Foto: Portal El Pais de España |
En el acostumbrado ejercicio periodístico capitalino
de priorizar las noticias, en función de la importancia económica o farandulera
que tengan; los colombianos pudimos constatar con altas cuotas de indignación,
cómo, toda la prensa privada de Bogotá le dedicó páginas y tiempo, en primer
lugar, a la justicia espectáculo del Fiscal Barbosa, en su libreto de Sherlock
Holmes criollo, capaz de resolver en tiempo récord, el asesinato de un afamado
estilista de las estrellas de los canales de televisión y en segundo lugar; a centrar la atención de la opinión pública
nacional, alrededor de la situación de guerra en la frontera con Venezuela,
objetivo de la demagogia internacional del uribismo, pero sobre todo, de gran
interés para la industria del petróleo y del contrabando.
Preocupa que la matriz informativa de los
poderosos medios privados de comunicación, siga encasillada en el morbo
amarillista de las notas de farándula y de baranda judicial, en tanto que la
crisis humanitaria, ocasionada por el empecinamiento de la dirigencia
colombiana en hacer trizas el proceso de paz con la ex guerrilla de las FARC-EP,
sigue cobrando víctimas, ya no en términos de días, sino de horas. Las muertes
de lideres y lideresas sociales, incluidas las del niño Breiner Cucuñame y de
Albeiro Camayo , ambos guardias indígenas del pueblo Nasa, ambos protectores de
los DD.HH. y del medio ambiente en el norte
del Cauca, aún siguen esperando un mínimo de atención de estos medios de
comunicación, pero, sobre todo, de la sociedad colombiana, perdida en la matriz
mentirosa de la polarización política, gestada por el terrorismo mediático de
la derecha colombiana, que insiste en el miedo como estrategia electoral.
En este escenario de las pos verdades creadas y
gestionadas por el mercadeo político de las campañas electorales, la vida, la
paz, la verdad, la justicia y la equidad, siguen relegadas a ser asuntos
incómodos que no concitan la atención del posible elector, como sí lo hacen, el
insulto, el terrorismo electoral, el engaño, las promesas alucinantes, el baile
de Tik Tok, o asumir una superioridad moral, declarándose de centro y anti
polarizador.
El miedo a Petro, al castro chavismo, a volvernos
como Venezuela, Cuba y ahora último a Rusia (¿?), vuelven a hacer parte de la
estrategia de miedo acordada y emprendida, una vez más por el uribismo y sus
partidos aliados. A punta de inundar los noticieros, programas y páginas de
opinión de todos los portales de los medios privados de comunicación, con
señalamientos de oscuras relaciones entre grupos armados ilegales, los
vándalos, las primeras líneas de las protestas, con los partidos y movimientos
opuestos al actual gobierno nacional; una vez más, la derecha colombiana y sus
patrocinadores, intentan convencer al muy desinformado elector promedio, de la
necesidad de elegir congresistas y presidente de mano firme y corazón grande,
así no se llamen Álvaro Uribe, lo importante es que se ataje a Petro o a quien
lo represente o se le parezca.
La Paz y la vida, no son los temas sobre los que giren las propuestas de los aspirantes a ser congresistas o a ser presidente y vicepresidente de Colombia, si acaso, se mencionan como parte de los llamados eslóganes de campaña, o para diferenciarse del rival de turno, si éste o ésta no lo hacen primero. Salvo las alusiones que, sobre el tema de la paz, han hecho los partidos y movimientos aglutinados en el Pacto Histórico y las del Candidato a senado Humberto de la Calle; estos temas parecen carecer de importancia en las agendas programáticas y electorales de las campañas políticas para las elecciones 2022.
Imagen Portal Proclama del Cauca
Hace algún tiempo, este servidor, junto con personas
de otras ciudades de Colombia, suscribimos el documento: Carta
abierta a todos los partidos y movimientos políticos de Colombia. HASTA QUE
AMEMOS LA VIDA. (ver: Carta
abierta a todos los partidos políticos de Colombia (proclamadelcauca.com)),
en el que le pedíamos a los aspirantes a congresistas y presidencia de
Colombia; poner en el centro de la agenda de sus campañas; los temas de la
defensa de la Vida, los territorios, el cumplimiento del Acuerdo de Paz con las
FARC-EP y la salida negociada a la actual conflictividad armada. Gracias a la
colaboración de varios medios independientes, tanto de Santander de Quilichao,
como de Bogotá, el documento pudo ser público, sin embargo; ninguno de los
movimientos, partidos o candidatos, a quienes se les hizo llegar el documento, se
tomó la delicadeza de al menos; acusar recibo del mismo, mucho menos de
considerarlo y ponerlo en sus agendas.
Quienes suscribimos el mencionado documento y creemos
que millones de colombianos más, seguimos convencidos de la necesidad de poner
la Vida y la Paz, como centro de atención del ejercicio político del próximo
gobierno nacional y de la agenda legislativa del nuevo congreso. Seguimos
creyendo que ya es tiempo de parar las masacres, el terror, la violencia, el
odio y la intolerancia, que, durante más de doscientos años, se han convertido
en el quehacer de la sociedad colombiana y sus dirigentes.
Una vez más, invito a quien lea estas líneas, a
que nos juntemos para demandar de la clase política y empresarial de Colombia,
que se pongan serios y nos ayuden a parar esta matanza, este abandono, esta
violencia, empezando por el clientelismo, el abuso del poder, la exclusión y la
delincuencia; reunidos todos en el cáncer de la corrupción.
¡ojo! Candidatas y candidatos: La Paz y la Vida
también dan votos.