LA VITRINA DE LA CONVERSA

viernes, marzo 31, 2023

Hundimiento de la reforma política: ¿Existe la necesidad de adoptar un nuevo sistema político electoral?

 

En la imagen: Senador del Pacto Histórico, Roy Barreras rompe la reforma política.
Tomada de El País- Las Américas

Por: Juan David García

En los inicios de su ejercicio en la presidencia de Colombia, Gustavo Petro le apostó a promover una reforma política, con el objetivo de transformar el actual sistema electoral, de forma que se contemplara la posibilidad de una mayor democracia.

En el articulado propuesto para esta reforma se destacan puntos como la creación de listas cerradas en los diferentes partidos políticos. A manera de incentivo para alentar las llamadas listas cerradas, se propuso que los partidos y movimientos políticos que se sujetaran a este punto y manejaran sus campañas electorales alrededor de la idea de que en sus tarjetones solo apareciera al logo del partido o el de coalición, en lugar de un listado de candidatos entre los que se deberían hacer una selección; recibirían un 30% más de financiación en las campañas electorales. 

La incógnita que se genera con respecto al hundimiento de esta reforma es si los objetivos que ésta anunciaba realmente representaban un cambio en la democracia de Colombia o si, por el contrario, este proyecto de reforma pudo ser percibido como un retraso o un continuismo en la política tradicional.

Uno de los focos de atención y de debate, estuvo alrededor del punto relativo a la posible permisividad que se tendría con la llamada puerta giratoria, en la que los congresistas tendrían la posibilidad de saltar directamente a la Casa de Nariño en calidad de ministros, a esto se le añade, que existía la posibilidad que se le guardara la curul del congresista, en caso de que decidiera volver al capitolio. Sin embargo, la vocería del Gobierno desistió de este último punto al tener un fuerte altercado en el Legislativo, en el que, hasta su propio partido, el Pacto Histórico, le dio la espalda con esta arbitrariedad. 

No obstante que, en el mes de diciembre del 2022, el proyecto de reforma política se aprobó en la Cámara de Representantes con una votación arrasadora de 103 votos a favor y 13 en contra; en estos últimos meses y con unos detractores fuertes y la falta de claridad sobre los diferentes objetivos de esta reforma, está terminó hundiéndose. 

Al final, la incógnita que se genera con respecto al hundimiento de esta reforma es si los objetivos que ésta anunciaba realmente representaban un cambio en la democracia de Colombia o si, por el contrario, este proyecto de reforma pudo ser percibido como un retraso o un continuismo en la política tradicional. Si nos basamos meramente en la historia política colombiana, es necesario hacer referencia al hecho de que las listas cerradas que también fueron promovidas en el gobierno de Álvaro Uribe Vélez, en su momento, también fueron muy criticadas por quitar la posibilidad a varios candidatos; sin embargo, la reforma política presentada en esta época no se cayó gracias a que, en ese entonces, al igual que hoy día, el clientelismo estaba muy arraigado en toda la política colombiana. 

Si tomamos este punto como referencia y sumándole la propuesta de la adición prometida de un 30% de mayor financiación a los partidos con listas cerradas, claramente vemos que este reciente proyecto de reforma política significaba un retroceso en la política democrática que se busca en Colombia. De igual manera, también es claro que uno de los puntos relevantes, que puedo ir en contra de la propuesta de estas listas, fue la falta de claridad frente a la entrada de las minorías al Congreso, puesto que, aunque en las listas cerradas del Pacto Histórico se le dio apoyó a la inclusión de género y raza, dándole una mayor paridad, tal ejercicio no se podría esperar en los otros partidos.

Lo mismo ocurrió con las preferencias que se querían otorgar a algunos congresistas, un hecho que a los ojos de la opinión pública se percibió como que el Gobierno favorece a su partido político y a sus allegados, en contravía de los reclamos de los colombianos, que mayoritariamente buscamos que en los puestos del ejecutivo (ministerios, entidades descentralizadas, la carrera diplomática, etc.) estén las personas más capacitadas. No queremos que se siga perpetuando el clientelismo.

En atención a lo anterior, es posible afirmar que el presidente Petro tiene la necesidad de reformar la política en Colombia. Se esperaría entonces que en los próximos días o meses se presente un proyecto de reforma que satisfaga no solo a los políticos sino también al pueblo colombiano.