Por: Germán Navas Talero y Pablo Ceballos Navas
Editor: Francisco Cristancho R.
Revelación de El Espectador deja muy mal parada a la Alianza
Verde, partido que ha recibido miles de millones de reposición de votos por la
consigna ‘anticorrupción’, causa que no les ha impedido asignar a dedo y con
‘pliegos sastre’ –de los que antes denostaba la alcaldesa verde, Claudia López–
puestos y contratos para la progenie de los Name.
Hay familias con suerte o pícaros con fortuna. Después de
ver el roscograma que publicó El Espectador en su edición
dominical y que tiene en su centro al presidente del Senado, Iván Name,
concluye uno que el país no es de los Char ni de los Gerlein sino de otra
familia costeña, mucho menos conocida, que salió de un municipio de Bolívar a
ocupar escaños en el Congreso y en el Concejo de Bogotá, al tiempo que detenta
puestos aquí y allá, en despachos ministeriales; unidades de trabajo
legislativo y quién sabe cuántos contratistas a nivel nacional y territorial.
Sin pena alguna, el martes o miércoles volverá el hasta hace poco ignoto
senador Iván Name al estrado desde el que ordena el pleno del Senado y avanza
en su conquista puestera. Y porque no podemos perder la gracia ni pasar por
alto lo divertido de nuestras desgracias, es tal el apetito de los Name que no
dejaron ni el cargo de mecanógrafa de la secretaría general de la Cámara de
Representantes, que ahora ocupa la sobrina de Iván Name.
Esta revelación de El Espectador deja muy mal parada a la
Alianza Verde, partido que ha recibido miles de millones de reposición de votos
por la consigna ‘anticorrupción’, causa que no les ha impedido asignar a dedo y
con ‘pliegos sastre’ –de los que antes denostaba la alcaldesa verde, Claudia
López– puestos y contratos para la progenie de los Name. Iván Leónidas, hijo
del presidente del Senado, es asesor de un representante a la Cámara
perteneciente a la Alianza Verde, así como su hermana Janeth, y María Clara, su
exesposa, acaba de terminar un sustancioso contrato en el despacho del
gobernador ‘verde’ de Boyacá, seguramente a la espera de uno mejor con la
posesión del viejo conocido y amigo de la familia, el taimado Carlos Amaya.
Siguiendo el buen ejemplo del senador Iván Name, hay otro
congresista –virtualmente desconocido para la mayoría– de nombre Óscar Barreto,
quien venía de ser gobernador de Tolima y ahora se encuentra en calzas prietas,
pues no logra explicar por qué adjudicó doce contratos de obra por valor de 35
mil millones prácticamente a dedo para luego dejar pasar toda suerte de
justificaciones absurdas por el incumplimiento de los contratistas. Esta semana
la Sala de Instrucción de la Corte Suprema de Justicia le ha llamado a
indagatoria por el delito de peculado por apropiación. Veremos si el señor
Barreto decide responder a la justicia o si prefiere, como hizo con los
llamados de la prensa, guardar silencio.
Recordábamos por estos días la crítica que formuló una
senadora al entonces candidato a alcalde Gustavo Bolívar, quien publicó un
video hacia las nueve de la mañana en el que se le veía recostado en su cama.
El reproche, que ya olvidamos pero que definitivamente llamó nuestra atención
porque como dormilones nos sentimos aludidos, iba por las líneas de que una
persona que se levantara tarde de su cama no podía ser un buen administrador.
Ahora resulta que médicos de varias especialidades parecen haber alcanzado un
consenso respecto de las virtudes de un buen descanso, desvirtuando ese dicho
tan colombiano y tan equivocado de que “al que madruga, Dios le ayuda”, y al
que siempre respondemos con otro refrán: “no por mucho madrugar amanece más
temprano”. Y aprovechando la oportunidad, preguntamos a quienes pretenden que
sus funcionarios electos estén laborando al alba, ¿acaso a ustedes les hace más
productivos levantarse de noche para ir a trabajar?
Quien sí le madruga al despilfarro es la saliente alcaldesa
Claudia López, quien –como dice ella– “con los impuestos de los bogotanos”
pagó, no una página ni la portada de El Tiempo, sino una revista entera que
acompañaba la edición dominical –día de la pauta más cara– y que salía
expulsada al abrir el diario, como si las páginas del periódico pudieran sentir
la misma repulsa que nos suscita a la mayoría de bogotanos ver tamaño
desperdicio.
Para nuestro pesar, rara vez encuentra uno revistas,
separatas o al menos una nota en el periódico en efeméride de la vida y obra de
grandes hombres y mujeres en Colombia. Por ello replicamos y celebramos dos
acontecimientos recientes: el primero, la decisión de la empresa Metro de
Medellín de dedicar uno de sus trenes a la pianista Teresita Gómez y engalanar
los vagones con recuerdos de su vida –que sin lugar a duda ha sido una bien
vivida y ejemplo para generaciones presentes y futuras–, y el segundo, la determinación
editorial de El Espectador para ocupar sus páginas, en el día en que se cumplen
treinta años de la muerte del asesino Pablo Escobar, a honrar las vidas
interrumpidas por el terrorismo financiado por los narcos y reivindicar el
derecho de sus dolientes a conocer la verdad. Deseamos, para los años
venideros, que sean muchos los reconocimientos a Teresita y cada vez menos los
onomásticos a Escobar.
Adenda: aún con Names y Barretos avanza
la reforma a la salud contra todo pronóstico. El gobierno que acusan de poco
eficiente; mal ejecutor; distraído y sin ruta ni destino está ad-portas de
aprobar la más contenciosa de sus reformas.
Adenda II: Un familiar cercano comentó hace poco
cómo, por una pequeña infracción, la policía de tránsito hizo que se detuviera.
Le practicó prueba de alcoholemia, le recomendó tener más cuidado y, por no
reportar contravención anterior… ¡lo dejó ir! Por supuesto eso no ocurrió en
Colombia, en donde cualquiera de esos chupasangres le hubiese
quitado a ese distraído conductor hasta la dignidad. Porque no hay nadie más
inhumano en este país que un agente de tránsito, y no hay nada más terrorífico
que ser detenido por uno de ellos. Un ruego para que alguien le eche una mirada
a estos ‘servidores’ –que para nada sirven– y que se les brinde una urgente
capacitación en Derechos Humanos, respeto y normas de tránsito, porque de lo
único que saben es de abusar del ciudadano.
*Texto originalmente publicado en https://sonoticias0.wordpress.com
y compartido a la comunidad de La Conversa de Fin de Semana, por la generosidad
de nuestro aliado, el periodista Hernán Riaño.
Las opiniones de los columnistas son de su exclusiva
responsabilidad. Les invitamos a leer, comentar, compartir y a debatir
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