LA VITRINA DE LA CONVERSA

viernes, julio 07, 2017

El último regalo de Chuck

CHUCK: El último regalo de Chuck

CHUCK BERRY
Imagen tomada de: www.rtve.es


Por: Omar Orlando Tovar Troches

                                                    –ottroz69@gmail.com-

Aunque no es raro que después de la muerte de un grande de la música, sus familiares, manejadores y disqueras se apresuren a recoger cuanto material inédito esté a mano, para publicarlo casi de inmediato, en busca ¿cómo no?, de la explotación póstuma de la genialidad del finado. El Caso del álbum CHUCK, es la excepción que confirma la regla.
El trabajo CHUCK, recientemente divulgado (Junio de 2017), conformado por canciones compuestas por el mismo Berry (Darlin‘, Jamaica Moon, Wonderful Woman, Big Boys, You go to my Head, 3/4 Time (Enchiladas), She Still Loves You, Dutchman, Eyes of Man y Lady B. Goode,) fué grabado por el Maestro y su banda conformada por sus hijos, nieto y una selección de invitados de lujo entre quienes se pueden encontrar a Nathaniel Rateliff y Tom Morello, de Rage Against the Machine, Gary Clark, el bajista Jimmy Marsala, el teclista Robert Lohr y el batería Keith Robinson, tiempo antes de fallecer.
Don Charles Edward Anderson Berry, popularmente conocido como Chuck Berry, nacido y fallecido el pasado Marzo en Saint Louis, Estados Unidos, alcanzó el olimpo de los dioses del Rock and Roll, ni más ni menos que por la nimiedad de haber sido uno de los pioneros o acaso el inventor (según sus ultra fanáticos) de este género musical, es tal la relevancia de la obra musical del recientemente extinto, que es fácil afirmar sin riesgo a equivocarse; que a estas alturas de la conexión global, sólo existen unas pocas, poquísimas personas en el mundo (entre las que se incluyen algunos miembros de los Amish norteamericanos o los seguidores de la música de Maluma y el Charrito Negro en Colombia) que no han escuchado al menos las canciones Roll Over Beethoven  de 1956 o Johnny B. Goode (1958) compuestas e interpretadas por Don Chuk.
La espera por un nuevo trabajo de Berry ya había sido larga, de hecho, el penúltimo trabajo del primer rockero negro había sido publicado en 1979, sin embargo, la presencia del bisabuelo del rock se sentía alrededor de los escenarios del mundo y sus canciones formaron y forman parte de las bandas sonoras de muchos trabajos cinematográficos (Volver al Futuro, entre muchos más), por lo que siguen siendo válidas la preguntas: ¿Es posible que en estas tierras, existan personas que aún hoy no saben quién fue Chuck? Y lo más lamentable ¿Cómo fue posible que la muerte y la posterior publicación de su trabajo póstumo (de Chuck) no fueran cubiertas y difundidas como se debe por los medios de comunicación? Supongo que son cosas de nuestro bucólico, aunque conectado, mundillo artístico nacional.


De vuelta al álbum CHUCK, un vez aprovechada la fortuna de recorrer su delicioso contenido, se puede apreciar en el trabajo, un notable esfuerzo por remozar el ya conocido sonido de Berry,  acomodando su intención sonora a las muy buenas ejecuciones de los miembros mucho más jóvenes de su banda, para adecuarlas con precisión quirúrgica a las expectativas del público del siglo XXI. De manera particular llaman la atención las canciones, Darling, Wonderful Woman, 3/4 Time (Enchiladas) y  She Still Loves You, sin menospreciar el resto, también resalta la canción homenaje- secuela, Lady Be Goode, referida a la inmortal Johny be Goode. Es dable prever que este álbum se perfile como uno de los mejores trabajos del rock que se han publicado hasta ahora, al menos para este servidor, independientemente de su valor como obra póstuma y legado del bisabuelo del rock.



miércoles, junio 28, 2017

CHRIS CORNELL

CHRIS CORNELL: (1964 – 2017).

Por: Omar Orlando Tovar Troches – ottroz69@gmail.com-


“There's just one thing left to be said, … Say hello to heaven” (Chris Cornell)

Cornell les hizo caso omiso a las insinuaciones de Kurt Cobain: “…Se me ha acabado la pasión. Y recuerda que es mejor quemarse que apagarse lentamente.”1, creo que tampoco le importó la sentencia de A. Caicedo, según la cual:” vivir más de 25 años era una vergüenza2, de hecho, estoy más que seguro que no tuvo ni la más mínima idea sobre quién o qué fue Caicedo; lo cierto es que al parecer decidió irse; no a los 25 sino a los 52 (¡qué ironía numérica!).

Chris Cornell supo asumir su adultez musical, no cedió ante los devaneos de la inmolación precoz de la generación maldita de los anti- treintañez (R. Johnson-Morrison-Joplin-Hendrix-Winhouse y demás), asumió su maravilloso rol de músico y completó más de medio siglo de existencia, haciendo eso que lo ha hecho parte de la historia musical de la última parte del siglo XX, simple y puro rock and roll. El nombre, o mejor la voz de Cornell, está definitivamente asociada con la última, al menos para este humilde escribidor, gran genialidad artística dentro de lo que conocemos como rock; me refiero a el movimiento Grunge, nacido en Seattle, al Noroccidente de Estados Unidos, por allá, al principio de los años noventa del siglo pasado.

Junto a Nirvana, Pearl Jam, Alice In Chains, Soul Asylum y los Stone Temple Pilots, entre otros, desde Sound Garden, Audioslave y Temple of the Dog, Cornell le canto al mundo joven que se emocionaba, y aún hoy se emociona, con Los Archivos X, retrató su fastidio hacia una sociedad nieta de la revolución marihuanera de la paz y el amor de los años sesenta, que sólo se vivió en pequeños Guetos , pero que no alcanzó a revolucionar por completo al mundo, la misma sociedad hija del hiper-pragmatismo-consumista de los Yuppies de los ochenta, que tampoco le dio respuestas a la incertidumbre que enfrentaban y enfrentan los jóvenes del nuevo milenio en un mundo en manos de los insoportables mercachifles del arte.

Cobain, al igual que sus compañeros en la muerte temprana, siempre sospechó que las transnacionales de la música, llegarían con su horda de Yuppies mercadotecnistas y sacarían de la escena, todo aquello que se sospechara poético, original, contestatario o hasta subversivo (el Grunge estaba marcada por todas las anteriores),  para chupar la sangre hasta el agotamiento o la muerte de los artistas. Sin embargo, Cornell, Dave  Grohl y algunos sobrevivientes más del sonido de Seattle, se calaron sus armaduras artísticas y acudiendo a su renombre, supieron darle al rock y en especial a lo que se llamó rock alternativo, la continuidad necesaria para que pudiera resistir los embates de los artistas pre-fabricados por Disney, la invasión de los bárbaros asociados a la vulgarización musical nacida en Latinoamérica; conocida con el alias de reggaetón o el contagio masivo del virus de la “música de despecho”, secuela de la cultura traqueta en estas latitudes.

Claro que a los nostálgicos afiebrados por la música medianamente pensada, medianamente elaborada, lejana del abuso repetitivo de los “samples”, del “Auto-Tune” o de los “beat box”, nos da profunda tristeza quedarnos sin la voz y la presencia del cantante líder del Grunge, nos apena saber que los sobrevivientes musicales de la rabiosa y políticamente incorrecta banda; Rage Against the Machine, compañeros de Cornell en sus gestas rockeras, la tendrán difícil para encontrarle reemplazo, de hecho, sentencio que les será imposible.
Y nos da tristeza y rabia porque poco a poco; nos estamos quedando sin nuestros héroes musicales, nos estamos quedando huérfanos y en las siniestras manos de los Maluma de turno.

Cornell dile hola al cielo.

1 traducción española de la carta de despedida de Kurt Cobain (Nirvana)
2 tomado de la novela:“Que viva la música” de Andrés Caicedo.


viernes, febrero 03, 2017

LA CONVERSA DEL FIN DE SEMANA

POESIA EN LA CONVERSA

Con el propósito de iniciar este nuevo calendario de una manera diferente, en La Conversa inauguramos este año 2017 poemando. En esta ocasión queremos compartir el poema del pintor Quilichagüeño CARLOS AGREDO, titulado BESOS CLANDESTINOS.

BESOS CLANDESTINOS


Por: Carlos Agredo – Chomelo –

I
Besos clandestinos
Los que me diste,
Los que te di y nos dimos
Detrás de un pretexto,
Quizás de una mentira.
Ahí los besos clandestinos
Fugaces, expectantes
Rojos como el vino
Son besos sin olvido.
Cuerpos enredados
Sexos aferrados
Como el hierro al imán,
Como el amor al olvido.
Grabados quedaron
Suspiros y gemidos
Caderas agitadas
Sus pechos casi ardían
Mis manos encrispadas
En sus glúteos se perdían.
El espejo fue testigo
Imágenes sucesivas
Apuntando al infinito.
Besos clandestinos
Los que mediste,
Te di y nos dimos,
Como niños jugando al escondite
Sin saber si ganamos o perdimos.
II
Como alma que se lleva el diablo
Divagando por  calles solitarias
De luces mortecinas
Y nubarrones que espantan.
Escuálida contemplo
A mi sombra proyectada
En el asfalto.
Absorto observo
Como se funde en la penumbra
Y no es nada,
Pues solo era una sombra proyectada.
La luna despidiéndose
Detrás de las montañas
Despidiendo duendes y hadas
A lo lejos escucho un coro
De cuervos que acompañan
El replicar de las campanas
Simulando un réquiem
Para

Las almas condenadas.