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LA VITRINA DE LA CONVERSA
viernes, mayo 03, 2024
viernes, abril 12, 2024
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sábado, febrero 10, 2024
Gonzalo Diaz… Mil días de legado
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miércoles, enero 31, 2024
La gaseosa da fresco mientras el fiscal sigue de ‘refresco’
Por: Germán Navas Talero y Pablo Ceballos Navas*
Editor: Francisco Cristancho R.
Llegará el fin del
castigo injusto y el perdón impune.
El legado de Barbosa se resume, en una palabra: Puestos.
En lugar de investigar, de inspirar o al menos de exigir buenos resultados a
sus subordinados, el fiscal general se ocupó de avanzar una candidatura
presidencial que desde su llegada y hasta la fecha se advierte imposible de
ganar por su evidente incapacidad
Hay palabras que tienen muchos significados, piénsese por
ejemplo en el término fresco: así se le dice al pescado que ha caído en la red
y que emprende rumbo a la cacerola; también al sol que no maltrata y que, por
el contrario, invita a su disfrute; pero también se emplea para reprochar al
individuo que entra a un lugar sin intenciones de abandonarlo, haciéndolo suyo
sin serlo. Existe otra palabra fonéticamente semejante: refresco, que describe
aquella bebida que con su ingesta provee la hidratación necesaria para sentirse
a gusto; aunque también se admite su uso como superlativo del individuo fresco,
quien por su conducta también pasa por rudo, atrevido y conchudo.
Fresco, rudo, atrevido y conchudo es el señor fiscal
general, Francisco Barbosa, un refresco impotable en Bogotá y en Washington, a
juzgar por los acontecimientos recientes. Barbosita se llevó a su compinche –la
vicefiscal cuestionada por vínculos con el narcotráfico, Martha Mancera– de
viaje por los corredores del gobierno federal de EE. UU. pues, como lo reportó
el veterano periodista Gonzalo Guillén, fueron pocos quienes quisieron abrir
sus puertas al avistarlos. Anticipando su fracaso y haciendo gala de su
insuperable capacidad para mentir, Barbosa afirmó ante la prensa que el
gobierno de Estados Unidos veía con buenos ojos a la vicefiscal Mancera y
expresaba su ‘respaldo total’ a quien presentó como “fiscal general encargada”,
sin percatarse –claro está– de que con ese artificioso título él se quedaba sin
cargo y sin corte que le llevara el equipaje.
El legado de Barbosa se resume, en una palabra: Puestos. En
lugar de investigar, de inspirar o al menos de exigir buenos resultados a sus
subordinados, el fiscal general se ocupó de avanzar una candidatura
presidencial que desde su llegada y hasta la fecha se advierte imposible de
ganar por su evidente incapacidad, dejando una estela de compromisos que no
podrá satisfacer. En lo único en lo que Barbosa pudo haber acertado es en
asegurar que la Corte Suprema de Justicia se vea obligada a elegir su reemplazo
entre la terna enviada por el presidente Petro, pues con el paso de las horas
se develan los favores recibidos por algunos magistrados, ensombreciendo la
pretendida independencia que invocaron como defensa tras imponerse el voto en
blanco en la primera ronda, opción de voto que no debe consentirse ni debería
permitirse, pues la obligación constitucional del alto tribunal es de escoger
entre las opciones puestas a su consideración por el nominador, sin lugar a
dejar el cargo vacante o a sonsacarse un candidato del organigrama de la
entidad excediendo sus competencias legales.
Quienes conocen los intríngulis de ese aparato llamado
Fiscalía sostienen que la danza de la nómina sigue imperando, aun cuando el
dueño de la chequera ya está haciendo maletas. Lo cierto es que corre el reloj
para que Barbosa abandone el búnker y con ello libere finalmente la sala de
evidencias que su señora esposa ocupó con prendas de vestir y demás
pertenencias. A la celebración que por su salida unirá al país decente se harán
partícipes los perros de la familia Barbosa, quienes se alegrarán al tener a ambos
amos en casa y con el clóset de zapatos completo para desgastarlos en las
caminatas que sus antiguos paseadores –pagados por los contribuyentes– ya no
podrán darles.
Adenda: hay quienes llegan al mundo a pelechar, a
encontrar toda ventaja posible y a hacer cuanto daño les es consentido. Estos
individuos, perniciosos en su propia existencia, se tornan en un peligro
inminente cuando son investidos con funciones públicas. Nos corresponde a los
ciudadanos detenerlos, bien con el voto; con la voz o con la movilización
pública y pacífica.
Sugerencia de viaje: sea usted amigo del juego o no,
nos permitimos recomendar a nuestros lectores la ciudad de Las Vegas, en la que
los autores de esta columna disfrutamos un par de días sin ser muy duchos en
las cartas. A apenas dos horas por carretera puede conocer el borde occidental
del Gran Cañón y en el recorrido maravillarse por el ingenio humano que
permitió construir –en plena crisis económica y con un décimo de la tecnología
disponible hoy– la imponente presa Hoover.
Hasta la próxima
*Texto originalmente publicado en el portal SONOTICIAS y
compartido a la comunidad de La Conversa de Fin de Semana gracias a la
generosidad de nuestro aliado, el periodista Hernán Riaño.
Las opiniones de los columnistas son de su exclusiva
responsabilidad. Les invitamos a leer,
comentar, compartir y a debatir con respeto.
martes, enero 23, 2024
De patrones a doctores*
Imagen tomada de: amazon.com |
En el campo el patrón y
en la ciudad el doctor ha impuesto la dominación en la que la derecha a sumergido
al país. Este es el tipo de lenguaje que perpetúa el feudalismo que conlleva a
abusos y corrupción.
El término patrón se ha usado en Colombia y varios países
latinoamericanos, como herencia del colonialismo español y que define la
diferencia de clase social entre los más ricos y los pobres. En nuestro país,
el campo fue la región donde se empezó a usar, los dueños de las haciendas,
terratenientes todos ellos, obligaban a los jornaleros, encomenderos y todas
las formas que usaron para fortalecer y perpetuar el feudalismo, para
reverenciarlos y obedecerles a ciegas. Estos hacendados determinan la vida y
los bienes de los campesinos, inclusive abusaron (o, ¿abusan?) de la dignidad y
derechos de quienes producen la tierra, el campesino y sus familias. En muchas
partes se obliga todavía, a usar un diminutivo más ofensivo y opresor:
“patroncito”
Este término se trasladó a las estructuras narcotraficantes,
en donde el capo del comercio de narcóticos se definió como El patrón. Hay una
serie televisiva que describe este hecho conocido como: Escobar, el patrón del
mal. Son muchas las anécdotas conocidas de esta relación entre el jefe de la
banda y sus secuaces. Pero también este nombre lo adaptaron en diferentes
sectores de la producción como la construcción y pequeñas factorías en las que
los dueños, profesionales o mandos medios imponen su poder con base en el
término del que hablamos.
Aparte del poder que ha impuesto este término, también
implica ser de clase social con el que pretenden separarse y diferenciarse los
dueños y jefes de los menos afortunados, sus “sirvientes”. También ha sido
usado en las relaciones con el servicio doméstico, desde hace años, en los que
las “patronas” imponían condiciones infrahumanas, a humildes mujeres,
generalmente traídas del campo, en las que no tenían seguridad social, horario,
tenían que estar las 24 horas disponibles y para rematar, en muchos casos,
fueron abusadas por sus patrones o sus hijos.
Pero la modernidad, las nuevas formas de producción y
relaciones sociales, hicieron que se usaran nuevos términos para imponer las
diferencias sociales y apareció el término “doctor”. Aclaramos quien es un
doctor, generalmente se usa para definir al profesional de cualquier rama que
tenga que ver con la salud, medicina, odontología, entre otros. Pero además es
uno de los grados universitarios más altos que existen y que exige una
dedicación y disciplina para poder lograrlo. Después del pregrado, que puede
durar unos 5 o 6 años, luego viene el Magister, que puede durar 2 años y por
último el PhD o doctorado con una duración de 5 o más años, que exige
publicaciones en revistas del ramo y una investigación muy seria que plantee
avances científicos o sociales.
Como podemos ver en Colombia se ha desfigurado totalmente
este grado académico y todo por querer imponer un poder que no tienen quienes
lo usan sin merecerlo o alguna distinción social. Los casos más conocidos de
personas que se dicen doctores sin serlo está el de Enrique Peñalosa, quien por
muchos años se hizo pasar por doctor de una universidad francesa, se presentó
en foros internacionales ostentando este título y publicó libros en los que se
presentó como tal, sin ruborizarse. Después de una investigación de Juana
Afanador y Carlos Carrillo, ellos demostraron que la universidad que
supuestamente le había dado el título, informó que nunca había lo había
otorgado y que ni siquiera el de Magister había cursado tal señor. Solo hizo un
curso de un semestre de algún curso libre que usó para promocionar su dichoso “doctorado”
(1). El señor Peñalosa, sin sonrojarse, sigue opinando, haciendo sus negociados
y además, después de su segundo período puso alcalde: Claudia López y ahora en
asocio con German Vargas Lleras a Carlos Fernando Galán. Algo parecido sucedió con el expresidente
Iván Duque que se promocionó como Doctor (2) y según el investigador solo
asistió a unas pocas clases semanales en la universidad que según él se lo
había otorgado, claro que recibió el Honoris Causa en una universidad de Corea
del Sur (3), pero cuando ya era presidente.
En otros casos pagan por que les hagan las tesis, las plagian mienten y
falsean sus estudios, todo para poder dominar y poder ascender en cargos de
poder, en la mayoría de los casos; para usarlo en actos de corrupción y robo del
erario.
Muchos profesionales de otras disciplinas y aún sin serlo
obligan o imponen que se les diga “doctor”, se ofenden si no se les denomina
así. En las instituciones es “obligatorio” su uso, es más, a algunas
profesionales se les ha dado por llamarlas “doctorísima” no sé qué
significará, ¿será que quieren ser más doctoras que los demás? Pero si no les rinde esta pleitesía se
ofenden, sancionan y persiguen a quien usó otra forma de dirigirse a ellas(os)
Esta “dignidad” va más allá, en muchos casos no se les puede discutir o
argumentar algo que no esté dentro de sus conceptos, siempre tienen la razón,
amenazan, castigan, “cogen entre ojos” y hasta despiden a quienes no les «dan
el debido respeto” de doctor(a).
En el campo el patrón y en la ciudad el doctor ha impuesto
la dominación en la que la derecha a sumergido al país. Este es el tipo de
lenguaje que perpetúa el feudalismo que conlleva a abusos y corrupción. El
poder y la riqueza en Colombia, que ha pertenecido a muy pocas familias, se ha
afincado en diferenciar su clase con las demás y para ellos obligan a que se
les dirija en estos términos excluyentes y ofensivos. No respetan al ciudadano
y sus derechos por eso odian la Constitución de 1.991, por eso Uribe la
modificó, con ayuda del Congreso y ellos añoran la constitución feudal de
1.886.
Hoy, cuando existe un gobierno democrático, lo quieren
defenestrar, lo dicen a cada rato y para ello, utilizan el poder y la forma de
dirigirse a sus empleados y colaboradores, como si fueran vasallos, es conocido
que los obligan a votar por el que decidan y ahora los obligan a ir a
“protestar” contra Petro, porque ellos son los patrones, los doctores y deben
obedecerlos ciegamente.
Los colombianos no nos hemos dado cuenta de que han atentado
contra nuestra dignidad, con ese lenguaje feudal han dominado, gobernado y
saqueado el erario y pretenden seguir haciéndolo.
El país ha estado sumergido por años entre estos dos
términos que han utilizado los dueños del poder para sustentar su dominación
para que el pueblo haga lo que ellos les digan y elijan a quienes designen. Y a
eso llaman democracia.
(1)
https://laotravoz.co/ante-la-fiscalia-presentaran-pruebas-sobre-estudios-inexistentes-de-penalosa/
https://www.elespectador.com/bogota/penalosa-lo-admite-el-tal-doctorado-no-existe-article-696635/
https://www.publimetro.co/co/noticias/2018/08/01/titulos-falsos-de-penalosa.html
https://www.youtube.com/watch?v=cW_en4guI3s
https://www.eltiempo.com/bogota/enrique-penalosa-dice-que-no-tiene-doctorado-ni-maestria-94820
https://www.larepublica.co/alta-gerencia/el-pais-de-los-doctores-que-no-tienen-doctorado-2367551
(2) https://www.las2orillas.co/ivan-duque-otro-con-titulos-falsos/
https://seguimiento.co/colombia/ivan-duque-no-se-especializo-en-harvard-segun-informe-de-esa-universidad-13161
*Texto publicado con la autorización de su autor: Hernán
Riaño.
Las opiniones de los columnistas son de su exclusiva
responsabilidad. Les invitamos a leer,
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miércoles, enero 17, 2024
Mutismo del fiscal Barbosa ante corifeos que llaman al golpe de Estado*
Por: Germán Navas Talero y Pablo Ceballos Navas
Editor: Francisco Cristancho R.
Barbosa anda diciendo que se va a dar clases a Estados Unidos, pero ¿qué puede enseñar este hombre que no sea a irrespetar? Salvo que en alguna universidad de Florida estén considerando dar un curso de patanería para jóvenes, no damos crédito a su presunto nuevo trabajo.
Si hablamos de Colombia hay un par de cosas buenas por
decir, otro tanto menos favorables y no pocas regulares, porque nuestro país es
como el mar semi picado: no tiene olas para surcar a bordo de una tabla de
surf, pero tampoco es calmo como para nadar en él. A veces se revuelve y
advierte un tsunami para luego volver a su estado regular, aquel que los
periodistas con algo de gracia han denominado “tensa calma”. Los pesimistas,
sin distinción de postura o ideología, amenazan con que “ya tocamos fondo” cuando
quiera que las cosas no resultan como ellos quisieran. Sobre esta última
expresión, de uso frecuente desde años ha, el padre de Germán –menos escéptico
que su hijo– decía que los barriles sin fondo existían. Todo lo conocido ha
pasado en Colombia, sin mayores repercusiones, y de seguro vendrá lo
desconocido con iguales consecuencias.
En esta, la ‘más estable’ democracia de América Latina, unos
cuantos desocupados que hace años vestían uniformes de la fuerza pública y con
cuyas acciones ahora deshonran su pasado, amenazan con un “juicio político” al
presidente Petro que lleve a su “destitución” –con la misma opacidad con que
los procesan a ellos valiéndose de un fuero que las más de las veces es
inmerecido– y que, de fracasar, exigiría una “toma del palacio de Nariño y del
Congreso de la República”, es decir, el cese completo y definitivo de las
instituciones democráticas que dicen defender. Ante esta amenaza pública y
explícita de dar un golpe al gobierno electo por voto popular y que cuenta con
el mandato de presidir el Estado hasta el 7 de agosto de 2026, hay un
funcionario llamado a pronunciarse que guarda un preocupante silencio, máxime
cuando se trata de un hombre afanoso por hacerse escuchar: el señor fiscal
general de la Nación.
Y ya que nos referimos a este individuo, es una sandez, una
afrenta a su cargo y demostración de su poca finura la expresión del señor
fiscal general relativa al Presidente de la República, a quien trató como
semejante a Pablo Escobar. Nos contaron que Barbosa anda diciendo que se va a
dar clases a Estados Unidos, pero ¿qué puede enseñar este hombre que no sea a irrespetar? Salvo que en alguna universidad de Florida estén considerando dar
un curso de patanería para jóvenes, no damos crédito a su presunto nuevo
trabajo.
Nos excusamos por la brevedad de esta columna, aún a miles
de kilómetros de casa quisimos hacer uso de esta tribuna que generosamente nos
han extendido algunos medios para pronunciarnos sobre un hecho que calificamos
de la mayor gravedad, confiando en que lleve a ustedes la convicción de que no
es un asunto menor y puede tornarse en fait accompli si así lo permitimos.
Adenda: señores periodistas, es dos mil veinticuatro, no
“veinte veinticuatro”. Lo ha dicho la Academia de la Lengua y lo ordena la
práctica común y el mínimo cuidado por la palabra.
Adenda II: Hoy circula por primera vez el periódico Vida, medio oficial de la Presidencia de la República, «con la convicción de romper con el centralismo y acercar a la población a temas que afectan su vida cotidiana». Desde aquí, invitamos a leerlo.
¡Hasta la próxima!
*Texto originalmente publicado en https://sonoticias0.wordpress.com/ y compartido a la comunidad de La Conversa de Fin de Semana gracias a la generosidad de nuestro aliado, el periodista Otto Hernán Riaño director del portal SONOTICIAS
Las opiniones de los columnistas son de su exclusiva
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jueves, enero 11, 2024
No es una película de terror, está sucediendo en vivo y en directo*
Por: Hernán Riaño
Por eso; es que lo
quieren matar, derrocar y, en últimas, evitar que termine el periodo
presidencial o que otro presidente, en el 2.026, de la misma línea, pueda
seguir destapando tanto hecho de corrupción, robo y asesinato que ha ocurrido
en Colombia.
En año y medio de gobierno se han sabido tantas cosas sobre
el actuar de los grupos de poder, económicos, paramilitares, grupos
delincuenciales y especialmente de lo que fueron los gobiernos de Álvaro Uribe
Vélez y sus sucesores, que le da a uno escalofríos con solo detenerse a
analizar cualquiera de las denuncias y noticias (nunca conocidos por los medios
tradicionales) producidas en este corto lapso de tiempo.
Muchos de estos hechos ya los había denunciado el mismo
Gustavo Petro, cuando fue parlamentario, al igual que otros como Iván Cepeda,
Wilson Arias, María José Pizarro y unos pocos parlamentarios consecuentes en
ejercicio o que ya no están en el Congreso, que han entendido su
responsabilidad con el país, sin detenerse en nimiedades ni intereses
particulares. En este mismo sentido se debe resaltar lo hecho por Daniel
Mendoza y su serie “Matarife” en la que, sin restarle los méritos de su trabajo
ni mucho menos, ordenó cronológicamente la vida y obra de personajes como
Uribe, Federico Gutiérrez y muchos otros, basado en informaciones (en la
mayoría de los casos de medios de comunicación del poder), de hechos que
oscurecieron el panorama del país a tal punto de rebajarlo a un narcoestado,
como muchos lo calificaron. A pesar de
que, como dije, estos acontecimientos eran de público conocimiento, a los
colombianos pareciera que los miraban como si estuvieran ocurriendo en otro
país, o como si fuera una telenovela de las que escribe Gustavo Bolívar.
Hoy, ante los descubrimientos de hechos más graves que todos
los días se conocen y por el actuar cada vez más oscuro, cínico y descarado de
los que tienen el poder en Colombia, esa modorra de la mayoría de los
colombianos espanta más que los hechos en sí; desfalcos, robos, corrupción por
doquier, asesinatos, desapariciones, falsos positivos y miles de etcéteras que
ocurrieron en los gobiernos desde Pastrana hasta Duque se volvieron tan
“normales” que los ciudadanos, o son cómplices, o le dan el beneplácito a estas
conductas.
Pero es que las noticias y denuncias no paran: que quieren
asesinar al presidente, se conocen audios de líderes de derecha como un
directivo de camioneros de Boyacá, que llaman abiertamente a un paro para
derrocarlo, que la Corte Constitucional bloquea los actos de gobierno para
beneficiar a los pobres, que el Concejo de Estado “tumba” curules de
parlamentarios del Pacto Histórico, que la Procuradora pide que se declare
inexequible en Plan de Desarrollo, que no pagaron los derechos de los Juegos
Panamericanos, que los medios calumnian y entrampan a funcionarios del
gobierno, que los empresarios actúan como esclavizadores, que otros empresarios
no cumplen con las normas tributarias, que no se sabe dónde está la plata de la
ayuda humanitaria para los venezolanos donada por otras naciones, que no se
sabe qué pasó con los ingresos del oro que vendió Duque, propiedad de los
colombianos, que no se sabe dónde está la plata del déficit que dejó el
gobierno anterior, que los entes de control actúan como partidos de oposición,
que esos mismos entes no investigan a sus amigos, que la fiscalía oculta
expedientes de políticos de extrema derecha especialmente del uribismo, que
denuncian a la vicefiscal de presuntos nexos con bandas criminales, que el
nuevo gobernador de Antioquia, ad portas de un proceso judicial, quiere
instaurar nuevamente los paramilitares en su departamento disfrazados, como lo
hizo Uribe, de cooperantes, que la JEP ordenó el arresto de una exgobernadora y
otros políticos y militares de relevancia, que Santos evitó que llevaran a los
estrados judiciales de Estados Unidos a Uribe dándole inmunidad diplomática,
que liberaron a Alex Char con una “jugadita”.
No se sabe cuándo se va a conocer todo lo que ha sucedido y
sigue pasando en nuestro país, no se sabe hasta dónde vamos a llegar, lo que sí
se sabe es que si no se hubiera elegido este primer gobierno democrático,
muchas de esas cosas seguirían en las gavetas de los entes de control o en los
escritorios de los directores de noticias de los grandes medios.
Por eso; es que lo quieren matar, derrocar y, en últimas,
evitar que termine el periodo presidencial o que otro presidente, en el 2.026,
de la misma línea, pueda seguir destapando tanto hecho de corrupción, robo y
asesinato que ha ocurrido en Colombia. Ellos querían que no se supiera, a lo
que le temen realmente es a la verdad, a que los colombianos veamos cuál es la
verdadera cara de esos que, hoy, se proclaman los “salvadores” de
Colombia. ¿De qué nos quieren salvar?
Como reza el dicho: “Tras de ladrón, bufón”, su cinismo es tan grande que no
solo ocasionaron la ruina del país, sino que hoy, le echan la culpa al nuevo
gobierno de lo que ellos han hecho y que solo ellos nos salvarían de esa catástrofe.
Pero con todo lo destapado en este corto tiempo, pareciera
que, estuviéramos asistiendo a una película de horror de esas que hoy están tan
de moda y que atrae a las nuevas generaciones, pero no, no es un filme de
terror, es la pura realidad sin maquillaje, tan cruel y cruda que pareciera que
estuviéramos en una pesadilla sin fin o leyendo una novela de realismo mágico,
y lo estamos viviendo en vivo y en directo, sin anestesia. Pero no nos
inmutamos, no nos impresiona, no nos importa, es como si no fuera con nosotros,
es esa la realidad que nos golpea a cada minuto, pero que no hace despertar a
los colombianos, muchos obnubilados por la idolatría que le profesan a Uribe y
que no bajan de “dios”.
El reto es unirnos para acabar esta situación de horror,
para que las nuevas generaciones tengan un país con otras oportunidades acordes
a una nación en paz, y con beneficios para todos y no solo para los pocos que
se creen con el derecho divino de mantenernos pobres y esclavizados por toda la
vida.
Texto originalmente publicado en SONOTICIAS y
compartido con la comunidad de La Conversa de Fin de Semana, gracias a
la generosidad de nuestro aliado, el periodista Hernán Riaño, director de dicho
portal informativo.
Las opiniones de los columnistas son de su exclusiva
responsabilidad. Les invitamos a leer,
comentar, compartir y a debatir con respeto.
lunes, enero 08, 2024
La “inteligencia” de la oposición inteligente y la estupidez de sus seguidores*
Por: Hernán Riaño
Porque no es solo la
clase media, que por aspirar a ser de “la alta”, está en la tónica de defender
al opresor; son personas de una condición muy humilde quienes son los que más
los defienden.
Termina un año muy esclarecedor para el país y su futuro,
marcado por muchos temas que en otras épocas de nuestra historia ni siquiera
conocíamos ni mucho menos se trataban. Dejó en claro muchas cosas, develó
muchos secretos muy bien guardados y mostró, crudamente, el cómo se había
manejado Colombia y quiénes se habían apoderado de ella sin derecho y a sangre
y fuego, literalmente hablando.
En los últimos años se ha informado sobre el despojo de
tierras a los campesinos pobres por parte de los terratenientes feudales,
usando a los paramilitares para ello. Solo hasta el 2.022, con ayuda de la JEP
y el actuar del presente gobierno, empezaron a decantarse esas verdades.
Comandantes paramilitares como Mancuso y muchos otros contaron ante los
tribunales su forma de actuación y de quienes recibían esas órdenes, además del
testimonio de militares activos y en retiro que informaron como era su articulación
con los “paras” y el cómo se inventaron los mal llamados falsos
positivos para obedecer a un gobierno en específico que quería mostrar
resultados con su política de “seguridad democrática”.
El país ya lo sabía, pero por arte y magia de los grandes
medios de comunicación, como en una novela de García Márquez, convencieron a
los colombianos que eso era una fábula y que aquí no pasaba nada. Solo con el ejercicio de la Jurisdicción
Especial para la Paz, La Comisión de la Verdad, algunos periodistas que, si han
investigado los hechos y funcionarios honestos del gobierno liderados por
Gustavo Petro, se empezó a armar ese rompecabezas macabro de poder y muerte.
Hoy muchos militares y exmilitares están investigados, condenados y en prisión
por esas atrocidades. También empezamos a saber de grandes empresarios
vinculados y financiadores de esos grupos irregulares, inclusive
multinacionales que ya están siendo investigadas y sus ejecutivos citados a
rendir cuentas.
Pero eso no es todo, el país comenzó a entender las
verdaderas relaciones del poder económico con la postración de la mayoría de
los ciudadanos, que, según estadísticas internacionales, al finalizar el
gobierno Duque, fuimos clasificados como una de las sociedades más desiguales
del mundo, con una pobreza y miseria tal, superada solo por dos o tres países
en el globo. Su ambición ha llegado a puntos que harían sonrojar a ricos de
otros países. Agravado, en la mayoría de los grandes capitales, por su vinculación
directa o indirecta al accionar del gobierno de Álvaro Uribe Vélez y sus
sucesores.
Empezamos a saber del por qué les arrebataron los derechos a
los colombianos, como la salud, el trabajo decente, las pensiones, la
participación decisoria y tantos otros de los que gozan ciudadanos de otros
países, inclusive cercanos al nuestro. Empezamos a entender que es
“democracia”, aunque falta muchísimo para ser realmente conscientes de ese
concepto, esa forma de vida y aplicarlo en Colombia; esa es una tarea ardua y
dispendiosa que durará varias generaciones. Limpiar la mente de muchos
compatriotas de ese gen feudal que se ha apoderado de su ser agravado por la
tendencia a permitir y hasta a participar en cosas non santas, es algo que nos
llevará mucho tiempo e inversión de recursos de todo tipo.
También vimos muchos líderes, periodistas y miembros del
poder legislativo, que aprovechando el “boom” del estallido social,
se camuflaron en la esquina progresista, pero no fue, sino que les dieran la
oportunidad y pelaron el cobre poniéndose del lado al que verdaderamente
pertenecen: la extrema derecha.
Conocimos todo tipo de “profetas del apocalipsis” que
predijeron que con Petro el país sería como Venezuela, que muchos se irían del
país, que los empresarios sacarían sus capitales para trasladar sus negocios a
otras naciones, que, en síntesis, el país se derrumbaría, como si con los
gobiernos uribistas estuviéramos igual a los países nórdicos o Suiza. Más que
una profecía era un deseo personal; que Petro no hiciera las cosas bien para
concluir que el progresismo no sabe gobernar y que solo ellos lo hacen, porque
tienen el designio de dios para ello.
Empresarios que les mienten descaradamente a los
colombianos, como los de las gaseosas, que a sabiendas de los pésimos efectos
para la salud de esos productos, usan periodistas y sus medios, contratan “expertos”
para que nos digan que esos efectos son mínimos, ignorando los estudios
científicos mundiales que existen al respecto, solo para nombrar un ejemplo.
Ante las reformas supimos que la extrema derecha y los
empresarios no tienen argumentos para mantener las cosas tal y como están; las
EPS no son eficientes, están quebradas y han desangrado al país por mucho tiempo, que los fondos de pensiones
usan el dinero para enriquecer a sus dueños y cantidad de negocios privados que
los ricos hacen con dinero público y por eso usan todos los medios posibles,
legales o ilegales para mantener las cosas como están, a costa de la salud y la
calidad de vida de los colombianos. Los argumentos se convirtieron en ataques
personales a los funcionarios que las adelantan, tratando de deslegitimar su
idoneidad y experiencia, hasta en su vida privada se han metido para desviar la
atención de lo beneficiosas que son para los colombianos.
En todo esto, los grandes medios de comunicación de
propiedad de grandes “cacaos” han jugado un papel muy importante,
impulsados por la maledicencia de sus periodistas, que en esto son unos
expertos, los “malos hígados” de todos ellos, muchos y muchas
vinculados(as) a negocios non santos o a empresarios que los hacen, han
demostrado una capacidad enorme de mentir, calumniar, inventar, entrampar para
favorecer a sus patrones y a ellos en particular.
Este ha sido un año muy especial en el que hemos visto cosas
que no se habían vivido en nuestro país. Nació algo muy raro llamado la “oposición
inteligente”, pero que, de eso nada, no piensan, no raciocinan, no
investigan, no razonan, no leen, no argumentan, solo salen en esos medios o en
las tribunas o pasillos del Congreso a vociferar y gritar, como si con ofensas
y alaridos pueden demostrar que tienen la razón. A senadores y representantes
les han demostrado que no leen las reformas que no saben de qué se trata, en
últimas que sus intereses son otros muy diferentes a garantizar una calidad de
vida a los colombianos. Pero ni se sonrojan, pareciera que no “caen en cuenta”
de que la embarraron, que hicieron el oso. ¿O será que esa inteligencia que
pregonan no es tal, sino que el cerebro no les da para más? ¿Será qué solo los
mueve las ansias de poder y de riqueza? O, en últimas, no les importa quedar
mal porque saben que no pasará nada.
El cuadro se completa con una gran cantidad de colombianos
estúpidos que son capaces de vender hasta a la propia madre con tal de mantener
a Uribe y la extrema derecha en el poder. He visto estudios que tratan de
explicar el cómo, un pobre que no tiene nada prefiere defender, a quien lo ha
dejado en esa miseria; en vez de unirse a sus pares y luchar por una vida
mejor. Pero el caso colombiano es de antología, vendedores ambulantes,
campesinos miserables, gente que no tiene ni para comer dos veces al día,
engrosando las filas de defensores y "apoyadores" de la extrema
derecha, porque no es solo la clase media, que por aspirar a ser de “la alta”,
está en la tónica de defender al opresor; son personas de una condición muy
humilde quienes son los que más los defienden. Por eso traigo a colación esta
frase: El enemigo del pobre es otro pobre que se cree rico. Además, atacan sin
piedad a quienes, si piensan, dan argumentos y defienden la posibilidad de un
mejor país. No se cansan de demostrar su ignorancia y estupidez.
¿Cómo se le puede llamar a esa actitud tan irracional? ¿Cómo
se les puede hacer caer en cuenta de la realidad? Trabajo difícil para
sociólogos, antropólogos y científicos de las ciencias sociales. La realidad es
que son ellos los culpables de lo que ha sucedido con los gobiernos de los
últimos 30 años, del estado en que Petro recibió al país y de la feroz
oposición que le hacen.
NOTA ACLARATORIA: La RAE define la estupidez de la
siguiente forma (1), tomado textualmente:
De estúpido y -ez.
f. Torpeza notable en comprender las cosas.
f. Dicho o hecho propio de un estúpido.
Sin.: idiotez, tontería, imbecilidad, bobería, sandez,
memez, necedad, simpleza, tontada, cojudez.
Ant.: inteligencia, agudeza, perspicacia, sagacidad.
*Texto originalmente publicado en SoNoticias – Periodismo verídico para proporcionar elementos para la creación de conceptos propios (wordpress.com)
Las opiniones de los columnistas son de su exclusiva
responsabilidad. Les invitamos a leer,
comentar, compartir y a debatir con respeto.
viernes, enero 05, 2024
ROBO PANAMERICANO *
¡Qué Juegos
Panamericanos ni que mondá!
Por: Felipe Priast.
La premisa es: ningún contrato en donde estén involucrados
los Char, es honesto o legítimo.
Partiendo de esa base, hay que darle las gracias a Petro (o
a la supuesta ineptitud de su ministra del deporte) por esos Juegos
Panamericanos que se perdieron. Unos juegos de $500 millones de dólares en
manos de los Char es como soltarle un contenedor de "Bom Bom Bum" a
un curso de prekínder: se iban a robar al menos la mitad, eso para no decir que
se iban a llevar toda la gloria, lo cual hubiese sido como añadir insulto al
daño, lo cual ya era mucho.
Ahora, Petro, inteligentemente, mató esa vaina, también para
joder a esos lavadores inmundos de los Char que están a "dos Doritos"
de ser extraditados por traquetos de los carteles mexicanos, eso para no hablar
del agravio causado por los Char sobre su hija y sobre él mismo en los partidos
de la Selección Colombia en Barranquilla; y más recientemente, en escenarios
taurinos.
¿A cuenta de qué iba
Petro a financiar unos juegos para que la gloria se la lleven sus enemigos? Los
argentinos tienen un dicho: “Calentar el mate para que se lo tome otro”, así,
igualito.
Habiendo dicho todo esto, esos juegos panamericanos estaban
torcidos desde el inicio.
Que dizque no fue la asamblea la que escogió a Barranquilla,
sino que fue una decisión “ejecutiva”. ¡Éche!, ¿cómo así? Eso a lo que huele es
a que los Char sobornaron a alguien por ahí para ganarse esos juegos, y
ensillaron al gobierno de Iván Duque y al de Petro con esos juegos de manera
arbitraria.
Ahora, Duque se montó en ese tren porque no le podía decir
que no a los Char, a quienes les debía su elección por el cuento de la “Ñeñe
Política”, y quizá también porque Duque está untado en el cuento de la
facilitada de los puertos para el tráfico de estupefacientes de la Organización
del Mayo Zambada. A ese cuento de que los Char fueron los que torcieron los
puertos para la salida de droga de los cárteles mexicanos le falta un pedazo, y
ese pedazo es el rol de Duque en ese esquema, pues los puertos son supervisados
por el Estado, no por un político en particular, y torcer esos puertos requería
del poder ejecutivo.
Entonces, Duque accedió a la vaina de los Juegos
Panamericanos porque estaba comiendo del billete que generaban los Char con ese
cruce. Pero lo que no puso fue el billete. Le dejó todo firmado a Petro para
que este hiciera el desembolso. En otras palabras, esos Juegos obtenidos
corruptamente fueron una granada con temporizador que le dejó Duque a Petro,
quien no es ningún estúpido y vio por donde venían los tiros. Ahí es cuando yo
creo que Petro maniobró para no pagar la cuota y así matar esos juegos de
mierda.
Y seamos honestos: un país pobre como el nuestro con un
presupuesto de $1 billón anual para deporte, ¿en realidad se iba a gastar $2
billones de pesos en esos juegos para que los Char y sus asociados se robaran
la mitad?
¡Tú me tienes que estar jodiendo! ¡Bien muertos están esos
juegos y ojalá no los revivan con nada!
¡Qué los organicen en
otra parte, Colombia, y este gobierno de izquierda, tiene otras prioridades!
A mí lo que me da risa son las ambiciones de grandeza de los
barranquilleros. Que Fórmula 1, que Juegos Panamericanos, que estatua gigante
de Shakira. Es todo un velo de “grandiosismo” para robar. Los Char le están
vendiendo milagros y eventos fastuosos a los barranquilleros para robar y lavar
a lo perro. Toda la economía de Barranquilla es un lavadero asqueroso, toda la
ciudad funciona con base al narcotráfico y el lavado de activos. Nada más hay
que ver cómo ha crecido la construcción en Barranquilla en los últimos 30 años.
Ha sido todo con dinero sucio o de dudosa procedencia. Es una ciudad narca al
100% y los capos de este “cartel” son los Char.
Barranquilla está en la misma situación que estaba Cali en
los 90s. con los Rodríguez Orejuela. Y a
los que reclaman que porque Petro esto, o Petro lo otro, más bien cállense la
puta boca.
¡A Dios gracias!
Petro, mató esos juegos que no iban sino a servir para que los Char y su
maquinaria de amigos y contratistas corruptos se robara la mitad y la lavara…
Loco, confórmense en Barranquilla con organizar el
“Campeonato Nacional de Chequita”, porque las finanzas de Barranquilla no dan
para más…. ¡Qué Juegos Panamericanos ni
que mondá!
Eso lo que iba a ser era un “Robo Panamericano”.
Gracias Presidente Petro por proteger esos $500 millones de dólares…Y los Char que se coman un contenedor repleto de cotopla... ¡turcos traquetos de mierda!
*Texto tomado del Grupo: Seminario Taller de Periodismo Alternativo y Contrahegemónico
martes, diciembre 19, 2023
TransMilenio vence el temor a una condena por falsedad y fraude procesal*
Por: Germán Navas Talero y Pablo Ceballos Navas
Editor: Francisco Cristancho R.
La mejor dieta no es la parlamentaria sino la de la
mesura.
Estuvimos preguntando a algunos conocidos boyacenses qué saben de los Ramírez: nos dijeron que son conservadores, lo cual es problema de ellos; que siempre han hecho plata con la política y que el papá se alió con alias “Mi Sangre” y “El Doctor” –connotados delincuentes, el uno paramilitar y el otro narco– y puso a disposición de estos su curul y su tiempo, como quedó acreditado con las horas de conversaciones que interceptó la Fiscalía entre el congresista y sus patrones
La obsesión de los alcaldes de Bogotá por el TransMilenio es
rayana en un trastorno clínico: incluso antes de posesionarse, el alcalde
electo ocupa sus primeras reuniones en garantizar la pervivencia del modelo
económico del sistema, cuyo fracaso se ha probado y demostrado. Una de las
primeras decisiones que deberá tomar Carlos Fernando Galán a su llegada al
Palacio Liévano es si incrementa o no la tarifa del sistema de transporte. Los
enterados especulan sobre un aumento entre el diez y el veinte por ciento,
llevando el valor del boleto a alrededor de 3.200 pesos. Al margen de la
discusión sobre su conveniencia y oportunidad, es preciso recordar que el
ciudadano no paga la tarifa completa de su viaje pues este es subsidiado en
porción importante con recursos públicos del orden de los 2.7 billones de pesos
en la última vigencia fiscal. Y, aun así, prácticamente sostenido con el dinero
de los contribuyentes, el modelo concesionado no logra llegar a números verdes.
Los bogotanos recordarán que tan solo hace unos meses los operadores y su
gerente (también pagado con recursos públicos) amenazaron con el cese de
operaciones si el gobierno nacional no entregaba aún más plata para cubrir el
que ellos llaman “déficit” y que, aunque semánticamente parecidos, realmente se
debe a un defecto muy conveniente para ellos en la estructuración del negocio.
Hemos sabido que ante un juzgado municipal de Bogotá se
adelanta una actuación penal en contra de funcionarios del Instituto de
Desarrollo Urbano y de Catastro Distrital con ocasión de una acusación
promovida por la Fiscalía por los delitos de falsedad ideológica en documento
público y fraude procesal, cometidos durante la fiebre de la alcaldesa por la
expropiación de bienes privados para la construcción de troncales de
TransMilenio. Vemos con satisfacción que las protestas ciudadanas y los
reclamos por las constantes intimidaciones y abusos de la administración
distrital han sido atendidas por el ente acusador y están siendo dirimidas en
una corte de derecho. Sin desmedro de lo anterior, hemos de advertir que
incluso con causa penal a bordo los que siempre ganan siguen ganando: si se
expropia y se derrumba lo suficiente antes de perder el poder, quien ha de
sucederlo(a) no tiene alternativa distinta a seguir el curso de su
predecesor(a) o de lo contrario se expone al detrimento patrimonial del Estado.
Lo cierto es que cualquier bogotano debe preocuparse cuando vea a un
funcionario distrital siquiera avistando su domicilio a la distancia, pues si
tienen en mente pasar buses por encima de su casa o edificio no habrá tuitiva
que valga. Dicho de otra forma, puesto el ojo, ordenada la expropiación.
–Pasando a otro tema– Estos son buenos días para la
administración de justicia: la Sala de Instrucción de la Corte Suprema de
Justicia no se deja entretener en novenas ni baja la marcha en la víspera de la
vacancia y por ello actuó sin demora ante la presencia de indicios graves de
ideación, organización y dirección de un “entramado criminal” por cuenta del
senador del Centro Democrático, Ciro Alejandro Ramírez. Si Ciro leyera esto
hoy, lo haría desde una celda de la cárcel La Picota, establecimiento en el que
estará recluido por un buen tiempo durante el cual el país se tendrá que privar
de sus excelsos análisis económicos por los que algunos lo tenían como uno de
los ‘buenos’ de la bancada uribista. Por lo visto Ciro Alejandro no
solo lleva el apellido de su papá sino también su inri en materia penal.
Estuvimos preguntando a algunos conocidos boyacenses qué saben de los Ramírez:
nos dijeron que son conservadores, lo cual es problema de ellos; que siempre
han hecho plata con la política y que el papá se alió con alias “Mi Sangre” y
“El Doctor” –connotados delincuentes, el uno paramilitar y el otro narco–
y puso a disposición de estos su curul y su tiempo, como quedó acreditado con
las horas de conversaciones que interceptó la Fiscalía entre el congresista y
sus patrones, a quienes habría convencido de ser “la puerta de entrada al
Congreso”.
Los que han estado pendientes de la reforma laboral están
contentos de que el recargo nocturno vuelve al comienzo de la noche mientras
avanza el trámite de los demás artículos en el Congreso. Aunque haya
asalariados que denostan del proyecto, que no es otra cosa que restituir los
derechos globalmente reconocidos a los trabajadores y que en Colombia fueron
cesados bajo la promesa de más y mejor empleo que jamás se hizo realidad, no
son pocos los ciudadanos que celebraron este triunfo en el debate sobre la reforma.
En otra oportuna decisión de la justicia, esta semana un
juez de la República condenó a cuarenta años de prisión al policía que torturó
y asesinó a Javier Ordóñez en un grotesco caso de abuso policial que encendió
las calles por haber quedado registrado en video. Esperamos que con la misma
eficacia y seriedad sean decididas las causas abiertas con ocasión de los
excesos en el uso de la fuerza que siguieron a la publicación del video de la
tortura a Ordóñez y que concluyeron en al menos once homicidios extrajudiciales.
Adenda: los que están de plácemes con la llegada del
nuevo año son los gastroenterólogos y los nutricionistas que atenderán los
excesos de diciembre. A todos nuestros lectores les deseamos una feliz Navidad.
Adenda dos: un internauta nos recuerda este titular
del 25 de febrero de 2023 publicado en Infobae: “Claudia López sería
investigada por gastar un billón de pesos en publicidad”. ¿Qué será de eso?
Averiguaremos.
Texto publicado originalmente en https://sonoticias0.wordpress.com/ y compartido con la comunidad de La Conversa de Fin de Semana gracias a la generosidad de nuestro aliado, el periodista Hernán Riaño, director de Sonoticias
Las opiniones de los columnistas son de su exclusiva
responsabilidad. Les invitamos a leer, comentar, compartir y a debatir
con respeto.
domingo, diciembre 17, 2023
martes, diciembre 12, 2023
De cóndores y carruseles*
Por: Germán Navas Talero y Pablo Ceballos Navas
Editor: Francisco Cristancho R.
Imaginen ustedes, si un decreto del gobierno que dio
cumplimiento a una orden del Consejo de Estado armó semejante zaperoco entre
los congresistas, ¿cómo recibirán la propuesta de despenalizar por completo el
uso de la marihuana?
Un diario capitalino abre su edición sabatina con el titular
“Cóndores no vuelan todos los días”, expresión que nos hizo recordar una obra
de antaño llamada “Cóndores no entierran todos los días”. A diferencia de
aquella, esta no se refería al pájaro majestuoso que surca los Andes, sino a
los pajarracos; término que precedió a la apócope ‘paraco’, pero que se
refería a lo mismo: sujetos que mataban por negocio y, para justificarse,
decían tener alguna ideología retardataria. En Tuluá –municipio en donde se
desarrolla la obra– Germán recuerda que los visitantes eran recibidos por un
aviso que se leía “ha llegado usted a Tuluá, remanso de paz, corazón del
Valle”, al que algún estudiante agregó “nido de pájaros”. Solo podemos imaginar
la confusión que producía para la época la palabra pájaro, pues uno no sabría a
ciencia cierta si debía cuidar de él o cuidarse de él.
Vemos con preocupación que este municipio, a noventa minutos
en carro de Cali, no se ha librado del yugo de los delincuentes: durante la
campaña electoral fue asesinado un parapentista que desde el cielo hacía
proselitismo en favor de un candidato aparentemente odiado por los narcos,
candidato que tampoco pudo hacer campaña pues –según cuenta la prensa– los
criminales le tenían vedado abandonar su residencia. En el municipio pocos
saben lo que ocurre y cada vez son menos quienes se atreven a reportar la
escalada narcoparamilitar que se tomó el municipio: no queda ni una
emisora local, puesto que sus directores y reporteros tuvieron que abandonar
–con la mejor de las suertes– el oficio, mientras que otros con menos suerte se
vieron forzados al desarraigo e incluso al exilio.
Las amenazas se entreveran y son tantos grupos
delincuenciales –o al menos así se quieren presentar– que es difícil llevar
registro de todas las intimidaciones y ataques a la población civil. Bien lo
resume el periodista Robert Posada en entrevista con El País (de España, por
supuesto, pues aunque el tema les sea más próximo seguro que no interesa a los
editores y nuevos propietarios del homónimo de Cali): “casi que por cada
alimento hay un cartel”.
Las cosas no están bien en Latinoamérica y advierten
empeorar: una guerra en ciernes entre Venezuela y Guyana, y un golpe de Estado
en curso en Guatemala. A buena hora el presidente Petro manifiesta su voz de
protesta y convoca a los líderes de la región para rodear a Bernardo Arévalo,
presidente electo del país centroamericano y a quien una muy corrupta e
igualmente organizada clase política pretende cesar antes de jurar el cargo.
Además de las reminiscencias que saltan a la vista, la ruptura del proceso democrático
en Guatemala –unido al régimen autocrático de Bukele en el vecino Salvador–
pone en grave riesgo la estabilidad de la región y nos retrotrae a la época de
dictaduras, represiones y censuras. Ojalá el pueblo guatemalteco y el concierto
internacional detengan este intento de subrogar la voluntad popular y dejen en
evidencia a la camarilla que con el apoyo del narcotráfico gestó y ahora
impulsa el golpe.
Volviendo al terruño, publica El Espectador en su edición
del sábado un reportaje sobre el estado de la seguridad en Bogotá tras cuatro
años de gobierno de Claudia López. Los entendidos en la materia coinciden en
que se fue al traste, igual que la movilidad, la limpieza y el bienestar de los
ciudadanos. Todo lo malo aumentó, incluso los negocios para los implicados en
el carrusel de la contratación, que volvieron al ruedo –¿o al carrusel? – con
la alcaldesa cuidadora, quien supo protegerlos con contratos por el orden de
los 35.000 millones de pesos, según denuncia del concejal Diego Cancino. Nos
unimos al mensaje de Daniel Coronell en su reporte de La W: hará falta la voz
crítica de Cancino en el Concejo de Bogotá, pues se requiere coraje y
convicción para enfrentarse a una integrante de su propio partido y máxime al
considerar que su oposición a esta pudo costarle la reelección, pues como lo
cuenta Carlos Carrillo, la alcaldesa tenía favoritos en el cabildo distrital e
hizo de madrina para garantizarles la curul en el siguiente periodo. Para
evitar fútiles indignaciones, por madrina nos referimos a la cuarta acepción
del término en el diccionario general de la lengua española de la editorial
Larousse, que se lee: “[m]ujer que protege o ayuda a una persona, en especial
en su vida profesional, o que da su ayuda, apoyo o protección, especialmente
económica, para el desarrollo de un proyecto o una actividad.”
Adenda: un amigo nos daba su definición de la
depresión como el estado anímico de la mayoría un lunes a las diez de la mañana
sin cinco en el bolsillo y con cuentas por pagar. Razón no le falta y su
sapiencia deviene especialmente valiosa en estas semanas de excesos.
Adenda dos: el Congreso de la República, uno de los
peores en las últimas décadas, aún no se pone de acuerdo en una fecha para dar
trámite al proyecto de ley que busca la legalización del cannabis para uso
adulto. Imaginen ustedes, si un decreto del gobierno que dio cumplimiento a una
orden del Consejo de Estado armó semejante zaperoco entre los congresistas,
¿cómo recibirán la propuesta de despenalizar por completo el uso de la
marihuana?
*Texto publicado originalmente en https://sonoticias0.wordpress.com/ y compartido a la comunidad de La Conversa de Fin de Semana, gracias a la generosidad de nuestro aliado, el periodista Hernán Riaño
Las opiniones de los columnistas son de su exclusiva
responsabilidad. Les invitamos a leer, comentar, compartir y a debatir
con respeto.
sábado, diciembre 09, 2023
jueves, diciembre 07, 2023
No me diga que Name dijo*
Por: Germán Navas Talero y Pablo Ceballos Navas
Editor: Francisco Cristancho R.
Revelación de El Espectador deja muy mal parada a la Alianza
Verde, partido que ha recibido miles de millones de reposición de votos por la
consigna ‘anticorrupción’, causa que no les ha impedido asignar a dedo y con
‘pliegos sastre’ –de los que antes denostaba la alcaldesa verde, Claudia López–
puestos y contratos para la progenie de los Name.
Hay familias con suerte o pícaros con fortuna. Después de
ver el roscograma que publicó El Espectador en su edición
dominical y que tiene en su centro al presidente del Senado, Iván Name,
concluye uno que el país no es de los Char ni de los Gerlein sino de otra
familia costeña, mucho menos conocida, que salió de un municipio de Bolívar a
ocupar escaños en el Congreso y en el Concejo de Bogotá, al tiempo que detenta
puestos aquí y allá, en despachos ministeriales; unidades de trabajo
legislativo y quién sabe cuántos contratistas a nivel nacional y territorial.
Sin pena alguna, el martes o miércoles volverá el hasta hace poco ignoto
senador Iván Name al estrado desde el que ordena el pleno del Senado y avanza
en su conquista puestera. Y porque no podemos perder la gracia ni pasar por
alto lo divertido de nuestras desgracias, es tal el apetito de los Name que no
dejaron ni el cargo de mecanógrafa de la secretaría general de la Cámara de
Representantes, que ahora ocupa la sobrina de Iván Name.
Esta revelación de El Espectador deja muy mal parada a la
Alianza Verde, partido que ha recibido miles de millones de reposición de votos
por la consigna ‘anticorrupción’, causa que no les ha impedido asignar a dedo y
con ‘pliegos sastre’ –de los que antes denostaba la alcaldesa verde, Claudia
López– puestos y contratos para la progenie de los Name. Iván Leónidas, hijo
del presidente del Senado, es asesor de un representante a la Cámara
perteneciente a la Alianza Verde, así como su hermana Janeth, y María Clara, su
exesposa, acaba de terminar un sustancioso contrato en el despacho del
gobernador ‘verde’ de Boyacá, seguramente a la espera de uno mejor con la
posesión del viejo conocido y amigo de la familia, el taimado Carlos Amaya.
Siguiendo el buen ejemplo del senador Iván Name, hay otro
congresista –virtualmente desconocido para la mayoría– de nombre Óscar Barreto,
quien venía de ser gobernador de Tolima y ahora se encuentra en calzas prietas,
pues no logra explicar por qué adjudicó doce contratos de obra por valor de 35
mil millones prácticamente a dedo para luego dejar pasar toda suerte de
justificaciones absurdas por el incumplimiento de los contratistas. Esta semana
la Sala de Instrucción de la Corte Suprema de Justicia le ha llamado a
indagatoria por el delito de peculado por apropiación. Veremos si el señor
Barreto decide responder a la justicia o si prefiere, como hizo con los
llamados de la prensa, guardar silencio.
Recordábamos por estos días la crítica que formuló una
senadora al entonces candidato a alcalde Gustavo Bolívar, quien publicó un
video hacia las nueve de la mañana en el que se le veía recostado en su cama.
El reproche, que ya olvidamos pero que definitivamente llamó nuestra atención
porque como dormilones nos sentimos aludidos, iba por las líneas de que una
persona que se levantara tarde de su cama no podía ser un buen administrador.
Ahora resulta que médicos de varias especialidades parecen haber alcanzado un
consenso respecto de las virtudes de un buen descanso, desvirtuando ese dicho
tan colombiano y tan equivocado de que “al que madruga, Dios le ayuda”, y al
que siempre respondemos con otro refrán: “no por mucho madrugar amanece más
temprano”. Y aprovechando la oportunidad, preguntamos a quienes pretenden que
sus funcionarios electos estén laborando al alba, ¿acaso a ustedes les hace más
productivos levantarse de noche para ir a trabajar?
Quien sí le madruga al despilfarro es la saliente alcaldesa
Claudia López, quien –como dice ella– “con los impuestos de los bogotanos”
pagó, no una página ni la portada de El Tiempo, sino una revista entera que
acompañaba la edición dominical –día de la pauta más cara– y que salía
expulsada al abrir el diario, como si las páginas del periódico pudieran sentir
la misma repulsa que nos suscita a la mayoría de bogotanos ver tamaño
desperdicio.
Para nuestro pesar, rara vez encuentra uno revistas,
separatas o al menos una nota en el periódico en efeméride de la vida y obra de
grandes hombres y mujeres en Colombia. Por ello replicamos y celebramos dos
acontecimientos recientes: el primero, la decisión de la empresa Metro de
Medellín de dedicar uno de sus trenes a la pianista Teresita Gómez y engalanar
los vagones con recuerdos de su vida –que sin lugar a duda ha sido una bien
vivida y ejemplo para generaciones presentes y futuras–, y el segundo, la determinación
editorial de El Espectador para ocupar sus páginas, en el día en que se cumplen
treinta años de la muerte del asesino Pablo Escobar, a honrar las vidas
interrumpidas por el terrorismo financiado por los narcos y reivindicar el
derecho de sus dolientes a conocer la verdad. Deseamos, para los años
venideros, que sean muchos los reconocimientos a Teresita y cada vez menos los
onomásticos a Escobar.
Adenda: aún con Names y Barretos avanza
la reforma a la salud contra todo pronóstico. El gobierno que acusan de poco
eficiente; mal ejecutor; distraído y sin ruta ni destino está ad-portas de
aprobar la más contenciosa de sus reformas.
Adenda II: Un familiar cercano comentó hace poco
cómo, por una pequeña infracción, la policía de tránsito hizo que se detuviera.
Le practicó prueba de alcoholemia, le recomendó tener más cuidado y, por no
reportar contravención anterior… ¡lo dejó ir! Por supuesto eso no ocurrió en
Colombia, en donde cualquiera de esos chupasangres le hubiese
quitado a ese distraído conductor hasta la dignidad. Porque no hay nadie más
inhumano en este país que un agente de tránsito, y no hay nada más terrorífico
que ser detenido por uno de ellos. Un ruego para que alguien le eche una mirada
a estos ‘servidores’ –que para nada sirven– y que se les brinde una urgente
capacitación en Derechos Humanos, respeto y normas de tránsito, porque de lo
único que saben es de abusar del ciudadano.
*Texto originalmente publicado en https://sonoticias0.wordpress.com
y compartido a la comunidad de La Conversa de Fin de Semana, por la generosidad
de nuestro aliado, el periodista Hernán Riaño.
Las opiniones de los columnistas son de su exclusiva
responsabilidad. Les invitamos a leer, comentar, compartir y a debatir
con respeto.
martes, noviembre 28, 2023
Envenenarse vale oro*
Por: Germán Navas Talero y Pablo Ceballos Navas
Editor: Francisco Cristancho R.
No todo lo que brilla es oro, por lo general es
mercurio que enriquece a pocos y envenena a todos.
El Calvario es el nombre que lleva un monte en Israel y que fue el lugar donde Jesucristo tuvo que sufrir toda clase de penurias antes de ser crucificado y entregar el alma al creador. El calvario es sinónimo de privación, de sufrimiento, de complicación, pero también es el día en que Pablo, coautor de esta columna, sufre para poner en castellano las ideas de su otro tertuliano. Aun con las complicaciones y la ocasional barbaridad, nos divertimos escribiendo estas líneas y nos llena de honor que haya quienes destinen unos minutos de su día a leernos.
No sabemos si las diferencias en términos de redacción entre
los autores de esta columna se deberán a la ingesta de mercurio durante el
tiempo vivido. Esta semana leíamos con no poca preocupación un reporte que
afirma que nuestros ríos están infestados de mercurio vertido para la
extracción de oro y otros metales pesados. Lo más grave es que en opinión de
quienes suscribieron el reporte es posible que las plantas de tratamiento no
estén en capacidad de evitar el paso de todo el mercurio y en consecuencia es
probable que circule por los acueductos de ciudades distantes de las minas,
como Bogotá. Lo que antes servía como remedio, hoy amenaza con envenenarnos a
todos los humanos y hasta a las aves en las que se ha hallado trazas de
mercurio. Ojalá las autoridades ambientales hayan leído el informe y estén tan
interesadas como nosotros en imponer todas las salvaguardas que sean del caso.
En un verdadero manicomio se ha convertido la elección del
nuevo alcalde de Santa Marta. No entendemos cómo es que un simple conteo de
votos termina en semejante zaperoco que, como es costumbre, favoreció a los
clanes consiguiendo –por medio de una decisión judicial– lo que su electorado
no les concedió. La derecha, que no es precisamente la mano con que se hacen
buenas obras, se ha encargado de torcer todo al punto en que prevalecieron
sobre la voluntad popular. En última hora el Tribunal Superior del Magdalena
revocó un fallo que atendía a los intereses del candidato de izquierdas,
dejando el camino libre para que la Registraduría, en tiempo récord, consagrara
al candidato de todos los politiqueros como nuevo alcalde de la ciudad.
Por su parte, el gobierno nacional insiste en un propósito
loable: atraer a los extranjeros para que disfruten sus vacaciones en Colombia.
Es así como, por primera vez en años y para muchos nacionales el primero en sus
vidas, atracó en el puerto de Buenaventura un crucero repleto de turistas
europeos que gozaron de esta ciudad tan temida y denostada por algunos
colombianos, como el señor Néstor Morales, quien sin ninguna pena reprochó al
organizador del viaje por haber llevado a estos turistas puesto que “nadie pasa
vacaciones en Buenaventura”. Celebramos este esfuerzo de la empresa privada con
el concierto de ProColombia y confiamos en que no será el primero. Quizá con
más viajes a Buenaventura y más extranjeros en nuestras ciudades y municipios
lograremos reponernos de la mala imagen que aún persiste entre algunos.
Aunque Morales no lo sepa ni le importe, por Buenaventura
llegan las principales innovaciones al país, como es el caso de los vehículos
híbridos y eléctricos que, como cuenta José Clopatofsky en el editorial de la
Revista Motor, han despertado un apetito entre los conductores colombianos que
se satisfizo con creces durante la reciente edición de la Feria del Automóvil.
Incluso con las preocupaciones por el precio de las baterías, por sus posibles
consecuencias medioambientales y por los altos precios de sus modelos, el
segmento de eléctricos no para de crecer al tiempo que el país se ordena para
la transición energética. Germán, coautor de una ley que dispuso incentivos
para la movilidad eléctrica en una época en que no era tan popular, celebra
esta buena nueva.
Nuestro viajero por excelencia estuvo de visita en Las Vegas
y, además de confirmar que los carros eléctricos están a la orden del día, se
maravilló tanto por el ánimo de juerga como la accesibilidad casi total de los
principales lugares de interés en silla de ruedas. Hasta en los parques
nacionales se encuentran adecuaciones para las personas con movilidad reducida,
de forma que puedan sentirse en igualdad de condiciones mientras gozan del
paisaje o de una copa en un casino. En eso sí que están avanzados los gringos,
ojalá los alcancemos algún día.
*Texto originalmente publicado en Sonoticias y compartido con la comunidad de La Conversa de Fin de Semana, gracias a la generosidad de nuestro aliado, el periodista Hernán Riaño.
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martes, noviembre 21, 2023
La ordalía de viajar en avión*
Por: Germán Navas Talero y Pablo Ceballos Navas
Editor: Francisco Cristancho R.
un cínico de marca mayor es el expresidente Iván Duque, quien se atreve a declarar que “el gobierno de Petro se convirtió en un símbolo de fractura nacional”. Todavía nos estamos riendo cuando vemos que el peor presidente de la historia, el que provocó tres paros nacionales e innumerables críticas por su desgobierno y amoralidad, tiene el nervio de expresarse públicamente en oposición a su sucesor
Desde que Ícaro se elevó con sus alas de cera para intentar
alcanzar el sol, el ser humano ha ansiado y visto como un éxito surcar los
cielos. Es tan evidente el deseo de volar que algunos individuos le dieron al
Espíritu Santo la capacidad de elevar sus alas. Hasta hace unos años viajar en
aeronave era un placer, hoy se asemeja más a una tortura: antes se percibía un
interés de la tripulación por hacer sentir a gusto al pasajero, ahora parece
que les estorban; antes cuidaban a su clientela y especialmente a quienes
llevaban años viajando en su línea, ahora poco o nada les importa, sean nuevos
o viejos conocidos; antes recibían a los pasajeros con una bebida, ahora hay
que pagar hasta por el agua –situación que debería ocupar la atención de la
Superintendencia de Industria y Comercio, dada la absoluta concentración de la
oferta y los precios exorbitantes– y próximamente habrá que hacerlo por usar el
baño.
Antes con recibir el boleto se tenía la confianza implícita
de que contaba con un lugar garantizado en el avión, ahora hasta que no se está
sentado, con el cinturón abrochado y la puerta cerrada no hay certeza de nada,
especialmente en aquella aerolínea otrora colombiana cuyo nombre todos
conocemos y que incurre reiteradamente en la práctica de sobrevenir asientos
sin salvaguarda alguna para los pasajeros que puedan verse afectados por el
exceso en la demanda – conducta que merece la atención de la autoridad de
protección al consumidor–; antes todas las contingencias se resolvían cara a
cara en el mostrador del aeropuerto, ahora las discusiones comienzan 24 horas
antes del vuelo con la acostumbrada pelea –si tiene suerte, por teléfono con un
ser humano, de lo contrario con un robot– para que se adjudique un asiento a
bordo o se admita un equipaje a la bodega. Lo que antes era un momento ansiado
ahora es un suplicio. Y no nos queda alternativa distinta a resistir porque
debemos llegar a nuestros destinos y no podemos hacerlo a nado o al lomo de un
caballo. Ojalá el Estado ejerza pronto su poder de inspección en procura del
interés general y garantice la primacía de los derechos de los viajeros, tan
vulnerados por estos días.
–Pasando a otro tema– Encontramos a nuestro regreso que la
política colombiana no cambia. Un gobierno que pretende hacer efectivos los
derechos de la mayoría, como nunca antes, encuentra frenos por doquier. Un
poder ejecutivo que fija sus esfuerzos en alcanzar la paz por todos los frentes
recibe la oposición de ex-negociadores que les parece objetable adelantar
negociaciones simultáneas, como si las de ellos –que corrían solas– hubiesen
alcanzado su propósito. Un presidente que cumple con el mandato de sus electores,
que no es otro que el de las reformas que conduzcan a una mejoría en las
condiciones de vida, recibe calificaciones de “impredecible”, “adanista” o
“megalómano”. Mientras tanto, los poderes de toda la vida –entre ellos los
Olímpicos de Barranquilla– disfrutan del percibido colapso del gobierno y
celebran en micrófonos y tribunas de opinión los abucheos a la familia
presidencial. Y el Congreso estático, entregado a la dilación promovida por
sectores de interés que ven en el debate un riesgo a sus negocios, ajeno a la
calidad de foro público que le dio origen y lleno de individuos que deslucen la
dignidad parlamentaria. Para Germán, quien ocupó un escaño en la Cámara de
Representantes por 24 años y que ha visto de todo en los puestos vecinos, esta
legislatura preocupa en comparación con las que le antecedieron por su
mediocridad y baja calidad argumentativa.
El que sí es un cínico de marca mayor es el expresidente
Iván Duque, quien se atreve a declarar que “el gobierno de Petro se convirtió
en un símbolo de fractura nacional”. Todavía nos estamos riendo cuando vemos
que el peor presidente de la historia, el que provocó tres paros nacionales e
innumerables críticas por su desgobierno y amoralidad, tiene el nervio de
expresarse públicamente en oposición a su sucesor. Bien podría decirse que
Duque aspiró a ser y logró hacerse con la medalla al tiro, porque descolló en
tirarse el país. La corrupción alcanzó sus mayores niveles con Duque a la
cabeza, sería bueno que nos contara cuántos de sus amigos se lucraron del tubo
de Ecopetrol. Donde hubiera tenido un año más de gobierno, se acababan las
reservas y no quedaba combustible ni para cargar un briquet.
También convendría que explicara por qué una familiar suya era conocida entre
altos funcionarios del Estado como “la madrina”, quien gozaba de un acceso
irrestricto a entidades y procesos de selección. Le preguntamos a un
historiador si él o alguien de su ramo se atreverían a escribir la historia del
gobierno Duque y dijo que nadie se ocuparía con ello porque lo que resultaría
no sería un libro sino un cómic.
*Texto originalmente publicado en SONOTICIAS y compartido a la comunidad de La Conversa de Fin de Semana, gracias a la generosidad de su director; el periodista Hernán Riaño.
Las opiniones de los columnistas son de su exclusiva
responsabilidad. Les invitamos a leer, comentar, compartir y a debatir
con respeto.
lunes, noviembre 13, 2023
Colombia es un partido de fútbol*
Por: Hernán Riaño
De acuerdo con las diferentes reacciones de los colombianos
respecto a los hechos que ocurren en el país, no cabe duda de que son con el
corazón y no con la razón, como si todo se tratara de un partido de fútbol.
En uno de esos espectáculos ve uno a esos aficionados,
llorar, echar “madrazos”, maldecir al técnico y a los jugadores, agarrarse a
puños con otros aficionados, en una discusión constante con el árbitro (porque
sí y porque no), en muchos casos peleas en las tribunas o en las afueras del
estadio y, lo más grave, atacar, en muchos casos, hasta la muerte, a hinchas de
otro equipo. Todo ello sin mediar un análisis, siquiera mínimo, tanto de las
acciones como de las consecuencias.
La extrema derecha pregonando un “nuevo panorama político” para tratar de limitar el trabajo del presidente en favor de los colombianos y una izquierda pidiendo cabezas, es nuestro panorama poselectoral.
De igual forma lo hacen con todo lo que tiene que ver con la
vida nacional y la política. Así lo presentaron los grandes medios y muchos
políticos en las elecciones regionales. Para la derecha fue un referendo de
censura para el gobierno de Petro, que solo lleva un año y tres meses
gobernando después de más de 200 años de saqueo, pobreza y miseria que ha
dejado esa misma derecha feudal, como si todos los males que afectan al país
hubieran llegado con Gustavo Petro, a pesar de que ese planteamiento que estas
elecciones fueran un plebiscito fue impulsado, erróneamente, por el excandidato
a la alcaldía de Bogotá en una de sus acostumbradas salidas.
Para los afectos al gobierno nacional representaron un
avance de consolidación de una fuerza nueva en el ámbito nacional, el Pacto
Histórico tiene aproximadamente dos años y como fuerza que plantea otros
argumentos para el desarrollo y bienestar del país, representaron un buen
resultado.
Aparecieron, en ambos lados, los profetas del apocalipsis de
siempre, los de los partidos tradicionales presagiando el fracaso y
desaparición de esta nueva fuerza política democrática tratando de evitar que
se les han destapado cantidad de hechos de robo y saqueo de los recursos
públicos, como nunca antes, e intentan con estas acciones, quitarle importancia
y tapar todo. Para los seguidores del gobierno más recalcitrantes se ha debido
ganar rotundamente en todo el país olvidando que quienes siguen en el poder son
los dueños del país. La pérdida en la capital y en una de las ciudades
importantes, sede del más radical de los extremismos de derecha, es un fracaso
que requiere una autocrítica, autoflagelación y desenmascarar a los “culpables”
para que sean llevados a la hoguera.
Se olvidan de varios factores, en la capital, hoy se habla
de fraude en las elecciones para favorecer a los empresarios y constructores
con un candidato, que su único mérito visible es ser el hijo del inmolado
candidato líder de un movimiento político y candidato presidencial, que se alió
con quienes su padre denunció y posiblemente lo asesinaron. También que la alcaldesa de la capital hizo política descarada en favor de ese candidato, sin
que ningún ente de control se pronunciara, dejándola actuar a sus anchas y con
una grosería inusitada. Todos los medios de comunicación comerciales y hasta
muchos comunitarios y alternativos “trabajaron” para que ese candidato fuera el
triunfador, los primeros inventado cosas, diciendo mentiras y calumniando al
único candidato democrático y los segundos haciendo eco, sirviendo de altavoz,
reproduciendo las falsedades que se inventaban los periodistas de la prensa
tradicional. También hay que señalar que muchos ciudadanos creyeron
estúpidamente todas las cosas que esa prensa difundió.
En la capital del uribismo, se aliaron esas fuerzas para
consolidar esa extrema derecha que, infortunadamente, va a mantener ese fortín
de muchos hechos de corrupción y delitos en Colombia. Lo raro fue que en el
periodo anterior hubiera gobernado un alcalde de corriente política diferente
al uribismo. El personaje electo, que “brilla por su inteligencia” y falta de
atributos de un buen gobernante solo quiere continuar con lo que hizo en su
primer gobierno con más desfachatez, llevando a esa ciudad a límites
insospechados.
La falta de experiencia en política de muchos activistas,
agravada por la ineficiencia de los partidos que conforman el Pacto (que los
dejaron a la deriva, no los capacitaron y no les informaron de los riesgos
electorales), fue un factor importante para que se diera la presente coyuntura.
¿Es que no sabían que se iban a robar las elecciones? En el caso de Bogotá, el
candidato del pueblo se entregó anticipadamente aceptando la pérdida sin
siquiera poner en duda los resultados, concejales del Pacto dándoselas de
decentes y diplomáticos felicitando al nuevo alcalde, sin esperar los
escrutinios y las demandas respectivas. ¿No aprendieron de las elecciones para
parlamento en la que hubo fraude y que gracias a muchos ciudadanos que estaban
atentos se pudieron recuperar votos y por ende curules? ¿En qué estaban
pensando, que por el hecho de haber un gobierno honesto todo el funcionamiento
del aparato electoral ahora era decente? La registraduría y el CEN
contribuyeron en que no se pudiera tener más alcaldes afines al gobierno
nacional con un actuar soterrado que incluyó no permitir testigos electorales,
la caída de la página de la registraduría, el impedimento de consulta de esas
páginas posterior al 29 de octubre y con denuncias muy graves que los
involucra.
La extrema derecha pregonando un “nuevo panorama político”
para tratar de limitar el trabajo del presidente en favor de los colombianos y
una izquierda pidiendo cabezas, es nuestro panorama poselectoral
Como en un partido de fútbol, todos creen tener la razón y
quieren imponerla a como dé lugar, sin criterio, sin información, sin análisis
y solo porque el aficionado, en este caso el colombiano, decidió que es así.
Nos hace mucha falta cultura política, entender quien representa a quien, qué
intereses están detrás de cada acción y sobre todo dejar de creerle, como si
fuera una secta religiosa, a los medios de comunicación tradicionales y a los
periodistas que allí trabajan, que además de creerse vacas sagradas de la
comunicación, no son sino unos difusores de mentiras y falacias para favorecer
a la extrema derecha de Colombia.
*Texto publicado originalmente en SoNoticias – Periodismo y compartido con la comunidad de La Conversa de Fin de Semana, gracias a la generosidad del periodista Hernán Riaño
Las opiniones de los columnistas son de su exclusiva
responsabilidad. Les invitamos a leer, comentar, compartir y a debatir
con respeto.
viernes, noviembre 10, 2023
El secuestro del que nadie habla: el de la Registraduría*
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En la imagen: Edificio sede central de La Registraduría Nacional del Estado Civil de Colombia, tomada de la página oficial de la RNEC. |
Días han pasado ya desde las elecciones. Mientras las ciudades principales tienen definidos sus electos, en la periferia pululan las quejas de reconteo de votos en alcaldías y concejos. La Registraduría dispone de un archivo por mesa a nivel nacional, pero no lo hace público y deja que la opinión pública gire alrededor de E-14’s tachados que validan discursos contra la transparencia electoral.
Desde las postrimerías de las elecciones a hoy, la atención nacional ha ocupado la mayoría de su tiempo en el secuestro de los padres de Lucho Díaz, y con total razón, era una situación - secuestro a figuras socialmente relevante y ajenas a la política - que no ocurrió hace más de veinte años.
La Registraduría y sus funcionarios no solamente optan por no difundir públicamente los avances a través de este archivo único, sino que se filtra de forma selecta a políticos, académicos y empresas del capricho de los funcionarios de turno.
En medio de dicho escándalo, ocurrieron las elecciones de autoridades territoriales en Colombia. La mayoría de nosotros acudió a las urnas con la esperanza de decidir que quienes conformen los nuevos gobiernos locales y regionales sean afines a nuestras ideas y que su declaración de victoria fuese más o menos transparente.
Lastimosamente, un manto de duda acaparó estas elecciones por dos temas específicos: primero, la falta de orden público. Pasamos de las elecciones más pacíficas en medio siglo (las de 2018) a volver al secuestro, la destrucción de urnas y mesas de votación en varios municipios del país.
Como segundo tema, al haber muchos nuevos partidos políticos; ¡35!, más los movimientos por firmas para corporaciones como juntas administradoras, concejos y asambleas; el umbral y su consecuente cifra repartidora fue bastante peleada (salvo sitios muy definidos como Medellín o Barranquilla). Esto hizo que muchos candidatos, partidos políticos y movimientos solicitaran preconteo, teniendo como casos de referencia tres casos relevantes: el candidato Jorge Bolívar en Ibagué, Gustavo Bolívar en Bogotá y el partido Fuerza de La Paz en Cali.
Más allá de qué tan válidos sean sus reclamaciones, todos guardan un mismo patrón: el reconteo de votos en escrutinio. ¿Por qué? Redes sociales están llenas de números corregidos, mal tachados, acomodados… en fin. Sin embargo, este tipo de situaciones son normales, pues quienes cuentan los votos deben hacerlo en tiempo récord para que, a la hora de terminar el límite para votar, se tengan unos resultados previos, lo que es conocido como el preconteo.
El preconteo tiene dos particularidades: tiene una labor informativa (por eso a la hora sabemos quiénes son más o menos los electos) y no tiene peso jurídico. La importancia se cobra a partir del conteo de escrutinio. En todo caso, desde la etapa de preconteo la Registraduría genera, entre varios archivos, dos muy importantes:
- Un
archivo de texto plano, es decir, un archivo de texto que sólo trae
números y que se actualiza de manera automática conforme va avanzando
preconteo y escrutinio. Este archivo es una lista de números que, por
ejemplo, pueden venir como “0101001001008001015”, en donde los dos
primeros corresponden al departamento, los siguientes tres al municipios,
los siguientes al puesto, la mesa… y así con varias particularidades a
nivel de cada mesa de los cerca de 13 mil puestos de votación. Fácilmente
puede pasar los siete millones de filas de información, pero en contraste
al ser un archivo de texto, pesa relativamente poco.
- Otro
archivo de texto plano, con secuencias similares, pero que indica los
votantes efectivos por edad y género según la mesa. Por poner un ejemplo,
en el puesto de votación de Unicentro, en Usaquén, Bogotá, sabemos que en
la mesa 2 el 75% de los votantes son mujeres entre los 55 a 60 años.
Estos documentos son esenciales porque demuestran el continuo avance tanto del preconteo como del escrutinio a nivel de mesa. Si estos datos estuvieran disponibles para el público, cualquier ciudadano podría analizar, georreferenciar, hacer veeduría y revisar cómo va su sector político, su territorio, sus intereses, en fin… todo lo que constituye el sentido de lo público y las oportunidades que ofrece en una democracia que tiene en lo electoral su herramienta principal.
Lamentablemente, la Registraduría y sus funcionarios no solamente optan por no difundir públicamente los avances a través de este archivo único, sino que se filtra de forma selecta a políticos, académicos y empresas del capricho de los funcionarios de turno. Es así como vemos notas de prensa, análisis y un montón de resultados que tienen como base la buena fe de quién las realiza, pues como se reitera, no es un documento público. Con suerte, las bases se encuentran a los tres o cuatro meses de pasada la elección, y probablemente a nivel municipal o de puesto, nunca por mesas.
*Texto originalmente publicado en el perfil de Linked In del Politólogo | Asesor Electoral | Analista de Datos y Columnista Invitado de La Conversa de Fin de Semana: Ricardo Esteban Ruiz