Esa es la ultraderecha que patalea, se niega a desaparecer usando todas las armas para evitar que eso ocurra. Utilizan los sistemas judiciales para encarcelar y a los medios de comunicación para desacreditar a quienes quieran un sistema democrático. Hoy pretende un resurgimiento de su forma de explotación y subyugación del ser humano acabando con las libertades y sumiendo a los pueblos en la pobreza eterna.
En Colombia y el mundo, las derechas se resisten a permitir el salto al desarrollo y en los países que se ha alcanzado, quieren volver a un pasado feudal que tanto daño le ha hecho al mundo y sus habitantes, especialmente los más pobres.
Lo vimos en las elecciones del parlamento europeo con el avance de los pensamientos más retrógrados, alimentados por los discursos de odio contra unos seres humanos inmigrantes empobrecidos por esos mismos países por siglos de esclavitud de continentes como África y América, en los que el saqueo y el despojo fue la característica de sus colonialismos. Hoy, ante la falta de oportunidades y el empobrecimiento de las regiones de donde lograron la riqueza de la que hoy gozan, quieren ocultar la tragedia humana del ingreso de ellos a Europa, en donde quieren lograr mejores condiciones de vida y poder enviarles dinero a los seres queridos que dejaron atrás por encontrar una oportunidad de trabajo más o menos digno.
En esa odisea de llegar al continente europeo la gran mayoría ha perdido la vida atravesando los mares, en muchos casos siendo asesinados por las autoridades que hunden las embarcaciones en las que hacen el intento y que los chacales les cobran un dineral sin ninguna garantía de vida.
Los latinoamericanos viajan en avión, sin visa, solo con su pasaporte y, a los que no deportan, quedan en estado de ilegales siendo víctimas de todos los abusos y vejámenes para evitar ser denunciados y posteriormente deportados.
Lo mismo ocurre con los Estados Unidos, donde se pregona dizque la democracia más perfecta del mundo. Quienes hoy dominan el país del norte, en su momento fueron inmigrantes y asesinos de los nativos americanos, acabando pueblos enteros, violando sus mujeres y matando niños y ancianos. De esos pueblos solo quedan algunos, relegados a unas reservaciones de muy pocas tribus originarias.
Hoy vemos el resurgir de una extrema derecha en la que pretenden elegir a un candidato de esa corriente política condenado por varios delitos, de 79 años, y su contrincante el actual presidente de 81, demostrando no solo la falta de líderes sino la decadencia de su sistema político – económico.
Esa es la ultraderecha que patalea, se niega a desaparecer usando todas las armas para evitar que eso ocurra. Con la ayuda de sus cómplices en cada nación, intentan parar y acabar cualquier asomo de democracia real que los pueblos quieran imponer. Matan y desaparecen todo tipo de personas que se opongan, acaban partidos políticos, utilizan los sistemas judiciales para encarcelar y a los medios de comunicación para desacreditar a quienes quieran un sistema democrático y cuando ya esto no es posible llegan a los fraudes electorales o a los golpes de Estado, para perpetuar su saqueo y dominación. Hoy pretende un resurgimiento de su forma de explotación y subyugación del ser humano acabando con las libertades y sumiendo a los pueblos en la pobreza eterna. De llegar a concretar esos planes el mundo retrocedería muchos años en riqueza y respeto por el ser humano, como sucedió en Colombia con el gobierno de Alvaro Uribe y sus dos sucesores.
En otras columnas hemos descrito las características de las llamadas burguesías o aristocracias que más parecen señores feudales con todas las mañas de ese régimen atrasado y caduco.
En varios países de la llamada américa latina hemos sufrido golpes de Estado y fraudes electorales que han garantizado la perpetuidad del feudalismo colonial promovido por Estados Unidos.
El intento de golpe en Bolivia deja muchas enseñanzas. Un hecho ocurrido en muy pocas horas en las que un general, caracterizado por su posición extremo derechista y golpista se dedicó a amenazar durante varias semanas, con defenestrar al presidente democráticamente elegido hasta llegar a concretar esas amenazas. El señor Arce se le enfrentó en un hecho no visto antes al enfrentarse cara a cara con el general. Lo más destacable fue la reacción del pueblo boliviano (1), que salió masivamente a defender la democracia; el ejército golpista no pudo evitar, a pesar de sus esfuerzos, que los ciudadanos los hicieran retroceder hasta llegar y llenar a la plaza donde se encuentra la sede del gobierno.
Pero ¿quién dijo miedo? En el fervor del golpe varios líderes de la extrema derecha del mundo ya estaban festejando la caída del gobierno elegido democráticamente. En Colombia quien celebró y felicitó a los golpistas fue la senadora del centro democrático María Fernanda Cabal, y fue más allá, dijo que había que tumbar a todos los gobiernos del Foro de Río (2).
A las pocas horas el general Zúñiga dijo o mandó a decir que el presidente lo había “contratado” para hacer lo que hizo (¿?) Este hecho no merece gran análisis, porque fue el pueblo, solo los ciudadanos quienes impidieron el golpe, solo ellos.
Lo que sí analizaré fue la reacción a esa “noticia” que hicieron los medios de comunicación de la ultraderecha colombiana, minimizando la participación popular, muchos “noticieros” de la mañana, especialmente, se pegaron de esta información y le dedicaron horas a minimizar al pueblo de Bolivia.
Muchos se preguntarán el porqué de esta “dedicación” de los medios de derecha colombianos en minimizar la participación ciudadana boliviana para evitar el golpe, otros les darán el beneplácito a esas noticias y hablarán mal del señor Arce, con calificativos des obligantes y llegarán a decir que es cómplice de quien sabe quién, pero siempre desconociendo el papel protagónico del pueblo (3).
Pero ¿qué se esconde detrás de esa actitud mediática?
El señor presidente Gustavo Petro, desde que asumió el gobierno ha hecho llamados al constituyente primario, que como él lo ha dicho, no es nadie más que el pueblo, para que defienda las reformas impulsadas por el mandatario. Les da pánico que los colombianos sigan el ejemplo de los bolivianos, que tengan una participación activa y definitoria en alcanzar unas reformas que los beneficie. Lo que quedó demostrado con lo ocurrido tanto en el episodio del hermano país, como con las marchas y manifestaciones de los colombianos es que al pueblo sí le tienen pavor, por ello la insistencia en minimizar lo ocurrido la pasada semana.
Gustavo Petro ha sido insistente en decirle a los colombianos, ustedes son el poder, no se lo dejen quitar, como siempre ha ocurrido, de una casta de parásitos extremo-derechistas, saqueadores del erario, asesinos, ladrones causantes de falsos positivos y desapariciones. Cuando seamos conscientes de ese poder que tenemos para cambiar nuestros destinos y declararles la caducidad a esas derechas, nuestro país dará el salto al capitalismo humano y al modernismo que tanto necesitamos. Son esas clases sociales, llamadas privilegiadas las que siempre han impedido el desarrollo de nuestro país y la paz entre los colombianos. Primero porque viven de la explotación feudal del ser humano y del enriquecedor negocio de la guerra, no les conviene un ambiente de hermandad y de colaboración.
Pero como siempre nos ha sucedido, esa casta se sostiene de una manada de estúpidos que les acolitan todo y los mantiene en el poder para que nos sigan metiendo la mano al bolsillo y no nos permitan un futuro. ¿Hasta cuándo, uribistas de estratos 1, 2 y 3?
(1) https://www.facebook.com/share/v/VwwFXYPYHUJGoCJx/ https://www.facebook.com/share/p/JiVHNonn7bHhqniq/https://www.facebook.com/share/p/7U87jGcFTwBzXRrW/
(2) https://x.com/DonIzquierdo_/status/1806065090958967052
(3) https://sonoticias0.wordpress.com/2024/06/27/para-caracol-radio-solo-se-trato-de-un-autogolpe-publicitario/
Nota publicada originalmente en SoNoticias y compartida con la comunidad de La Conversa de Fin de Semana, gracias a la generosidad de su director, el periodista Hernán Riaño
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