LA VITRINA DE LA CONVERSA

martes, octubre 25, 2022

LA EXCARCELACION DE LOS JOVENES DEL ESTALLIDO SOCIAL. 2ª PARTE

Teniendo en cuenta la controversia que han suscitado los medios de comunicación afines a la derecha colombiana, en torno a la propuesta de excarcelación y juicio justo a los jóvenes que participaron en las jornadas de protesta nacional y contando con la anuencia del Representante a la Cámara del Pacto Histórico por el departamento del Valle del Cauca, JOSE ALBERTO TEJADA; La Conversa de Fin de Semana comparte con sus lectores, la SEGUNDA PARTE de la recopilación de  trinos (hilo) del representante Tejada, en las que reitera las denuncias del accionar irregular de las fuerzas del Estado colombiano durante estas mismas jornadas.

En la imagen: Jose Alberto Tejada
en cubrimiento periodístico de las jornadas de protesta nacional.
Tomada de: Colombiahoy.news

SEGUNDA PARTE

Por: JOSE ALBERTO TEJADA. (Representante a la Cámara del Pacto Histórico del Valle del Cauca)  

“El 28/04/21 (paro nacional), miré a civiles que después de hablar con parejas motorizadas en varios puntos de la ciudad sobre la quinta, patearon vitrinas y puertas de locales comerciales.

Tenía información de buena fuente desde la noche anterior, que se presentarían saqueos en el centro, algunos de los líderes sindicales que me lo informaron, me advirtieron que no tenían ninguna responsabilidad y que temían que todo fuera orquestado para deslegitimar el paro.

En efecto, vi saquear al centro y extrañamente, NO VI POLICIAS en el mismo centro. Acompañé con mis colegas periodistas a grupos de marchantes que rodearon los asaltantes y en el edificio de la Asamblea Departamental, encontré unos policías a quienes pedí detener a los ladrones.

Cuál no fue mi sorpresa, pues solo 1, de un grupo aproximado de 15, me prestó un momento de atención y me dejó hablando solo cuando le insistí. ¿Cuántas de las afectaciones a bienes públicos y privados fueron hechas por algunos muchachos y cuántas, por civiles ligados a policiales?

Tengo en mis cámaras las evidencias, repito, no hablo de oídas, hablo como testigo directo de lo acontecido.

Todo lo anterior, solo para demostrar que, si de irregularidades y culpables hablamos, tendríamos que sentar a mucha gente en los estrados. Por tanto, insisto que, mientras logramos la amnistía e indulto para l@s judicializado/as con ocasión al Estallido social, nuestro pedido a la Fiscalía, a los Jueces, al Congreso, a los ministros, al Presidente y a la Vicepresidenta es solo uno: NO MAS CARCEL PARA LA MUCHACHADA.

Anuncio que radicaremos en esta misma semana,

 el proyecto de ley de amnistía e indulto, 

por una única vez, para los encarcelados por la protesta social.

Que sigan sus procesos judiciales con medidas de DETENCION DOMICILIARIA o incluso con CUSTODIA DE ENTIDADES RESPETABLES COMO LAS IGLESIAS. No estamos pidiendo impunidad, no se trata de amnistiar colectivamente a los detenidos en cárceles. Se trata de estudiar caso a caso. Con el Ministerio de Justicia, ya tenemos un censo muy adelantado

Lo que sigue es que Fiscales, Jueces y ministros, encuentren los mecanismos jurídicos, procesales y constitucionales que permitan proceder con esta solicitud, respetando cabalmente la Constitución Política.

Ante el retiro del artículo 17 propuesto por los Congresistas Leyla Rincón (Huila), Andrés Cancimance (Putumayo) y yo, del proyecto de ley de Paz Total, anuncio que radicaremos en esta misma semana, el proyecto de ley de amnistía e indulto, por una única vez, para los encarcelados por la protesta social.

Nos referimos a la muchachada porque asumimos que el Estado decidirá el trato judicial que dará a los policiales que participaron en el estallido social. En nuestro caso, no obstante, las muchas evidencias que tenemos en nuestro poder, dentro y fuera del país, no nos oponemos a tratos especiales que el Estado de a personal de la fuerza pública.

Lo que, si nos parece a todas luces incoherente, es que tengan prelación en el proyecto de paz total, grupos armados ilegales y bandas criminales y no la tengan, civiles ... Civiles, la mayoría jóvenes, que encarnaron la "desobediencia civil" como nunca antes lo habíamos conocido, los compatriotas que hemos vivido el país de los últimos 74 años, contando desde 1948.


lunes, octubre 24, 2022

LA EXCARCELACION DE LOS JOVENES DEL ESTALLIDO SOCIAL. 1ª PARTE

Teniendo en cuenta la controversia que han suscitado los medios de comunicación afines a la derecha colombiana, en torno a la propuesta de excarcelación y juicio justo a los jóvenes que participaron en las jornadas de protesta nacional y contando con la anuencia del Representante a la Cámara del Pacto Histórico por el departamento del Valle del Cauca, JOSE ALBERTO TEJADA; La Conversa de Fin de Semana comparte con sus lectores, la PRIMERA PARTE de la recopilación de  trinos (hilo) del representante Tejada, en las que explica a la comunidad las razones para esta propuesta.

En la imagen: José Alberto Tejada haciendo cubrimiento jornada de protestas en Cali. Tomada de Las2orillas.co

Por: JOSE ALBERTO TEJADA. (Representante a la Cámara del Pacto Histórico del Valle del Cauca) 

Les comparto la PRIMERA PARTE de 2 hilos que realizaré sobre la necesidad de EXCARCELAR a los JOVENES DETENIDOS por participar del ESTALLIDO SOCIAL.

¡Atentos! Cada vez que la ley invade y vulnera injustamente los derechos humanos, los ciudadanos tienen el derecho de exigirlos, y se justifica la DESOBEDIENCIA CIVIL, al ampararse en el ejercicio de tres derechos fundamentales reconocidos en la generalidad de constituciones: libertad de conciencia, libertad de expresión y participación política.

El ciudadano que practica la desobediencia civil ejerce su libertad de expresión al buscar transmitir un mensaje de denuncia contra la ley injusta. Ejerce su libertad de conciencia, pues la ley choca contra sus principios éticos más elementales y siente la necesidad moral de combatirla, ya que permanecer quieto ante la injusticia es incompatible con su conciencia.

La desobediencia civil se ampara en la participación política, pues al ejercerla se busca participar en los asuntos públicos mejorando la realidad social.

Con estos apartes introductorios insisto en la importancia de generar las condiciones jurídicas, políticas y sociales que permitan la excarcelación de la mayoría de jóvenes apresados a consecuencia del estallido social del 2021.

La muchachada rebelde, mayoritariamente, hizo una protesta beligerante, sí, pero no criminal. Desafiante, sí, pero no agresora. No desconozco que seguramente alguna minoría de entre los protestantes, pudieron extralimitar su protesta social y su desobediencia civil, pero, no por ello, esta tesis le da derecho al acusador -la Fiscalía- y al juzgador -el Juez- a presumir que todas las personas participantes en el estallido son criminales a condenar.

Estoy en condiciones de dar testimonio excepcional de las muchas, muchísimas agresiones abusivas y extralimitadas, por parte de la fuerza pública contra los manifestantes. No lo cuento de oídas, lo tengo documentado en primera persona. Solo en Cali fueron asesinados 48 muchachos y muchachas por atreverse a ser los comuneros del siglo 21.

En el Valle fueron 63 los asesinados. Sin contar los desaparecidos y los mutilados. ¿Quiénes los asesinaron? ¿¡Quiénes los desaparecieron y los mutilaron? La Fuerza pública y particulares que se mostraron con todas sus ínfulas como los nuevos paramilitares urbanos. Ninguno murió de infarto o de cansancio.

¿Cuántos policiales fueron asesinados? Si fuera cierto que el estallido social fue una toma guerrillera como muchos "buenos ciudadanos" lo afirman, ¿Por qué no hubo muertos en combate de parte de la fuerza pública? En Cali solo se tiene el caso de un policía y no se ha podido probar hasta hoy, 18 meses después, que fue la muchachada.

¿Cuál es el argumento jurídico para que la Fiscalía, 

que no ha podido probar nada, 

con total desfachatez, pida en reiteradas audiencias, 

prórrogas de un año más? 

En cambio, sí, casi desde el primer día que se conoció el hecho, están encarcelados 13 jóvenes de uno de los puntos de resistencia, sin fórmula de juicio. Sin respeto al debido proceso. Sin el más mínimo respeto a sus garantías constitucionales.

¿Qué tipo de combate tuvimos entonces? ¿El de Picapiedra contra Terminator? Ese fue el que presenciamos, además con sevicia y cinismo de parte de los policiales.

Resultó entonces que la toma guerrillera fue de guerrilleros torpes, sin extremidades, sin capacidad de defensa, pues 48 contra 1, no parece resultado de un combate. Es el resultado de una masacre, hasta hoy impune.

Así como en Cali, ocurrieron hechos graves en varias ciudades del país y hoy tenemos más de 300 jóvenes encarcelados sin fórmula de juicio, jóvenes que bien pudieron haber sido asesinados y hoy pretendemos invisibilizarlos.

Dura es la ley, pero es la ley, invocan los acusadores de oficio. A ellos les pregunto ¿La ley aplica para policiales convertidos en asesinos o, no? Si de lo que se trata es de justicia, parece que la balanza tiene piedras en un lado, y en el otro, balas invisibles y sin peso.

Si hablamos del respeto a la ley y a la ortodoxia jurídica, ¿Por qué un civil armado como Andrés Escobar, quien, si tiene llamado a imputación de cargos, sigue libre y alardeando de su poder intimidatorio? ¿Cuál ley le aplicamos al personaje?

Si tan criminales son, muchos de los muchachos y muchachas sobrevivientes de la masacre del 2021, ¿Por qué razón apenas en junio del 2022, 14 meses después del estallido, la Fiscalía encontró méritos para capturar a los, según ellos, "combatientes de la toma guerrillera" de Puerto Resistencia en Cali y, aún hoy, no ha podido demostrar la validez de sus acusaciones?

¿Cuál es el argumento jurídico para que la Fiscalía, que no ha podido probar nada, con total desfachatez, pida en reiteradas audiencias, prórrogas de un año más? … ¿Para seguir acopiando pruebas de sus acusaciones a muchos jóvenes presos, las que no ha encontrado hasta ahora y, que no encontrará, si actúa en derecho?"

Les invitamos a estar atentos a la publicación de la 2a parte del hilo del Representante tejada en el que reitera sus denuncias...

 

martes, octubre 18, 2022

QUILICHAO VIVE INDIGNADO

 

Por: Omar Orlando Tovar Troches -ottroz69@gmail.com-

$1.400.000.000. Mil cuatrocientos millones de pesos. Esa cifra es lo que podría costar la creación de los nuevos cargos en la administración central del municipio de Santander de Quilichao. Perdón por empezar estas notas con una cifra.

En tiempos en los que la devaluación de la moneda colombiana nos ha obligado a empezar a pensar en cifras astronómicas, billonarias, así con “B”, para referirnos a lo que cuesta cualquiera de los ítems de la administración pública y tristemente, a lo que nos cuesta el despilfarro y la corrupción; mil cuatrocientes millones de pesos, resultaría ser una suma pequeña, en comparación con los más de cuatrocientos billones de pesos estimados para el Presupuesto General de la Nación colombiana, para el año 2023. La verdad, la comparación no cabe y los mil cuatrocientos millones, si son significativos para el presupuesto municipal de Quilichao.

En la foto Concejo Municipal y Alcaldesa de Santander de Quilichao.
Imagen tomada de Proclama del Cauca y Valle

Para una administración municipal, como la de la señora Alcaldesa Lucy Amparo Guzmán, que constantemente se queja, a través de la oficina de relaciones públicas y propaganda en la que terminó convertido el Concejo Municipal  de Santander de Quilichao, de la constante falta de recursos para inversiones como, por ejemplo, la restauración de la malla vial del casco urbano o el cumplimiento del mandato judicial de pago de la deuda con la Compañía Energética de Occidente, por solo mencionar las más llamativas; sumarle otra carga por más de mil millones de pesos, a las precarias arcas municipales, no deja de causar serias preocupaciones para el ciudadano del común.

Un ejercicio responsable de lo público no podría permitir poner en riesgo la viabilidad financiera del municipio, al sumarle otra gran carga laboral a un precario presupuesto, así en palabras del comité de aplausos, tan solo se trate de 1.400.000.000 de pesitos

Si bien es cierto que, la lectura del libreto jurídico-económico de la propuesta de la alcaldesa, por parte de los concejales proponentes, ante un escaso público con poco manejo de los enrevesados términos técnicos de la dichosa propuesta, podría dejar la sensación del cumplimiento con la legalidad de la propuesta; también lo es, el hecho de que el ejercicio memorístico de recitación de tal libreto no termina de convencer a la opinión pública mayoritaria, de la legitimidad de tal proposición.

En este punto es preciso señalar que dentro de un Estado Social y de Derecho, como el colombiano, la expedición de las normas (para este caso un Acuerdo Municipal), obliga al operador legislativo (el Concejo municipal de Santander de Quilichao) a tener en cuenta que las normas que prescriben, además de tener legitimidad formal, también deben tener legitimidad material, esto es : “el consenso (reconocimiento) del pueblo respecto de la ley creada o de la actuación del Poder Público y nos remite al contenido ético de la norma con referencia al contexto social en que ha de ser aplicada.” [1]

Platanizando la nota; lo anterior quiere decir que, sin importar, qué tan bonito y sobre todo, “técnico” suene y se lea la propuesta de incrementar la nómina del municipio, esta proyecto de Acuerdo debe obedecer a principio éticos de la misma administración pública, que señalarían que un ejercicio responsable de lo público, no podría permitir poner en riesgo la viabilidad financiera del municipio, al sumarle otra gran carga laboral a un precario presupuesto, así en palabras del comité de aplausos, tan solo se trate de 1.400.000.000 de pesitos: ¡Quiere cacao!

Causa indignación que la propuesta de cargar con más gastos laborales a las maltrechas finanzas municipales, que, entre otras cosas, pagamos todos, intente disfrazar el vulgar ejercicio de la politiquería, con argucias tecnocráticas, con tal de cumplir las promesas electoreras de nombramientos y contraticos.

El intento de mezclar la certificación en educación, con las necesidades del servicio de la administración, no deja de ser una jugadita desesperada, no solo para cumplirle al comité de aplausos, sino para intentar dejar incrustadas en la administración municipal, a fichas claves que defiendan o tapen, 20 años de deficientes administraciones.

Las ciudadanías libres y decentes de Santander de Quilichao se sienten indignadas por este nuevo irrespeto al sentido común, puesto que no pueden entender cómo se podría justificar un aumento de la nómina municipal, cuando se observa en el día a día, como se duplican funciones, como hay funcionarios, sin funciones y como se contratan (tercerizan) funciones propias de la administración.

Por muy bonito y técnico que les suene y se les lea el libreto, ni los concejales oficialistas, ni la alcaldesa y mucho menos, el Bonillo-Grijalbismo, pueden olvidar, por un minuto, que así logren salirse con la suya, raspando la olla y empeñando al municipio con estos favores clientelares; Quilichao vive indignado y va a seguir mostrando su indignación en las urnas.



[1] https://www.hayderecho.com/author/villarezcurra/

jueves, octubre 06, 2022

LAS TRAMPAS DEL SEPARATISMO


Imagen: La Conversa/Getty Images/iStock photos 

Un nuevo departamento del NORTE DEL CAUCA se ha convertido en el comodín electoral, utilizado por la clase política tradicional del Cauca, cada que se aproximan las elecciones regionales y locales o cada que sufren algún revés electoral que los deja por fuera del poder ejecutivo y de la torta presupuestal y burocrática en Popayán y Bogotá. 


Por: Omar Orlando Tovar Troches -ottroz69@gmail.com- 

Nadar contra la corriente, ir en contra vía, llevar la contraria o defender una postura opuesta a la de la inmensa mayoría, es en ocasiones, el difícil papel de los opinadores. No obstante, correr el riesgo de la impopularidad a veces es necesario, con tal de poder presentar un punto de vista distinto, diferente y/o en contra de los deseos mayoritarios, que permita enriquecer el debate y así, lograr una mejor aproximación a lo correcto, lo justo o a la verdad.

En torno a esta vieja aspiración separatista, de un buen número de lideres y lideresas de la zona norte del Cauca, de conformar una nueva entidad territorial, compuesta por los municipios del norte del departamento; se han venido acumulando una importante cantidad de consideraciones a favor (la mayoría) y también en contra. Esta posibilidad de crear un nuevo departamento, ha sido una idea que ha venido calando paulatinamente en el inconsciente colectivo de las comunidades de esta zona del departamento, ya en el pasado, se han presentado propuestas y hasta proyectos de ley en este sentido. (ver: Tanto va el cántaro al agua… hasta que al fin se hace departamento – Proclama del Cauca) 

Al revisar las cifras socioeconómicas del departamento del Cauca, es claro que los niveles de pobreza, atraso, exclusión, violencia y muerte han sido un triste acumulado histórico de la dirigencia político-administrativa de los gobernantes departamentales y locales que han desfilado por la gobernación y las alcaldías de esta zona del suroccidente colombiano. De nada le ha servido al Cauca ser uno de los departamentos con un buen número de expresidentes, Vices, designados y presidenciables, como tampoco le ha servido el hecho de que su capital se ufane de tener una noble prosapia, apenas comparable con la de las gentes de bien cartageneras y bogotanas, en el supuesto de que el abolengo le pudiera servir a la mayoría pobre de indios, negros y mestizos. 

Ante este acumulado histórico de fracasos sociales y económicos del Cauca, resulta apenas natural que, un buen número de voces (mayoritariamente de la clase política), se hayan dado a la tarea de hacer notar la necesidad de buscar una salida urgente y “práctica” al actual estado de cosas que padecen los caucanos, el cual, según estas mismas voces, se debe al exagerado centralismo de la clase política payanesa y bogotana, que ha desconocido a lo largo del tiempo, los inmensos aportes económicos y sociales que ha ofrecido el norte del Cauca, para el mantenimiento de las arcas departamentales y nacionales. 

En este mismo sentido, la proximidad geográfica y hasta administrativa con la ciudad de Santiago de Cali, capital del departamento del Valle del Cauca, territorio con el que se comparten geografía y costumbres, también son elementos señalados como razones para la creación del nuevo departamento, según reclaman los voceros independentistas. 

Así las cosas, parecería apenas obvio, que el paso a seguir, por parte de la “dirigencia” Norte caucana, sería el de avanzar en la estructuración de un proyecto de ley que, soportado en las necesidades, el contexto, la historia y el actual marco jurídico colombiano, pudiera dar vida a una nueva entidad territorial. Sin embargo, antes de lanzarse a la aventura separatista, valdría la pena reflexionar sobre algunas cuestiones históricas y sociales, dejadas de lado por los entusiastas promotores del nuevo departamento y que se presentan a manera de preguntas a continuación. 

¿Cuál ha sido el peso específico del potencial electoral norte caucano, a la hora de haber elegido los gobernadores y congresistas del Cauca, a lo largo de su historia? ¿A caso los votos decisivos para las gobernaciones y para el congreso no salieron del norte del Cauca? ¿Cuál ha sido el papel de los congresistas y diputados elegidos por el norte del Cauca, a la hora de hacer valer las potencialidades, aportes y derechos de esta zona, durante la distribución de los presupuestos departamental y nacional? ¿Hasta qué punto la institucionalidad empresarial del norte del Cauca estaría más cómoda con un nuevo ente territorial proclive a más exenciones fiscales provistas por las Zonas Económicas Especiales obtenidas y ofrecidas por los voceros independentistas? ¿Serían suficientes las rentas para mantener la nueva burocracia? ¿Qué tipo de mejores experiencias administrativas, sociales, fiscales y de bienestar han alcanzado las nuevas entidades territoriales creadas en el norte del Cauca? ¿Se han mejorado los niveles de prosperidad, seguridad y de vida de las comunidades con estas experiencias de independencia regional? ¿Quiénes han estado y están detrás de esta nueva intentona independentista? ¿Ya se hizo la consulta a las comunidades? ¿Cuál ha sido el gran aporte de Amunorca? ¿A caso sirve Amunorca? 

Los mecanismos jurídicos para la integración regional, que permiten presentar proyectos regionales en infraestructura vial, ambiental, sanitaria y hasta económica han estado a la mano desde hace tiempo, de hecho, la solución al problema de la disposición final de los residuos de Santander de Quilichao, pasa por la estructuración de una propuesta regional, así que, la mencionada integración regional del norte, no se ha dado, a pesar de la creación de Amunorca, entidad supuestamente diseñada para tal fin, por la llamada falta de voluntad política o la ineficiencia de los actores político-administrativos. 

Si bien es cierto que la Constitución de 1991, posibilita la materialización del sueño del Doctor Carlos Gaviria (Q.E.P.D) alrededor de un nuevo ordenamiento territorial y cultural de Colombia, también lo es, el hecho de que esta propuesta, se ha convertido en una especie de comodín electoral, utilizado convenientemente, por la clase política tradicional del Cauca, cada que se aproximan las elecciones regionales y locales o cada que sufren algún revés electoral que los deja por fuera del poder ejecutivo y/o legislativo, así como de la torta presupuestal y burocrática en Popayán y Bogotá. 

Aunque las razones y las ventajas de constituir una nueva entidad territorial del norte del Cauca, se muestran como contundentes, todavía habría que evaluar y re evaluar aspectos coyunturales como el problema de la posesión, propiedad y uso de la tierra, el conflicto armado interno, pero, sobre todo, el asunto político – electoral, para poder determinar la conveniencia en el tiempo, de optar por la vía separatista, como salida al estado de atraso y exclusión percibido por un buen número de norte caucanos; no vaya y sea que, una vez más, caigamos redonditos a causa de las trampas del separatismo.

En ocasiones el remedio puede resultar peor que la enfermedad. Amanecerá y ojalá podamos ver.