LA VITRINA DE LA CONVERSA

lunes, junio 17, 2024

Ni chicha ni limonada


Por: Hernán Riaño 

Es hora de que los verdaderos demócratas defiendan el primer gobierno afín a sus creencias, no le sigan haciendo el juego a los que no lo son y menos a la extrema derecha y sus áulicos, abracen y defiendan los programas y reformas para dar el salto que nos aleje del feudalismo atrasado y caduco que nos ha regido. 

El panorama colombiano es sui generis, generalmente, lo que ocurre en nuestro país es, como decía García Márquez, solo realismo mágico. Nada es coherente ni obedece a las leyes de la naturaleza, aquí todo pasa y nada pasa. En esta oportunidad resaltaré las posiciones de muchos petristas y/o progresistas que se montaron al bus de la victoria pretendiendo continuar con la corrupción, en algunos casos, otros por moda y otros con un miedo a la derecha creyendo que nunca se podría hacer otro tipo de gobierno que no fuera el de los feudales – narcos políticos que han estado en el poder toda la vida.  

Me referiré a cada uno de estos “votantes” que inundan nuestra geopolítica. 

Los primeros, son los que hicieron campaña por el actual gobierno, teniendo compromisos previos con la extrema derecha y los gamonales de las regiones, pretendiendo, con esta figura, engañar al señor presidente y seguir esquilmando el erario.  

En este grupo por ejemplo los Olmedos López, que quedó al descubierto y se conoció el entramado de corrupción en la UNGRD, que según se supo, se inició desde la creación de la unidad, siendo una vena rota por la cual salían los dineros públicos a engrosar los bolsillos de politiqueros de varias regiones, de estos hay muchos que falta descubrir y denunciar. 

En el segundo grupo están lo que se dejaron seducir por la “moda del momento” del estallido social; pensaron que con la “subida” de un presidente se iban a solucionar todos los problemas como por arte de magia, sin entender la verdadera situación política del país, que si bien es cierto se llegó al gobierno, los colombianos pobres y miserables están muy lejos de conquistar el poder, este sigue en manos de los grupos económicos, sus partidos políticos de ultraderecha y de los corruptos y ladrones de todo nivel. Y, claro, al no ver “solucionado “su problema particular, empiezan a despotricar del gobierno y hacerle el coro a la oposición inteligente. Solo les interesa su situación del momento, son egoístas y envidiosos y nunca han sabido lo que es una lucha popular y además se creen estrato 6 siendo en realidad 1, 2 o 3, lo que en redes sociales se ha llamado la nueva clase social colombiana, los uribistas estratos bajos. Son los que siempre votan por moda, por el que va primero en las encuestas, o porque el(la) candidato(a) es bien parecido(a) o se ha sacado fotos con el reguetonero de actualidad. Son ignorantes y se dejan llevar por las oleadas impuestas por los publicistas. 

El tercer grupo se caracteriza por el miedo al cambio, a una nueva política, no aceptan las transformaciones de fondo, solo quieren maquillaje y modificar en “alguito” para no “molestar” a la extrema derecha. Viven pendientes de las opiniones de políticos y periodistas de esa corriente y las comparten en sus redes como una verdad incontrovertible, como si fuera “palabra de dios” y además con calificativos superlativos de su cosecha, advirtiendo los peligros que representa para el país proponer o hacer determinada reforma o tomar alguna decisión que beneficie al pueblo. Son petristas vergonzantes, y digo petristas porque muchos de estos personajes se autodenominan así y se dicen radicales, pero al primer asomo de un “error” o de algo que no está conforme a su posición. al final siempre la ponen a favor de la ultraderecha.  

Estas posiciones de la variada fauna “progresista” siempre terminan poniéndose del lado de los opresores, por una u otra razón abandonan a sus congéneres para hacerle la segunda a una ultraderecha que los usa como “desechables”, ya que cuando cumplen con su función de abandonar y ponerse en contra del gobierno democrático, se olvidan de ellos en el mejor de los casos, pero en otros los procesan judicialmente o los eliminan físicamente para crear otras situaciones de hecho que perjudiquen a la democracia. 

Para la muestra un botón, en la votación para aprobar la reforma pensional, aparecen tres parlamentarios del Pacto Histórico que votaron negativa la propuesta o sea que se pusieron a favor de los fondos de pensiones y los banqueros. Se queda uno sin palabras ante este hecho y surgen preguntas que el país exige las respondan, Se suman a los que se hicieron elegir con las banderas progresistas como JP Hernández, ahora conocido por montajes fotográficos (1), Katherine Miranda, que, según denuncias del señor presidente Gustavo Petro ocultó un artículo fundamental para la compra de tierras y no dejó debatir (2) y Catherine Juvinao, que en los últimos debates de las reformas que benefician al pueblo, más pareciera que fuera una “uribista pura sangre”, muy parecida a las palomas o las cabales, tan es así que ahora es la preferida de la revista de marras y de los partidos reaccionarios. ¿Fue para eso se hizo elegir con los votos progresistas?, traición total (3).   

Hay que hacer varias consideraciones que no tienen en cuenta estos personajes por estar imbuidos en sus intereses personales, el famoso “yo voy por lo mío” tan conocido en las tierras paisas y que inundó al país entero. 

Este gobierno es el primero que ocurre en más de 500 años de dominación feudal, 300 de colonia española y de 200 de una aristocracia rancia que no ha soltado el poder y que ahora lo que quiere es que no gobierne la voluntad del pueblo.   

¿Quién dijo que Petro y los demás que están en el gobierno son perfectos? Están tratando de hacer una política diferente, pero con la contaminación corrupta del país es muy demorado y existen riesgos de cometer errores. No los estoy justificando, solo quiero poner las cosas en contexto, al corrupto hay que denunciarlo, que las autoridades judiciales los juzguen y condenen. Pero al funcionario o parlamentario que comete un error por falta de experiencia, o porque la extrema derecha, con argucias, lo hizo equivocar o por no conocer los intríngulis del manejo burocrático, estos petristas le caen con todo, lo crucifican en las redes sociales, además con unos calificativos que no le dan ni a la extrema derecha.  

Muchos de estos se la pasan diciendo es que yo si critico y condeno al gobierno actual porque para eso le di el voto. Nunca hizo nada contra los gobiernos de extrema derecha y ahora, sin fórmula de juicio, sin permitir la defensa, atacan y contraatacan, dándole armas a la oposición inteligente.  

Pero lo más sorprendente es que están a la caza de las críticas de los periodistas de la ultraderecha para promocionarlas, difundirlas y “viralizarlas” haciéndole un favor grande a esos comunicadores que con esa ayuda logran su cometido. Aun no entiendo por qué se empeñan en mantener en primer plano a ciertos políticos y periodistas que están cazados (en algunos casos literalmente) con la extrema derecha, sus empresarios y politiqueros.  

Todos estos grupos, en últimas, son o se convierten en armas de las derechas, de esto deben ser conscientes todas las fuerzas realmente progresistas. 

Para completar hay un sector que tiene un mercado ganado, que es el de los “influenciadores”.  El caso de esta nueva generación nacida de las redes sociales es muy diferente, porque a muchos de ellos solo les importa el escándalo que les den “likes” o “me gusta” para monetizar (ganar dinero) todo lo que puedan; a estos no les importa la verdad, solo el escándalo. Entre más amarillista sea el título, más “vistas” tiene y por tanto más dinero. Pero a falta de un periodismo comprometido con la democracia, ellos han cumplido ese papel con todo y sus fallas y distorsiones. Un influenciador dijo, para justificarse, de que toca hacerles eco a esos periodistas, porque son figuras populares (¿?). 

Esto último es un argumento para reclamar un periodismo democrático y comprometido con la verdad, fuera de la telaraña del poder feudal que nos ha denominado y un sistema de noticias ciudadano que instruya a los colombianos de lo que realmente está pasando en el país.  

Es hora de que los verdaderos demócratas defiendan el primer gobierno afín a sus creencias, no le sigan haciendo el juego a los que no lo son y menos a la extrema derecha y sus áulicos, abracen y defiendan los programas y reformas para dar el salto que nos aleje del feudalismo atrasado y caduco que nos ha regido. 

(1) https://caracol.com.co/2024/06/04/jota-pe-hernandez-hizo-un-montaje-para-aparecer-en-la-posesion-de-nayib-bukele/  https://www.minuto30.com/polemica-por-supuesto-montaje-del-senador-jota-pe-hernandez-en-posesion-de-nayib-bukele/1611746/https://www.colombia.com/actualidad/politica/memes-y-burlas-a-jota-pe-hernandez-por-montaje-de-la-posesion-de-nayib-bukele-469991 

(2) https://www.rtvcnoticias.com/katherine-miranda-articulo-presidente-petro-tierras 

(3) https://www.facebook.com/share/v/5orzx8qyhNFzP9Fc/ 

Esta nota fue publicada originalmente en SoNoticias y es compartida con la comunidad de La Conversa de Fin de Semana, gracias a la generosidad del periodista HERNAN RIAÑO

Las opiniones de los columnistas son de su exclusiva responsabilidad.  Les invitamos a leer, comentar, compartir y a debatir con respeto. 


 


 

jueves, junio 06, 2024

Tener vocación de poder no es inconstitucional

Nosotros votamos para que Gustavo Petro sea presidente por el periodo constitucional, lo respaldamos y así lo haremos hasta el final de su mandato, y creemos –al igual que él– que es suficiente para ejecutar los primeros pasos de un proyecto político de largo aliento.

Por: Germán Navas Talero y Pablo Ceballos Navas
Editor: Francisco Cristancho R.

Ponerse a tono con la actualidad del país luego de estar fuera, por poco o por mucho tiempo, no es del todo difícil para quien se dispone a escribir sobre nuestro infortunio compartido. Ahora bien, si el autor se propone difundir un hecho beneficioso para la colectividad o lo que se conoce como una “buena noticia” se verá en ascuas, pues nuestro acontecer nacional se asemeja a un péndulo: por mucho que se aleje siempre vuelve al mismo lugar.

Escribir esta columna en día domingo hace aún más difícil reportar alguna “buena noticia”. No es sino ojear los titulares de la prensa escrita para recordar que, por mucho que algunos queramos cambiarlo, seguimos en las mismas. Esculcamos hasta la página de sociales y todo en el intermedio, y nada encontramos para satisfacer nuestro propósito de contarles una buena nueva. No nos quedó alternativa distinta a escribir de lo de siempre, nuestra sempiterna destrucción.

Conviene referirnos, por ser de toda actualidad, a las reacciones de la godarria frente a cualquier iniciativa de diálogo político en el país. Critican, con toda la libertad y amplitud que les permiten los dueños de micrófonos e imprentas, las asambleas ciudadanas presididas por el jefe de Estado y acompañadas por los ministros del gabinete, eventos que califican de “derroche” y de “propaganda” aun cuando en estos los asistentes pueden expresar sus preocupaciones o peticiones al gobierno, en un acceso sin intermediarios que antes estaba reservado a aquella élite que no resiste la idea de un presidente al servicio de los ciudadanos.

En igual sentido, un rechazo cerrado –y en buena parte irreflexivo– ha encontrado la propuesta de algunos congresistas del Pacto Histórico de convocar a una asamblea constituyente, pues en su opinión la actual Carta Política es óbice para una transformación que ellos estiman inaplazable. Como bien lo han expresado el presidente y varios ministros, la postura de estos parlamentarios no representa la visión del mandatario ni la del gobierno, pero no por ello deben ser acallados ni estigmatizados como lo han pretendido algunos opositores. Nosotros votamos para que Gustavo Petro sea presidente por el periodo constitucional, lo respaldamos y así lo haremos hasta el final de su mandato, y creemos –al igual que él– que es suficiente para ejecutar los primeros pasos de un proyecto político de largo aliento. Así moleste a unos cuantos y a casi todos los mandamases del país, la izquierda colombiana tiene vocación de poder y buscará permanecer en el ejecutivo en 2026 o retornar a él en las elecciones que le sucedan, porque ese es el juego en democracia: unas se ganan, otras se pierden, todas se pretenden.

Así como no encontramos virtud en la reelección, hallamos del todo necesaria una nueva regulación, bien constitucional o legal, de las funciones y procedimientos del Congreso de la República. Germán, quien hizo parte de esta institución por más de veinte años, puede dar fe de las serias deficiencias y abundantes trampas que amparan –e incluso promueven– las normas vigentes. La laxitud con los congresistas ha quedado descubierta por completo en el trámite de las reformas sociales: está más protegido por la ley quien se ausenta para ir a una parranda o a tomar tinto en el salón adjunto del Elíptico que aquel que asiste a toda la sesión desde su curul como es debido. El desorden que se observa en cualquier transmisión del Canal Congreso excede la falta de decoro y es indicativo de la falta de rigor y técnica que aqueja al poder legislativo. Es hora de reformar el Congreso.

Adenda: viajar en avión ha dejado de ser un hecho ansiado y se ha convertido en una tortura ineludible. Por experiencia de uno de los autores, quien padeció los malos tratos de una conocida aerolínea española y tuvo que resistir la desidia de sus funcionarios, nos queda una conclusión: entre Colombia y España no queda opción decente para viajar y dado que es imposible cruzar el Atlántico en barco, nada podemos hacer para evitar esta ordalía. Solo o acompañado, por turismo o negocios y en cualquier clase, si quiere ahorrarse el envejecimiento prematuro y prefiere no amargarse el viaje desde el principio le sugerimos abstenerse de volar con Iberia.

Texto originalmente publicado en SoNoticias y compartido con la comunidad de La Conversa de Fin de Semana gracias a la generosidad del periodista HERNAN RIAÑO

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viernes, mayo 31, 2024

La guerrilla le carga ladrillo a la extrema derecha

 

En la imagen: Un miembro del frente Carlos Patiño de las disidencias de las Farc patrulla Cañón de Micay, bastión del EMC en el Cauca, el 24 de marzo de 2024. Foto de Raúl Arboleda en:https://www.france24.com/

Por: Hernán Riaño

Estas "guerrillas" que aún no quieren hacer la paz, no les interesa, o prefieren seguir delinquiendo con negocios ilícitos como el narcotráfico y secuestro ¿están aliadas con la extrema derecha?, ¿Siguen sus indicaciones? ¿Mantienen el nombre de insurgentes solo para tapar sus negocios ilegales? ¿Quiénes se benefician con estas acciones?

No es desconocido para ningún colombiano, que toda la política hecha en Colombia por Álvaro Uribe Vélez, desde que incursionó, se ha basado y lo sigue haciendo en una "pelea" contra las guerrillas colombianas y todo lo que a él le parezca a desarrollo social y democracia. No en vano ha tildado cualquier posibilidad de avance democrático con epítetos inventados por él, como “castrochavista”, que no se sabe qué quieren decir, pero que ha calado en sus estúpidos seguidores y que repiten como loros mojados en cualquier reunión pública o privada. 

Pero Uribe fue muy eficiente en la construcción de un enemigo interno: la guerrilla, y además intentó mostrarla como enemigo personal, al acusarlos de la muerte de su padre Alberto Uribe; hoy ya hay dudas al respecto, y las investigaciones han dado para conocer otros aspectos de esa muerte y de la vida del señor padre del “ex”. A partir de ese momento, y justificándolo con la muerte de su papá, declaró una guerra sin cuartel a la guerrilla. 

Con esta consigna llegó a la gobernación de Antioquia, al Congreso de la República, dos veces a la presidencia y hoy por hoy es un líder indiscutible de esa ultraderecha neoliberal corrupta. En su gobierno departamental creó la génesis de las autodefensas, las Convivir, para enfrentar a ese enemigo que, según él, era el causante de todos los males de Colombia. Es conocido hoy, gracias a la Comisión de la Verdad y a la JEP, para qué fue lo que sirvieron realmente esas autodefensas. 

Retrocediendo un poco en el tiempo, hay que recordar que la guerrilla decepcionó a los colombianos con el fracaso del proceso del Caguán y que esto fue aprovechado por la ultraderecha nacional para desacreditarlos completamente.

Pero volvamos, las guerrillas de todos los pelambres, que llevan más de 50 años como insurgentes, se quedaron en eso, solo en eso, sus propuestas se fueron diluyendo en el tiempo, y a los otros los fue consumiendo el narcotráfico y cambiando sus objetivos, y hoy más parecen bandas criminales dedicadas exclusivamente a ese negocio ilícito.

Ellos pregonaban los cambios del país, unos queriendo un gobierno democrático y otros un gobierno socialista, estos últimos no aceptan medias tintas. Con esos argumentos unos firmaron el proceso de paz de la Habana y las alas más radicales se quedaron en el monte. Hoy, esos que no lo hicieron antes, iniciaron un nuevo proceso con otras condiciones. 

Con este panorama, estas guerrillas que aún persisten en mantener la guerra, contrario a lo que se podría pensar, se dedicaron a hacerle la vida imposible a Gustavo Petro con acciones terroristas, paros armados y cuanta cosa se puedan imaginar para torpedear al gobierno y “sacarle” ventajas inesperadas y en muchos casos desleales. 

Uno no puede entender qué están pensando los líderes y militantes de esta extrema izquierda, que, en vez de pensar en el país, de analizar la situación tan delicada en la que lo dejaron los gobiernos derechistas, se comporten como ellos y se suman, en la práctica, a su “oposición inteligente”. Con sus acciones, lo único que hacen es sumársele a su símil, la extrema derecha, en el torpedeo que le hacen al gobierno y en últimas frenar las reformas sociales que tanto necesita el pueblo colombiano. 

Nunca habíamos tenido un presidente democrático, hoy reconocido líder mundial y que nos envidian en muchos países y en contraposición la extrema izquierda se porta como si fueran otra fase de la oposición al gobierno.

El dicho popular que dice que “las extremas se juntan”  se está viendo claramente, en vivo y en directo en nuestra nación. Dos facciones de la política colombiana que uno supondría enemigos, hoy abrazados en el objetivo de “tumbar” a Gustavo Petro de la presidencia.

Es necesario, oportuno y obligatorio recordar que el líder de esta guerrilla autodenominada EMC, Iván Mordisco fue declarado muerto por los señores Iván Duque y Diego Molano, presidente y ministro de defensa respectivamente, y que por su “muerte” pagaron ¡3 mil millones de pesos de recompensa! (1), ninguno de los dos ha aclarado a quien le pagaron ese dinero ni por qué lo hicieron, sabiendo hoy que está vivo pactando contra el gobierno Petro. A otro que habían declarado muerto fue a Iván Márquez que en los últimos días también apareció dando declaraciones.  

De lo que se concluye con este episodio, es que este EMC que aún está haciendo la guerra en Colombia es de la extrema derecha y actúa en concordancia con las otras derechas del país, la pregunta obligada (y no es afirmación) es: ¿La muerte de Iván Mordisco, el pago de esa cuantiosa recompensa, su reaparición y accionar contra el gobierno democrático, a qué obedecieron? Mutis por el foro, dicen los entendidos, pero sí es muy sospechoso. Con esas acciones también les colaboran a los corruptos para desviar la atención sobre las gravísimas denuncias en los últimos días sobre desfalcos y robos en muchas entidades en los gobiernos anteriores o realizados por funcionarios que vienen de esos gobiernos.

¿Estas guerrillas que aún no quieren hacer la paz, no les interesa o prefieren seguir delinquiendo con negocios ilícitos como el narcotráfico y secuestro ¿están aliadas con la extrema derecha?, ¿Siguen sus indicaciones? ¿Mantienen el nombre de insurgentes solo para tapar sus negocios ilegales? ¿Quiénes se benefician con estas acciones? O ¿Los autodenominados guerrilleros son idiotas útiles de la extrema derecha y el uribismo? Preguntas que no tienen respuesta después de muchos años de conflicto en Colombia y que, ojalá, más temprano que tarde las respondan al país.

Otro aspecto a analizar es, como se lo han preguntado en las redes sociales, ¿estos ataques terroristas de todos los sectores violentos, ¿Obedecen al llamado a juicio y posterior acusación por tres delitos a Álvaro Uribe Vélez? Si fuera cierto, sería muy grave que los autoproclamados guerrilleros, estuvieran defendiendo con sus acciones al “ex”.

Esas guerrillas serán las responsables si hay un golpe de Estado blando o duro contra el primer gobierno democrático, porque ellos con su accionar solo alimentan y justifican los deseos desestabilizadores de los empresarios y políticos neoliberales, además de las consecuencias sociales que tienen las regiones con estas acciones de bloqueos, paros, bombas y secuestros, ya que los únicos perjudicados son, en primera instancia los habitantes de esas zonas y en segunda la sociedad colombiana que ellos pregonan defender.

Es que la guerra es un negocio en los que unos actores, los que la impulsan y alimentan, ganan mucho dinero, casi que por todos los rubros que tienen que ver con los conflictos y no olvidemos que uno de los personajes a los que más le gusta es a Álvaro Uribe Vélez, por eso le gusta tanto.

Nota publicada originalmente en SoNoticias – Periodismo verídico para proporcionar elementos para la creación de conceptos propios (wordpress.com) y compartida con la comunidad de La Conversa de Fin de Semana, gracias a la generosidad de su director, el periodista HERNAN RIAÑO.

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martes, mayo 14, 2024

CARTA ABIERTA A LAS DISIDENCIAS DE LAS FARC-EP (BLOQUE SUROCCIDENTE)

"En realidad, cualquier ataque a la población civil está prohibido, haya cese al fuego o no, porque el DIH es muy claro, en la guerra solo hay dos categorías básicas: las hostilidades entre las partes armadas -que están permitidas- y los crímenes de guerra y de lesa humanidad. Nosotros, los indígenas y toda la gente desarmada, no somos parte armada de la guerra; cualquier cosa que ustedes hagan y que nos afecte la vida o la integridad es un crimen." 

Autoridades Indígenas del norte del Cauca

En un escenario, como el del departamento del Cauca, en el que el Conflicto Armado Interno de Colombia pareciera degradarse a diario, a punto tal, que ya no son distinguibles los intereses de los actores armados en contienda; La Conversa de Fin de Semana comparte con sus amigos, seguidores y suscriptores, la CARTA ABIERTA que han dirigido las Autoridades Ancestrales Indígenas del norte del Cauca a los mandos de las disidencias de las antiguas FARC-EP, en la que ponen de manifiesto sus preocupaciones, sus denuncias y sus reclamos por el accionar de estos grupos armados ilegales en contra, no solo, de las comunidades étnicas, sino de toda la comunidad caucana. 

 

Puede descargar LA CARTA ABIERTA haciendo clic AQUI

viernes, abril 12, 2024

INFORMACIÓN IMPORTANTE: DENUNCIA



SE INFORMA A CONTACTOS, SEGUIDORES, AMIGOS, CONOCIDOS DE LA CONVERSA DE FIN DE SEMANA Y/O OMAR ORLANDO TOVAR T. QUE INESCRUPULOSOS SE HAN APODERADO DE LOS CONTACTOS EN REDES SOCIALES Y WA PARA EMPRENDER CAMPAÑA DE DESINFORMACION EN CONTRA DE LA PERSONA DE OMAR O. TOVAR. 

SE RUEGA HACER CASO OMISO DE CUALQUIER INFORMACION TENDIENTE A DESPRESTIGIAR, BAJO CUALQUIER ARGUMENTO, LA HONORABILIDAD DEL DIRECTOR DE LA CONVERSA DE FIN DE SEMANA. YA SE TOMARON ACCIONES LEGALES. POR FAVOR BLOQUEE NUMEROS SOSPECHOSOS Y RECIBAN NUESTRAS DISCULPAS POR LAS MOLESTIAS Y NUESTROS AGRADECIMIENTOS POR SU COMPRENSION.

miércoles, enero 31, 2024

La gaseosa da fresco mientras el fiscal sigue de ‘refresco’

                                

Por: Germán Navas Talero y Pablo Ceballos Navas*

Editor: Francisco Cristancho R.

Llegará el fin del castigo injusto y el perdón impune.

El legado de Barbosa se resume, en una palabra: Puestos. En lugar de investigar, de inspirar o al menos de exigir buenos resultados a sus subordinados, el fiscal general se ocupó de avanzar una candidatura presidencial que desde su llegada y hasta la fecha se advierte imposible de ganar por su evidente incapacidad

Hay palabras que tienen muchos significados, piénsese por ejemplo en el término fresco: así se le dice al pescado que ha caído en la red y que emprende rumbo a la cacerola; también al sol que no maltrata y que, por el contrario, invita a su disfrute; pero también se emplea para reprochar al individuo que entra a un lugar sin intenciones de abandonarlo, haciéndolo suyo sin serlo. Existe otra palabra fonéticamente semejante: refresco, que describe aquella bebida que con su ingesta provee la hidratación necesaria para sentirse a gusto; aunque también se admite su uso como superlativo del individuo fresco, quien por su conducta también pasa por rudo, atrevido y conchudo.

Fresco, rudo, atrevido y conchudo es el señor fiscal general, Francisco Barbosa, un refresco impotable en Bogotá y en Washington, a juzgar por los acontecimientos recientes. Barbosita se llevó a su compinche –la vicefiscal cuestionada por vínculos con el narcotráfico, Martha Mancera– de viaje por los corredores del gobierno federal de EE. UU. pues, como lo reportó el veterano periodista Gonzalo Guillén, fueron pocos quienes quisieron abrir sus puertas al avistarlos. Anticipando su fracaso y haciendo gala de su insuperable capacidad para mentir, Barbosa afirmó ante la prensa que el gobierno de Estados Unidos veía con buenos ojos a la vicefiscal Mancera y expresaba su ‘respaldo total’ a quien presentó como “fiscal general encargada”, sin percatarse –claro está– de que con ese artificioso título él se quedaba sin cargo y sin corte que le llevara el equipaje.

El legado de Barbosa se resume, en una palabra: Puestos. En lugar de investigar, de inspirar o al menos de exigir buenos resultados a sus subordinados, el fiscal general se ocupó de avanzar una candidatura presidencial que desde su llegada y hasta la fecha se advierte imposible de ganar por su evidente incapacidad, dejando una estela de compromisos que no podrá satisfacer. En lo único en lo que Barbosa pudo haber acertado es en asegurar que la Corte Suprema de Justicia se vea obligada a elegir su reemplazo entre la terna enviada por el presidente Petro, pues con el paso de las horas se develan los favores recibidos por algunos magistrados, ensombreciendo la pretendida independencia que invocaron como defensa tras imponerse el voto en blanco en la primera ronda, opción de voto que no debe consentirse ni debería permitirse, pues la obligación constitucional del alto tribunal es de escoger entre las opciones puestas a su consideración por el nominador, sin lugar a dejar el cargo vacante o a sonsacarse un candidato del organigrama de la entidad excediendo sus competencias legales.

Quienes conocen los intríngulis de ese aparato llamado Fiscalía sostienen que la danza de la nómina sigue imperando, aun cuando el dueño de la chequera ya está haciendo maletas. Lo cierto es que corre el reloj para que Barbosa abandone el búnker y con ello libere finalmente la sala de evidencias que su señora esposa ocupó con prendas de vestir y demás pertenencias. A la celebración que por su salida unirá al país decente se harán partícipes los perros de la familia Barbosa, quienes se alegrarán al tener a ambos amos en casa y con el clóset de zapatos completo para desgastarlos en las caminatas que sus antiguos paseadores –pagados por los contribuyentes– ya no podrán darles.

Adenda: hay quienes llegan al mundo a pelechar, a encontrar toda ventaja posible y a hacer cuanto daño les es consentido. Estos individuos, perniciosos en su propia existencia, se tornan en un peligro inminente cuando son investidos con funciones públicas. Nos corresponde a los ciudadanos detenerlos, bien con el voto; con la voz o con la movilización pública y pacífica.

Sugerencia de viaje: sea usted amigo del juego o no, nos permitimos recomendar a nuestros lectores la ciudad de Las Vegas, en la que los autores de esta columna disfrutamos un par de días sin ser muy duchos en las cartas. A apenas dos horas por carretera puede conocer el borde occidental del Gran Cañón y en el recorrido maravillarse por el ingenio humano que permitió construir –en plena crisis económica y con un décimo de la tecnología disponible hoy– la imponente presa Hoover.

Hasta la próxima

*Texto originalmente publicado en el portal SONOTICIAS y compartido a la comunidad de La Conversa de Fin de Semana gracias a la generosidad de nuestro aliado, el periodista Hernán Riaño.

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martes, enero 23, 2024

De patrones a doctores*

 

Imagen tomada de: amazon.com
Por: Hernán Riaño

En el campo el patrón y en la ciudad el doctor ha impuesto la dominación en la que la derecha a sumergido al país. Este es el tipo de lenguaje que perpetúa el feudalismo que conlleva a abusos y corrupción.

El término patrón se ha usado en Colombia y varios países latinoamericanos, como herencia del colonialismo español y que define la diferencia de clase social entre los más ricos y los pobres. En nuestro país, el campo fue la región donde se empezó a usar, los dueños de las haciendas, terratenientes todos ellos, obligaban a los jornaleros, encomenderos y todas las formas que usaron para fortalecer y perpetuar el feudalismo, para reverenciarlos y obedecerles a ciegas. Estos hacendados determinan la vida y los bienes de los campesinos, inclusive abusaron (o, ¿abusan?) de la dignidad y derechos de quienes producen la tierra, el campesino y sus familias. En muchas partes se obliga todavía, a usar un diminutivo más ofensivo y opresor: “patroncito”

Este término se trasladó a las estructuras narcotraficantes, en donde el capo del comercio de narcóticos se definió como El patrón. Hay una serie televisiva que describe este hecho conocido como: Escobar, el patrón del mal. Son muchas las anécdotas conocidas de esta relación entre el jefe de la banda y sus secuaces. Pero también este nombre lo adaptaron en diferentes sectores de la producción como la construcción y pequeñas factorías en las que los dueños, profesionales o mandos medios imponen su poder con base en el término del que hablamos.

Aparte del poder que ha impuesto este término, también implica ser de clase social con el que pretenden separarse y diferenciarse los dueños y jefes de los menos afortunados, sus “sirvientes”. También ha sido usado en las relaciones con el servicio doméstico, desde hace años, en los que las “patronas” imponían condiciones infrahumanas, a humildes mujeres, generalmente traídas del campo, en las que no tenían seguridad social, horario, tenían que estar las 24 horas disponibles y para rematar, en muchos casos, fueron abusadas por sus patrones o sus hijos.

Pero la modernidad, las nuevas formas de producción y relaciones sociales, hicieron que se usaran nuevos términos para imponer las diferencias sociales y apareció el término “doctor”. Aclaramos quien es un doctor, generalmente se usa para definir al profesional de cualquier rama que tenga que ver con la salud, medicina, odontología, entre otros. Pero además es uno de los grados universitarios más altos que existen y que exige una dedicación y disciplina para poder lograrlo. Después del pregrado, que puede durar unos 5 o 6 años, luego viene el Magister, que puede durar 2 años y por último el PhD o doctorado con una duración de 5 o más años, que exige publicaciones en revistas del ramo y una investigación muy seria que plantee avances científicos o sociales.

Como podemos ver en Colombia se ha desfigurado totalmente este grado académico y todo por querer imponer un poder que no tienen quienes lo usan sin merecerlo o alguna distinción social. Los casos más conocidos de personas que se dicen doctores sin serlo está el de Enrique Peñalosa, quien por muchos años se hizo pasar por doctor de una universidad francesa, se presentó en foros internacionales ostentando este título y publicó libros en los que se presentó como tal, sin ruborizarse. Después de una investigación de Juana Afanador y Carlos Carrillo, ellos demostraron que la universidad que supuestamente le había dado el título, informó que nunca había lo había otorgado y que ni siquiera el de Magister había cursado tal señor. Solo hizo un curso de un semestre de algún curso libre que usó para promocionar su dichoso “doctorado” (1). El señor Peñalosa, sin sonrojarse, sigue opinando, haciendo sus negociados y además, después de su segundo período puso alcalde: Claudia López y ahora en asocio con German Vargas Lleras a Carlos Fernando Galán.  Algo parecido sucedió con el expresidente Iván Duque que se promocionó como Doctor (2) y según el investigador solo asistió a unas pocas clases semanales en la universidad que según él se lo había otorgado, claro que recibió el Honoris Causa en una universidad de Corea del Sur (3), pero cuando ya era presidente.  En otros casos pagan por que les hagan las tesis, las plagian mienten y falsean sus estudios, todo para poder dominar y poder ascender en cargos de poder, en la mayoría de los casos; para usarlo en actos de corrupción y robo del erario.

Muchos profesionales de otras disciplinas y aún sin serlo obligan o imponen que se les diga “doctor”, se ofenden si no se les denomina así. En las instituciones es “obligatorio” su uso, es más, a algunas profesionales se les ha dado por llamarlas “doctorísima” no sé qué significará, ¿será que quieren ser más doctoras que los demás?  Pero si no les rinde esta pleitesía se ofenden, sancionan y persiguen a quien usó otra forma de dirigirse a ellas(os) Esta “dignidad” va más allá, en muchos casos no se les puede discutir o argumentar algo que no esté dentro de sus conceptos, siempre tienen la razón, amenazan, castigan, “cogen entre ojos” y hasta despiden a quienes no les «dan el debido respeto” de doctor(a).

En el campo el patrón y en la ciudad el doctor ha impuesto la dominación en la que la derecha a sumergido al país. Este es el tipo de lenguaje que perpetúa el feudalismo que conlleva a abusos y corrupción. El poder y la riqueza en Colombia, que ha pertenecido a muy pocas familias, se ha afincado en diferenciar su clase con las demás y para ellos obligan a que se les dirija en estos términos excluyentes y ofensivos. No respetan al ciudadano y sus derechos por eso odian la Constitución de 1.991, por eso Uribe la modificó, con ayuda del Congreso y ellos añoran la constitución feudal de 1.886.

Hoy, cuando existe un gobierno democrático, lo quieren defenestrar, lo dicen a cada rato y para ello, utilizan el poder y la forma de dirigirse a sus empleados y colaboradores, como si fueran vasallos, es conocido que los obligan a votar por el que decidan y ahora los obligan a ir a “protestar” contra Petro, porque ellos son los patrones, los doctores y deben obedecerlos ciegamente.

Los colombianos no nos hemos dado cuenta de que han atentado contra nuestra dignidad, con ese lenguaje feudal han dominado, gobernado y saqueado el erario y pretenden seguir haciéndolo. 

El país ha estado sumergido por años entre estos dos términos que han utilizado los dueños del poder para sustentar su dominación para que el pueblo haga lo que ellos les digan y elijan a quienes designen. Y a eso llaman democracia.   

(1)  https://laotravoz.co/ante-la-fiscalia-presentaran-pruebas-sobre-estudios-inexistentes-de-penalosa/  https://www.elespectador.com/bogota/penalosa-lo-admite-el-tal-doctorado-no-existe-article-696635/  https://www.publimetro.co/co/noticias/2018/08/01/titulos-falsos-de-penalosa.html https://www.youtube.com/watch?v=cW_en4guI3s https://www.eltiempo.com/bogota/enrique-penalosa-dice-que-no-tiene-doctorado-ni-maestria-94820 https://www.larepublica.co/alta-gerencia/el-pais-de-los-doctores-que-no-tienen-doctorado-2367551

(2) https://www.las2orillas.co/ivan-duque-otro-con-titulos-falsos/  

https://seguimiento.co/colombia/ivan-duque-no-se-especializo-en-harvard-segun-informe-de-esa-universidad-13161 

(3) https://www.infobae.com/america/colombia/2021/08/24/presidente-ivan-duque-recibira-doctorado-honoris-causa-en-economia-durante-su-vista-a-corea-del-sur/

*Texto publicado con la autorización de su autor: Hernán Riaño.

Las opiniones de los columnistas son de su exclusiva responsabilidad.  Les invitamos a leer, comentar, compartir y a debatir con respeto.

 

miércoles, enero 17, 2024

Mutismo del fiscal Barbosa ante corifeos que llaman al golpe de Estado*

 

Por: Germán Navas Talero y Pablo Ceballos Navas

Editor: Francisco Cristancho R.

Barbosa anda diciendo que se va a dar clases a Estados Unidos, pero ¿qué puede enseñar este hombre que no sea a irrespetar? Salvo que en alguna universidad de Florida estén considerando dar un curso de patanería para jóvenes, no damos crédito a su presunto nuevo trabajo.

Si hablamos de Colombia hay un par de cosas buenas por decir, otro tanto menos favorables y no pocas regulares, porque nuestro país es como el mar semi picado: no tiene olas para surcar a bordo de una tabla de surf, pero tampoco es calmo como para nadar en él. A veces se revuelve y advierte un tsunami para luego volver a su estado regular, aquel que los periodistas con algo de gracia han denominado “tensa calma”. Los pesimistas, sin distinción de postura o ideología, amenazan con que “ya tocamos fondo” cuando quiera que las cosas no resultan como ellos quisieran. Sobre esta última expresión, de uso frecuente desde años ha, el padre de Germán –menos escéptico que su hijo– decía que los barriles sin fondo existían. Todo lo conocido ha pasado en Colombia, sin mayores repercusiones, y de seguro vendrá lo desconocido con iguales consecuencias.

En esta, la ‘más estable’ democracia de América Latina, unos cuantos desocupados que hace años vestían uniformes de la fuerza pública y con cuyas acciones ahora deshonran su pasado, amenazan con un “juicio político” al presidente Petro que lleve a su “destitución” –con la misma opacidad con que los procesan a ellos valiéndose de un fuero que las más de las veces es inmerecido– y que, de fracasar, exigiría una “toma del palacio de Nariño y del Congreso de la República”, es decir, el cese completo y definitivo de las instituciones democráticas que dicen defender. Ante esta amenaza pública y explícita de dar un golpe al gobierno electo por voto popular y que cuenta con el mandato de presidir el Estado hasta el 7 de agosto de 2026, hay un funcionario llamado a pronunciarse que guarda un preocupante silencio, máxime cuando se trata de un hombre afanoso por hacerse escuchar: el señor fiscal general de la Nación.

Y ya que nos referimos a este individuo, es una sandez, una afrenta a su cargo y demostración de su poca finura la expresión del señor fiscal general relativa al Presidente de la República, a quien trató como semejante a Pablo Escobar. Nos contaron que Barbosa anda diciendo que se va a dar clases a Estados Unidos, pero ¿qué puede enseñar este hombre que no sea a irrespetar? Salvo que en alguna universidad de Florida estén considerando dar un curso de patanería para jóvenes, no damos crédito a su presunto nuevo trabajo.

Nos excusamos por la brevedad de esta columna, aún a miles de kilómetros de casa quisimos hacer uso de esta tribuna que generosamente nos han extendido algunos medios para pronunciarnos sobre un hecho que calificamos de la mayor gravedad, confiando en que lleve a ustedes la convicción de que no es un asunto menor y puede tornarse en fait accompli si así lo permitimos.

Adenda: señores periodistas, es dos mil veinticuatro, no “veinte veinticuatro”. Lo ha dicho la Academia de la Lengua y lo ordena la práctica común y el mínimo cuidado por la palabra.

Adenda II: Hoy circula por primera vez el periódico Vida, medio oficial de la Presidencia de la República, «con la convicción de romper con el centralismo y acercar a la población a temas que afectan su vida cotidiana». Desde aquí, invitamos a leerlo.

¡Hasta la próxima!

*Texto originalmente publicado en https://sonoticias0.wordpress.com/ y compartido a la comunidad de La Conversa de Fin de Semana gracias a la generosidad de nuestro aliado, el periodista Otto Hernán Riaño director del portal SONOTICIAS 

Las opiniones de los columnistas son de su exclusiva responsabilidad.  Les invitamos a leer, comentar, compartir y a debatir con respeto.

jueves, enero 11, 2024

No es una película de terror, está sucediendo en vivo y en directo*

 

Por: Hernán Riaño

Por eso; es que lo quieren matar, derrocar y, en últimas, evitar que termine el periodo presidencial o que otro presidente, en el 2.026, de la misma línea, pueda seguir destapando tanto hecho de corrupción, robo y asesinato que ha ocurrido en Colombia.

En año y medio de gobierno se han sabido tantas cosas sobre el actuar de los grupos de poder, económicos, paramilitares, grupos delincuenciales y especialmente de lo que fueron los gobiernos de Álvaro Uribe Vélez y sus sucesores, que le da a uno escalofríos con solo detenerse a analizar cualquiera de las denuncias y noticias (nunca conocidos por los medios tradicionales) producidas en este corto lapso de tiempo.

Muchos de estos hechos ya los había denunciado el mismo Gustavo Petro, cuando fue parlamentario, al igual que otros como Iván Cepeda, Wilson Arias, María José Pizarro y unos pocos parlamentarios consecuentes en ejercicio o que ya no están en el Congreso, que han entendido su responsabilidad con el país, sin detenerse en nimiedades ni intereses particulares. En este mismo sentido se debe resaltar lo hecho por Daniel Mendoza y su serie “Matarife” en la que, sin restarle los méritos de su trabajo ni mucho menos, ordenó cronológicamente la vida y obra de personajes como Uribe, Federico Gutiérrez y muchos otros, basado en informaciones (en la mayoría de los casos de medios de comunicación del poder), de hechos que oscurecieron el panorama del país a tal punto de rebajarlo a un narcoestado, como muchos lo calificaron.  A pesar de que, como dije, estos acontecimientos eran de público conocimiento, a los colombianos pareciera que los miraban como si estuvieran ocurriendo en otro país, o como si fuera una telenovela de las que escribe Gustavo Bolívar.

Hoy, ante los descubrimientos de hechos más graves que todos los días se conocen y por el actuar cada vez más oscuro, cínico y descarado de los que tienen el poder en Colombia, esa modorra de la mayoría de los colombianos espanta más que los hechos en sí; desfalcos, robos, corrupción por doquier, asesinatos, desapariciones, falsos positivos y miles de etcéteras que ocurrieron en los gobiernos desde Pastrana hasta Duque se volvieron tan “normales” que los ciudadanos, o son cómplices, o le dan el beneplácito a estas conductas.

Pero es que las noticias y denuncias no paran: que quieren asesinar al presidente, se conocen audios de líderes de derecha como un directivo de camioneros de Boyacá, que llaman abiertamente a un paro para derrocarlo, que la Corte Constitucional bloquea los actos de gobierno para beneficiar a los pobres, que el Concejo de Estado “tumba” curules de parlamentarios del Pacto Histórico, que la Procuradora pide que se declare inexequible en Plan de Desarrollo, que no pagaron los derechos de los Juegos Panamericanos, que los medios calumnian y entrampan a funcionarios del gobierno, que los empresarios actúan como esclavizadores, que otros empresarios no cumplen con las normas tributarias, que no se sabe dónde está la plata de la ayuda humanitaria para los venezolanos donada por otras naciones, que no se sabe qué pasó con los ingresos del oro que vendió Duque, propiedad de los colombianos, que no se sabe dónde está la plata del déficit que dejó el gobierno anterior, que los entes de control actúan como partidos de oposición, que esos mismos entes no investigan a sus amigos, que la fiscalía oculta expedientes de políticos de extrema derecha especialmente del uribismo, que denuncian a la vicefiscal de presuntos nexos con bandas criminales, que el nuevo gobernador de Antioquia, ad portas de un proceso judicial, quiere instaurar nuevamente los paramilitares en su departamento disfrazados, como lo hizo Uribe, de cooperantes, que la JEP ordenó el arresto de una exgobernadora y otros políticos y militares de relevancia, que Santos evitó que llevaran a los estrados judiciales de Estados Unidos a Uribe dándole inmunidad diplomática, que liberaron a Alex Char con una “jugadita”.

No se sabe cuándo se va a conocer todo lo que ha sucedido y sigue pasando en nuestro país, no se sabe hasta dónde vamos a llegar, lo que sí se sabe es que si no se hubiera elegido este primer gobierno democrático, muchas de esas cosas seguirían en las gavetas de los entes de control o en los escritorios de los directores de noticias de los grandes medios. 

Por eso; es que lo quieren matar, derrocar y, en últimas, evitar que termine el periodo presidencial o que otro presidente, en el 2.026, de la misma línea, pueda seguir destapando tanto hecho de corrupción, robo y asesinato que ha ocurrido en Colombia. Ellos querían que no se supiera, a lo que le temen realmente es a la verdad, a que los colombianos veamos cuál es la verdadera cara de esos que, hoy, se proclaman los “salvadores” de Colombia.  ¿De qué nos quieren salvar? Como reza el dicho: “Tras de ladrón, bufón”, su cinismo es tan grande que no solo ocasionaron la ruina del país, sino que hoy, le echan la culpa al nuevo gobierno de lo que ellos han hecho y que solo ellos nos salvarían de esa catástrofe.

Pero con todo lo destapado en este corto tiempo, pareciera que, estuviéramos asistiendo a una película de horror de esas que hoy están tan de moda y que atrae a las nuevas generaciones, pero no, no es un filme de terror, es la pura realidad sin maquillaje, tan cruel y cruda que pareciera que estuviéramos en una pesadilla sin fin o leyendo una novela de realismo mágico, y lo estamos viviendo en vivo y en directo, sin anestesia. Pero no nos inmutamos, no nos impresiona, no nos importa, es como si no fuera con nosotros, es esa la realidad que nos golpea a cada minuto, pero que no hace despertar a los colombianos, muchos obnubilados por la idolatría que le profesan a Uribe y que no bajan de “dios”.

El reto es unirnos para acabar esta situación de horror, para que las nuevas generaciones tengan un país con otras oportunidades acordes a una nación en paz, y con beneficios para todos y no solo para los pocos que se creen con el derecho divino de mantenernos pobres y esclavizados por toda la vida.

Texto originalmente publicado en SONOTICIAS y compartido con la comunidad de La Conversa de Fin de Semana, gracias a la generosidad de nuestro aliado, el periodista Hernán Riaño, director de dicho portal informativo.

Las opiniones de los columnistas son de su exclusiva responsabilidad.  Les invitamos a leer, comentar, compartir y a debatir con respeto.

lunes, enero 08, 2024

La “inteligencia” de la oposición inteligente y la estupidez de sus seguidores*

 


Por: Hernán Riaño

Porque no es solo la clase media, que por aspirar a ser de “la alta”, está en la tónica de defender al opresor; son personas de una condición muy humilde quienes son los que más los defienden.

Termina un año muy esclarecedor para el país y su futuro, marcado por muchos temas que en otras épocas de nuestra historia ni siquiera conocíamos ni mucho menos se trataban. Dejó en claro muchas cosas, develó muchos secretos muy bien guardados y mostró, crudamente, el cómo se había manejado Colombia y quiénes se habían apoderado de ella sin derecho y a sangre y fuego, literalmente hablando.

En los últimos años se ha informado sobre el despojo de tierras a los campesinos pobres por parte de los terratenientes feudales, usando a los paramilitares para ello. Solo hasta el 2.022, con ayuda de la JEP y el actuar del presente gobierno, empezaron a decantarse esas verdades. Comandantes paramilitares como Mancuso y muchos otros contaron ante los tribunales su forma de actuación y de quienes recibían esas órdenes, además del testimonio de militares activos y en retiro que informaron como era su articulación con los “paras” y el cómo se inventaron los mal llamados falsos positivos para obedecer a un gobierno en específico que quería mostrar resultados con su política de “seguridad democrática”.

El país ya lo sabía, pero por arte y magia de los grandes medios de comunicación, como en una novela de García Márquez, convencieron a los colombianos que eso era una fábula y que aquí no pasaba nada.  Solo con el ejercicio de la Jurisdicción Especial para la Paz, La Comisión de la Verdad, algunos periodistas que, si han investigado los hechos y funcionarios honestos del gobierno liderados por Gustavo Petro, se empezó a armar ese rompecabezas macabro de poder y muerte. Hoy muchos militares y exmilitares están investigados, condenados y en prisión por esas atrocidades. También empezamos a saber de grandes empresarios vinculados y financiadores de esos grupos irregulares, inclusive multinacionales que ya están siendo investigadas y sus ejecutivos citados a rendir cuentas.

Pero eso no es todo, el país comenzó a entender las verdaderas relaciones del poder económico con la postración de la mayoría de los ciudadanos, que, según estadísticas internacionales, al finalizar el gobierno Duque, fuimos clasificados como una de las sociedades más desiguales del mundo, con una pobreza y miseria tal, superada solo por dos o tres países en el globo. Su ambición ha llegado a puntos que harían sonrojar a ricos de otros países. Agravado, en la mayoría de los grandes capitales, por su vinculación directa o indirecta al accionar del gobierno de Álvaro Uribe Vélez y sus sucesores.

Empezamos a saber del por qué les arrebataron los derechos a los colombianos, como la salud, el trabajo decente, las pensiones, la participación decisoria y tantos otros de los que gozan ciudadanos de otros países, inclusive cercanos al nuestro. Empezamos a entender que es “democracia”, aunque falta muchísimo para ser realmente conscientes de ese concepto, esa forma de vida y aplicarlo en Colombia; esa es una tarea ardua y dispendiosa que durará varias generaciones. Limpiar la mente de muchos compatriotas de ese gen feudal que se ha apoderado de su ser agravado por la tendencia a permitir y hasta a participar en cosas non santas, es algo que nos llevará mucho tiempo e inversión de recursos de todo tipo.

También vimos muchos líderes, periodistas y miembros del poder legislativo, que aprovechando el “boom” del estallido social, se camuflaron en la esquina progresista, pero no fue, sino que les dieran la oportunidad y pelaron el cobre poniéndose del lado al que verdaderamente pertenecen: la extrema derecha.

Conocimos todo tipo de “profetas del apocalipsis” que predijeron que con Petro el país sería como Venezuela, que muchos se irían del país, que los empresarios sacarían sus capitales para trasladar sus negocios a otras naciones, que, en síntesis, el país se derrumbaría, como si con los gobiernos uribistas estuviéramos igual a los países nórdicos o Suiza. Más que una profecía era un deseo personal; que Petro no hiciera las cosas bien para concluir que el progresismo no sabe gobernar y que solo ellos lo hacen, porque tienen el designio de dios para ello.

Empresarios que les mienten descaradamente a los colombianos, como los de las gaseosas, que a sabiendas de los pésimos efectos para la salud de esos productos, usan periodistas y sus medios, contratan “expertos” para que nos digan que esos efectos son mínimos, ignorando los estudios científicos mundiales que existen al respecto, solo para nombrar un ejemplo.

Ante las reformas supimos que la extrema derecha y los empresarios no tienen argumentos para mantener las cosas tal y como están; las EPS no son eficientes, están quebradas y han desangrado al país por  mucho tiempo, que los fondos de pensiones usan el dinero para enriquecer a sus dueños y cantidad de negocios privados que los ricos hacen con dinero público y por eso usan todos los medios posibles, legales o ilegales para mantener las cosas como están, a costa de la salud y la calidad de vida de los colombianos. Los argumentos se convirtieron en ataques personales a los funcionarios que las adelantan, tratando de deslegitimar su idoneidad y experiencia, hasta en su vida privada se han metido para desviar la atención de lo beneficiosas que son para los colombianos.

En todo esto, los grandes medios de comunicación de propiedad de grandes “cacaos” han jugado un papel muy importante, impulsados por la maledicencia de sus periodistas, que en esto son unos expertos, los “malos hígados” de todos ellos, muchos y muchas vinculados(as) a negocios non santos o a empresarios que los hacen, han demostrado una capacidad enorme de mentir, calumniar, inventar, entrampar para favorecer a sus patrones y a ellos en particular.

Este ha sido un año muy especial en el que hemos visto cosas que no se habían vivido en nuestro país. Nació algo muy raro llamado la “oposición inteligente”, pero que, de eso nada, no piensan, no raciocinan, no investigan, no razonan, no leen, no argumentan, solo salen en esos medios o en las tribunas o pasillos del Congreso a vociferar y gritar, como si con ofensas y alaridos pueden demostrar que tienen la razón. A senadores y representantes les han demostrado que no leen las reformas que no saben de qué se trata, en últimas que sus intereses son otros muy diferentes a garantizar una calidad de vida a los colombianos. Pero ni se sonrojan, pareciera que no “caen en cuenta” de que la embarraron, que hicieron el oso. ¿O será que esa inteligencia que pregonan no es tal, sino que el cerebro no les da para más? ¿Será qué solo los mueve las ansias de poder y de riqueza? O, en últimas, no les importa quedar mal porque saben que no pasará nada.

El cuadro se completa con una gran cantidad de colombianos estúpidos que son capaces de vender hasta a la propia madre con tal de mantener a Uribe y la extrema derecha en el poder. He visto estudios que tratan de explicar el cómo, un pobre que no tiene nada prefiere defender, a quien lo ha dejado en esa miseria; en vez de unirse a sus pares y luchar por una vida mejor. Pero el caso colombiano es de antología, vendedores ambulantes, campesinos miserables, gente que no tiene ni para comer dos veces al día, engrosando las filas de defensores y "apoyadores" de la extrema derecha, porque no es solo la clase media, que por aspirar a ser de “la alta”, está en la tónica de defender al opresor; son personas de una condición muy humilde quienes son los que más los defienden. Por eso traigo a colación esta frase: El enemigo del pobre es otro pobre que se cree rico. Además, atacan sin piedad a quienes, si piensan, dan argumentos y defienden la posibilidad de un mejor país. No se cansan de demostrar su ignorancia y estupidez.

¿Cómo se le puede llamar a esa actitud tan irracional? ¿Cómo se les puede hacer caer en cuenta de la realidad? Trabajo difícil para sociólogos, antropólogos y científicos de las ciencias sociales. La realidad es que son ellos los culpables de lo que ha sucedido con los gobiernos de los últimos 30 años, del estado en que Petro recibió al país y de la feroz oposición que le hacen.

NOTA ACLARATORIA: La RAE define la estupidez de la siguiente forma (1), tomado textualmente:

De estúpido y -ez.

f. Torpeza notable en comprender las cosas.

f. Dicho o hecho propio de un estúpido.

Sin.: idiotez, tontería, imbecilidad, bobería, sandez, memez, necedad, simpleza, tontada, cojudez.

Ant.: inteligencia, agudeza, perspicacia, sagacidad.

*Texto originalmente publicado en SoNoticias – Periodismo verídico para proporcionar elementos para la creación de conceptos propios (wordpress.com)

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viernes, enero 05, 2024

ROBO PANAMERICANO *

 ¡Qué Juegos Panamericanos ni que mondá!

 Por: Felipe Priast.

La premisa es: ningún contrato en donde estén involucrados los Char, es honesto o legítimo.

Partiendo de esa base, hay que darle las gracias a Petro (o a la supuesta ineptitud de su ministra del deporte) por esos Juegos Panamericanos que se perdieron. Unos juegos de $500 millones de dólares en manos de los Char es como soltarle un contenedor de "Bom Bom Bum" a un curso de prekínder: se iban a robar al menos la mitad, eso para no decir que se iban a llevar toda la gloria, lo cual hubiese sido como añadir insulto al daño, lo cual ya era mucho.

Ahora, Petro, inteligentemente, mató esa vaina, también para joder a esos lavadores inmundos de los Char que están a "dos Doritos" de ser extraditados por traquetos de los carteles mexicanos, eso para no hablar del agravio causado por los Char sobre su hija y sobre él mismo en los partidos de la Selección Colombia en Barranquilla; y más recientemente, en escenarios taurinos.

 ¿A cuenta de qué iba Petro a financiar unos juegos para que la gloria se la lleven sus enemigos? Los argentinos tienen un dicho: “Calentar el mate para que se lo tome otro”, así, igualito.

Habiendo dicho todo esto, esos juegos panamericanos estaban torcidos desde el inicio.

Que dizque no fue la asamblea la que escogió a Barranquilla, sino que fue una decisión “ejecutiva”. ¡Éche!, ¿cómo así? Eso a lo que huele es a que los Char sobornaron a alguien por ahí para ganarse esos juegos, y ensillaron al gobierno de Iván Duque y al de Petro con esos juegos de manera arbitraria.

Ahora, Duque se montó en ese tren porque no le podía decir que no a los Char, a quienes les debía su elección por el cuento de la “Ñeñe Política”, y quizá también porque Duque está untado en el cuento de la facilitada de los puertos para el tráfico de estupefacientes de la Organización del Mayo Zambada. A ese cuento de que los Char fueron los que torcieron los puertos para la salida de droga de los cárteles mexicanos le falta un pedazo, y ese pedazo es el rol de Duque en ese esquema, pues los puertos son supervisados por el Estado, no por un político en particular, y torcer esos puertos requería del poder ejecutivo.

Entonces, Duque accedió a la vaina de los Juegos Panamericanos porque estaba comiendo del billete que generaban los Char con ese cruce. Pero lo que no puso fue el billete. Le dejó todo firmado a Petro para que este hiciera el desembolso. En otras palabras, esos Juegos obtenidos corruptamente fueron una granada con temporizador que le dejó Duque a Petro, quien no es ningún estúpido y vio por donde venían los tiros. Ahí es cuando yo creo que Petro maniobró para no pagar la cuota y así matar esos juegos de mierda.

Y seamos honestos: un país pobre como el nuestro con un presupuesto de $1 billón anual para deporte, ¿en realidad se iba a gastar $2 billones de pesos en esos juegos para que los Char y sus asociados se robaran la mitad?

¡Tú me tienes que estar jodiendo! ¡Bien muertos están esos juegos y ojalá no los revivan con nada!

 ¡Qué los organicen en otra parte, Colombia, y este gobierno de izquierda, tiene otras prioridades!

A mí lo que me da risa son las ambiciones de grandeza de los barranquilleros. Que Fórmula 1, que Juegos Panamericanos, que estatua gigante de Shakira. Es todo un velo de “grandiosismo” para robar. Los Char le están vendiendo milagros y eventos fastuosos a los barranquilleros para robar y lavar a lo perro. Toda la economía de Barranquilla es un lavadero asqueroso, toda la ciudad funciona con base al narcotráfico y el lavado de activos. Nada más hay que ver cómo ha crecido la construcción en Barranquilla en los últimos 30 años. Ha sido todo con dinero sucio o de dudosa procedencia. Es una ciudad narca al 100% y los capos de este “cartel” son los Char.

Barranquilla está en la misma situación que estaba Cali en los 90s. con los Rodríguez Orejuela.  Y a los que reclaman que porque Petro esto, o Petro lo otro, más bien cállense la puta boca.

 ¡A Dios gracias! Petro, mató esos juegos que no iban sino a servir para que los Char y su maquinaria de amigos y contratistas corruptos se robara la mitad y la lavara…

Loco, confórmense en Barranquilla con organizar el “Campeonato Nacional de Chequita”, porque las finanzas de Barranquilla no dan para más….  ¡Qué Juegos Panamericanos ni que mondá!

Eso lo que iba a ser era un “Robo Panamericano”.

Gracias Presidente Petro por proteger esos $500 millones de dólares…Y los Char que se coman un contenedor repleto de cotopla... ¡turcos traquetos de mierda! 

*Texto tomado del Grupo: Seminario Taller de Periodismo Alternativo y Contrahegemónico 

martes, diciembre 19, 2023

TransMilenio vence el temor a una condena por falsedad y fraude procesal*

 

Por: Germán Navas Talero y Pablo Ceballos Navas

Editor: Francisco Cristancho R.

La mejor dieta no es la parlamentaria sino la de la mesura.

Estuvimos preguntando a algunos conocidos boyacenses qué saben de los Ramírez: nos dijeron que son conservadores, lo cual es problema de ellos; que siempre han hecho plata con la política y que el papá se alió con alias “Mi Sangre” y “El Doctor” –connotados delincuentes, el uno paramilitar y el otro narco– y puso a disposición de estos su curul y su tiempo, como quedó acreditado con las horas de conversaciones que interceptó la Fiscalía entre el congresista y sus patrones

La obsesión de los alcaldes de Bogotá por el TransMilenio es rayana en un trastorno clínico: incluso antes de posesionarse, el alcalde electo ocupa sus primeras reuniones en garantizar la pervivencia del modelo económico del sistema, cuyo fracaso se ha probado y demostrado. Una de las primeras decisiones que deberá tomar Carlos Fernando Galán a su llegada al Palacio Liévano es si incrementa o no la tarifa del sistema de transporte. Los enterados especulan sobre un aumento entre el diez y el veinte por ciento, llevando el valor del boleto a alrededor de 3.200 pesos. Al margen de la discusión sobre su conveniencia y oportunidad, es preciso recordar que el ciudadano no paga la tarifa completa de su viaje pues este es subsidiado en porción importante con recursos públicos del orden de los 2.7 billones de pesos en la última vigencia fiscal. Y, aun así, prácticamente sostenido con el dinero de los contribuyentes, el modelo concesionado no logra llegar a números verdes. Los bogotanos recordarán que tan solo hace unos meses los operadores y su gerente (también pagado con recursos públicos) amenazaron con el cese de operaciones si el gobierno nacional no entregaba aún más plata para cubrir el que ellos llaman “déficit” y que, aunque semánticamente parecidos, realmente se debe a un defecto muy conveniente para ellos en la estructuración del negocio.

Hemos sabido que ante un juzgado municipal de Bogotá se adelanta una actuación penal en contra de funcionarios del Instituto de Desarrollo Urbano y de Catastro Distrital con ocasión de una acusación promovida por la Fiscalía por los delitos de falsedad ideológica en documento público y fraude procesal, cometidos durante la fiebre de la alcaldesa por la expropiación de bienes privados para la construcción de troncales de TransMilenio. Vemos con satisfacción que las protestas ciudadanas y los reclamos por las constantes intimidaciones y abusos de la administración distrital han sido atendidas por el ente acusador y están siendo dirimidas en una corte de derecho. Sin desmedro de lo anterior, hemos de advertir que incluso con causa penal a bordo los que siempre ganan siguen ganando: si se expropia y se derrumba lo suficiente antes de perder el poder, quien ha de sucederlo(a) no tiene alternativa distinta a seguir el curso de su predecesor(a) o de lo contrario se expone al detrimento patrimonial del Estado. Lo cierto es que cualquier bogotano debe preocuparse cuando vea a un funcionario distrital siquiera avistando su domicilio a la distancia, pues si tienen en mente pasar buses por encima de su casa o edificio no habrá tuitiva que valga. Dicho de otra forma, puesto el ojo, ordenada la expropiación.

–Pasando a otro tema– Estos son buenos días para la administración de justicia: la Sala de Instrucción de la Corte Suprema de Justicia no se deja entretener en novenas ni baja la marcha en la víspera de la vacancia y por ello actuó sin demora ante la presencia de indicios graves de ideación, organización y dirección de un “entramado criminal” por cuenta del senador del Centro Democrático, Ciro Alejandro Ramírez. Si Ciro leyera esto hoy, lo haría desde una celda de la cárcel La Picota, establecimiento en el que estará recluido por un buen tiempo durante el cual el país se tendrá que privar de sus excelsos análisis económicos por los que algunos lo tenían como uno de los ‘buenos’ de la bancada uribista. Por lo visto Ciro Alejandro no solo lleva el apellido de su papá sino también su inri en materia penal. Estuvimos preguntando a algunos conocidos boyacenses qué saben de los Ramírez: nos dijeron que son conservadores, lo cual es problema de ellos; que siempre han hecho plata con la política y que el papá se alió con alias “Mi Sangre” y “El Doctor” –connotados delincuentes, el uno paramilitar y el otro narco– y puso a disposición de estos su curul y su tiempo, como quedó acreditado con las horas de conversaciones que interceptó la Fiscalía entre el congresista y sus patrones, a quienes habría convencido de ser “la puerta de entrada al Congreso”.

Los que han estado pendientes de la reforma laboral están contentos de que el recargo nocturno vuelve al comienzo de la noche mientras avanza el trámite de los demás artículos en el Congreso. Aunque haya asalariados que denostan del proyecto, que no es otra cosa que restituir los derechos globalmente reconocidos a los trabajadores y que en Colombia fueron cesados bajo la promesa de más y mejor empleo que jamás se hizo realidad, no son pocos los ciudadanos que celebraron este triunfo en el debate sobre la reforma.

En otra oportuna decisión de la justicia, esta semana un juez de la República condenó a cuarenta años de prisión al policía que torturó y asesinó a Javier Ordóñez en un grotesco caso de abuso policial que encendió las calles por haber quedado registrado en video. Esperamos que con la misma eficacia y seriedad sean decididas las causas abiertas con ocasión de los excesos en el uso de la fuerza que siguieron a la publicación del video de la tortura a Ordóñez y que concluyeron en al menos once homicidios extrajudiciales.

Adenda: los que están de plácemes con la llegada del nuevo año son los gastroenterólogos y los nutricionistas que atenderán los excesos de diciembre. A todos nuestros lectores les deseamos una feliz Navidad.

Adenda dos: un internauta nos recuerda este titular del 25 de febrero de 2023 publicado en Infobae: “Claudia López sería investigada por gastar un billón de pesos en publicidad”. ¿Qué será de eso? Averiguaremos.

Texto publicado originalmente en https://sonoticias0.wordpress.com/ y compartido con la comunidad de La Conversa de Fin de Semana gracias a la generosidad de nuestro aliado, el periodista Hernán Riaño, director de Sonoticias

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martes, diciembre 12, 2023

De cóndores y carruseles*

Por: Germán Navas Talero y Pablo Ceballos Navas

Editor: Francisco Cristancho R.

Imaginen ustedes, si un decreto del gobierno que dio cumplimiento a una orden del Consejo de Estado armó semejante zaperoco entre los congresistas, ¿cómo recibirán la propuesta de despenalizar por completo el uso de la marihuana?

Un diario capitalino abre su edición sabatina con el titular “Cóndores no vuelan todos los días”, expresión que nos hizo recordar una obra de antaño llamada “Cóndores no entierran todos los días”. A diferencia de aquella, esta no se refería al pájaro majestuoso que surca los Andes, sino a los pajarracos; término que precedió a la apócope ‘paraco’, pero que se refería a lo mismo: sujetos que mataban por negocio y, para justificarse, decían tener alguna ideología retardataria. En Tuluá –municipio en donde se desarrolla la obra– Germán recuerda que los visitantes eran recibidos por un aviso que se leía “ha llegado usted a Tuluá, remanso de paz, corazón del Valle”, al que algún estudiante agregó “nido de pájaros”. Solo podemos imaginar la confusión que producía para la época la palabra pájaro, pues uno no sabría a ciencia cierta si debía cuidar de él o cuidarse de él.

Vemos con preocupación que este municipio, a noventa minutos en carro de Cali, no se ha librado del yugo de los delincuentes: durante la campaña electoral fue asesinado un parapentista que desde el cielo hacía proselitismo en favor de un candidato aparentemente odiado por los narcos, candidato que tampoco pudo hacer campaña pues –según cuenta la prensa– los criminales le tenían vedado abandonar su residencia. En el municipio pocos saben lo que ocurre y cada vez son menos quienes se atreven a reportar la escalada narcoparamilitar que se tomó el municipio: no queda ni una emisora local, puesto que sus directores y reporteros tuvieron que abandonar –con la mejor de las suertes– el oficio, mientras que otros con menos suerte se vieron forzados al desarraigo e incluso al exilio.

Las amenazas se entreveran y son tantos grupos delincuenciales –o al menos así se quieren presentar– que es difícil llevar registro de todas las intimidaciones y ataques a la población civil. Bien lo resume el periodista Robert Posada en entrevista con El País (de España, por supuesto, pues aunque el tema les sea más próximo seguro que no interesa a los editores y nuevos propietarios del homónimo de Cali): “casi que por cada alimento hay un cartel”.

Las cosas no están bien en Latinoamérica y advierten empeorar: una guerra en ciernes entre Venezuela y Guyana, y un golpe de Estado en curso en Guatemala. A buena hora el presidente Petro manifiesta su voz de protesta y convoca a los líderes de la región para rodear a Bernardo Arévalo, presidente electo del país centroamericano y a quien una muy corrupta e igualmente organizada clase política pretende cesar antes de jurar el cargo. Además de las reminiscencias que saltan a la vista, la ruptura del proceso democrático en Guatemala –unido al régimen autocrático de Bukele en el vecino Salvador– pone en grave riesgo la estabilidad de la región y nos retrotrae a la época de dictaduras, represiones y censuras. Ojalá el pueblo guatemalteco y el concierto internacional detengan este intento de subrogar la voluntad popular y dejen en evidencia a la camarilla que con el apoyo del narcotráfico gestó y ahora impulsa el golpe.

Volviendo al terruño, publica El Espectador en su edición del sábado un reportaje sobre el estado de la seguridad en Bogotá tras cuatro años de gobierno de Claudia López. Los entendidos en la materia coinciden en que se fue al traste, igual que la movilidad, la limpieza y el bienestar de los ciudadanos. Todo lo malo aumentó, incluso los negocios para los implicados en el carrusel de la contratación, que volvieron al ruedo –¿o al carrusel? – con la alcaldesa cuidadora, quien supo protegerlos con contratos por el orden de los 35.000 millones de pesos, según denuncia del concejal Diego Cancino. Nos unimos al mensaje de Daniel Coronell en su reporte de La W: hará falta la voz crítica de Cancino en el Concejo de Bogotá, pues se requiere coraje y convicción para enfrentarse a una integrante de su propio partido y máxime al considerar que su oposición a esta pudo costarle la reelección, pues como lo cuenta Carlos Carrillo, la alcaldesa tenía favoritos en el cabildo distrital e hizo de madrina para garantizarles la curul en el siguiente periodo. Para evitar fútiles indignaciones, por madrina nos referimos a la cuarta acepción del término en el diccionario general de la lengua española de la editorial Larousse, que se lee: “[m]ujer que protege o ayuda a una persona, en especial en su vida profesional, o que da su ayuda, apoyo o protección, especialmente económica, para el desarrollo de un proyecto o una actividad.”

Adenda: un amigo nos daba su definición de la depresión como el estado anímico de la mayoría un lunes a las diez de la mañana sin cinco en el bolsillo y con cuentas por pagar. Razón no le falta y su sapiencia deviene especialmente valiosa en estas semanas de excesos.

Adenda dos: el Congreso de la República, uno de los peores en las últimas décadas, aún no se pone de acuerdo en una fecha para dar trámite al proyecto de ley que busca la legalización del cannabis para uso adulto. Imaginen ustedes, si un decreto del gobierno que dio cumplimiento a una orden del Consejo de Estado armó semejante zaperoco entre los congresistas, ¿cómo recibirán la propuesta de despenalizar por completo el uso de la marihuana?

*Texto publicado originalmente en https://sonoticias0.wordpress.com/ y compartido a la comunidad de La Conversa de Fin de Semana, gracias a la generosidad de nuestro aliado, el periodista Hernán Riaño

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