LA VITRINA DE LA CONVERSA

domingo, enero 30, 2022

La Paz y la Vida también dan votos

 

Foto: Portal El Pais de España
Por: Omar Orlando Tovar Troches -ottroz69@gmail.com-         

En el acostumbrado ejercicio periodístico capitalino de priorizar las noticias, en función de la importancia económica o farandulera que tengan; los colombianos pudimos constatar con altas cuotas de indignación, cómo, toda la prensa privada de Bogotá le dedicó páginas y tiempo, en primer lugar, a la justicia espectáculo del Fiscal Barbosa, en su libreto de Sherlock Holmes criollo, capaz de resolver en tiempo récord, el asesinato de un afamado estilista de las estrellas de los canales de televisión y en segundo lugar; a  centrar la atención de la opinión pública nacional, alrededor de la situación de guerra en la frontera con Venezuela, objetivo de la demagogia internacional del uribismo, pero sobre todo, de gran interés para la industria del petróleo y del contrabando.

Preocupa que la matriz informativa de los poderosos medios privados de comunicación, siga encasillada en el morbo amarillista de las notas de farándula y de baranda judicial, en tanto que la crisis humanitaria, ocasionada por el empecinamiento de la dirigencia colombiana en hacer trizas el proceso de paz con la ex guerrilla de las FARC-EP, sigue cobrando víctimas, ya no en términos de días, sino de horas. Las muertes de lideres y lideresas sociales, incluidas las del niño Breiner Cucuñame y de Albeiro Camayo , ambos guardias indígenas del pueblo Nasa, ambos protectores de los DD.HH. y  del medio ambiente en el norte del Cauca, aún siguen esperando un mínimo de atención de estos medios de comunicación, pero, sobre todo, de la sociedad colombiana, perdida en la matriz mentirosa de la polarización política, gestada por el terrorismo mediático de la derecha colombiana, que insiste en el miedo como estrategia electoral.

En este escenario de las pos verdades creadas y gestionadas por el mercadeo político de las campañas electorales, la vida, la paz, la verdad, la justicia y la equidad, siguen relegadas a ser asuntos incómodos que no concitan la atención del posible elector, como sí lo hacen, el insulto, el terrorismo electoral, el engaño, las promesas alucinantes, el baile de Tik Tok, o asumir una superioridad moral, declarándose de centro y anti polarizador.

El miedo a Petro, al castro chavismo, a volvernos como Venezuela, Cuba y ahora último a Rusia (¿?), vuelven a hacer parte de la estrategia de miedo acordada y emprendida, una vez más por el uribismo y sus partidos aliados. A punta de inundar los noticieros, programas y páginas de opinión de todos los portales de los medios privados de comunicación, con señalamientos de oscuras relaciones entre grupos armados ilegales, los vándalos, las primeras líneas de las protestas, con los partidos y movimientos opuestos al actual gobierno nacional; una vez más, la derecha colombiana y sus patrocinadores, intentan convencer al muy desinformado elector promedio, de la necesidad de elegir congresistas y presidente de mano firme y corazón grande, así no se llamen Álvaro Uribe, lo importante es que se ataje a Petro o a quien lo represente o se le parezca.

La Paz y la vida, no son los temas sobre los que giren las propuestas de los aspirantes a ser congresistas o a ser presidente y vicepresidente de Colombia, si acaso, se mencionan como parte de los llamados eslóganes de campaña, o para diferenciarse del rival de turno, si éste o ésta no lo hacen primero. Salvo las alusiones que, sobre el tema de la paz, han hecho los partidos y movimientos aglutinados en el Pacto Histórico y las del Candidato a senado Humberto de la Calle; estos temas parecen carecer de importancia en las agendas programáticas y electorales de las campañas políticas para las elecciones 2022.

Imagen  Portal Proclama del Cauca

Hace algún tiempo, este servidor, junto con personas de otras ciudades de Colombia, suscribimos el documento: Carta abierta a todos los partidos y movimientos políticos de Colombia. HASTA QUE AMEMOS LA VIDA. (ver: Carta abierta a todos los partidos políticos de Colombia (proclamadelcauca.com)), en el que le pedíamos a los aspirantes a congresistas y presidencia de Colombia; poner en el centro de la agenda de sus campañas; los  temas de la defensa de la Vida, los territorios, el cumplimiento del Acuerdo de Paz con las FARC-EP y la salida negociada a la actual conflictividad armada. Gracias a la colaboración de varios medios independientes, tanto de Santander de Quilichao, como de Bogotá, el documento pudo ser público, sin embargo; ninguno de los movimientos, partidos o candidatos, a quienes se les hizo llegar el documento, se tomó la delicadeza de al menos; acusar recibo del mismo, mucho menos de considerarlo y ponerlo en sus agendas.

Quienes suscribimos el mencionado documento y creemos que millones de colombianos más, seguimos convencidos de la necesidad de poner la Vida y la Paz, como centro de atención del ejercicio político del próximo gobierno nacional y de la agenda legislativa del nuevo congreso. Seguimos creyendo que ya es tiempo de parar las masacres, el terror, la violencia, el odio y la intolerancia, que, durante más de doscientos años, se han convertido en el quehacer de la sociedad colombiana y sus dirigentes.

Una vez más, invito a quien lea estas líneas, a que nos juntemos para demandar de la clase política y empresarial de Colombia, que se pongan serios y nos ayuden a parar esta matanza, este abandono, esta violencia, empezando por el clientelismo, el abuso del poder, la exclusión y la delincuencia; reunidos todos en el cáncer de la corrupción.

¡ojo! Candidatas y candidatos: La Paz y la Vida también dan votos.


viernes, enero 14, 2022

IVÁN DUQUE: UN PERFECCIONISTA DEL IMPORTACULISMO


Por: Omar Orlando Tovar Troches -ottroz69@gmail.com-

Imagen tomada de: Perfil Twitter @_Gelver_

Hablar, escribir, trinar, comentar o publicar alrededor de la aparente irresponsabilidad o incompetencia del encargado, por parte de la derecha colombiana, de la presidencia de Colombia, pareciera ser un ejercicio repetitivo y por supuesto ineficaz; sin embargo, estando a pepo y cuarta de las elecciones presidenciales, imagino que no sobra la tarea de señalar que, votar por lo mismo, no solo, sería incomprensible, sino peligroso.

Aunque desde tiempo atrás, me había impuesto una especie de censura respecto al tema de la peste del Covid19, casi dos años después, tengo que retomar el asunto, para seguir señalando la desastrosa ejecutoria en el manejo de la peste, que el gobierno Duque, le impuso a mandatarios y mandatarias regionales y locales, hecho este, que por supuesto, tampoco excusa las desinteligencias que un número mayoritario de alcaldías y gobernaciones, siguen cometiendo, a la hora del manejo de la crisis sanitaria de la variante Ómicron del covicho.

Al parecer, el manejo de la pandemia en Colombia, quedó en manos de un deficiente equipo asesor de imagen, antes que un equipo serio de científicos de peso. El afán de presentarle a la maleable y desinformada opinión pública de base colombiana, algunas cifras, pero sobre todo, anuncios, que vendieran la idea, o mejor, la imagen de una buena ejecutoria del manejo de la crisis sanitaria y económica, mientras se ejecutaban planes y programas de emergencia dirigidos únicamente a unos pocos sectores amigos del gobierno nacional, especialmente, aquellos relacionados con el renglón del comercio; ha sido la impronta que tanto Duque, como su ministro de salud, le han dado a la gestión de la peste.

Como consecuencia de la política de importaculismo social y económico, orientada por los asesores de imagen con título de economistas, a quienes Duque, les ha soltado el manejo del país; las cifras de apestados por la última cepa del bicho, se dispararon de forma sustancial, no obstante que, con antelación, científicos serios de Colombia y del mundo entero, ya habían advertido sobre las consecuencias de una apertura súbita y simultánea de las actividades económicas.

Encaramados en el eslogan, que no en una seria estrategia, de reactivación económica, Iván Duque, en sus aparentes desvaríos de príncipe Caspian de Narnia y su ejercito de bestias parlantes, se han empeñado en venderle a la sociedad colombiana unos fabulosos relatos, en los que todo el mundo está vacunado, la peste ya pasó, la economía colombiana es la mejor de Latinoamérica, el desempleo sigue bajando, las infraestructuras hospitalarias y educativas son las mejores del mundo; por lo que ad portas del fin de año 2021, le dio vía libre al consumismo, el jolgorio, la parranda y el contagio masivo, a pesar de los sabios consejos de los científicos y algunos economistas serios.

Con la peste galopando por doquier, a pesar de los intentos por disfrazar los peligros del contagio y la enfermedad, afirmando que e@_Gelver_

s una gripita o el abrazo de Macta, el colombiano promedio ya no sabe qué hacer. Aunque la economía va bien; sólo que, para unos pocos, (esto es, los exportadores de minería, cocaína, café y dos o tres renglones más), el paisano de a pie, constata con tristeza y rabia, que el publicitado (costosamente) aumento del salario mínimo, no era cosa diferente a otro cuento de Narnia. El colombiano cotidiano, ahora ya siente que él también hace parte de esas horribles estadísticas de gente que ya no como tres veces al día y que, al paso que van las cosas; ya ni para dos veces, alcanza el cacareado milloncito.

Junto con el horrible panorama de constante violación de derechos humanos, con el que ahora, es mundialmente conocido el actual gobierno de Colombia, a pesar de la insistencia en la negación constante de la verdad, como política de Estado; el que dijo Uribe, sigue empecinado en convencer a Raimundo y todo el mundo, de su constante perfeccionamiento en la estolidez, la mentira y la irresponsabilidad, desviando la atención de la opinión pública hacia sus constantes y bien calculadas metidas de pata, sus gazapos e incoherencia, en tanto que prepara el camino de regreso a las épocas del terror paramilitar y la seguridad democrática, para asegurar la continuidad de la derecha en el poder por otros cuatro años más, con el pretexto de ser la única salida que el desespero colombiano puede tener.

Aprovechando la estrategia del rio revuelto, en medio de ataques terroristas y la desbordante corruptela del uribismo en el poder a lo largo y ancho del territorio colombiano,  sin querer queriendo, ha impuesto una reforma laboral a la medida de sus amigos empresarios,  privilegiando la economía de sus patrocinadores  y para seguir confundiendo y enturbiando las aguas de la opinión; ahora se hace el loco con el manejo de la peste, obligando a todo el mundo a seguir exponiéndose a la peste en empresas e instituciones educativas y a hacerse cargo por su propia cuenta de las consecuencias, esto es, aislándose cuando se sienta apestado, aprovechando su supuesto aislamiento para tramitar por cuenta y riesgo propio, su incapacidad.

Don Iván Duque ha perfeccionado a limites inusitados, el arte del importaculismo. Caracterizado como príncipe Caspian de Narnia-Colombia-Encanto, hace todo lo habido y por haber, para venderse como un incompetente, un incapaz o un mal asesorado, cuando en el fondo, ha perfeccionado las artes del engaño y de la obediencia, ahora que, en apariencia el viejo Aslan del Ubérrimo, pareciera sufrir, muy convenientemente, ataques de senilidad, intentando decidir ¿Quién será el próximo perfeccionista al que Uribe le dé su rugido de bendición?