LA VITRINA DE LA CONVERSA

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jueves, agosto 26, 2021

Adiós a Watts: el comienzo del fin

 Adiós a Watts: el comienzo del fin





Charlie Watts - Baterista de Los Rolling Stones-
Imágenes: NY Times-DW

Por Omar Orlando Tovar Troches -ottoz69@gmail.com-

Estos casi dos años de peste mundial, nos han puesto de cara a la única condición que, en vida, hermana a todos los seres humanos; la muerte.

En medio de las sensaciones de incertidumbre, miedo y soledad, ocasionadas por la obligatoriedad del encierro, brotó aquí y allá un sentimiento colectivo de añoranza de tiempos pasados, inocentemente considerados como mejores, comparados con la crueldad de una muy presente peste comunitaria, que fue arrasando con la vida de propios y extraños, ante la inacción atarantada de gobiernos, más preocupados por las pérdidas económicas de sus amigotes, que por la pérdida catastrófica de vidas humanas.

En ese marco de nostalgias, agravadas por una agobiante sensación de impotencia, poco a poco, muchos de los integrantes de la llamada generación “X”, nos hemos volcado a eso que los gringos llaman “memorabilia”[1], para buscar un cierto anclaje a la seguridad de ese supuesto pasado venturoso; de los años pasados. Allí, en ese lugar de la memoria, llamado nostalgia, paulatinamente nos fuimos refugiando en la banda sonora de los años maravillosos, buscando en las redes sociales, en aplicaciones o dispositivo de reproducción; a nuestros héroes y heroínas musicales de toda la vida. Allí estaban el cantante y los músicos de Charlie Watts, unos muchachos de casi ochenta años llamados los Rolling Stones.

Los Rolling Stones - Imagen Rock FM
Y es que la constatación, tanto de la fragilidad, pero, sobre todo, de la brevedad de la vida, nos ha hecho valorar, al menos a un buen número de cuarentones y cincuentones, el asombroso valor que tienen el arte y la memoria. Cosas de cuchos, dirán irreverentes, los treintañeros milenials y los imberbes Z; cosas importantes, diremos los directos responsables de que ahora todo esté como está.

De manera pasmosa, hemos venido siendo testigos del constante marchitamiento de esa fuerza poderosa de rebeldía, que incluso nos movió allá en los ochenta y noventa del siglo pasado y que aún nos alcanza a mover hoy, casi cuarenta años después: El Rock. Esa cultura heredada de algunos de nuestros papás y mamás; que casualmente tuvo a los Stones como pioneros de esa evolución del blues, el jazz y la música folclórica norte americana e inglesa; la música de sus papas y mamás; hoy, con la muerte de Watts, parece estar anunciando el comienzo de su fin.

Durante los últimos años, hemos sido testigos de la muerte de muchos de esos héroes y heroínas de la rebeldía musical:  Kurt Cobain, Amy Winehouse, Gustavo Ceratti, Luis Spinetta, Scott Weiland, Chester Benningnton, Dolores O´Riordan, Chris Cornell, David Bowie y ahora Charlie Watts. Poco a poco, esos iconos de la alternatividad, del descontento, pero también; de la fuerza y el inconformismo, le fueron cediendo su puesto a otras manifestaciones, que, aunque con algún valor estético y/o lúdico, nada tienen que ver con los refinamientos literarios y musicales alcanzados por estos héroes y heroínas del Rock.

Aunque por ahí todavía nos quedan; Thom Yorke ( Radiohead), Eddie Vedder (Pearl jam), Dave Grohl (The Foo fighters) y algunos más, realmente conocidos y dignos de ser llamados los herederos y expositores del Rock; desafortunadamente, nuestra indolencia por acompañar la formación cultural de nuestros hijos y nietos, el mal ejemplo de haber permitido que la contracultura traqueta se tomara el mundo, incluido el musical, ocasionó que nombres como los de Dylan (con premio Nobel abordo), los Beatles, Joe Cocker, Carlos Santana, The Who, los Sex Pistols, Pink Floyd, Genesis, Jethro Tull, los mismos Rolling Stones, Estados alterados, las 1280 Almas, La Derecha, La Pestilencia, Superlitio o los Aterciopelados; le dieran paso a nombres conformado por letras iniciales, que

Imagen: Uniminuto Radio

comienzan con iniciales o echan mano al espanglish, cuyas obras tienen la misma duración y utilidad que el papel de baño y las toallas higiénicas, a pesar de que nuestros hijos, los milenials y los centenials; las descarguen millones de veces de esa red mundial de computadores que nos inventamos y a la que, por pereza, ambición o descuido; los volvimos adictos.


Afortunadamente, por ahí en medio de la estulticia y la vulgaridad de eso que ahora, pretenciosamente, llaman genero urbano, sobreviven algunos genios del Rock como Jack White, la discutidísima Billy Eilish, los Artic Monkies, los Arcade Fire o los Black Keys, para no hablar las propuestas del hip hop, realmente alternativas y con gran calidad como las de los Alkolyricoz, e incluso, el trabajo de la argentina Nathy Peluso.

Se nos fue el viejo Charlie Watts, dicen que el más juicioso de los Stones, tenemos que prepararnos para una futura desbandada, de los ya escasos grandes del Rock que aún viven. Estemos preparados para su partida, pero hagamos algo para que el viejo Rock, no parta con ellos. Ojalá que ese sentido adiós a Charlie Watts, no termine siendo el comienzo del final.

 



[1] Things that are remarkable and worthy of remembrance. A wealth of early railroad memorabilia.Things that stir recollection or are valued or collected for their association with a particular field or interest : mementos. Baseball memorabilia. En su versión inglesa.  Objeto o prenda con valor sentimental, generalmente por haber pertenecido a una persona querida; en español.

viernes, julio 07, 2017

El último regalo de Chuck

CHUCK: El último regalo de Chuck

CHUCK BERRY
Imagen tomada de: www.rtve.es


Por: Omar Orlando Tovar Troches

                                                    –ottroz69@gmail.com-

Aunque no es raro que después de la muerte de un grande de la música, sus familiares, manejadores y disqueras se apresuren a recoger cuanto material inédito esté a mano, para publicarlo casi de inmediato, en busca ¿cómo no?, de la explotación póstuma de la genialidad del finado. El Caso del álbum CHUCK, es la excepción que confirma la regla.
El trabajo CHUCK, recientemente divulgado (Junio de 2017), conformado por canciones compuestas por el mismo Berry (Darlin‘, Jamaica Moon, Wonderful Woman, Big Boys, You go to my Head, 3/4 Time (Enchiladas), She Still Loves You, Dutchman, Eyes of Man y Lady B. Goode,) fué grabado por el Maestro y su banda conformada por sus hijos, nieto y una selección de invitados de lujo entre quienes se pueden encontrar a Nathaniel Rateliff y Tom Morello, de Rage Against the Machine, Gary Clark, el bajista Jimmy Marsala, el teclista Robert Lohr y el batería Keith Robinson, tiempo antes de fallecer.
Don Charles Edward Anderson Berry, popularmente conocido como Chuck Berry, nacido y fallecido el pasado Marzo en Saint Louis, Estados Unidos, alcanzó el olimpo de los dioses del Rock and Roll, ni más ni menos que por la nimiedad de haber sido uno de los pioneros o acaso el inventor (según sus ultra fanáticos) de este género musical, es tal la relevancia de la obra musical del recientemente extinto, que es fácil afirmar sin riesgo a equivocarse; que a estas alturas de la conexión global, sólo existen unas pocas, poquísimas personas en el mundo (entre las que se incluyen algunos miembros de los Amish norteamericanos o los seguidores de la música de Maluma y el Charrito Negro en Colombia) que no han escuchado al menos las canciones Roll Over Beethoven  de 1956 o Johnny B. Goode (1958) compuestas e interpretadas por Don Chuk.
La espera por un nuevo trabajo de Berry ya había sido larga, de hecho, el penúltimo trabajo del primer rockero negro había sido publicado en 1979, sin embargo, la presencia del bisabuelo del rock se sentía alrededor de los escenarios del mundo y sus canciones formaron y forman parte de las bandas sonoras de muchos trabajos cinematográficos (Volver al Futuro, entre muchos más), por lo que siguen siendo válidas la preguntas: ¿Es posible que en estas tierras, existan personas que aún hoy no saben quién fue Chuck? Y lo más lamentable ¿Cómo fue posible que la muerte y la posterior publicación de su trabajo póstumo (de Chuck) no fueran cubiertas y difundidas como se debe por los medios de comunicación? Supongo que son cosas de nuestro bucólico, aunque conectado, mundillo artístico nacional.


De vuelta al álbum CHUCK, un vez aprovechada la fortuna de recorrer su delicioso contenido, se puede apreciar en el trabajo, un notable esfuerzo por remozar el ya conocido sonido de Berry,  acomodando su intención sonora a las muy buenas ejecuciones de los miembros mucho más jóvenes de su banda, para adecuarlas con precisión quirúrgica a las expectativas del público del siglo XXI. De manera particular llaman la atención las canciones, Darling, Wonderful Woman, 3/4 Time (Enchiladas) y  She Still Loves You, sin menospreciar el resto, también resalta la canción homenaje- secuela, Lady Be Goode, referida a la inmortal Johny be Goode. Es dable prever que este álbum se perfile como uno de los mejores trabajos del rock que se han publicado hasta ahora, al menos para este servidor, independientemente de su valor como obra póstuma y legado del bisabuelo del rock.