LA VITRINA DE LA CONVERSA

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martes, octubre 18, 2022

QUILICHAO VIVE INDIGNADO

 

Por: Omar Orlando Tovar Troches -ottroz69@gmail.com-

$1.400.000.000. Mil cuatrocientos millones de pesos. Esa cifra es lo que podría costar la creación de los nuevos cargos en la administración central del municipio de Santander de Quilichao. Perdón por empezar estas notas con una cifra.

En tiempos en los que la devaluación de la moneda colombiana nos ha obligado a empezar a pensar en cifras astronómicas, billonarias, así con “B”, para referirnos a lo que cuesta cualquiera de los ítems de la administración pública y tristemente, a lo que nos cuesta el despilfarro y la corrupción; mil cuatrocientes millones de pesos, resultaría ser una suma pequeña, en comparación con los más de cuatrocientos billones de pesos estimados para el Presupuesto General de la Nación colombiana, para el año 2023. La verdad, la comparación no cabe y los mil cuatrocientos millones, si son significativos para el presupuesto municipal de Quilichao.

En la foto Concejo Municipal y Alcaldesa de Santander de Quilichao.
Imagen tomada de Proclama del Cauca y Valle

Para una administración municipal, como la de la señora Alcaldesa Lucy Amparo Guzmán, que constantemente se queja, a través de la oficina de relaciones públicas y propaganda en la que terminó convertido el Concejo Municipal  de Santander de Quilichao, de la constante falta de recursos para inversiones como, por ejemplo, la restauración de la malla vial del casco urbano o el cumplimiento del mandato judicial de pago de la deuda con la Compañía Energética de Occidente, por solo mencionar las más llamativas; sumarle otra carga por más de mil millones de pesos, a las precarias arcas municipales, no deja de causar serias preocupaciones para el ciudadano del común.

Un ejercicio responsable de lo público no podría permitir poner en riesgo la viabilidad financiera del municipio, al sumarle otra gran carga laboral a un precario presupuesto, así en palabras del comité de aplausos, tan solo se trate de 1.400.000.000 de pesitos

Si bien es cierto que, la lectura del libreto jurídico-económico de la propuesta de la alcaldesa, por parte de los concejales proponentes, ante un escaso público con poco manejo de los enrevesados términos técnicos de la dichosa propuesta, podría dejar la sensación del cumplimiento con la legalidad de la propuesta; también lo es, el hecho de que el ejercicio memorístico de recitación de tal libreto no termina de convencer a la opinión pública mayoritaria, de la legitimidad de tal proposición.

En este punto es preciso señalar que dentro de un Estado Social y de Derecho, como el colombiano, la expedición de las normas (para este caso un Acuerdo Municipal), obliga al operador legislativo (el Concejo municipal de Santander de Quilichao) a tener en cuenta que las normas que prescriben, además de tener legitimidad formal, también deben tener legitimidad material, esto es : “el consenso (reconocimiento) del pueblo respecto de la ley creada o de la actuación del Poder Público y nos remite al contenido ético de la norma con referencia al contexto social en que ha de ser aplicada.” [1]

Platanizando la nota; lo anterior quiere decir que, sin importar, qué tan bonito y sobre todo, “técnico” suene y se lea la propuesta de incrementar la nómina del municipio, esta proyecto de Acuerdo debe obedecer a principio éticos de la misma administración pública, que señalarían que un ejercicio responsable de lo público, no podría permitir poner en riesgo la viabilidad financiera del municipio, al sumarle otra gran carga laboral a un precario presupuesto, así en palabras del comité de aplausos, tan solo se trate de 1.400.000.000 de pesitos: ¡Quiere cacao!

Causa indignación que la propuesta de cargar con más gastos laborales a las maltrechas finanzas municipales, que, entre otras cosas, pagamos todos, intente disfrazar el vulgar ejercicio de la politiquería, con argucias tecnocráticas, con tal de cumplir las promesas electoreras de nombramientos y contraticos.

El intento de mezclar la certificación en educación, con las necesidades del servicio de la administración, no deja de ser una jugadita desesperada, no solo para cumplirle al comité de aplausos, sino para intentar dejar incrustadas en la administración municipal, a fichas claves que defiendan o tapen, 20 años de deficientes administraciones.

Las ciudadanías libres y decentes de Santander de Quilichao se sienten indignadas por este nuevo irrespeto al sentido común, puesto que no pueden entender cómo se podría justificar un aumento de la nómina municipal, cuando se observa en el día a día, como se duplican funciones, como hay funcionarios, sin funciones y como se contratan (tercerizan) funciones propias de la administración.

Por muy bonito y técnico que les suene y se les lea el libreto, ni los concejales oficialistas, ni la alcaldesa y mucho menos, el Bonillo-Grijalbismo, pueden olvidar, por un minuto, que así logren salirse con la suya, raspando la olla y empeñando al municipio con estos favores clientelares; Quilichao vive indignado y va a seguir mostrando su indignación en las urnas.



[1] https://www.hayderecho.com/author/villarezcurra/