LA VITRINA DE LA CONVERSA

domingo, diciembre 12, 2010

Reformitirs parte II por : omar tovar


Concuerdo con el Señor Armando Montenegro, en su apreciación sobre la eterna tragedia de la educación en Colombia. Comparto lo de tragedia, comparto que es una de las causas estructurales de nuestra pobreza; en TODO el sentido del término.



Pero creo que se debería empezar por el principio como dijo el filósofo de Buga. A estas alturas de nuestro paseo, lo primero sobre lo que habria que discutir es sobre ciertos conceptos fundamentales. ¿Educación como adiestramiento, como homogenización, como alienación, como alineación, como discriminación? o ¿Educación como proceso vital de compartir experiencias y saberes en forma circular?.



La respuesta a estas inquietudes depende lastimosamente de; la generación en la que uno haya nacido, el lugar, el entorno socio economico, en últimas; de la ideología a la que a uno le toco abrazar.



Un Pais que se dice pluri etnico y multicultural, que no sabe ni mucho menos aplica conceptos como el de tolerancia, base fundamental de los dos anteriores, pues, obviamente está muy perdido aún para definir eso de Educaciòn o Formación. La formación de un ser humano solidario, útil a su comunidad, miembro activo, deliberante y aportante de ésta y sobre todo humano, depende en gran medida de que tan cerca o tan lejos se esté del vaiven del mercado.



Si la opción es acoger sin asco la nueva ideología de la aldea global, efectivamente la respuesta tiene que ser que lo que necesita este país es EDUCACION, en el sentido de adiestrar a unos cientos de miles de jóvenes en las tecnologias de las telecomunicaciones, para que a través de la red mundial de información, aprendan como se oprimen los botones de las factorías maquiladoras de la gran industria trans nacional o, en el mejor de los casos ,que se apilen virtualmente en salas cafe internet en las aulas virtuales del Sena( universidad de los pobres) para profesionalizarse en el fascinante mundo de los servicios, maquila humana para exportar.



El buen vivir es una cátedra de la vida simple. La dicta la sabiduria ancestral de los dueños verdaderos de esta tierra, no sólo los aborigenes, sino los que la trabajan con sus manos. Vivir bien no inplica un título de doctorado, implica ser humanos solidarios y tolerantes. La discusión debería abrirse. pero no creo que se hará a partir de aquí.

¿REFORMITIS? PARTE I


Opinión 11 Dic 2010 - 9:53 pm
La reforma educativa
Por: Armando Montenegro
MÁS ALLÁ DE LAS DRAMÁTICAS E irreparables pérdidas de vidas y patrimonios, en unas semanas las aguas bajarán, las casas se reconstruirán, los campos se volverán a sembrar y la vida volverá a su curso normal.
En cambio, lo que revelaron las pruebas de PISA de 2009 es una emergencia permanente y dramática: gran parte de los jóvenes de Colombia, con 15 años de edad, después de haber asistido a la escuela durante casi toda su vida, no ha aprendido prácticamente nada. La mitad no tiene la capacidad de leer para comprender y trabajar: son, en la práctica, analfabetas funcionales. Y el 70% no puede realizar las operaciones matemáticas más elementales. En estas circunstancias, es imposible que Colombia pueda ser una sociedad moderna, con capacidad para absorber la tecnología y el conocimiento necesarios para sustentar el crecimiento económico, elevar el nivel de vida y eliminar la pobreza.
Entre 65 países, Colombia ocupó el puesto 52 en Comprensión de lectura; el 58 en Competencia matemática y el 54 en Competencia científica. Y no le fue más mal sólo porque en la muestra se incluyeron países como Kirguistán, Albania, Túnez y Qatar, los coleros, donde el sistema educativo es prácticamente inexistente. Lo peor es que, aunque se observa alguna pequeñísima mejoría, la situación de Colombia es casi tan mala como la que revelaron los exámenes anteriores. Al paso que vamos, nos tomará décadas alcanzar un nivel medianamente aceptable.
Gran parte del sistema educativo es un engaño. Los muchachos y sus padres, así como gran parte de los maestros y rectores, deben ser conscientes de que están perdiendo el tiempo; de que en las escuelas no se está preparando a la juventud para trabajar y salir de la pobreza. Lo que allí sucede sirve, por el contrario, para reproducir y perpetuar la ignorancia, la pobreza y la inequidad de Colombia.
Sólo cuando los ministros, los secretarios de Educación, los maestros, los padres de familia, los alumnos y los políticos tengan conciencia de la magnitud de esta crisis crónica, van a tomar en serio la educación en Colombia. El país no puede pensar en locomotoras que lo arrastran hacia el desarrollo mientras la mayoría de los pasajeros de ese tren sean ignorantes y semianalfabetas.
La buena noticia es que el foco de los planes del nuevo gobierno en materia de educación es acertado. Las ideas generales que ha expuesto la Ministra van en la dirección correcta. Pero esto no es suficiente. La educación debe ocupar un lugar central y primordial en los planes de desarrollo. Nuevos instrumentos, modelos, recursos y mecanismos, semejantes a los que ensayan los países más avanzados, deben ponerse en práctica. El sector privado, las fundaciones y los gobiernos locales deben revisar y optimizar todo lo que están haciendo. Es necesario elevar los esfuerzos y, sobre todo, ser mucho más ambiciosos.
La reforma de la educación debería depender, directamente, del liderazgo del Presidente de la República. Una misión educativa (del calibre de las que convocaron otros presidentes en el pasado), conformada por grandes expertos del mundo y por especialistas del país, debería preparar unas recomendaciones para que Colombia dé un gran salto en esta materia. De esta manera, el presidente Santos podría impulsar una transformación definitiva de la educación del país. Ese sería un legado enorme para el país.

Armando Montenegro
Tomado de la edicion dominical de el Espectador Domingo 11 de Diciembre de 2010