LA VITRINA DE LA CONVERSA

lunes, septiembre 12, 2016

LOS PROFESIONALES DE LA POLÍTICA.


Por: Omar Orlando Tovar Troches –ottroz69@gmail.com-

Por estos días llenos de gloria inmarcesible y de júbilo inmortal, de corazones henchidos de orgullo patrio; gracias a las noticias generadas por las brillantes actuaciones de nuestros deportistas y por el anuncio de la proximidad de la firma del Acuerdo Final Para la Terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz Estable y Duradera, nuevamente hacen su aparición en el escenario público; los inefables Profesionales de la Política.

Tremenda obviedad dirán, y con acierto, quienes lean estas notas. El proceso de firma del acuerdo entre la guerrilla de las F.A.R.C. y el gobierno Colombiano, entre otras muchas cosas, es eso: político, por lo que es apenas natural, que quienes viven de y por la política pretendan ejercer su profesión, intentando generar opinión en favor o en contra de este proceso. Hasta allí, todo más o menos lógico y predecible, lo maluco, por enésima vez, es la intencionalidad oculta de muchos de estos personajes.
El gobierno Nacional ha llamado a sus huestes agrupadas en lo que ellos han decidido llamar la “unidad Nacional”, para emprender la tarea de motivar al pueblo colombiano para que voten “SI” en el plebiscito que refrendará el famoso acuerdo de Fin del Conflicto, durante la jornada del próximo 2 de octubre. De igual forma el C.D. en cabeza de su caudillo Álvaro Vélez llama a sus seguidores y seguidoras para que marquen la casilla NO en esta jornada. Se reitera; hasta aquí todo muy “democrático”.
Lo indeseable del ejercicio de los profesionales de la política (algunos y algunas para no generalizar) es ese afán protagonista de encabezar, dirigir o liderar las campañas del cacareado plebiscito, afán este, loable en principio pero detestable en algunas formas y objetivos. Veamos.
Para nadie es un secreto, que muchos de los males patrios que han generado los múltiples conflictos de nuestra empobrecida sociedad, tienen origen en las pilatunas, desaguisados y tramoyas urdidas por esa endémica clase politiquera, que cada que puede se aparece en el escenario público,  para montarse en la chiva de la victoria. Así lo constatan los innumerables estudios y documentos realizados por distinguidos estudiosos de nuestra realidad social, de aquí  y de más allá de nuestras fronteras.
Estos politicastros andaban, como siempre, ausentes de los territorios, ausentes de los males que aquejan a ese pueblo que manipulan cada cuatro años, para conseguir su favor electoral, ausentes de los grandes temas de la nación, inasequibles para sus electores y amnésicos de sus deberes, sin embargo hoy, ad portas de una nueva esperanza; aparecen por arte de magia (electorera), de la nada, sin que nadie los invocara, efectuando una vez más su arte de prestidigitadores de la necesidad, para proclamarse como representantes de la Sociedad Civil.
Por ahí los vemos; convocando a conversatorios, a cafecitos, a marchas, a conciertos musicales o a reuniones para convocar, ahora sí, a ese pueblo colombiano que merece una segunda oportunidad sobre la faz de la tierra, parafraseando a Gabo. Se les olvida y se nos  olvida que han sido estos señores y señoras de la política nacional (reitero: no todos y todas); en gran parte, los causantes por acción y omisión de las mil y una violencias, no armadas muchas de ellas, que han azotado y azotan la vida de los millones y millones de colombianos que siempre han deseado estar y vivir en paz.
Ahora, algunos profesionales de la política, se pavonean por las comarcas, con camisetas de si o no a la paz, llamando pueblo, pero no tanto para pensar en la oportunidad de una Colombia en Paz, sino para ambientar sus propias campañas electorales. Se encaraman en el Transmilenio, MIO, “guala”, “Yipao” o chiva de la paz, para hacerse ver y de alguna manera  hacerse contar en la jornada plebiscitaria, pretenden con la demagogia de la paz, ganarse nuevamente el favor de este pueblo, empobrecido, excluido, discriminado y victimizado, posando como promotores de paz.
Pretenden otra vez,  hacernos olvidar, que  hasta hace pocos días ellos y algunas ellas, eran ni más ni menos;  los generadores de ese conflicto social, que desde las épocas de sus tatarabuelos (políticos), hemos padecido en esta Matria y que no se solucionaron ni con el plebiscito del 57, ni la constituyente del 91, porque simplemente ellos; los malos Profesionales de la Política, solo piensan en su permanencia en el poder, para seguir ayudando y protegiendo a los patrocinadores de sus campañas, que también han sido los patrocinadores de las mil y una violencias que aún hoy, cerca de la paz, padecemos en este país del sagrado corazón.
Adenda: Para que no se malinterprete; el autor de esta nota marcará la casilla SI, el próximo 2.