LA VITRINA DE LA CONVERSA

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jueves, enero 11, 2024

No es una película de terror, está sucediendo en vivo y en directo*

 

Por: Hernán Riaño

Por eso; es que lo quieren matar, derrocar y, en últimas, evitar que termine el periodo presidencial o que otro presidente, en el 2.026, de la misma línea, pueda seguir destapando tanto hecho de corrupción, robo y asesinato que ha ocurrido en Colombia.

En año y medio de gobierno se han sabido tantas cosas sobre el actuar de los grupos de poder, económicos, paramilitares, grupos delincuenciales y especialmente de lo que fueron los gobiernos de Álvaro Uribe Vélez y sus sucesores, que le da a uno escalofríos con solo detenerse a analizar cualquiera de las denuncias y noticias (nunca conocidos por los medios tradicionales) producidas en este corto lapso de tiempo.

Muchos de estos hechos ya los había denunciado el mismo Gustavo Petro, cuando fue parlamentario, al igual que otros como Iván Cepeda, Wilson Arias, María José Pizarro y unos pocos parlamentarios consecuentes en ejercicio o que ya no están en el Congreso, que han entendido su responsabilidad con el país, sin detenerse en nimiedades ni intereses particulares. En este mismo sentido se debe resaltar lo hecho por Daniel Mendoza y su serie “Matarife” en la que, sin restarle los méritos de su trabajo ni mucho menos, ordenó cronológicamente la vida y obra de personajes como Uribe, Federico Gutiérrez y muchos otros, basado en informaciones (en la mayoría de los casos de medios de comunicación del poder), de hechos que oscurecieron el panorama del país a tal punto de rebajarlo a un narcoestado, como muchos lo calificaron.  A pesar de que, como dije, estos acontecimientos eran de público conocimiento, a los colombianos pareciera que los miraban como si estuvieran ocurriendo en otro país, o como si fuera una telenovela de las que escribe Gustavo Bolívar.

Hoy, ante los descubrimientos de hechos más graves que todos los días se conocen y por el actuar cada vez más oscuro, cínico y descarado de los que tienen el poder en Colombia, esa modorra de la mayoría de los colombianos espanta más que los hechos en sí; desfalcos, robos, corrupción por doquier, asesinatos, desapariciones, falsos positivos y miles de etcéteras que ocurrieron en los gobiernos desde Pastrana hasta Duque se volvieron tan “normales” que los ciudadanos, o son cómplices, o le dan el beneplácito a estas conductas.

Pero es que las noticias y denuncias no paran: que quieren asesinar al presidente, se conocen audios de líderes de derecha como un directivo de camioneros de Boyacá, que llaman abiertamente a un paro para derrocarlo, que la Corte Constitucional bloquea los actos de gobierno para beneficiar a los pobres, que el Concejo de Estado “tumba” curules de parlamentarios del Pacto Histórico, que la Procuradora pide que se declare inexequible en Plan de Desarrollo, que no pagaron los derechos de los Juegos Panamericanos, que los medios calumnian y entrampan a funcionarios del gobierno, que los empresarios actúan como esclavizadores, que otros empresarios no cumplen con las normas tributarias, que no se sabe dónde está la plata de la ayuda humanitaria para los venezolanos donada por otras naciones, que no se sabe qué pasó con los ingresos del oro que vendió Duque, propiedad de los colombianos, que no se sabe dónde está la plata del déficit que dejó el gobierno anterior, que los entes de control actúan como partidos de oposición, que esos mismos entes no investigan a sus amigos, que la fiscalía oculta expedientes de políticos de extrema derecha especialmente del uribismo, que denuncian a la vicefiscal de presuntos nexos con bandas criminales, que el nuevo gobernador de Antioquia, ad portas de un proceso judicial, quiere instaurar nuevamente los paramilitares en su departamento disfrazados, como lo hizo Uribe, de cooperantes, que la JEP ordenó el arresto de una exgobernadora y otros políticos y militares de relevancia, que Santos evitó que llevaran a los estrados judiciales de Estados Unidos a Uribe dándole inmunidad diplomática, que liberaron a Alex Char con una “jugadita”.

No se sabe cuándo se va a conocer todo lo que ha sucedido y sigue pasando en nuestro país, no se sabe hasta dónde vamos a llegar, lo que sí se sabe es que si no se hubiera elegido este primer gobierno democrático, muchas de esas cosas seguirían en las gavetas de los entes de control o en los escritorios de los directores de noticias de los grandes medios. 

Por eso; es que lo quieren matar, derrocar y, en últimas, evitar que termine el periodo presidencial o que otro presidente, en el 2.026, de la misma línea, pueda seguir destapando tanto hecho de corrupción, robo y asesinato que ha ocurrido en Colombia. Ellos querían que no se supiera, a lo que le temen realmente es a la verdad, a que los colombianos veamos cuál es la verdadera cara de esos que, hoy, se proclaman los “salvadores” de Colombia.  ¿De qué nos quieren salvar? Como reza el dicho: “Tras de ladrón, bufón”, su cinismo es tan grande que no solo ocasionaron la ruina del país, sino que hoy, le echan la culpa al nuevo gobierno de lo que ellos han hecho y que solo ellos nos salvarían de esa catástrofe.

Pero con todo lo destapado en este corto tiempo, pareciera que, estuviéramos asistiendo a una película de horror de esas que hoy están tan de moda y que atrae a las nuevas generaciones, pero no, no es un filme de terror, es la pura realidad sin maquillaje, tan cruel y cruda que pareciera que estuviéramos en una pesadilla sin fin o leyendo una novela de realismo mágico, y lo estamos viviendo en vivo y en directo, sin anestesia. Pero no nos inmutamos, no nos impresiona, no nos importa, es como si no fuera con nosotros, es esa la realidad que nos golpea a cada minuto, pero que no hace despertar a los colombianos, muchos obnubilados por la idolatría que le profesan a Uribe y que no bajan de “dios”.

El reto es unirnos para acabar esta situación de horror, para que las nuevas generaciones tengan un país con otras oportunidades acordes a una nación en paz, y con beneficios para todos y no solo para los pocos que se creen con el derecho divino de mantenernos pobres y esclavizados por toda la vida.

Texto originalmente publicado en SONOTICIAS y compartido con la comunidad de La Conversa de Fin de Semana, gracias a la generosidad de nuestro aliado, el periodista Hernán Riaño, director de dicho portal informativo.

Las opiniones de los columnistas son de su exclusiva responsabilidad.  Les invitamos a leer, comentar, compartir y a debatir con respeto.

lunes, enero 23, 2023

Pronunciamiento del Colectivo: PERIODISMO POR LA VERDAD

La Conversa de Fin de Semana, como integrante del COLECTIVO PERIODISMO POR LA VERDAD, comparte con sus seguidores, suscriptores y lectores, el Pronunciamiento del Colectivo en torno a la necesidad de avanzar en el desarrollo de una propuesta comunicacional alternativa a la mal llamada Gran Prensa Tradicional, en el entendido de que “el Cambio en Colombia también es comunicacional” [1]

PRONUNCIAMIENTO

DEL FORO NUEVO PODER, PERIODISMO ALTERNATIVO Y DEMOCRATIZACIÓN DE LA INFORMACIÓN

Desde Cali, capital de la resistencia y del levantamiento popular en Colombia, el Foro Nuevo Poder, Periodismo Alternativo y Democratización de la Información, reunido el viernes 4 de noviembre de 2022, convocado por el Colectivo Periodismo por la Verdad:

1.- Hace un llamamiento al gobierno del presidente Gustavo Petro y de la vicepresidenta Francia Márquez para que defina una urgente y sólida estrategia comunicacional que permita, primero, mantener informado al pueblo colombiano de manera veraz, masiva y eficaz, sobre sus importantes propuestas y realizaciones, y, segundo desarrollar una permanente pedagogía que contrarreste la manipulación y la desinformación en que están empeñados los medios de comunicación corporativos hegemónicos.

2.- Propone que se asuma, como es su derecho, la gerencia y dirección de Rtvc Sistema de Medios Públicos y que se lleve a cabo su rediseño para que cumpla los fines arriba planteados, en el entendido de que sus dos canales de televisión nacionales (Señal Colombia y Canal Institucional), las 64 emisoras de Radio Nacional, más Radiónica y las emisoras online Señal Clásica, Señal Digital, Radiónica 2 y Radiónica 3, Señal Memoria y Rtvc Play, que lo integran, tengan enfoques que visibilicen las propuestas y acciones del cambio en marcha, y, de igual forma, se conviertan en espacios de participación ciudadana amplia, culturalmente diversa y políticamente democrática, con la solvencia conceptual y difusión de la verdad que no tienen los medios de comunicación del viejo régimen político derrotado.

3.- Solicita que se definan políticas públicas desde el Ministerio de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, además de los fondos y comisiones existentes, en relación con la democratización del espectro electromagnético, las emisoras comunitarias, los canales regionales de televisión y el acceso masivo en la geografía nacional a los servicios de conexión a Internet, única forma de responder a la exclusión de amplios conglomerados y al monopolio de la comunicación digital, hoy en manos de poderosas corporaciones dedicadas, día y noche, a la generación de contenidos falaces y de desinformación contra el proceso político y social de cambio en marcha. Es decir, única forma de democratizar la información.

 4.- Invita a los y las periodistas y ciudadanos interesados en el campo comunicacional a nuclearse en el Colectivo Periodismo por la Verdad, para el impulso del debate y la juntanza conceptual sobre el ejercicio del nuevo periodismo, contrahegemónico y realmente alternativo, alejado de prácticas clientelares y orientado a la divulgación de los hechos con el norte de la veracidad y el compromiso con las transformaciones en beneficio de los pueblos y de la justicia social.

5.- Anuncia la realización de un seminario-taller de periodismo contrahegemónico durante los sábados 18 y 25 de marzo y 1, 15 y 22 de abril de 2023, con contenidos sobre los que informaremos de manera oportuna, como paso fundamental en el proceso de formación para hacer un nuevo periodismo, en el que sistematicemos las experiencias de resistencia comunicacional vividas y, al mismo tiempo, practiquemos herramientas propias de la investigación, la producción y la diversidad de géneros pertinentes en el ejercicio del oficio periodístico.

Colectivo Colombiano Periodismo por la Verdad

Sidssy Uribe, Teresa Consuelo Cardona, Raquel Viñas Rojas, Claudia Yolima Quintero, Yezmi Sofia Losada, Sandra Castro, Indira Gironza, Luis Alfonso Mena S., Otto Hernán Riaño, Jhon Jairo Tenorio, Omar Orlando Tovar Troches, Milton Fabián Henao, Carlos Alfonso Victoria, Alberto Jairo Palomino, Juan Carlos Acebedo, Jhon Lastra, Luis Alfonso Salcedo, Eliécer Jiménez Julio, Camilo Adolfo Mayor, Jorge Luis Galeano, Santiago José Mena C., Heliodoro Ortega, Alex Pérez, Carlos Andrés Ríos, Jhon James Góngora, Hanner Bernal, José Urbano, Armando Palau Aldana, José David Romero, Rubén Darío Sánchez, Mario Salazar, Hernán Durango, Albeiro Sánchez, Ricardo Caicedo.


Cali, viernes 4 de noviembre de 2022.



[1] http://luisalfonsomenas.blogspot.com/2023/01/el-cambio-en-colombia-tambien-es.html


jueves, junio 03, 2021

Colombia entre el romanticismo comunitario y el fascismo individualista

Imágenes: ciudadanos del sur del Cali armados junto a la Policía Colombia y marcha del silencio convocada por empresarios en Cali, mayo 2021- Perfil Facebook - El Tiempo
Colombia entre el romanticismo comunitario y el fascismo individualista

Por: Omar Orlando Tovar Troches -ottroz69@gmail.com-

Por estos días de conflictividad social, en los que la indignación, pero sobre todo el desespero que expresan las mayorías en calles, carreteras y redes sociales, ha puesto en evidencia la verdadera realidad de Colombia, de cantidades inmensas de ciudadanos empujados sin remordimiento alguno hacia la pobreza y la miseria, con tal de mantener la confianza inversionista y las groseras ganancias del empresariado amigo del uribismo, se ven a sus voceros, los de los gremios, en noticieros, informativos  y hasta programas de variedades de radio, televisión e internet, llamando, ahora sí, a la búsqueda de consensos y de solidaridad, con ellos, los gremios; por parte de la comunidad hambrienta y desesperada que protesta.

Imagen Paro nacional Colombia 2021 de CLARO

La cosa, descrita así, no debería pasar de una irritante anécdota protagonizada por los voceros de la institucionalidad gremial. El problema con estos llamados a la solidaridad y a los acuerdos, es que éstos se hacen junto con la manipulación oportunista de las llamadas encuestas de opinión, a partir de la alteración de la verdad, por medio de piezas de propaganda oficial, hecha y difundida por los medios amigos del uribismo, en las que la justificada indignación y la constitucional protesta de la ciudadanía, termina siendo señalada como la culpable de todos los males de la nación.

La estrategia de tergiversación de la realidad social que padecen la mayoría de los colombianos, siempre ha tenido como finalidad, la construcción de un relato social, artificialmente consensuado, en el que lo realmente importante, es mantener una normalidad, así sea la mal llamada nueva normalidad de la peste, en la que a toda costa se debe resguardar, ya no la integridad física de la sociedad en su conjunto, sino la integridad del mercado, especialmente el sector comercio de la economía, para lo cual, el sacrificio mayor, incluso el de la vida misma, debe ser puesto por el ciudadano común, confiado depositario de las libertades de movilizarse, pero sobre todo de comprar, así no tenga con qué.

Dentro de esta lógica del mercado, situaciones de dislocación de la nueva normalidad de consumo, tales como la protesta social y las interrupciones de la movilidad, ponen en serios aprietos a poderosos sectores de la economía, que ven como su grosero incremento de ganancias, se ve interrumpido por la acción aleve, según ellos y algunas ellas, de vándalos desadaptados, que se rehúsan a mal vivir en el mundo de ensoñación consumista al debe, que gobierno y medios les venden y les imponen a través de las redes masivas de información.

Ya en este punto, en el que las mayorías de viejos y nuevos pobres, se han dado cuenta de la verdadera realidad económica, en la que la prosperidad es patrimonio exclusivo de unos pocos y la miseria es socializada entre las grandes mayorías, es en el que, de manera desesperada, la elite corporativista que gobierna Colombia, acude a la reconstrucción de su relato de búsqueda de consensos y de solidaridad, no necesariamente en búsqueda de más y mejores oportunidades y garantías de bienestar para todos, sino de más y mejores garantías de mantener el esquema en el que unos pocos siguen siendo beneficiarios de todas las gabelas del estado, a costa de la salud, la educación, el empleo y el buen vivir del resto de la sociedad.

Ante la imposibilidad de seguir con el meta relato del enemigo nacional del castro chavismo, o de un todo poderoso Gustavo Petro, como maestro titiritero del mal, tanto gremios como su gobierno, se han dado a la tarea de la construcción de otra narrativa en la que, el nuevo enemigo termine siendo la protesta social, que socaba las libertades del individuo y atenta contra el bienestar general, un enemigo de múltiples cabezas, pero que se pueden personalizar en los vándalos de primera y segunda línea, ahora declarados objetivos de alto valor para las FF.MM. y las auto defensas ciudadanas.

Imagen: Indígenas son atacados por ciudadanos armados del sur de Cali durante protestas 2021. Perfil Facebook.

Si bien es cierto que a la hora de escribir estas notas, ya se vienen dando, así sea a marchas forzadas, los primeros pasos para el esperado encuentro entre el gobierno nacional y las distintas expresiones de la protesta social, la desconfianza que siente la mayoría de los colombianos hacia la institucionalidad gremial y estatal, así como la intransigencia de sectores de la ultra derecha en el poder, no han permitido que se avance en la ruta de una negociación, en la que las justas reclamaciones de millones, acompasen el desaforado deseo de ganancias de unos pocos.

Este desencuentro no es cosa diferente que la expresión pública de una vieja contradicción social, no solo presente en Colombia, sino en muchas otras latitudes, en la que se enfrenta el romanticismo social alrededor de lo realmente comunitario y el individualismo extremo, devenido en la justificación del fascismo como mecanismo para mantener los privilegios de una minoría. Tal cual.