LA VITRINA DE LA CONVERSA

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martes, noviembre 21, 2023

La ordalía de viajar en avión*


Por: Germán Navas Talero y Pablo Ceballos Navas

Editor: Francisco Cristancho R.

un cínico de marca mayor es el expresidente Iván Duque, quien se atreve a declarar que “el gobierno de Petro se convirtió en un símbolo de fractura nacional”. Todavía nos estamos riendo cuando vemos que el peor presidente de la historia, el que provocó tres paros nacionales e innumerables críticas por su desgobierno y amoralidad, tiene el nervio de expresarse públicamente en oposición a su sucesor

Desde que Ícaro se elevó con sus alas de cera para intentar alcanzar el sol, el ser humano ha ansiado y visto como un éxito surcar los cielos. Es tan evidente el deseo de volar que algunos individuos le dieron al Espíritu Santo la capacidad de elevar sus alas. Hasta hace unos años viajar en aeronave era un placer, hoy se asemeja más a una tortura: antes se percibía un interés de la tripulación por hacer sentir a gusto al pasajero, ahora parece que les estorban; antes cuidaban a su clientela y especialmente a quienes llevaban años viajando en su línea, ahora poco o nada les importa, sean nuevos o viejos conocidos; antes recibían a los pasajeros con una bebida, ahora hay que pagar hasta por el agua –situación que debería ocupar la atención de la Superintendencia de Industria y Comercio, dada la absoluta concentración de la oferta y los precios exorbitantes– y próximamente habrá que hacerlo por usar el baño.

Antes con recibir el boleto se tenía la confianza implícita de que contaba con un lugar garantizado en el avión, ahora hasta que no se está sentado, con el cinturón abrochado y la puerta cerrada no hay certeza de nada, especialmente en aquella aerolínea otrora colombiana cuyo nombre todos conocemos y que incurre reiteradamente en la práctica de sobrevenir asientos sin salvaguarda alguna para los pasajeros que puedan verse afectados por el exceso en la demanda – conducta que merece la atención de la autoridad de protección al consumidor–; antes todas las contingencias se resolvían cara a cara en el mostrador del aeropuerto, ahora las discusiones comienzan 24 horas antes del vuelo con la acostumbrada pelea –si tiene suerte, por teléfono con un ser humano, de lo contrario con un robot– para que se adjudique un asiento a bordo o se admita un equipaje a la bodega. Lo que antes era un momento ansiado ahora es un suplicio. Y no nos queda alternativa distinta a resistir porque debemos llegar a nuestros destinos y no podemos hacerlo a nado o al lomo de un caballo. Ojalá el Estado ejerza pronto su poder de inspección en procura del interés general y garantice la primacía de los derechos de los viajeros, tan vulnerados por estos días.

–Pasando a otro tema– Encontramos a nuestro regreso que la política colombiana no cambia. Un gobierno que pretende hacer efectivos los derechos de la mayoría, como nunca antes, encuentra frenos por doquier. Un poder ejecutivo que fija sus esfuerzos en alcanzar la paz por todos los frentes recibe la oposición de ex-negociadores que les parece objetable adelantar negociaciones simultáneas, como si las de ellos –que corrían solas– hubiesen alcanzado su propósito. Un presidente que cumple con el mandato de sus electores, que no es otro que el de las reformas que conduzcan a una mejoría en las condiciones de vida, recibe calificaciones de “impredecible”, “adanista” o “megalómano”. Mientras tanto, los poderes de toda la vida –entre ellos los Olímpicos de Barranquilla– disfrutan del percibido colapso del gobierno y celebran en micrófonos y tribunas de opinión los abucheos a la familia presidencial. Y el Congreso estático, entregado a la dilación promovida por sectores de interés que ven en el debate un riesgo a sus negocios, ajeno a la calidad de foro público que le dio origen y lleno de individuos que deslucen la dignidad parlamentaria. Para Germán, quien ocupó un escaño en la Cámara de Representantes por 24 años y que ha visto de todo en los puestos vecinos, esta legislatura preocupa en comparación con las que le antecedieron por su mediocridad y baja calidad argumentativa.

El que sí es un cínico de marca mayor es el expresidente Iván Duque, quien se atreve a declarar que “el gobierno de Petro se convirtió en un símbolo de fractura nacional”. Todavía nos estamos riendo cuando vemos que el peor presidente de la historia, el que provocó tres paros nacionales e innumerables críticas por su desgobierno y amoralidad, tiene el nervio de expresarse públicamente en oposición a su sucesor. Bien podría decirse que Duque aspiró a ser y logró hacerse con la medalla al tiro, porque descolló en tirarse el país. La corrupción alcanzó sus mayores niveles con Duque a la cabeza, sería bueno que nos contara cuántos de sus amigos se lucraron del tubo de Ecopetrol. Donde hubiera tenido un año más de gobierno, se acababan las reservas y no quedaba combustible ni para cargar un briquet. También convendría que explicara por qué una familiar suya era conocida entre altos funcionarios del Estado como “la madrina”, quien gozaba de un acceso irrestricto a entidades y procesos de selección. Le preguntamos a un historiador si él o alguien de su ramo se atreverían a escribir la historia del gobierno Duque y dijo que nadie se ocuparía con ello porque lo que resultaría no sería un libro sino un cómic.

*Texto originalmente publicado en SONOTICIAS y compartido a la comunidad de La Conversa de Fin de Semana, gracias a la generosidad de su director; el periodista Hernán Riaño.

Las opiniones de los columnistas son de su exclusiva responsabilidad.  Les invitamos a leer, comentar, compartir y a debatir con respeto.

 

viernes, abril 28, 2023

EL TIMONAZO HACIA UN GOBIERNO DE EMERGENCIA*

Análisis de los cambios en el gabinete del presidente Petro

Por Luis Alfonso Mena S.

Varias de las claves del timonazo dado este miércoles 26 de abril por el presidente Gustavo Petro en su gabinete de gobierno las encontramos en lo ocurrido en disímiles escenarios: en su discurso ante las comunidades campesinas de Zarzal (Valle del Cauca), en decisiones del Congreso de la República sobre tierras y en los recalcitrantes boicots de los jefes de los partidos del viejo régimen contra las reformas sociales.

 En su demoledor discurso del 25 de abril en Zarzal, municipio donde entregaba mil hectáreas de tierra fértil del predio La Calera, administrado por la SAE, a 90 familias campesinas, el Presidente denunció, en primer lugar, decisiones tomadas en el Congreso que atentan contra su política de tierras y demuestran el poder de los latifundistas en esa corporación.

 ¿Por qué el Congreso de la República, en sus comisiones económicas, quitó el artículo que permitía comprar las tierras sin expropiarlas, ministra (de Agricultura, Cecilia López), para poder entregárselas al campesinado colombiano? Ahora solo queda vigente un artículo en la ley y es que hay que expropiar. El mismo Congreso de Colombia quita el artículo que permitía una negociación suave, pacífica, y obliga, si se quiere cumplir el Acuerdo de Paz, a expropiar a quienes tienen, los latifundistas, la tierra. Yo no entiendo si el Congreso de Colombia quiere guerra”, expresó el presidente, haciendo alusión al trámite del Plan de Desarrollo.

En segundo lugar, en Zarzal rechazó con vehemencia la gavilla de los partidos del establecimiento contra la Reforma a la Salud, a propósito de un pronunciamiento en tal sentido del expresidente Juan Manuel Santos, a quien no dudó en calificar de mentiroso cuando dijo que el sistema de salud actual “es uno de los mejores del mundo”, todo lo cual avizora un trámite pedregoso del proyecto en las cámaras legislativas.

Creen que, por llevar los hijos a la Fundación Santa Fe, en el norte de Bogotá, se tiene el mejor sistema de salud y no saben qué pasa con un niño aquí en un rancho, al lado de esta hacienda, si se enferma.  Y entonces van diciendo que tienen el mejor sistema de salud del mundo porque no han salido de las calles de Chapinero, o no han podido entender en qué consiste en realidad la paz”, enfatizó el mandatario dirigiéndose a Santos.

 Y, tercero, sobre todo, el Jefe del Estado se extendió en la urgencia de tener un equipo de colaboradores de su plena confianza, comprometido a fondo con sus políticas, y por eso anunció un “gobierno de emergencia” con funcionarios que “trabajen de día y de noche” por el cambio y que “no simplemente devenguen un sueldo o unas comisiones”. “Ya no podemos esperar más”, le dijo el presidente a la comunidad reunida en Zarzal.

 El Gobierno debe declararse ya en emergencia. Emergencia significa que, día y noche, equipos del Gobierno estén trabajando en cómo bajar el precio de los alimentos, en cómo entregar tierra al campesinado, en cómo tener más alimentación sembrada y, por tanto, más menores precios. Quien ya no sea capaz de hacer esto, ya no tiene espacio en nuestro gobierno”, dijo el Jefe del Estado.

 Y agregó: “Un gobierno de emergencia que tenga funcionarios cuyo corazón esté a favor de la gente humilde y no simplemente de ganar un salario y unas comisiones, y que sea capaz de adelantar los enormes retos que se nos demandan en el campo rural. Ya no podemos esperar más”.

SE CUMPLIÓ EL CICLO DEL CENTRO

De esta forma, la mayoría de los cambios expresa que la etapa de la presencia en el gabinete de personajes liberales y de centro que operan solo desde las oficinas ministeriales empieza a llegar a su fin, pues al retiro de Alejandro Gaviria (neoliberal, en MinEducación), ocurrida hace dos meses, el 27 de febrero, siguieron las salidas de José Antonio Ocampo (samperista, en MinHacienda), Alfonso Prada (santista, en MinInterior) y Cecilia López (socialdemócrata, en MinAgricultura), nombramientos orientados en principio a desactivar a la extrema derecha con los llamados “tranquilizadores” del mercado, los cuales que ya cumplieron su ciclo.

Como Alejandro Gaviria, que se había vuelto un botafuego contra la Reforma a la Salud desde el propio Gobierno, Cecilia López también disparaba dardos contra el proyecto y contra la política de transición energética, en tanto que no dio los resultados esperados en el cometido presidencial de avanzar en la Reforma Agraria y en la entrega de tierras a los campesinos.

Por su parte, José Antonio Ocampo ya no daba respiro con su cerrada posición sobre la llamada regla fiscal, que frena el gasto público en los programas sociales, y a Alfonso Prada, escudero de Gustavo Petro en la campaña, lo afectaron la posición de su jefe, Juan Manuel Santos, contra la Reforma a la Salud y su falta de resultados respecto del trámite de ésta en el Congreso, como responsable de la cartera política y del relacionamiento con el Legislativo.

Además, en consonancia con la declaratoria que hizo el presidente del fin de la “coalición de gobierno” con los partidos Conservador, Liberal y de la U, salieron otros dos de sus representantes en el gabinete: Sandra Milena Urrutia (de la U, en MinTic) y Guillermo Reyes (conservador, en MinTransporte).

La permanencia de Sandra Milena Urrutia era insostenible, pues además de ser una funcionaria burocratizada, era la vocera de Dilian Francisca Toro, quien la recomendó a nombre del Partido de la U, colectividad en la que la señora Toro aplica disciplina dictatorial a sus congresistas para obligarlos a votar contra la Reforma a la Salud, lo mismo que hacen César Gaviria, en el Partido Liberal, y Efraín Cepeda, en el Conservador.

Sobre la salida de Guillermo Reyes, cuota del Partido Conservador, se tiene en cuenta no sólo la ruptura de la coalición en la que estaba su colectividad, sino también fuertes reparos que se le hicieron en las últimas semanas por su desempeño frente a la crisis de las dos aerolíneas “de bajo” costo que tanto daño hicieron al turismo y a los usuarios durante la Semana Santa, hecho que fue usado por la extrema derecha para generar otra matriz contra el Gobierno.

 Arturo Luis Luna, ministro de Ciencias, también fue removido, pues no dio la talla, su desempeño fue intrascendente, anodino, lo cual demuestra que no es suficiente la juventud y una hoja de vida con muchos títulos, factores que condujeron a Gustavo Petro a designarlo.

Sorprendió el traslado hecho por el Presidente de Mauricio Lizcano (del Partido Gente en Marcha) del Departamento Administrativo de la Presidencia de la República, Dapre, al Ministerio de las TIC, seguramente para aprovechar sus conocimientos en nuevas tecnologías. Lizcano tendrá que aclarar los cuestionamientos de diferente orden que se le han formulado desde hace meses.

CAROLINA, EN EL CORAZÓN DEL PUEBLO

El hecho inesperado del timonazo lo constituyó la salida de Carolina Corcho del gabinete, pues se la había jugado a fondo por la Reforma a la Salud, fue contra ella que enfilaron baterías todos los cabecillas de los partidos de la derecha, a los que, insaciables, no les sirvió ninguno de los puntos en los que cedió el Gobierno respecto del proyecto.

Siempre recibió el respaldo del Presidente, quien insistía que ella representaba el pensamiento del Gobierno, y por ello nadie imaginaba que pudiera quedar por fuera.

Tal vez en estos más de ocho meses de gestión no ha habido una funcionaria del Gobierno del Cambio más atacada y vilipendiada por los negociantes de la salud y por múltiples sectores empresariales y mediáticos que Carolina Corcho, quien estoicamente luchó por sacar adelante la reforma medular del mandato Petro.

El Presidente retiró a la Ministra seguramente para tratar de salvar la Reforma, una decisión riesgosa que ojalá no salga caro y que, desde nuestro punto de vista, es lamentable, así como lo fue el retiro, el 27 de febrero último, de la ministra de Cultura Patricia Ariza, cuya salida nunca fue explicada por el mandatario.

En todo caso, difícilmente se encuentra una profesional como ella tan competente y sólida conocedora de todo el complejo andamiaje jurídico del sistema de salud en Colombia, y tan denodada luchadora por sacar adelante una Ley que acabaría con el desastre de la salud en manos de particulares, usufructuarios de la multimillonaria inversión del Estado en unas sanguijuelas denominadas EPS.

Carolina Corcho sentó las bases de la Reforma a la Salud, la defendió con inteligencia y valentía, se enfrentó a los mercaderes del sistema y sale del gabinete como una de las mejores ministras, leal no solo al Gobierno del Cambio, sino a las luchas y derechos del pueblo colombiano. Admiración y reconocimiento merece esta extraordinaria luchadora de la humanidad.

A Carolina Corcho y a Patricia Ariza el movimiento popular colombiano las valora y tendrá en cuenta siempre sus esfuerzos y persistencia. Se quedan en el corazón del pueblo.

LOS RETOS DE LOS QUE LLEGAN 

En la imagen los rostros de quienes ingresan al gabinete del presidente Gustavo Petro.
Tomada de la red

Al médico Guillermo Alfonso Jaramillo, ex gobernador del Tolima y colaborador del Presidente cuando ejerció la Alcaldía de Bogotá, como nuevo ministro de Salud le espera el desafío de llevar adelante la Reforma en el Congreso, frente a lo cual ya dijo que el proyecto sigue vivo y se muestra optimista. La designación lo saca de la carrera por la Alcaldía de Bogotá y deja libre el camino para tal postulación por el Pacto Histórico a Gustavo Bolívar.

En reemplazo de José Antonio Ocampo llega al ministerio de Hacienda el destacado economista Ricardo Bonilla, actual director de la Financiera de Desarrollo Territorial, Findeter, y hombre de confianza plena del Presidente. Será muy importante su aporte en la sustentación financiera de las reformas sociales, caballito de batalla de los adversarios de ellas, así como también en la forma cómo se enfrentará el enorme déficit dejado por el régimen de Iván Duque en relación con el Fondo de Estabilizaciónde Precios de los Combustibles y en la brega contra la inflación.

En el ministerio del Interior asumirá Luis Fernando Velasco, dirigente liberal con amplia experiencia parlamentaria y fuerte crítico de César Gaviria. Podría revitalizar el acercamiento a los proyectos de reformas sociales de un número importante de congresistas que se rebelaron (18 en total) y dirigieron una carta al jefe de su partido en la que rechazan las amenazas que les hizo el expresidente neoliberal a quienes votaran en favor de la Reforma a la Salud. Velasco es actualmente consejero presidencial para las Regiones.

La nueva ministra de Agricultura es la abogada Jennifer Mojica Flórez, actual directora de Asuntos Étnicos de la Unidad de Restitución de Tierras. Fue subdirectora de la Asociación Colombiana de Juristas y ha hecho parte de procesos como el de la Asociación de Autoridades Arhuacas de la Sierra Nevada y de la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad. Sus grandes retos son el impulso de la reforma agraria, contribuir a mejorar la producción de alimentos y a combatir la intermediación para que bajen de precio.

Al ministerio del Transporte llega el ingeniero William Camargo, actual director de la Agencia Nacional de Infraestructura. Es experto en planeación urbana y sistemas de movilidad. Entre sus desafíos se encuentran soluciones al lío con Ultra Air y Viva y, más estratégicamente, desarrollar toda una política para las vías terciarias que faciliten la movilización del campesinado y de sus cosechas a lo largo del país.

La antropóloga Yesenia Olaya Requene, oriunda de Tumaco, Nariño, reemplaza a Arturo Luis Luna en el ministerio de Ciencias. Es viceministra de Talento y Apropiación Social del Conocimiento del MinCiencias. Enfrenta grandes desafíos en una entidad que aún no despega en el actual Gobierno y en la cual Gustavo Petro tiene sembradas expectativas por la importancia que él otorga a la investigación científica como motor del desarrollo de las comunidades y del país.

Aunque es de confianza del Jefe del Estado, Mauricio Lizcano no es el funcionario que requiere un ministerio de tanta importancia para el Gobierno, como el de Comunicaciones, teniendo en cuenta su paso gris por el Dapre, lo cual deja en evidencia la falta de estrategia comunicacional global del Ejecutivo hacia los medios radiales y televisivos, pues se centra en los medios digitales y en lograr la expansión de la internet a las zonas rurales del país.

Abogado y polítólogo especializado en medio ambiente, Carlos Ramón González será el nuevo director del Dapre. Es otro hombre de plena confianza del Presidente, fue director de Alianza Democrática M-19 y viene de ser copresidente del Partido Alianza Verde. Por su oficina y por la de la jefe del Gabinete, Laura Sarabia, pasa todo el andamiaje de la Casa de Nariño y de la agenda presidencial. 

LOS QUE CONTINÚAN

Permanecieron en el gabinete las ministras del Trabajo, Gloria Inés Ramírez; la de Minas y Energía, Irene Vélez Torres, y la del Medio Ambiente, Susana Muhamad. Así pues, se quedaron con los cresposhechos los medios y políticos de derecha que han tenido en la mira siempre a la ministra Vélez, sometida incluso a mociones de censura en el Congreso, de las que ha salido indemne.

También siguen incólumes otros dos ministros contra los cuales la extrema derecha uribista y de “Cambio Radical” han convocado mociones de censura y debates de control político en el Congreso, el canciller, Álvaro Leyva Durán, y el ministro de Defensa, Iván Velásquez Gómez. Este último, el mismo día del timonazo en el gabinete comparecía ante el Congreso para responder por señalamientos absurdos, malintencionados de la oposición, como también ocurrió hace pocos días con el ministro de Relaciones Exteriores. 

Aunque de origen liberal, en el gabinete siguen los ministros de Justicia, Néstor Iván Osuna; la de Vivienda, Catalina Velasco, y el de Comercio e Industria, Germán Umaña, a quienes analistas vinculan ahora como “del resorte” del Primer Magistrado de la Nación.

Las recientemente designadas ministras de Educación, Aurora Vergara Figueroa, y de Deportes, Astrid Bibiana Rodríguez, quienes reemplazaron a Alejandro Gaviria y a María Isabel Urrutia, respectivamente, en los cambios del 27 de febrero, siguen en sus cargos.

Finalmente, causó extrañeza que en el remezón de este 26 de abril tampoco fue nombrado ministro de Cultura en propiedad, para suceder a Patricia Ariza, y continúa en calidad de encargado Ignacio Zorro.

Tampoco se produjo el tan esperado y anunciado nombramiento de gerente de Rtvc Sistema de Medios Públicos, entidad clave en materia comunicacional del Gobierno, que sigue en manos de funcionarios dejados por el régimen de derecha de Iván Duque, una actitud cuestionada fuertemente por los medios alternativos y por la opinión progresista del país, que ve cómo el Presidente desaprovecha esta red que contribuiría a contrarrestar la campaña de desinformación de los medios hegemónicos y de la prensa del sistema oligárquico.

El Gobierno del Cambio ingresa, así, en una nueva fase, sin representantes de los partidos de la derecha que hicieron parte hasta el martes 26 de abril de una coalición de gobernabilidad, al lado del Pacto Histórico, la Alianza Verde, Comunes y curules de Paz.

Es un timonazo a la izquierda, que permitirá definir más claramente el perfil del Gobierno y enrutarlo por el camino del cambio de verdad. Todo depende, también, de la movilización en calles y veredas, de trabajadores, campesinos y capas medias, como lo ha planteado el presidente Gustavo Petro.

El 1 de Mayo de 2023 habrá una nueva prueba de fuego, en la que las gentes del pueblo esperan ver a sus ministros desfilando palmo a palmo con ellas en las calles, conmemorando el Día Internacional de la Clase Obrera y respaldando las reformas sociales en movimiento.

Cali, jueves 27 de abril de 2023.

PERIODISMO LIBRE

*Texto publicado originalmente en: http://luisalfonsomenas.blogspot.com/2023/04/analisis-de-los-cambios-en-el-gabinete.html

lunes, enero 25, 2021

MINISTERIO Y SECRETARIAS DE EDUCACION DECOLOMBIA PERDIERON EL AÑO

 

MINISTERIO Y SECRETARIAS DE EDUCACION DECOLOMBIA PERDIERON EL AÑO

Por: Omar Orlando Tovar Troches -ottroz69@gmail.com-

Imagen del plan gubernamental de Alternancia Escolar

Antes de la crisis sanitaria y económica ocasionada por el Covid19, el sistema educativo colombiano, ya venía mostrando señales de estar tocando el fondo de su propia crisis, así lo venían demostrando los resultados de las evaluaciones académicas en el contexto internacional, la ausencia de las universidades en el entorno investigativo nacional y mundial y las innumerables protestas de profesores, estudiantes e incluso de padres; reclamando desde acceso, hasta mejoras en la calidad de la educación.

Ministra de Educación de Colombia
Ver las lastimeras notas periodísticas de los noticieros de los poderosos canales de televisión privada colombiana, constatando por enésima ocasión, que existen cientos de miles de niños, adolescentes y jóvenes que no han podido ingresar al fantasioso mundo del gobierno de Duque, en el que nadie sabe quiénes, dizque tienen acceso a la gran red de internet de Colombia, a través de los dispositivos, que nadie sabe quién, le  entregó a la pobrecía colombiana, no es cosa diferente que, llover sobre ese mojado de miseria y exclusión en el que viven los pobres de Colombia, que hoy son muchos más; no obstante los cuentos de ficción que relata a diario, el gobierno de extremo centro de Duque.

Sin embargo, el amarillismo periodístico de los poderosos medios de comunicación con sede en Bogotá, ha servido para desenmascarar la absoluta ineficiencia, escondida tras la propaganda fantasiosa de las ministras de educación y de las TIC, en la que ni ellas, ni ninguno de los titulares de las secretarias regionales y locales, han sido capaces de emprender las mínimas acciones para tratar de incluir a los niños y jóvenes de Colombia en el fabulosos mundo de la interconexión, perifoneado en todos los medios por las ministras de marras.

Rascándose la cabeza y preocupados por la educación de los más jóvenes, padres, madres y cuidadores no entienden por qué  los titulares de las carteras nacionales y/o locales de la educación, no han hecho, ni la planificación adecuada, ni las acciones contractuales requeridas para adecuar el desbarajustado sistema educativo colombiano, para que al menos, las instituciones educativas cuenten con los mínimos de infraestructura requeridos para que los estudiantes puedan regresar a la normalidad académica.

Paso casi un año, para que, tanto min-educación, como min-tic, hubieran emprendido las tareas correspondientes para contratar y adiestrar al personal educativo extra, que se necesita para atender la llamada semi presencialidad o alternancia que llaman y que requiere más personal, para atender en muchos más horarios, a los muchachos y muchachas que tendrían que acudir en horarios especiales.

Casi un año, para que la infra estructura sanitaria y la logística estuviera lista para el mal llamado retorno a la normalidad académica o a la alternancia, tan cacareada por el uribismo por estos días. Casi un año para que la red de comunicaciones, ahora en manos privadas, alcanzara el 100% de cobertura o al menos un porcentaje de cobertura parecido al que alcanzo la desaparecida TELECOM, para interconectar a los más pobres en cada rincón subnormal de ciudades y veredas de Colombia. Nada se hizo.

Ministra de las TIC de Colombia
Ahora, ante la muy comprensible preocupación de cuidadores, madres y padres de familia, respecto al futuro inmediato de la educación de los más jóvenes, el centrista gobierno de Duque, nuevamente ha demostrado su importaculismo y su improvisación, dejando en manos de los docentes y de la opinión pública, la solución a este crucial problema de la sociedad colombiana.

Ni PCs, ni tabletas, ni celulares, ni datos, ni auxilios, nada de nada, en esas condiciones se vanagloria el uribismo; de tener tres estudiantes con el máximo puntaje del ICFES, algo que, más allá del orgullo de sus protagonistas y familias, debería llamar a la vergüenza de un gobierno, ante tan pobres resultados, que demuestran otra vez que; ministerio y secretarias de educación de Colombia, por enésima ocasión perdieron el año.