Por: Germán Navas Talero y Pablo Ceballos Navas
Editor: Francisco Cristancho R.
Barbosa anda diciendo que se va a dar clases a Estados Unidos, pero ¿qué puede enseñar este hombre que no sea a irrespetar? Salvo que en alguna universidad de Florida estén considerando dar un curso de patanería para jóvenes, no damos crédito a su presunto nuevo trabajo.
Si hablamos de Colombia hay un par de cosas buenas por
decir, otro tanto menos favorables y no pocas regulares, porque nuestro país es
como el mar semi picado: no tiene olas para surcar a bordo de una tabla de
surf, pero tampoco es calmo como para nadar en él. A veces se revuelve y
advierte un tsunami para luego volver a su estado regular, aquel que los
periodistas con algo de gracia han denominado “tensa calma”. Los pesimistas,
sin distinción de postura o ideología, amenazan con que “ya tocamos fondo” cuando
quiera que las cosas no resultan como ellos quisieran. Sobre esta última
expresión, de uso frecuente desde años ha, el padre de Germán –menos escéptico
que su hijo– decía que los barriles sin fondo existían. Todo lo conocido ha
pasado en Colombia, sin mayores repercusiones, y de seguro vendrá lo
desconocido con iguales consecuencias.
En esta, la ‘más estable’ democracia de América Latina, unos
cuantos desocupados que hace años vestían uniformes de la fuerza pública y con
cuyas acciones ahora deshonran su pasado, amenazan con un “juicio político” al
presidente Petro que lleve a su “destitución” –con la misma opacidad con que
los procesan a ellos valiéndose de un fuero que las más de las veces es
inmerecido– y que, de fracasar, exigiría una “toma del palacio de Nariño y del
Congreso de la República”, es decir, el cese completo y definitivo de las
instituciones democráticas que dicen defender. Ante esta amenaza pública y
explícita de dar un golpe al gobierno electo por voto popular y que cuenta con
el mandato de presidir el Estado hasta el 7 de agosto de 2026, hay un
funcionario llamado a pronunciarse que guarda un preocupante silencio, máxime
cuando se trata de un hombre afanoso por hacerse escuchar: el señor fiscal
general de la Nación.
Y ya que nos referimos a este individuo, es una sandez, una
afrenta a su cargo y demostración de su poca finura la expresión del señor
fiscal general relativa al Presidente de la República, a quien trató como
semejante a Pablo Escobar. Nos contaron que Barbosa anda diciendo que se va a
dar clases a Estados Unidos, pero ¿qué puede enseñar este hombre que no sea a irrespetar? Salvo que en alguna universidad de Florida estén considerando dar
un curso de patanería para jóvenes, no damos crédito a su presunto nuevo
trabajo.
Nos excusamos por la brevedad de esta columna, aún a miles
de kilómetros de casa quisimos hacer uso de esta tribuna que generosamente nos
han extendido algunos medios para pronunciarnos sobre un hecho que calificamos
de la mayor gravedad, confiando en que lleve a ustedes la convicción de que no
es un asunto menor y puede tornarse en fait accompli si así lo permitimos.
Adenda: señores periodistas, es dos mil veinticuatro, no
“veinte veinticuatro”. Lo ha dicho la Academia de la Lengua y lo ordena la
práctica común y el mínimo cuidado por la palabra.
Adenda II: Hoy circula por primera vez el periódico Vida, medio oficial de la Presidencia de la República, «con la convicción de romper con el centralismo y acercar a la población a temas que afectan su vida cotidiana». Desde aquí, invitamos a leerlo.
¡Hasta la próxima!
*Texto originalmente publicado en https://sonoticias0.wordpress.com/ y compartido a la comunidad de La Conversa de Fin de Semana gracias a la generosidad de nuestro aliado, el periodista Otto Hernán Riaño director del portal SONOTICIAS
Las opiniones de los columnistas son de su exclusiva
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