LA VITRINA DE LA CONVERSA

lunes, diciembre 19, 2011



Aunándome a las quejas de cientos de profesores y profesoras que no se publican en El Tiempo, el snobismo, la falta de concentración, la homogenización de nuestros jovenes, es la marca de nuestros dias.



Que los jóvenes no sepan, no puedan o no quieran leer, pues históricamente ha sido más o menos normal, lo grave de nuestra sociedad es que hoy día nuestros líderes o por lo menos quienes se hacen elegir como representantes de la comunidad, no tienen el derecho a no saber leer la realidaed de nuestro pais, no tienen derecho a no hacer el mínimo esfuerzo de crítica y de nuevas propuestas ante el sistema.



El ser o parecer políticamente correcto es una modita perniciosa que horada silenciosa pero inexpugnablemente las conciencias de nuestras comunidades. La globalización tecnologica, religiosa o política conlleva a que las personas traguen entero, no cuestionen, no critiquen y asuman como cierto todo aquello que aparezca en las cadenas de televisión, en twitter, facebook o cualquier otro meedio masivo de desinformación.



La impresionante cantidad de información a la que tiene acceso cualquier ciudadano del mundo, deja supeditada la atención y la concentración de la humanidad al lapso que dura el click del ratón.



Habrá que reflexionar sobre la pertinencia de la información a la que tenemos acceso, no puede ser que por tratar de parecernos a los demás nos convirtamos en una manada de seres inconscientes al arbitrio de los manipuladores de la información.



El ser correctamente político, para no ser o parecer altisonante con la corriente del momento, en ocasiones es el peor antídoto para la inconformidad, el descontento se va acumulando y el ser polìticamente correcto, antes de contribuir al buen entendimiento social, lo que genera es un resentimiento sordo y acumulado que no puede tener un buen desenlace.



A quienes construimos los movimientos de resistencia o de alternatividad al neo conservatismo tenemos que ser claros, en estos dias no basta con parecer hay que ser, sin temor al "que diran", de una sociedad anestesiada por la información globalizada y estupidizante de los centros de información en el mundo.



P.D.A.