Por: Juan David García
El pasado
lunes 13 de febrero, el gobierno nacional de Colombia, en cabeza de Gustavo
Petro, por medio de la ministra de salud, Carolina Corcho, presentó la
anunciada y polémica Reforma de la salud. Este proyecto de ley pretende
transformar importantes cuestiones sobre las EPS, los hospitales y en términos
generales, el sistema de salud que se ha estado manejando en el país desde 1993
en el marco de la famosa ley 100.
Registro de jornada de apoyo a la Reforma a la Salud. Tomada de Presidencia de Colombia @infopresidencia |
Este
proyecto de ley plantea un cambio significativo para la salud, puesto que en
gran medida, buena parte de la sociedad especula sobre la desaparición de las
EPS y un manejo administrativo y ejecutor
desde lo público, hecho que se ha convertido en una de las principales
controversias planteadas desde la oposición, expresada como reclamo por la
supuesta desaparición de las EPS por
falta de financiamiento por parte del Gobierno y el manejo que le podría
dar a la salud la clase política regional y local.
Sin
embargo, Petro ha aclarado las dudas con respecto a estos temas. Las razones
que da el presidente para este cambio parten desde las deudas de las EPS, que
ascienden hasta los 23 billones de pesos. Un déficit que no solo tienen las EPS
activas, sino que 7 billones de pesos corresponden a entidades que fueron o
están siendo liquidadas. Así mismo el gobierno señala que las EPS seguirán en
funcionamiento. Cabe aclarar que no se
crearán más de estas instituciones de la salud. También se deja en claro, que
el objetivo de esta reforma es volver a la salud un tema estatal. Por este
motivo, se anuncia la creación de Centros de Atención Primaria (CAP), los cuales tendrán prioridad sobre las EPS.
No se debe hablar de un retroceso, sino de una manera diferente de prestar un servicio que es vital para todos los habitantes y lo que se busca es que el déficit monetario en la salud deje de existir.
La
presentación de esta reforma de la salud aclara varias de las cuestiones e
inquietudes que se tenían sobre este tema, no obstante, también deja algunas
incógnitas y preguntas a futuro. La creación y planeación de las CAP nos deja
entrever que el Gobierno no quiere que exista un intermediario en los recursos
destinados para la salud, pero tampoco manifiesta claramente que pasará con las
EPS (empresa privada) en unos años.
Las ideas
ambiciosas de Petro en torno al sistema de salud colombiano dejan, sin embargo,
más incógnitas que proyecciones a futuro. En primera medida, la decisión sobre
el control de dineros que administren los gobernadores y/o alcaldes, no toma en
cuenta las múltiples investigaciones sobre la corrupción en el país,
especialmente en las entidades territoriales; un tema espinoso que se ha dado
por mucho tiempo en Colombia y que no da seguridad a la sociedad, sobre todo si
se habla de distribución de dineros públicos.
De igual
manera la puesta en funcionamiento de estos espacios de atención, también
plantean algunos interrogantes, puesto que, aunque la idea en papel esté
planteada, el financiamiento, el territorio y los profesionales de la salud necesarios
para materializar esta nueva red, siempre han sido temas difíciles de tratar en
el país.
También resulta necesario mencionar el hecho de que las EPS conforman un sistema mayoritariamente privado que funciona desde 1993 y que, aunque tiene deficiencias en la atención al público, también ha presentado aspectos positivos como su cobertura y funcionalidad a través de los años, tal y como lo señala una cifra de 97% de cobertura que tiene en el país. Si se toman en cuenta estos dos puntos como eje principal de evaluación, es posible creer que los colombianos podrían llegar a sentir que la reforma de salud que propone el gobierno de Petro es un cambio muy radical.
Sin
embargo, en palabras del gobierno de Colombia, no se debe hablar de un
retroceso, sino de una manera diferente de prestar un servicio que es vital
para todos los habitantes y lo que se busca es que el déficit monetario en la
salud deje de existir. Ahora, se espera que se perfeccione el sistema, pero
también, que se brinde una certeza en cuanto a los dineros que se distribuyen
para la salud.
¿La
reforma de salud del presidente Gustavo Petro podría ser considerada como un
retroceso para Colombia? Aunque aún no es posible tener una respuesta
definitiva, lo cierto es que esta pregunta es uno de los temas por los cuales
miles de colombianos han salido a marchar esta semana; algunos en contra, otros
a favor.