bastiones de la derecha colombiana.

También sorprende que el habilidoso líder de la derecha colombiana haya atraído para sí, la atención de la opinión pública, justo cuando sus aliados, los dueños de la mal llamada gran prensa colombiana, habían dado la orden de arreciar la campaña de manipulación de la información para ensuciar la imagen del actual presidente de Colombia, Gustavo Petro. Es posible (elucubración del autor de estas líneas) que esta aparente confesión de parte, busque seguir relevando a la justicia colombiana, especialmente a la Fiscalía General, de tener que probar su total responsabilidad judicial por el terrorismo de estado implementado durante sus mandatos, en otra de las acostumbradas jugaditas del uribismo.

Desde mi humilde punto de vista, no creo que haya lugar para algún tipo de optimismo frente al avance de las investigaciones y/o enjuiciamiento del señor Álvaro Uribe, toda vez que, nada de lo que este controvertido personaje haga o diga es gratis, ni mucho menos improvisado.

Probablemente esta confesión de parte no es más que otra muestra del gran poder que tiene el ex senador del Centro Democrático, soportado en su manejo de la Fiscalía y la Procuraduría, así como en la complicidad de un importante número de aliados políticos, pero sobre todo económicos (Los dirigentes de los grandes gremios de producción), quienes, durante más de 20 años han convivido y se han enriquecido mutuamente bajo un indecente manto de impunidad.

Nos quedaría el consuelo de que, por una u otra razón, la presión de las ciudadanías libres y decentes logró que el dueño del Ubérrimo expresara públicamente que Él si dio la orden, aunque reitero, es muy probable que se trate de un acto más de exhibicionismo de su poder.

La ñapa: Se llegó la fecha de decidir si realmente queremos el cambio en la forma de hacer política y de manejar lo público, si queremos que haya justicia, verdad y reparación o si lo que queremos es que los poderosos se sigan enriqueciendo a costa de la miseria, la violencia y la muerte. Así de sencilla, pero así de importante es nuestra decisión, a la hora de votar este 29 de octubre. Votar bien o votar por lo mismo. (Recomendado: Elecciones 2022: ¿Votar bien o Votar lo mismo? En el canal YouTube de La Conversa de Fin de Semana)



[1] Referencia a la letra de “Maestra vida” compuesta por Rubén Blades.

[2] Extracto del relato de “Martha Cecilia Rugeles, una habitante de la Comuna 13, en Medellín”, tomado de [Audio] Operación Orión en la Comuna 13 de Medellín, 16 años después | la fm

martes, septiembre 12, 2023

¿Extradición sumaria y oculta? Al compás del Char-Char-Char*

Por: Germán Navas Talero y Pablo Ceballos Navas

Editor: Francisco Cristancho R.

¿Por qué admitir que una persona tenga un capital improductivo concentrado en la propiedad de tierra apta para la producción, al tiempo que miles pasan necesidades para obtener un mínimo vital con cultivos en predios ajenos? Que Lafaurie y sus socios nos contesten estas preguntas

El gobierno está preparando un decreto para apoyar la movilización campesina, algo parecido a lo que otrora hiciera el presidente Carlos Lleras Restrepo con la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos (ANUC). Obviamente, la godarria brincó: fue así como José Félix Lafaurie escribió una columna que ha sido interpretada por algunos –entre quienes está el Presidente de la República– como una incitación al ejercicio de la autodefensa. Sabemos que las Autodefensas Unidas de Colombia tuvieron su origen en la supuesta defensa de los latifundistas de las amenazas de invasiones y redistribuciones, vistas por ellos como sinónimos. Cada vez que se propone dar tierras feraces a los campesinos sin propiedad y con conocimientos en agricultura, aparecen disgustados hacendados agitando la bandera de la defensa a la propiedad privada, que rápidamente se torna en expresiones armadas de defensa por cuenta propia.

En su auge, cuando las organizaciones paramilitares instauraron un régimen de terror en algunos departamentos del país, se dispararon los hechos victimizantes contra la población civil y, conforme profanaban poblaciones enteras, solo dejaban a su paso sangre, desahucio y dolor. A nadie defendieron las autodefensas, si acaso protegieron grandes extensiones de tierras inutilizadas o con un palo de mango por cada hectárea. Su crueldad no encontró límites y su voluntad de generar zozobra en la población civil solo se asemeja a la de los grupos narcotraficantes que sometieron al país en la década de los ochenta. A eso proponen regresar algunos líderes y agremiados de las federaciones de grandes propietarios de la tierra, porque no pueden ver más allá de sus inmerecidos privilegios. A buena hora el gobierno persiste en su intención de promulgar el decreto de apoyo a la movilización campesina, que será determinante para concretar la promesa más importante de este gobierno: dejar en situación irreversible la reforma agraria, para que no se repita jamás una guerra civil por la tenencia desigual de la tierra.

Conviene recordar el viejo adagio que reza “la tierra no es de aquel quien la posee sino de quien la necesita”. ¿De qué sirve tener miles de hectáreas de tierra fértil sino para producir en ellas alimentos? ¿Por qué admitir que una persona tenga un capital improductivo concentrado en la propiedad de tierra apta para la producción, al tiempo que miles pasan necesidades para obtener un mínimo vital con cultivos en predios ajenos? Que Lafaurie y sus socios nos contesten estas preguntas y con ello nos expliquen cómo justifican su conducta de oposición absoluta, inapelable y frontal al proyecto de dar tierras a quienes las necesitan para vivir, previa compensación a precio de mercado al propietario en hipótesis de compra forzosa de bien rural apto para la producción agrícola y ganadera.

–Pasando a otro tema de actualidad– De película tragicómica la entrega de Arturo Char a las autoridades colombianas para que le apliquen ‘las cuarenta’. Lo que nadie se ha ocupado de investigar es si Char efectivamente fue extraditado o si arribó al país por su cuenta y riesgo, puesto que contra él reposaba una orden de captura internacional, que en caso de ser noticiada por las autoridades estadounidenses a la salida del país del individuo debía conducir a su aprehensión inmediata. Tuvo que ser extraditado o de lo contrario no se explica cómo hizo para salir de Estados Unidos. Nada se sabe del avión en el que llegó o de sus ocupantes, solo se conoce la versión que él y su familia pretenden que circule: que quiso regresar al país tras la emisión de la orden internacional de captura y al llegar a su ciudad natal, Barranquilla, decidió entregarse a las autoridades como todo el prohombre que es.

Huele a sainete para dejar en buena posición al hermano del reseñado–presunto determinador de una estrategia masiva y organizada de compra de votos, Alejandro Char, actual candidato imbatible a la alcaldía de Barranquilla. Pero bueno, nosotros que somos ilusos: ¿cómo es que la fiscalía de Francisco Barbosa iba a capturar a un Char? Ni más faltaba, si es todo un caballero y hombre de bien, perteneciente a una connotada familia costeña que no ha hecho nada distinto a contribuir al desarrollo de su región y que no se merece la preocupación que causa un “carcelazo”.

La mayoría de los colombianos están rascándose las narices al ver que Char se iría a pagar ‘cana’ a la ‘cana’ y a una de las más serias: la cárcel La Picota de Bogotá. No son pocos quienes manifestaron asombro por la decisión del INPEC de situar al capturado y detenido preventivamente en semejante penal en lugar de una guarnición militar o una reclusión de lujo como la mayoría de los políticos de alto coturno. En vista de estas reacciones nos preguntábamos, ¿qué corona tienen estos señores para que sorprenda que se vayan a una cárcel habiendo sido capturado y posiblemente trasladado en una suerte de extradición opaca y secreta a la usanza de los Char? ¿Así de poca es nuestra confianza en las instituciones del Estado? Esto nos recuerda a una canción en la que se escucha “al compás del chachachá”, que bien podría confundirse por estos días con al compás del Char-Char-Char.

Adenda: debe estar brincando, llorando, suspirando y rabiando la autoritaria alcaldesa de Bogotá por la reciente admisión de una acción popular que de prosperar impedirá que lleve a término sus caprichos. Doña Claudia encontrará en los jueces el freno que los concejales no estuvieron dispuestos a ponerle. Enhorabuena a los accionantes y que prospere el tatequieto por los vecinos de la carrera séptima y por el futuro de nuestra ciudad, que no es la misma de Claudia. Celebramos este fallo y todos los que detengan los impulsos autoritarios de el/la peor alcalde/sa desde que los ciudadanos pudimos elegirlo.

 *Texto originalmente publicado en: https://www.sonoticias.com.co/   y compartida con la comunidad de La Conversa de Fin de Semana gracias a la generosidad del periodista OTTO HERNÁN RIAÑO.

Las opiniones de los columnistas son de su exclusiva responsabilidad.  Les invitamos a leer, comentar, compartir y a debatir con respeto.

 

  

miércoles, agosto 16, 2023

En Estados Unidos sanción, en Colombia impunidad *




Por: Germán Navas Talero y Pablo Ceballos Navas

Editor: Francisco Cristancho R.


En la teoría el juez es un ente imparcial, quien después de escuchar las alegaciones de las partes dicta en derecho la decisión que reconoce una garantía o impone una sanción. En la práctica no siempre es así.

Las legislaciones penales colombianas parecen estar hechas para que reine la impunidad y el hampa con privilegios que permiten gozar de libertad, mamarle gallo a la opinión pública y seguir en las mismas. Veamos el caso de José Manuel Gnecco, quien está acusado de haber dado muerte a su esposa María Mercedes, hecho que ocurrió a finales de 2021 y, sin embargo, la audiencia final de juicio está en veremos por dilaciones y ‘recursitis’ de la defensa. Cuenta El Espectador en su edición dominical que el señor Gnecco está siendo juzgado por un amigo suyo, magistrado del tribunal de San Andrés que ha resuelto no declararse impedido para conocer del proceso. Es frecuente ver cómo, so pretexto de una libertad, el sub júdice escapa de la acción de la justicia. Nos dirán que somos carceleros, y no señores, todo lo contrario; pero sí queremos que se aplique la ley sin distinción de cuenta bancaria o posición social. Esta es nuestra protesta ante semejante acto de impunidad.

¿Por qué será que en cada crimen de importancia aparece el sello colombiano? En el magnicidio del presidente de Haití hubo colombianos implicados; mercenarios que otrora habían portado uniformes de las fuerzas militares y opacos empresarios que desde Miami habrían urdido el plan para desestabilizar por completo este país caribeño. Los autores materiales ya están donde deben estar: en la cárcel. Nada de casinos ni de escuelas de cadetes. ¿Y los determinadores? Hasta donde se ha conocido, sus procesos siguen en indagación por parte de las autoridades haitianas y estadounidenses. Lo cierto es que si los estuvieran juzgando en Colombia ya gozarían de libertad o estarían esperándola cómodamente en una guarnición militar.

El epítome de este fenómeno de exportación de sicarios ocurrió hace tan solo una semana, en Ecuador, donde asesinaron a un candidato presidencial y sus presuntos homicidas son seis connacionales nuestros. Por otra parte, hay casos en los que no se precisa hacer viajar a los asesinos, como con Marcelo Pecci, fiscal paraguayo de renombre quien se disponía a disfrutar en paz de sus vacaciones en Barú, hasta donde llegaron sicarios contratados por una organización criminal que perseguía en su país y le causaron la muerte. El mercado de ‘perros de guerra’ preocupa y debe ocupar la atención de las autoridades, en particular de las fuerzas militares en tanto suelen ser exmilicianos quienes lo conforman. Si no se da un tratamiento oportuno a este asunto puede convertirse en obstáculo para las relaciones con los países receptores de estos asesinos a sueldo y eventualmente afectará la política exterior de Colombia.

Un titular nada complicado y honesto en el que se informara que el Grupo Aval fue sancionado con una multa de 40 millones de dólares por los sobornos de Odebrecht, lo convirtió sin escrúpulos El Tiempo en una absolución

Galimatías han armado algunos periodistas por tratar de decir y no decir lo que ya es un decir. En las portadas y en los micrófonos de unos pocos, pero poderosos medios le hicieron el quite a la noticia de que una de las empresas del señor Luis Carlos Sarmiento Angulo había sido sancionada con una cuantiosa multa por parte de la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos, con ocasión de las trampas que emprendieron en asocio de Odebrecht para hacerse con contratos de infraestructura vial. Por lo visto, hay quienes no quieren enfrentarse con uno de los mayores financiadores de pauta del país, incluso si ello resulta perjudicial para sus audiencias. Prevaleció el ansia de alimento al interés por informar. La cosa fue tan cómica que hubo un periodista que afirmó que habían impuesto una multa y al mismo tiempo lo habían absuelto. Si uno no estaba enterado de lo ocurrido, podía llegar a creer que el gobierno estadounidense estaba premiando al Grupo Aval por sus buenos oficios en el desarrollo de la infraestructura de Colombia.

El periodista Gerardo Reyes, a quien tomamos de su cuenta de Twitter, resumió el problema así: “Un titular nada complicado y honesto en el que se informara que el Grupo Aval fue sancionado con una multa de 40 millones de dólares por los sobornos de Odebrecht, lo convirtió sin escrúpulos El Tiempo en una absolución”. Acompañaba su comentario un titular que aparece en la página web de El Tiempo y que se lee “Justicia de EE.UU. deja libre de investigaciones a Grupo Aval por caso Odebrecht”. Con el valor y la independencia que lo caracterizan, el primero en informar la decisión de las autoridades gringas como correspondía fue Daniel Coronell, quien publicó en su cuenta de Twitter: “La SEC de Estados Unidos multa al grupo Aval de Colombia por prácticas corruptas relacionadas con Odebrecht…”

Destacamos por extraño y preocupante lo reportado por Noticias Uno tras la decisión de las autoridades estadounidenses: en Colombia, el Grupo Aval fue multado por haber pagado sobornos por el orden de los 6.5 millones de dólares, pero en Estados Unidos admitió haber sufragado 23 millones de dólares en coimas. Nos preguntamos, ¿esta discrepancia no es un patente fraude procesal? De lo que sí estamos seguros es del poder de vidente, que no bidente, del ahora presidente de la República y entonces senador, Gustavo Petro. Lo que dijo Petro en relación a esta trama criminal fue predicción de lo que efectivamente ocurrió: desde la indagación que tenía que iniciar la autoridad estadounidense al estar listado en bolsa el Grupo Aval, hasta la posibilidad de negociar una eventual condena y la casi garantizada impunidad en las instancias nacionales. Escúchenlo por ustedes mismos dando clic acá.

Hay gente que nos presta toda credibilidad al momento de acusar a alguien, por su experiencia y capacidad investigativa. Es el caso de Gonzalo Guillén, conocido con el hipocorístico Heliodoptero, quien venía anticipando desde hace mucho rato que a los partícipes del piquete de Odebrecht-Sarmiento les aplicarían las cuarenta, permitiendo que muchos le dijeran fantasioso, insidioso y de plano mentiroso. Hoy vemos que Guillén no estaba poniendo las cartas sino su granito de arena para que hubiese justicia. No nos queda más que aplaudir su trabajo y el de varios periodistas que se ocuparon desde el primer momento de este caso.

Notas varias:

Apuntes buenos se ven ocasionalmente en Twitter, como el de este internauta en el que se refiere al hipotético atentado contra el fiscal Barbosa –cuya credibilidad ha sido puesta en entredicho– y que en opinión suya no sería con criptonita sino con el artefacto que verán a continuación:

Ingenioso y perspicaz nos pareció este tuit de Diana López Zuleta: “Nunca se me había pasado por la cabeza que innumerables asesinatos, incluido el de mi papá, fueran motivo de aplauso y recurso para adquirir votos. A Juana Gómez Bacci, hija del asesino Kiko Gómez, no le da vergüenza y dice: “tengo que cumplirle a mi papá”. […] Cuando ella dice que va a cumplirle al asesino, las víctimas nos preguntamos cuántos homicidios hacen falta”. Oportuna y justa descripción de la mentalidad de ese personaje. Estará en la puerta del horno el aval de los partidos de la derecha para la señora Juana Gómez, sucesora del clan.

Adenda: si quieren entretenerse en medio de todas nuestras desgracias, tienen que escuchar la más reciente conversación entre Urías Velásquez y uno de los coautores de esta columna en “La Hora del Terror”, segmento en el que hacen sorna del acontecer nacional. Dé clic acá para ver el video, espiche duro. En esta conversación no hay lugar a mentiras ni a silencios pagos.

Adenda dos: esta columna, para satisfacción nuestra, es reproducida en varios medios de comunicación, entre otros uno denominado La Conversa. Los invitamos a que, si por algún motivo no pueden acceder a la columna por los medios habituales, se dirijan a ese medio a leer lo aquí escrito. Gracias a su director, Otto Hernán Riaño, y a sus lectores.

¡Nos leemos en la próxima!

*Texto publicado originalmente en: https://www.sonoticias.com.co/   y compartido con la comunidad de La Conversa de Fin de Semana gracias a la generosidad de sus autores y del periodista Otto Hernán Riaño

Las opiniones de los columnistas son de su exclusiva responsabilidad.  Les invitamos a leer, comentar, compartir y a debatir con respeto.

 


viernes, julio 14, 2023

COMUNICADO A LA OPINIÓN PÚBLICA QUILICHAGÜEÑA

La Conversa de Fin de Semana comparte con sus lectores, visitantes, amigos, seguidores, suscriptores y especialmente, con la comunidad Quilichagüeña, el COMUNICADO de las organizaciones Frente Amplio por La Paz con Justicia Social, Memoria Colectiva Quilichao, Para Sanar a Mi Quilichao y las Ciudadanías Independientes de Quilichao; frente a las candidaturas a la alcaldía de este importante municipio norte caucano.

La ausencia de propuestas programáticas serias de los candidatos a la alcaldía de Santander de Quilichao y que han sido reemplazadas por listados de buenas intenciones generales y frases de cajón para esconder el hecho real de la ausencia de la comunidad en el análisis y la proyección administrativa; nos impiden que podamos respaldar cualquiera de esas candidaturas.

Seguir leyendo documento completo:

Puede descargar el documento haciendo clic AQUI 

miércoles, junio 21, 2023

¿QUÉ ESTÁ PASANDO CON EL PACTO HISTÓRICO EN QUILICHAO?

La Conversa de Fin de Semana ha venido recibiendo informaciones, según las cuales, el anuncio público de la nominación del Concejal del MAIS en Santander de Quilichao, como candidato por el Pacto Histórico a la alcaldía de Santander de Quilichao en las elecciones locales y regionales de octubre próximo, habría ocasionado un fuerte sisma al interior de la coalición.

Al comunicado de Colombia Humana, partido del actual presidente de Colombia, Gustavo Petro, en el que se denuncia la imposición del nombre del concejal Jesús Yule, como candidato del Pacto a la alcaldía municipal de Santander de Quilichao, se suman las comunicaciones públicas de dirigentes de movimientos y partidos integrantes del Pacto Histórico, en las que se lee un gran descontento por la manera en que se hizo la nominación del concejal de MAIS, como aspirante a suceder a la actual alcaldesa Lucy Amparo Guzmán, perteneciente a la coalición de los ex alcaldes Carlos Bonilla y Eduardo Grijalba, quien nuevamente estaría aspirando a su reelección como alcalde.

La Conversa comparte con sus lectores, visitantes, seguidores y suscriptores los documentos suscritos por: Carlos Vargas, ahora ex integrante de la Unión Patriótica y Carlos Ramírez, actualmente exaspirante al Concejo municipal de Quilichao por el Polo Democrático Alternativo, en los que se señala el descontento por la manera en que se hizo la nominación de Jesús Yule, como candidato del pacto. Así las cosas, estas muestras de desaprobación a la nominación del concejal Yule, podrían estar indicando la existencia de grandes dudas acerca del respaldo que podría tener su candidatura por parte de las bases que han venido respaldando las propuestas del Pacto Histórico, quienes se estarían preguntando: ¿Qué está pasando con el Pacto Histórico en Quilichao?

COMUNICADO PÚBLICO A LA UNIÓN PATRIÓTICA

 

Puede descargar el documento haciendo clic AQUI


CARTA RENUNCIA ASPIRACIÓN AL CONCEJO DE SANTANDER DE QUILICHAO EN NOMBRE DEL POLO DEMOCRÁTICO

Puede descargar el documento haciendo clic AQUI

sábado, junio 10, 2023

TELECOM, 20 AÑOS DESPUES

Nota: Puede acceder a la información adicional, haciendo clic en los enlaces azules

 
PUEDE DESCARGAR EL DOCUMENTO COMPLETO 

HACIENDO CLICK AQUI

viernes, mayo 26, 2023

Confederación de Pensionados de Colombia apoya Reforma Pensional


Imagen del acto de presentación del proyecto de Reforma Pensional del gobierno del Pacto Histórico

Teniendo en cuenta la estrategia de desinformación emprendida en contra de las Reformas Sociales del gobierno nacional del Pacto Histórico, mandatadas mayoritariamente por la sociedad colombiana; La Conversa de Fin de Semana considera pertinente presentar a sus seguidores, suscriptores y visitantes el documento de CONFEDERACION DE PENSIONADOS DE COLOMBIA, en el que se manifiesta el apoyo a la REFORMA PENSIONAL presentada por el presidente Gustavo Petro, por intermedio de la Ministra de Trabajo y Seguridad Social, Gloria Ramírez.

jueves, mayo 11, 2023

En la Fiscalía asustan hasta al fiscal general*

 
Por: Germán Navas Talero y Pablo Ceballos Navas  

Los ignorantes disimulan sus dificultades inventando palabrejas o empleando latinazgos con los cuales descrestan a otros aún más ignorantes.  

El fiscal Barbosa no supo dar respuesta a una inquietud de interpretación constitucional por su notable desconocimiento de las instituciones jurídico-procesales del derecho penal.  

En Colombia se puede poner una escuela de guerra para enseñar a matar, una de box para aprender a romperse a puños o una de lucha para hacer mejores llaves que una ferretería, pero ni se le ocurra montar una escuela para enseñar a hacer el amor. En días recientes un periodista de Caracol calificó como bochornoso lo que hizo una pareja en Cartagena, a saber, mantener relaciones sexuales en un balcón. Lo verdaderamente bochornoso es lo que cuenta que ocurrió después: uno de los involucrados en el acto amatorio habría pagado 3.000 dólares al policía que fue despachado a la escena para que lo dejara volver a sus asuntos. Eso sí es bochornoso, lo otro es perfectamente normal. ¿Será que al periodista le parece bochornoso “hacer el amor” cuando de él y su pareja se trata?  

La ignorancia de don Luis Carlos Vélez recibió mención de honor tras su afirmación en días pasados de que la guardia indígena desfilaba “armada” por el centro de Bogotá. Sustentaba su dicho con una fotografía en la que se veía a varios indígenas en formación portando un bastón de mando, cuya vocación para hacer daño es mínima sino inexistente, pero que en opinión del periodista era equiparable con un Galil. Como lo contó el medio Pacifista, el poder del bastón radica “en su fuerte simbología que manifiesta la autoridad moral, la autonomía y la resistencia de los pueblos indígenas”. Fueron muchos los colombianos que protestaron ante las afirmaciones de Vélez al tiempo que unos pocos comunicadores se limitaron a repetir como loras. Nos percatamos de que cada vez que caemos –por erro– en alguna de las emisoras de los grupos empresariales nos sentimos como en la caricatura de Tuco y Tico, las urracas parlanchinas.  

Hablando de uribistas, nada menos que un cretino es el personaje que se autodenomina “El Patriota”, quien por medio de su cuenta de Twitter difunde constantemente información que atenta contra la honra e integridad de otros ciudadanos. En una de sus últimas expresiones, el señor Jaime Arturo Restrepo –porque hay que tratarlo por su verdadero nombre– afirmó que la guardia indígena es una célula guerrillera. Siguiendo su lógica, podría decirse lo mismo de él por sus conocidos nexos con ultras y uno que otro paramilitar.  

Cambiando de tema, quienes hemos dictado clases no podemos aceptar que un señor político como Sergio Fajardo se presente ante la opinión pública como “El Profesor”. Nosotros que hemos escuchado sus intervenciones, tan magistrales como las de Duque, nos atrevemos a afirmar que no le cabe el título. Porque lo hemos escuchado y porque ha dicho todo lo que sabe, el señor Fajardo de profesor poco, por lo que respetuosamente le pedimos que deje este noble oficio a quienes sí saben hacerlo. Sin pretender ser copistas, nos permitimos transcribir un twitt de Francisco Castañeda (@FranciscoporBta) que se lee: “¡ya viene el video podcast “El Profesor”! Es tóxico que después de tres campañas presidenciales llenas de tibieza y después del escándalo de Hidroituango, Sergio Fajardo se siga presentando como ‘el profesor’”.  

Lo que le faltaba al circo de los hermanos Gasca es el papelón de payaso que está haciendo el jurista de la Sergio Arboleda que mal maneja la fiscalía general. Haciendo el ridículo, al igual que otrora lo hizo su antecesor Néstor Humberto, se dice amenazado por la divulgación que el presidente Petro hizo de una información del periodista Gonzalo Guillén publicada en La Nueva Prensa, según la cual un fiscal del entourage de Barbosa –el señor Daniel Hernández– habría guardado silencio cómplice respecto de 200 homicidios presuntamente efectuados por el Clan del Golfo. Ahora Barbosa se hace el mártir y presenta su causa como una de persecución política, así como advierte de exilios y procesos judiciales.  

Lástima que las pesquisas que se sucedan de todo esto las conocerá el peor error de la Constitución de 1991: la Comisión de Acusaciones, institución que ha desnaturalizado el ejercicio de la administración de justicia contra aforados y que demanda una reforma urgente como lo han hecho saber múltiples juristas, bien sea mediante una reforma constitucional o una asamblea nacional constituyente. No puede seguirse admitiendo que individuos faltos de cualquier conocimiento atribuyan responsabilidades penales.  

Recomendamos leer la investigación que suscitó el debate, publicada en La Nueva Prensa y firmada por Gonzalo Guillén, a la que pueden acceder dando clic acá. Como abrebocas, les presentamos este párrafo: “[i]nvestigador del CTI le pidió en vano al fiscal Daniel Hernández impedir cientos de homicidios específicos del Clan del Golfo y luego le envío constancias de que los dejó cometer”.  

Los comentarios que se hacen en los corredores sobre el vis a vis del presidente y el fiscal Barbosa es que éste no supo dar respuesta a una inquietud de interpretación constitucional. No tendría nada de raro que esto sea cierto, a juzgar por su conducta previa y en particular por su notable desconocimiento de las instituciones jurídico-procesales del derecho penal.  

A nadie le gusta pagar impuestos, pero cuando uno tiene que hacerlo para que se los goce una gobernante como Claudia López da rabia. La piedra es mayor tratándose del impuesto a los vehículos automotores, que no refleja un ajuste en razón de las cada vez más intensas restricciones a su uso. Por capricho y voluntad de la mandataria, un carro particular ha dejado de circular, en promedio, alrededor de 30 días al año. Sus decisiones sin sustento ni técnica han llevado –como esperaban con ansia en la secretaría de Movilidad– a un incremento desmesurado en el pago de la exención, beneficio al que no pueden acceder los propietarios de la clase media, quienes se ven obligados a emplear otros medios de transporte para sus desplazamientos. Este invento, por demás equivocado, tiene una perversa destinación específica: financiar –aún más– el déficit de los operadores privados de Transmilenio.  

Mientras caminamos al banco para pagar los impuestos vemos vías llenas de huecos, surcamos andenes inexistentes o tan deteriorados que nos obligan a bajar a la calzada y, entre caneca y caneca, nos toca volver al pavimento dado que el andén está invadido por sacos de escombros. Nos cuentan que quienes han hecho negocio durante la alcaldía de López son los comercializadores de medidores de tensión, por la piedra que produce en los ciudadanos su gestión. Pero quizá lo más grave del cuento está en la destinación de los varios impuestos que se pagan por medio del recibo de impuesto vehicular: todo parece indicar que ninguno tiene por objeto la conservación de la malla vial, su natural destinación, y se estarían empleando recursos obtenidos de estos tributos para pintar de azul las calles y con ello convertirlas en “bicicarriles”.  

Entre sustracción y sustracción del espacio público destinado a la movilidad de los conductores y usuarios de buses, la Alcaldía ajusta decenas de kilómetros de “nuevas ciclorrutas” que publicita día de por medio en la prensa. Y la pintura es el mejor de los casos, porque hay varios “bici carriles” cuya única indicación de existencia es un “maletín” de plástico naranja atravesado en la vía y al que le han crecido plantas por el paso del tiempo.  

Adenda: acabamos de ver un titular de imaginación y tiene que ver con nuestros héroes de la patria. A un exgeneral y dos excoroneles colombianos les fue revocada su visa para acceder al paraíso capitalista y se les prohibió ingresar por cualquier medio a Estados Unidos. El gobierno Biden les quitó las llaves para visitar Disney a los señores Iván Ramírez Quintero, Hernán Mejía Gutiérrez y Juan Carlos Figueroa Suárez. Sobra decir que aplaudimos esta decisión.  

*Publicada el mayo 9, 2023 Por hernan1461 en: SoNoticias – Periodismo