LA VITRINA DE LA CONVERSA

viernes, diciembre 12, 2025

EMQUILICHAO: Una empresa pública en la encrucijada

 

Por: Omar Orlando Tovar Troches -ottroz69@gmail.com-

Se espera que la gestión del nuevo gerente sea eficiente, transparente y comprometida con la defensa de lo público, para restaurar la salud financiera y operativa de Emquilichao, garantizando tarifas justas y un servicio digno a la ciudadanía.

En Santander de Quilichao, al norte del departamento del Cauca, se libra una batalla silenciosa pero decisiva por el control de uno de sus patrimonios colectivos más preciados: la Empresa Municipal de Acueducto, Alcantarillado y Aseo, Emquilichao. Su historia reciente es un reflejo micro cósmico de un proceso nacional de desgaste y acecho a lo público, iniciado décadas atrás bajo el paradigma neoliberal del expresidente César Gaviria. 

Paradójicamente, es este legado político, del cual ha bebido el grupo hegemónico que ha dirigido el municipio por cerca de veinte años, el que ha sometido a la empresa a un paulatino marchitamiento. Administración tras administración, incluida la actual, se ha observado una gestión caracterizada más por la omisión, la falta de inversión en mantenimiento y la opacidad, que por un compromiso genuino con su fortalecimiento. Este escenario ha alimentado la sospecha fundada de un plan de ahogamiento financiero y técnico, preludio clásico de una privatización que transferiría un servicio vital a manos de intereses particulares, en detrimento de la soberanía municipal y los bolsillos de los quilichagüeños. (Ver: ¿Avanza la privatización de Emquilichao? - ¿Quién hundió a Emquilichao? Crisis fabricada, culpables y responsabilidades)

Frente a este panorama desalentador, el nombramiento de un nuevo gerente para Emquilichao se erige como un faro de expectativa colectiva. La comunidad, hastiada del incremento en las facturas por el servicio, falta de equipos, procesos internos ineficientes y del gravísimo problema ambiental del “basuro” a cielo abierto, deposita en esta decisión la esperanza de un giro radical. Los anhelos son concretos y urgentes: una gestión que priorice el oportuno mantenimiento de la infraestructura, que modernice los sistemas, implemente soluciones definitivas y ambientalmente sostenibles para la disposición final de residuos y optimice la eficiencia en todos sus frentes. 

El objetivo final de esta nueva gerencia debe ser claro: que esta mejora operativa y administrativa se traduzca en un beneficio directo para el usuario, reflejado en la disminución de tarifas injustamente elevadas para un servicio que no ha sido óptimo. Esta no puede ser una gestión de escritorio o confinada a los recintos opacos de una Junta Directiva que, en sus sucesivas versiones, ha demostrado una gris e ineficaz complicidad con la decadencia. Lamentablemente, el Concejo Municipal, órgano natural de vigilancia y control político, da la impresión de haberse convertido en un ente complaciente, reducido en la práctica a un mero comité de aplausos, con contadas y valiosas excepciones que, en el pasado, pusieron al descubierto las intenciones privatizadoras del grupo político que ha gobernado y gobierna a Quilichao.

Es en este contexto de desconfianza institucional donde recae una responsabilidad histórica sobre los hombros del nuevo gerente. Reconocemos públicamente su inexperiencia previa en la administración pública, lo cual, lejos de ser solo un desafío, puede ser también una oportunidad para abordar los problemas con frescura y libre de ataduras con los grupos de interés que han asfixiado a la empresa. 

De él se espera, ante todo, una gestión eficiente, eficaz y transparente. Su misión fundamental es retornar a Emquilichao a unas condiciones financieras y técnicas saludables, donde las tarifas sean justas y la atención al ciudadano, digna. Su compromiso debe ser inquebrantable con lo público. Por ello, es imperativo hacer un llamado explícito: si durante su gestión el actual Alcalde, o cualquier poder fáctico vinculado al Gavirismo local, sucumbe a la tentación de impulsar la privatización de la empresa para favorecer intereses particulares (siguiendo un guion ya visto en obras como el Hospital Regional), la ciudadanía espera que el gerente sea el primero en denunciarlo públicamente y, si es necesario, hacerse a un lado en un acto de coherencia suprema en defensa del patrimonio público.

Dada la evidente falta de disposición y capacidad de vigilancia por parte de una Junta Directiva desdibujada y un Concejo Municipal complaciente, el llamado final es a la acción ciudadana organizada. Los sindicatos de Emquilichao, como guardianes naturales del trabajo digno y del servicio público y toda la ciudadanía quilichagüeña, deben asumir el rol de veedores permanentes. La supervivencia de Emquilichao como empresa pública y eficiente no puede depender de la voluntad de unos pocos en cargos directivos. 

Exigir rendición de cuentas claras, asistir a los espacios de participación y vigilar cada decisión, es ahora un deber cívico. La empresa es de todos y solo la vigilancia colectiva y activa podrá defenderla de su peor enemigo: la indiferencia. El nuevo gerente tiene la palabra, pero la tarea de salvaguardar este bien común es, irrevocablemente, de toda la ciudadanía.


martes, noviembre 25, 2025

Silencio asesino, o la no humanidad*

 


Por Hernán Riaño

“Estados Unidos es el mundo, Yo dirijo al país y al mundo, Yo soy el presidente y tengo derecho a hacer lo que yo quiera”. Donald Trump

Ante las agresiones cometidas en los últimos dos años en Palestina y desde hace algunas semanas en el caribe, en las que han muerto muchos seres humanos de todas las edades, en Gaza especialmente niños(as), a los que declaró enemigos el régimen de Netanyahu, solo por ser palestinos, a los que les ha aplicado todas las tácticas de muerte fascistas, desde las bombas, pasando por las balas y hasta, la más ruin, el hambre. Los ataques a la franja de Gaza hace muchos meses se convirtieron en un genocidio que debe ser condenado por toda la humanidad.

En el caribe, quien se cree el emperador del mundo, Donald I (primero), le ha aplicado la pena de muerte unilateralmente a decenas de personas que fueron acusadas de narcotraficantes sin el debido proceso, juicio justo, solo por la sospecha del señor emperador y la ejecución de sus militares lacayos, acostumbrados a matar, matar y matar. Salvo algunas excepciones, la mayoría de los gobiernos del mundo han mantenido un silencio cómplice, ¡dos años! por el genocidio de civiles desarmados en Gaza y unos meses, de los humildes pescadores en el caribe, digo pescadores porque nadie ha demostrado lo contrario, ni un juez ni alguna autoridad reconocida por Latinoamérica. 

Hay naciones que, después de manifestaciones multitudinarias en las principales ciudades del mundo denunciando el genocidio, decidieron apartarse un poquito del dúo maléfico, Israel- E.E. U.U. y hacer algunas acciones, muy tímidas, pero que han incidido en un “acuerdo de paz” entre ellos mismos, quiero decir el dúo maléfico, sin haber incluido a nadie de Palestina; tratado que Israel ha violado muchas veces con un saldo de cientos de muertos e instalaciones destruidas, como hospitales y escuelas. La presión de los pueblos ha hecho posible, primero que el mundo vuelva sus ojos al oriente medio, en el que Israel quiere apoderase no solo de Gaza, al que casi destruyó totalmente, sino que ha empezado una avanzada sobre Cisjordania, El Líbano, Siria y ha amenazado en llevarla hasta Irán y no se sabe cuántos países más: su sueño sionista en Asia menor.  Algunos gobiernos decidieron no enviarle más armas a Israel, o no prestar su espacio aéreo para el tránsito de naves de la misma nacionalidad, o no venderle carbón con el que se genera muertes de palestinos.

Ahora presentan un plan para Gaza en el que dejan por fuera a los palestinos, bombardean el Líbano, específicamente donde hay campamentos de refugiados de esa misma nacionalidad, atacan con drones a quien ellos quieran y a quien deseen, con la mayor impunidad y en medio del silencio de la mayoría de los gobiernos del mundo. Ese supuesto acuerdo de paz logró callar las protestas mundiales, ese era su objetivo y con ayuda de sus medios de comunicación pudieron lograrlo. Los sionistas han llegado al colmo de poner en la picota pública, encarcelar o inclusive matar a personas que los han denunciado, a periodistas que hacen preguntas incómodas los hacen despedir de sus trabajos, en general quieren imponer a la fuerza sus creencias y la imposición de su raza como pueblo elegido de dios, ¿Qué dios fue capaz de escoger a unos asesinos de niños como sus protegidos destinados a dominar al mundo?

En el Caribe, desde hace unos meses está sucediendo algo similar, Donald I, decidió sin ninguna fórmula de juicio, asesinar gente indefensa y que no es una amenaza para el imperio del norte, pero que él, al igual que lo hicieron en Irak, cuando dijeron, para justificar la intervención, que Sadam Husein tenía armas de destrucción masiva y que iba a acabar con el mundo, hoy apela a la misma táctica diciendo que esos pescadores van a acabar con Estados Unidos y por eso hay que matarlos, pero sus verdaderas intenciones son intervenir en toda América Latina para apoderarse de sus recursos naturales,  y sobre todo del petróleo venezolano y el agua de la Amazonía. 

En el desarrollo de su “emprendimiento”, ha dicho muchas cosas para justificar los asesinatos e intervencionismo, pero lo que más me ha llamado la atención son estas frases: “Estados Unidos es el mundo” (1), “Yo dirijo al país y al mundo” (2) y “Yo soy el presidente y tengo derecho a hacer lo que yo quiera” (3) las que implican muchas cosas, ninguna buena para nuestros países y sus habitantes. La primera frase implicaría, que ante el avance de otras naciones como China, Rusia o Irán en lo que él mismo llama su patio trasero, sería como una manifestación de que este continente es todo de él y no va a permitir que, de otras regiones, vengan a hacer negocios con nosotros; lo que llevaría a la segunda sentencia, que como él es el dueño puede hacer lo que quiera con estos países (4).

Todo esto ante nuestras narices, en vivo y en directo y ningún gobierno, salvo contadas excepciones, como Gustavo Petro, se han atrevido a levantarle la voz, ya que todos los que se han callado son impuestos por los gringos, de una forma u otra, y son cómplices de todas las acciones en contra de la humanidad que Donad I viene adelantando en complicidad de los sionistas israelíes. No olvidemos que estos mismos tienen mucha influencia en regiones del sur de nuestro continente donde están determinado elecciones y poniendo presidentes afines a sus ideas. Se han apoderado de medios de comunicación y de manipulación, como las redes sociales, con los que hacen que los ignorantes de cada nación se vuelvan sus borregos y terminen defendiéndolos, como es el caso de muchas sectas cristianas que, sintiéndose supuestos herederos de los judíos, salen en defensa de los sionistas, además esperando un juicio final que los haría pasar a los escogidos de una supuesta salvación, pero que aquí, para alcahuetearles todas las tropelías a los sionistas, no solo se quedan callados ante sus brutalidades y asesinatos sino que además los justifican y los aplauden. 

Como podemos ver, hay un silencio cómplice de la mayoría de los gobiernos del mundo, los pocos que san pronunciado lo hacen de forma tímida y sin la presión que lleve a parar el genocidio en Gaza y mucho menos la masacre en el Caribe. No hay medidas concretas, así sea diplomáticas o económicas contra Israel y Estados Unidos, nadie se atreve siquiera a contradecir, así sea mínimamente a Donald I y Netanyahu (5). En este maremágnum de silencio cómplice que se convirtió en asesino sobresale la voz de Gustavo Petro Urrego, presidente de Colombia, que, por sus posiciones radicales de defensa de la vida y la humanidad, se ha convertido en la piedra en el zapato para estos dos genocidas. Ha tomado medidas como el rompimiento de relaciones diplomáticas y la prohibición de exportación de Carbón para evitar que los sionistas lo utilicen para matar niños gazatíes y ha cortado la información de inteligencia, en lo referente a la situación del Caribe con la potencia del norte. 

Donald I, lo incluyó en la lista OFAC (6), conocida como Clinton, con unas consecuencias de bloqueo a su persona y sus finanzas, en esta sanción incluyeron a parte de su familia y a su ministro del anterior, también desertificaron a Colombia por una supuesta incompetencia en la lucha contra el narcotráfico, en una componenda entre la ultraderecha colombiana, el ministro gusano Marco Rubio y el senador republicano, nacido en Colombia, Bernardo Moreno alias Bernie Moreno. Todo lo ha aguantado el señor presidente, no se ha doblegado, muchas ONG lo han considerado un gran líder por la defensa de los palestinos (7), y otros sectores lo ven como un personaje mundial humanista, defensor de derechos y el cambio climático. Ha arrastrado a algunos sectores y pocos gobiernos a subir el tono de la defensa de la vida tanto en Gaza como en el caribe, tanto así que senadores de los Estados Unidos se han unido abiertamente a la lucha de Petro (8).

Pero eso no basta, el silencio sigue imponiéndose y mientras tanto, al sionismo israelí sigue asesinando palestinos de todas las edades, sobre todo niños, Donald I sigue financiándolos y armándolos, mandando misiles a matar pescadores al caribe y amenazando con una invasión a gran escala en el norte de Suramérica (9). Y ratifico, hasta tanto no se les pruebe en un juicio su responsabilidad y sea vencido en un juicio justo, dicen las leyes, nadie es culpable.  Los pueblos del mundo tienen la palabra ya que sus gobiernos se plegaron al silencio asesino que ha llevado al genocidio del pueblo palestino y al homicidio, que puede convertirse en otro igual o peor, de decenas de gentes humildes en el caribe.

*Esta columna fue publicada originalmente en el Portal SoNoticias y es compartida con la comunidad de La Conversa de Fin de Semana, gracias a la generosidad del periodista Hernán Riaño. Las opiniones de los columnistas son de su exclusiva responsabilidad.  Les invitamos a leer, comentar, compartir y a debatir con respeto. 


(1) https://www.youtube.com/watch?v=A4qaXdynsLc

(2) https://es-us.noticias.yahoo.com/donald-trump-dirijo-país-mundo-200000809.htmlhttps://www.msn.com/es-xl/política/gobierno/donald-trump-afirma-que-gobierna-estados-unidos-y-el-mundo-durante-una-nueva-entrevista/vi-AA1DUUWi

(3) https://www.elperiodico.com/es/internacional/20250830/trump-acelera-autoritarismo-eeuu-121070402

(4) https://www.nytimes.com/es/2025/11/17/espanol/america-latina/trump-doctrina-monroe-estados-unidos.html?utm_social_post_id=579249410&utm_social_handle_id=751965821517958&smid=fb-nytes&fbclid=IwY2xjawORRAJleHRuA2FlbQIxMQBicmlkETFMSDg1QVNpT29yOWVUcndJc3J0YwZhcHBfaWQQMjIyMDM5MTc4ODIwMDg5MgABHgy9L-80nzoYrZkUqvyq9CCMVgQ_x9RS-L8gYWBzbikUt8FzJfNQo63XVuuk_aem_9xOruI4VGBJ-e0pwkqvmFg

(5) https://www.facebook.com/reel/1362044025584700

(6) https://www.facebook.com/reel/1582522586447163

(7) https://www.rtvcnoticias.com/internacional/petro-con-respaldo-global-con-liderazgo-por-defensa-de-palestina?fbclid=IwY2xjawORRIxleHRuA2FlbQIxMABicmlkETF1QnNiOFAxbkdtNVdta3Fvc3J0YwZhcHBfaWQQMjIyMDM5MTc4ODIwMDg5MgABHi7BwhvQEzn-WOtkv50F8ofgq3OhJAMxQEA1qDrv3sbwbNeYC5WKGlOvHkGu_aem_gB8hZXKZ7-x4sjLfMoxjjw

(8) https://www.facebook.com/permalink.php?story_fbid=pfbid02vh91r3ifSFqxyLAJ2QqGvp7Dxxa5f6cAZRs9Y7hnLRGjhMmmMaDnit2xHK978t6fl&id=100063996369559&rdid=YzTDlepqh4p1XDZw

(9) https://www.facebook.com/groups/410645279333329/permalink/2467581430306360/?rdid=WUvzwUzBskiV1nX9


lunes, noviembre 17, 2025

Bombardear o proteger la vida: La encrucijada de gobernar Colombia

 

Imagen tomada perfil X de Gustavo Petro

Por: Omar Orlando Tovar Troches -ottroz69@gmail.com-

El gobierno de Gustavo Petro enfrenta un dilema desgarrador. Su principio rector, la protección de la vida como valor supremo, choca frontalmente con la compleja realidad del terrorismo recrudecido. El dilema se reduce a una pregunta angustiante: ¿bombardear o no bombardear?

Gobernar Colombia ha sido, históricamente, una tarea complicada. La misma gesta que le dio su acta de nacimiento republicano estuvo teñida de un conflicto armado insurgente, donde los ejércitos irregulares de Bolívar y Santander se enfrentaron a la potencia imperial española. 

Esta génesis violenta no fue una anomalía, sino el prólogo de una prolongada y compleja conflictividad que se ha reconfigurado a lo largo de dos siglos, adaptándose a los tiempos, pero manteniendo su núcleo de dolor e inequidad. He aquí la primera y más profunda dificultad: tomar decisiones de seguridad en un país que nació del fuego de la insurgencia y que lucha por sanar las heridas de una guerra interna no declarada pero largamente sufrida.

El desafío se multiplica ante un territorio tan heterogéneo en su topografía como en su injusticia social. Colombia no es un solo país, sino muchos simultáneos. La geografía quebrada de sus tres cordilleras, sus selvas impenetrables y sus costas extensas no solo dificultan la presencia integral del Estado, sino que reflejan y acentúan las abismales desigualdades que ostenta la nación, ubicada como la segunda más inequitativa del mundo. En regiones como el Cauca, el Catatumbo, el Guaviare o el Bajo Cauca Antioqueño, el Estado no ha sido sinónimo de bienestar, sino de abandono histórico. 

Durante décadas, gobiernos de derecha miraron para otro lado, permitiendo que niños, niñas, jóvenes, indígenas, afros y campesinos quedaran a merced de los grupos armados ilegales, quienes impusieron sus reglas de vida y de guerra, a veces incluso con la complicidad o el silencio cómplice de élites locales y nacionales.

En este escenario de fracturas estructurales, el gobierno del Pacto Histórico, liderado por Gustavo Petro, enfrenta un dilema axiológico desgarrador. Su principio rector, la protección de la vida como valor supremo, choca frontalmente con la compleja realidad del terrorismo recrudecido. El dilema se reduce a una pregunta angustiante: ¿bombardear o no bombardear? ¿Emplear toda la fuerza del Estado para neutralizar a los ilegales, con el riesgo de cobrar vidas de civiles atrapados en el fuego cruzado, o privilegiar la preservación de toda vida, asumiendo el riesgo de ser percibido como débil y de "entregar el país" a los violentos?

Esta encrucijada no se debate en un vacío, sino en medio de un feroz hostigamiento político y mediático. La derecha colombiana y los grupos ilegales, en una acción que, si bien no puede calificarse de concertada, tampoco parece una mera coincidencia, no le dan tregua al presidente. Si Petro insiste en su "Paz Total" y en la búsqueda de diálogos, inmediatamente es tildado de blando, de aliado de los terroristas, una crítica que ha traspasado fronteras y ha sido amplificada desde sectores de Estados Unidos, llegando al extremo de lanzar infundios sobre supuestos vínculos con el narcotráfico. Por otro lado, cuando, ante la persistencia de las acciones criminales, el gobierno ordena operaciones militares contundentes (como el reciente bombardeo a disidencias de las FARC en el sur del país que resultó en la trágica muerte de siete menores), la misma derecha y sus medios afines lo acusan de violar el Derecho Internacional Humanitario (DIH) y de no medir las consecuencias.

Este impecable acoso, donde se mezclan y manipulan escenarios, confunde a una ciudadanía que, alejada de la cruda realidad de estos territorios, no logra comprender la disyuntiva. Se critica el error, con razón y dolor, pero se olvida con cinismo el eterno olvido que llevó a esos niños a vivir bajo el dominio de los armados. Frente a la tragedia, el presidente Petro asumió la responsabilidad como Comandante en Jefe, pidió perdón a las familias (un gesto inédito y profundamente simbólico) y abrió las investigaciones correspondientes. Este acto de rendición de cuentas contrasta con la actitud de los gobiernos uribistas de las últimas dos décadas, quienes no solo evadieron su responsabilidad en la guerra y no pidieron perdón a las víctimas del conflicto, sino que en muchos casos las estigmatizaron e insultaron.

P.S.: Da asco la manera en que la derecha colombiana, pero sobre todo algunos precandidatos y precandidatas a corporaciones caen como buitres sobre los despojos de la violencia para posar de empáticos o empáticas con las víctimas de la guerra para erigirse como quienes pueden arreglar eso que ellos y ellas desbarataron durante su ejercicio. Nuevamente se abrazan y se besan para la foto, aquellas personalidades que nada hicieron durante sus mandatos o, en el peor de los casos, avalaron el terror de la seguridad democrática, replicándolo localmente en épocas del estallido social.


miércoles, noviembre 05, 2025

¿Sirvió la Consulta Interna del Pacto Histórico?

 

Imagen tomada de Radio Nacional de Colombia

Por: Alberto Palomino

La victoria en las urnas dependerá de la capacidad de construir una unidad sólida, transparente y basada en las bases, reivindicando los ideales de izquierda, las reformas sociales y el cambio estructural.

El debate sobre los resultados de la consulta interna del Pacto Histórico del 26 de octubre ha generado interrogantes sobre la eficacia del mecanismo. Si bien algunos resultados han causado incomodidad, es fundamental analizar si el problema radica en el instrumento democrático en sí o en su implementación.

La consulta popular interna representó un avance democrático significativo. En contraste con el método anterior de selección de candidaturas por acuerdos internos y designación "a dedo" (el "bolígrafo"), la consulta trasladó la decisión a la voluntad popular. En este orden de ideas, este proceso confiere legitimidad, ya que el orden de las listas al Congreso (Senado y Cámara) resulta de la capacidad de movilización y arrastre de cada precandidatura, no de una correlación de fuerzas interna.

De igual manera, fomenta la unidad, puesto que buscaba que los votantes de la consulta se movilizaran unidos hacia la elección legislativa. Su impacto positivo se proyecta hacia la futura Consulta del Frente Amplio y las elecciones al Congreso de 2026. Por lo tanto, la decisión de realizar una consulta interna y abierta fue un acierto político que debe preservarse.

El problema no fue la consulta, sino las graves fallas en su preparación y ejecución, que permitieron el "entrismo" de precandidaturas ligadas a partidos de la derecha y sus maquinarias electorales. En términos generales, las coordinaciones territoriales del Pacto Histórico no fueron electas democráticamente, sino que se heredaron de cuando fue una coalición electoral, privilegiando la hegemonía de los partidos con personería jurídica y marginando a los movimientos sociales.

Las comisiones de ética y garantías electorales nacieron con un "pecado original" por la falta de democracia interna y transparencia en el proceso. No funcionaron como un filtro efectivo. El Comité Político Nacional Provisional inscribió las precandidaturas omitiendo los principios éticos y programáticos, sin considerar debidamente los informes de las Comisiones de Ética. Esto facilitó la infiltración.

Continuando con las grandes fallas del proceso previo a la Consulta Interna, se tiene que, se prohibió o estigmatizó la realización de Asambleas Territoriales, silenciando la voz de las bases y generando una pasividad que impidió una contraloría efectiva. Paralelamente, algunos congresistas actuaron como "bisagra" para meter precandidaturas ajenas al proyecto del Pacto Histórico a cambio de apoyo electoral para su reelección. Esto fue tolerado por una burocracia interna.

No obstante, los inconvenientes externos (Consejo Nacional Electoral, Registraduría Nacional del Estado Civil, Prensa orgánica de los gremios, etc.), la consulta interna sí sirvió como mecanismo democrático, pero su potencial fue saboteado por una estructura de dirección no democrática y por prácticas internas que permitieron la infiltración. La solución no es abandonar la consulta, sino corregir sus fallas para fortalecer el proyecto.

Para avanzar en la construcción de un sólido proyecto de izquierda democrática se requieren una serie de acciones urgentes, como, por ejemplo, identificar a quienes propiciaron o fueron cómplices de la infiltración. La unidad debe construirse sobre la participación real de las bases, no sobre la tolerancia a prácticas ajenas al proyecto de cambio.

Las direcciones a todo nivel deben ser electas democráticamente, integrando de manera real a los movimientos sociales, que han demostrado ser una fuerza electoral significativa. En los meses previos a las próximas elecciones, se debe fomentar la movilización y organización de las bases para consolidar la unidad popular.  Antes de la inscripción formal de las listas al Congreso, una auditoría de las precandidaturas seleccionadas podría ayudar a depurar las infiltradas y blindar al Pacto de posibles ataques legales.

En definitiva, el camino no es retroceder en la democracia interna, sino profundizarla. La victoria en las urnas dependerá de la capacidad de construir una unidad sólida, transparente y basada en las bases, reivindicando los ideales de izquierda, las reformas sociales y el cambio estructural.

¡A trabajar por la victoria!

ALPA

Santiago de Cali distrito, 3 de noviembre de 2025.

martes, noviembre 04, 2025

CEO en el Cauca: El apagón anunciado de la privatización

 

Por: Omar Orlando Tovar Troches -ottroz69@gmail.com- 

La lucha por un servicio de energía digno en el Cauca es más que una reivindicación por un bien básico; es una batalla por la dignidad de sus habitantes 

Durante décadas, los caucanos hemos sido víctimas de un servicio de energía eléctrica deficiente, intermitente y de baja calidad, prestado por la Compañía Energética de Occidente (CEO). Esta situación, que no corresponde a eventos aislados y, por lo tanto, no debe llamar a sorpresa; es el resultado previsible de un modelo económico y político impuesto en el país, que prioriza el lucro privado sobre el bienestar colectivo y los derechos fundamentales.

Las continuas fallas de la CEO, empresa controlada por el grupo financiero de Luis Carlos Sarmiento Angulo (ejemplo claro de la concentración de la riqueza en Colombia), son la manifestación concreta de un proyecto de despojo que comenzó con la apertura económica de los años 90 y fue profundizado con celo durante la hegemonía uribista.

La raíz del problema se remonta a la ola privatizadora implementada a raíz de los resquicios dejados en la Constitución de 1991 y acelerada bajo el gobierno de César Gaviria. Bajo el dogma neoliberal de que la empresa privada es más eficiente, se promovió la entrega en concesión de los servicios públicos domiciliarios a capitales privados. Este modelo, llevado al extremo durante los casi 20 años de influencia uribista, transformó derechos fundamentales, como la energía, el agua, las comunicaciones, la educación y la salud en simples mercancías sujetas a la lógica del mercado.

Desde un principio, las voces de la dirigencia social y, de manera destacada, la sindical (que no cayó en la tentación de los contratos sindicales ni la tercerización vía cooperativas), advirtieron sobre el peligro inminente. Se alertó que un sector privado, cuyo norte único es la maximización de ganancias para sus accionistas, no tendría interés real en garantizar una cobertura universal, una prestación eficiente o en invertir en el mantenimiento de la infraestructura en regiones complejas y con altos índices de pobreza como el Cauca. El objetivo no era servir, sino exprimir hasta el último peso de los bolsillos de una población ya de por sí empobrecida.

La historia les ha dado la razón. 30 años después de la "apertura Gavirista" y más de 20 de la "privatización Uribista", la evidencia es abrumadora. La CEO, como tantas otras empresas de servicios públicos privatizadas, ha demostrado que su prioridad es la rentabilidad financiera. En esa obsesión, la inversión en redes, la modernización tecnológica y la calidad del servicio pasan a un segundo plano. Los reiterados apagones, las fluctuaciones de voltaje y la lentitud en la respuesta a reclamos y a las emergencias no son "fallas" del sistema; son características estructurales de un modelo que concibe a los usuarios no como ciudadanos con derechos, sino como fuentes de ingreso. La privatización nunca fue la solución para el bienestar de la comunidad; fue la garantía de su postergación.

Ante este escenario de abandono, la ciudadanía caucana ha mirado tradicionalmente hacia su clase política regional en busca de soluciones y representación. No obstante, esta espera ha sido en vano. La clase política tradicional del Cauca, muchas veces disfrazada de un progresismo de conveniencia, ha demostrado una incapacidad e indolencia crónicas. Su labor no se ha orientado a la defensa férrea de los intereses de las comunidades, sino a perpetuar una red de favores y clientelismo que beneficia a quienes financian sus campañas.

La eternización de contratos de asesoría, la designación de funcionarios ineptos por compromisos políticos y la falta de una veeduría y control efectivos sobre la CEO han sido la constante. Esta complicidad, activa o pasiva, con el statu quo ha dejado a las comunidades urbanas y rurales en total desamparo. Confiar en que esta estructura política tradicional resolverá el problema es como pedirle al lobo que cuide las ovejas. Su silencio cómplice o sus acciones tibias e ineficaces son parte del mismo problema.

Es imperativo que las juntas de acción comunal, las organizaciones sociales, los sindicatos que resistieron, las comunidades indígenas, los consejos comunitarios afrodescendientes y la ciudadanía en general construyan un gran movimiento unitario que alce su voz de protesta de manera contundente. Se deben emprender acciones legales, como tutelas colectivas por la vulneración del derecho fundamental al mínimo vital; acciones de incidencia ante la Superintendencia de Servicios Públicos y la Comisión de Regulación de Energía y dado el caso, medidas de hecho pacíficas y organizadas que evidencien la magnitud del descontento.

Este movimiento debe dirigir sus reclamos de forma clara al Gobierno Nacional. El Cauca no puede seguir siendo la eterna olvidada de la agenda nacional. Se exige una intervención inmediata que obligue a la CEO a realizar las inversiones necesarias, a reparar la infraestructura y a compensar a los usuarios por los perjuicios causados. Se debe evaluar, incluso, la revocatoria de la concesión y la búsqueda de modelos alternativos de gestión comunitaria o pública que prioricen el servicio sobre el lucro.

La lucha por un servicio de energía digno en el Cauca es más que una reivindicación por un bien básico; es una batalla por la dignidad de sus habitantes y contra un modelo económico depredador. Ahora toca a la comunidad, unida y organizada, escribir el capítulo de su propia liberación.


jueves, octubre 30, 2025

La estupidez como sustento del poder

 

Foto tomada de: La Voz del Cinaruco

Por: Omar Orlando Tovar Troches -ottroz69@gmail.com-

Líderes como Netanyahu, Trump, Bolsonaro, Milei y Uribe no son anomalías, sino productos sintomáticos de un ecosistema social que premia lo irracional. Su populismo se nutre de la incapacidad de grandes mayorías para evaluar críticamente sus actitudes, discursos y propuestas. 

El actual escenario político y social del mundo se caracteriza por una paradoja profunda y alarmante: en la era de la máxima expansión del acceso a la información y la educación formal, se constata un preocupante declive en las capacidades cognitivas colectivas y un auge de liderazgos políticos que encarnan la irracionalidad. Este fenómeno, probablemente, es la consecuencia lógica de varias décadas de imposición vertiginosa de una ideología neoliberal que, al transformar la vida en mercancía, ha degradado los pilares fundamentales del pensamiento crítico. 

El asalto neoliberal a las universidades, como epicentros tradicionales de la producción de conocimiento y pensamiento crítico, ha sido particularmente devastador. Noam Chomsky, en una lúcida intervención, señaló que “todo esto sucede cuando las universidades se convierten en empresas, como ha venido ocurriendo durante las últimas décadas, cuando el neoliberalismo ha ido tomando por asalto cada una de las dimensiones de la vida”. El resultado directo es una “precariedad académica” que socava la calidad educativa. ¿Cómo puede un profesor, sometido a la inestabilidad y la sobrecarga burocrática, dedicarse a fomentar el pensamiento complejo? 

El sistema, diseñado para la eficiencia y el costo-beneficio, premia la docencia superficial. Los cursos superfluos y la presión por los créditos y las deudas convierten a los estudiantes en clientes y a los conocimientos en productos. Se fomenta así que los estudiantes “se limiten a tomar apuntes y a recitarlos de manera literal a la hora de la evaluación”, anulando la esencia de la educación que, según Chomsky, es la capacidad de “inquirir, crear, innovar y desafiar”.

Este modelo educativo, enfocado en la utilidad inmediata y la reproducción acrítica del saber, tiene una consecuencia directa y medible: el declive de las capacidades cognitivas a nivel social. Investigaciones recientes confirman lo que se conoce como el "efecto Flynn inverso". Según Sergio Parra (2023), “El cociente intelectual está descendiendo por primera vez en décadas”, un fenómeno observado en países como Estados Unidos y Noruega. Aunque las causas son multifactoriales, los expertos apuntan a un “empeoramiento de los sistemas escolares” y a un “aumento negativo del uso de las redes sociales” como posibles detonantes. 

Ambos factores están intrínsecamente ligados al paradigma neoliberal: la desinversión en educación pública de calidad y la colonización de la atención por parte de plataformas digitales que priorizan el engagement sobre la profundidad; al priorizar las TIC, no como herramientas de emancipación, si no como vehículos de distracción masiva y de pensamiento fragmentado, se ha agravado la merma en las habilidades de razonamiento, concentración y análisis crítico.

Es aquí donde la advertencia de Dietrich Bonhoeffer sobre la estupidez cobra una vigencia aterradora; al constatarse, muy seguido, que incluso las personas consideradas como “más inteligentes”, pueden ser llevadas a respaldar ideas irracionales “simplemente por no pensar”. Una población que ha visto debilitada su capacidad de razonar de manera compleja se vuelve más vulnerable a los discursos simplistas, a los relatos emocionales carentes de sustento y a la manipulación política.

Este panorama allana el camino para el ascenso de una clase dirigente que se aprovecha de este declive cognitivo generalizado. Líderes como Netanyahu, Trump, Bolsonaro, Milei y Uribe no son anomalías, sino productos sintomáticos de un ecosistema social que premia lo irracional. Su populismo se nutre de la incapacidad de grandes mayorías para evaluar críticamente sus actitudes, discursos y propuestas. 

En este contexto global, la estructura social sigue siendo piramidal y perversa: en la cúspide, un porcentaje reducido de personas son dueños de la gran riqueza; en el centro, unas amplias capas de las sociedades están en el limbo de una clase media aspiracional, que se auto reconoce como rica, así no tenga las condiciones materiales para serlo, alienada por el consumismo y el mito del emprendedor; y en la base, unas grandes mayorías de pobres, cuyas necesidades inmediatas y bajos coeficientes intelectuales los hacen presa fácil del discurso populista que canaliza su frustración contra chivos expiatorios, en lugar de contra las estructuras que perpetúan su condición.

En conclusión, el proyecto neoliberal, al mercantilizar la vida ha generado una auténtica catástrofe cognitiva, al debilitar sistemáticamente nuestra capacidad colectiva para pensar, cuestionar y crear. La “estupidez” de la que hablaba Bonhoeffer se ha convertido en el combustible de un sistema que prioriza la acumulación de unos pocos sobre el bienestar colectivo y la supervivencia del planeta. Frente a esto, la tarea urgente, como bien señala el análisis de Bonhoeffer, es reconocer que “combatir la estupidez es una tarea colectiva”. 

Fuentes: 

"El neoliberalismo tomó por asalto a las universidades": Noam Chomsky - Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación (CLADE)

El cociente intelectual está descendiendo por primera vez en décadas

La amenaza de la estupidez, según Bonhoeffer - Nueva Revista


martes, septiembre 23, 2025

EL MANUAL DEL HEMBRO

Imbéciles gobernando imbéciles*


Por: Germán Navas Talero

Editor: Francisco Cristancho R.

Si Uribe le permite ser candidato a Juan Carlos Pinzón por el partido uribista o conservador o del que quieran… ¡Acaba con el partido que represente! Porque él fue y sigue siendo un inepto. Si hay dos cosas que decepcionan son: la incapacidad mental de Donald Trump y la del exministro uribista.

La autoeliminación o suicidio es un acto voluntario mediante el cual un ser viviente, de forma consciente, resuelve quitarse la vida. Sin embargo, hay seres que no quisieran suicidarse, pero la situación los lleva a tal extremo que por desequilibrio lo hacen. ¿Por qué viene esto a colación? Pues porque me puse a pensar… ¿a qué estado de desequilibrio podría llegar una neurona de un ser humano al tener que soportar uno de los discursos del señor Juan Carlos Pinzón?

Juan Carlos Pinzón fue ministro de Defensa durante alguno de los regímenes conservadores de nuestro pasado reciente y, posteriormente, embajador de Colombia en Washington, Estados Unidos; aunque estando allí, parecía más un embajador de ese país que del nuestro. ¡Y qué tipo para hablar tan aburridoramente! Aburrido a morir -hablando de suicidios-. Ahora, cuando salen con que este sujeto aspira a ser presidente de la República, uno se pregunta… ¿será que las neuronas de los colombianos van a querer seguir viviendo luego de escuchar las palabras de este zoquete?

Si han de querer perder el tiempo, pónganse a buscar algunas de las intervenciones que balbuceó Pinzón Bueno siendo ministro malo. Eso sí que era una vaina -como dicen- bien mamona, y él, igual que la fruta: todo un mamoncillo. ¡Mamonsísimo! ¿Y ese sujeto aspira a ser presidente de la República cuando fue absolutamente inepto como ministro y como embajador? Así era Juan Carlos Pinzón en ese entonces, muy emperifollado, muy peinadito y todo, pero de una incapacidad mental impresionante. ¡Qué tal ese individuo presidente de la República! Si a ese tipo le permiten ser candidato por el partido uribista o conservador o del que quieran… ¡Acaba con el partido que represente! Porque, repito, él fue y sigue siendo un inepto. Si hay dos cosas que decepcionan son: la incapacidad mental de Donald Trump y la de Juan Carlos Pinzón.

Pinzón de presidente sería lo mismo que es Trump para la presidencia de los Estados Unidos, porque -según los entendidos en la materia- Trump ha sido el peor presidente que ha tenido EE. UU. en toda su historia, superando ampliamente incluso a Bush. Aquí, donde esa desgracia nos llegara a ocurrir, tendríamos que decir entonces que… “después de Andrés Pastrana, el peor presidente fue Juan Carlos Pinzón”. Yo, sería capaz de convertirme a cualquier religión y hacer cualquier promesa ‘sagrada’ para que ese sujeto no consiga más de dos votos: el de él y el de su esposa; porque no creo que alguien con sus neuronas en sano juicio, sea capaz de votar por ese individuo.

-Cambiando de tema- Hay actos políticos que merecen reproche y otros que merecen crítica. Pero hay actos que, más que actos, son groserías. Lo más grosero que yo he visto en los últimos años en materia política es el hecho de que los Estados Unidos -¡Primer consumidor de drogas en el mundo!-, venga a descertificar a Colombia, dizque porque este país no lucha contra el narcotráfico. Si Colombia pudiese suprimir de un plumazo la producción de cocaína o de las demás sustancias, no pasaría de ser algo chévere para el mundo. Pero se imaginan ustedes qué pasaría con los gringos si les quitaran la cocaína. Imaginen a los gringos sin morfina, cocaína, fentanilo o marihuana, ¿a qué se dedicarían? Ellos no saben hacer nada más. Cuando uno tiene la oportunidad de transitar por ciertos lugares de ese país ve que muchas cosas giran en torno a eso, a la droga. El único sueño del gringo es conseguir ‘de eso’, y cuando vienen aquí, vienen con la ilusión de poder conseguir eso aún más fácil que allá.

Pero no hace mucho me decía un gringo que allá, en las calles de su país, se conseguía más fácil la droga que acá en Colombia. “Es que aquí hay que hacer muchas vueltas”, decía. Allá uno sabe ya en qué esquina está. Estira la mano con el billete y le pasan el paquete. ¡Y si lo dicen ellos! Yo le pregunté por qué gustaba tanto la cocaína en ese país. Él decía que con el estrés que viven, es la única forma de escapar de una realidad que no quieren. Y los entiendo. Con un presidente de la calaña de Donald Trump, cualquiera prefiere un pase. Con razón el consumo está disparado.

Y es que es vergonzoso escuchar bestializar a Trump. Hace poco dijo qué, gracias a él, se evitó un conflicto entre Armenia y Camboya. Ahí uno se da cuenta de que ese tipo ni de geografía sabe, porque él cree que estos son países vecinos, pero resulta que está más cerca Armenia de Nueva York que de Camboya. Camboya está pegado a Vietnam, en tanto que Armenia es vecino de Turquía.

Finalmente, uno no se explica cómo los estadounidenses pudieron votar alguna vez por esa bestia, y mucho menos reelegirlo. Usted tiene derecho a ser patriota, pero no imbécil. Y si el presidente de un país es un imbécil, el mejor acto de patriotismo es criticarlo y decírselo. Bueno, entiendo que el poder presidencial de allá permite que el presidente haga lo que le da la gana. Las cortes se agachan y la democracia es una palabra que está en el diccionario, pero nunca en la realidad.

Se ha llegado al extremo de hacer botar a un periodista por haberlo criticado. Nadie, nadie puede hablar mal del presidente de la República, y si de pronto alguien en algún periódico llega a criticarlo, simplemente lo manda a cerrar. Esa es la libertad hoy en los Estados Unidos. Ese es el país que un día se proclamó como cuna de la democracia. ¡Qué vergüenza la democracia tan mal representada en países como ese!

Coletilla: Escuché unas palabras por ahí del reconocido actor Denzel Washington. El juicio con el cual hace sus críticas es para aplaudirlo. Está bien documentado. Él, a diferencia de muchos, no cree que criticar a Trump sea cuestión de apátridas; por el contrario, sus conceptos son precisos y sus críticas exactas. Sabe que cuando critica al gobierno de su país no está criticando a su país como tal. Me gustó ese Washington, porque dice verdades de a puño; obviamente, cuando hay tan buenos oradores como este y hablan para imbéciles -como Trump-, se pierde cualquier esfuerzo; porque no creo que Trump entienda ni la mitad de lo que este artista afirma.

Adenda: Las vías públicas se han vuelto un buen negocio para los vivos en este país. Ese sistemita de cobrar por parquear en vías sin que el dinero quede en poder del Estado viene enriqueciendo a muchos. Por eso considero justa la protesta de este fin de semana en La Mesa, Cundinamarca, en donde habitantes y comerciantes se manifestaron contra el negociazo de las Zonas Azules. La gente está cansada de que le cobren por parquear su carrito en la vía pública. Y es que hoy cualquier vivo, amigo del alcalde de turno o de cualquier concejal, está consiguiendo que le adjudiquen su propia calle; además de no pagar nada, se llena de plata; y el pobre ciudadano, que es el que paga con sus impuestos esa vía sí tiene que volverse a meter la mano al dril, y pagar por usar la calle que él mismo pagó por su construcción. ¡Rico, ¿no?!

Adenda internacional: Curioso el poder de la señora Karina Milei, la verdadera gobernante de Argentina. Su hermano Javier aparece como presidente, pero es ella quien manda. Allá se hace lo que ella diga. Tenemos entendido que, además de ser una buena fabricante de biscochos, no tiene ninguna experiencia. Con razón tienen a ese país en la ruina en que lo tienen. ¡Pobre país! ¿Pero, qué tipo de relación tienen Karina y Javier? Esa relación cuasi-incestuosa aquí no la analizaremos.

Apunte del editor: Generoso nos resultó el delincuente del norte. Trump ‘perdonó’ las sanciones a Colombia tras la descertificación; medida infame que desconoce lo que históricamente termina poniendo nuestro país en la inane lucha contra el narcotráfico: ¡Muertos!

Pero Estados Unidos nunca pierde. Está invirtiendo -abierta y descaradamente- en la campaña electoral de 2026. Y mientras tanto, a nuestro supuesto “errático” presidente, como lo llamó con desfachatez Marco Rubio, lo que le sobra es dignidad “Se acaba la dependencia del Ejército de Colombia y sus Fuerzas Militares del armamento de los Estados Unidos. No más limosnas ni regalos.” ¿Y todo esto para qué?, se preguntaría el colega José Antonio Samper Pupo. La respuesta, como en la película, siempre será la misma…

¡Hasta la próxima semana!

*Nota originalmente publicada en SoNoticias y compartida con la comunidad de La Conversa de Fin de Semana, gracias a la generosidad del periodista Hernán Riaño

Las opiniones de los columnistas son de su exclusiva responsabilidad.  Les invitamos a leer, comentar, compartir y a debatir con respeto.


domingo, septiembre 21, 2025

El manual del hembro

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viernes, agosto 22, 2025

La Parca se llevó al Cerdo más rockero.

En la imagen Moure, Cerdo Molina y De Francisco en una escena de La Tele (años 90 del S. XX)

Por: Omar Orlando Tovar Troches -ottroz69@gmail.com- 

Se nos están acabando los verdaderos símbolos de la incorrección política y estamos quedando en manos de los Bad Bunnies y los tales Maluma. En serio: ¡Qué susto!

El año 2025 será recordado como un periodo fatídico para la cultura rock y pop. La eficiente y, en ocasiones, injusta Parca se llevó al cielo, al Nirvana, al infierno, al Hades o adondequiera que vaya la esencia energética de la gente, a muchos (en serio: demasiados) de los íconos de la cultura rockera de este triste y cada día más anodino mundo.

El último en partir hacia el más allá, arriba, abajo o fuera de este mundo material, fue Carlos Molina, el famoso Cerdo Molina; eterno acompañante de Santiago Moure y Martín de Francisco y, en ocasiones, personaje central de uno de los espacios verdaderamente irreverentes de la televisión colombiana en cualquiera de sus versiones a lo largo de los años: La Tele, El Siguiente Programa o La Tele Letal.

Junto a Doña Anciana Decrépita (Blanca Ligia Franco), hicieron parte del set y las invenciones satíricas del colectivo creador de La Tele, liderado por Moure y De Francisco. Desde una especie de "Bob Patiño" criollo e inadaptado en la época de La Familia De La Cerda, pasando por su caracterización de un perfecto imbécil catedrático (El Profe), hasta su majestuosa personificación de candidato presidencial, el Cerdo Molina, con su estética de criollismo y simpleza del colombiano común, retrató de forma ácida aquello que, en el fondo, muchos colombianos somos.

Si bien es cierto que, en los últimos tiempos, esa figura del rockstar criollísimo se fue desvaneciendo debido a los achaques de los años, en el imaginario de muchos de nosotros, los Baby Boomers y la Generación X, siempre estará presente la imagen de un desenfadado personaje dispuesto a todo en el rebusque cotidiano con ínfulas de despistado divo de la farándula colombiana.

Y da susto. Se nos están acabando los verdaderos símbolos de la incorrección política, de la crítica despiadada a la realidad, y estamos quedando en manos de los Bad Bunnies, los tales Maluma, u obligados a llorar colectivamente por postizos próceres de la nadería política, mientras los verdaderos héroes de lo contestatario se siguen yendo en silencio. En serio: ¡Qué susto!

martes, agosto 19, 2025

Vergüenza Ajena: El Discurso desesperado del Alcalde-Constructor

Por: Omar Orlando Tovar Troches – ottroz69@gmail.com- 

El mayor truco del diablo es hacernos creer que no existe (1)

Conversando con amigos (los dos otres que todavía quedan) y con mucho conocido de Quilichao fue posible constatar un sentimiento generalizado de vergüenza ajena al ver y oír la reciente intervención pública en redes del repitente alcalde, ingeniero Eduardo Grijalba.

Al mejor estilo del famoso personaje del genial Mario Moreno, el alcalde-constructor, haciendo gala de su talante politiquero, del mesianismo de sus seguidores, pero, sobre todo, de la muy corta memoria de la gran mayoría de los quilichaüeños, utilizó el viejo y conocido truco del “espejo retrovisor” para zafarse de su responsabilidad por el paupérrimo ejercicio de su actual administración.

En el colmo de su desespero y falta de argumentación, utilizando la impostura y el tono de prócer venido a menos, afirmo que todos los males del municipio eran responsabilidad de las administraciones anteriores (¿?); olvidando, convenientemente, que esas administraciones estuvieron a cargo de sus copartidarios eventuales y, en el colmo de la paradoja, de él mismo, en su primer ejercicio como alcalde. El chiste se contó solo.

Fuentes confiables confirmarían sospechas alrededor de la ejecución de un plan metódico de corte neoliberal para privatizar la empresa Emquilichao

El Blooper del burgomaestre se dio en medio de un nuevo intento de desmentir informaciones sobre un muy probable proceso de privatización de la Empresa municipal de aseo y saneamiento básico: EMQUILICHAO. A pesar de la negativa pública del alcalde de Santander de Quilichao, existe una firme sospecha, respaldada por fuentes confiables, de que su administración sigue la estrategia neoliberal del Consenso de Washington para privatizar Emquilichao mediante un proceso metódico que contradice sus declaraciones y podría estar amenazando el patrimonio público.

Esta estrategia consiste, primero, en un marchitamiento premeditado de la empresa. Esto se logra entregando su gestión a recomendados políticos con discutible idoneidad, negando las inversiones estratégicas cruciales para su sostenibilidad; como el mantenimiento, la modernización de redes, la ampliación de cobertura, la solución pronta y eficiente al lío de la disposición final de las basuras o permitiendo que la corrupción la debilite desde adentro.

Posteriormente, una vez creada artificialmente la crisis, se ejecuta la segunda fase: echarles la culpa a los trabajadores. Se señala a los altos costos laborales y a la existencia de sindicatos como los males principales, ocultando que las decisiones catastróficas se toman en los escritorios de la Alcaldía y de las gerencias que ellos mismo designaron. Al mismo tiempo, se encarecen las facturas de los usuarios, generando descontento y un desapego calculado hacia la empresa pública dentro de la ciudadanía.

Este malestar, alimentado desde la propia administración, es luego utilizado como justificación para intervenir la empresa y allanar el camino hacia su privatización. Todo este proceso se enmascara con una campaña de desinformación mediante la prensa amiga y utilizando recursos del Estado para asegurar, de manera cínica y repetitiva, que “Emquilichao no se va a privatizar", buscando adormecer a la población mientras se consuma el desmantelamiento del patrimonio público.

Antes de que los funcionarios, concejales y simpatizantes de la actual administración municipal y las de los últimos 20 años, afines al Bonillo-Grijalbismo, emitan críticas o desacrediten mi postura, invito de manera respetuosa a consultar la historia de las privatizaciones en Colombia. Asimismo, sugiero revisar las columnas que he publicado, en las que he advertido sobre el riesgo inminente de perder el patrimonio público que se vivió en la administración anterior, durante las negociaciones frustradas con la empresa URBASER.

Comparto con quien, a bien tenga, los respectivos enlaces. Buen provecho: 

Quilichao vive bajo la amenaza de la privatización. | www.MagazinCnc.Com

https://youtu.be/VF7zlLhYMgM?si=di6gWZouCclY3tTG (QUILICHAO VIVE BAJO LA AMENAZA DE LA PRIVATIZACIÓN II)

¿Avanza la privatización de Emquilichao?

(1) Baudelaire, Las flores del mal.

miércoles, agosto 13, 2025

Los amores callados

Imagen tomada de: 'Couple Holding Hands' Photographic Print | AllPosters.com

SPTO

En ocasiones, por cierto, muy seguidas; nacen amores condenados al silencio. Van creciendo en la penumbra, respirando y arrullados por el aire especial del secreto. Cuando menos lo esperan, toman conciencia de la paradoja de incendiarse y resplandecer, mientras su nombre debe permanecer oculto, como una joya o una tara que no puede ser expuesta en público.

Su existencia, paulatinamente, se debe transformar en un perceptible y necesario susurro en la tormenta, un latido ahogado por la fuerza de la conveniencia o del miedo.

Y así transcurren sus días, en medio de la contradicción de albergar una ternura con la intensidad de mil soles contenida en el frágil cristal de una muy ocasional y furtiva mirada, en el oportunismo de un breve y bien escondido roce de los dedos, o en palabras que se dicen sin ser dichas, encriptadas en códigos privados o camufladas en mensajes cuidadosamente puestos en el aire para que el viento se los lleve antes de que dejen rastro.

Estos amores callados, que quieren con la plenitud del universo y la constancia de un río subterráneo; se nutren en la oscuridad con la esperanza-maldición de que su santo y seña o su identidad más íntima, puede ser la más grande traición si en algún descuidado momento se llegase a pronunciar.

En el jardín oculto de la complicidad tácita empieza a florecer una lealtad pura y casi mítica, regada a cuentagotas, pero siempre a la sombra; sin reconocimiento. Estos amores estoicos, los condenados al anonimato, los forzados al disimulo desarrollan una particular fidelidad a prueba de la ausencia y de la luz de otras soledades, porque saben que ese, su amor de verdad, no se valora en sus gestos públicos sino en la constancia silenciosa, en la intangible pero oportuna presencia o en la perpetua esperanza de un fugaz encuentro.

En su autoimpuesta soledad construyen puentes para conjurar esa ausencia que sí les importa, tejidos con los invencibles hilos de la comprensión y la paciencia. A cambio reciben, con todo el cariño del universo, amor en dosis precisas, en gotas de magia contra el olvido y el peligro. Saben que no es posible, si quiera, la lejana y muy vaga promesa de un presencia permanente a la vista de todos.

Lo que es incuestionable y cotidiano para los amores callados es su frágil y muy poderosa certeza de ser, para un oculto alguien, un secreto y muy cálido refugio, un escondido faro para la pasajera incertidumbre, la palabra o el gesto que no necesitan sonido para resonar en el alma.

Bonus track: Amores escondidos - Fabian Gallardo


lunes, agosto 11, 2025

Vidas que Valen, Vidas que No: La Hipocresía de la Derecha (*)

 

Imagen tomada del perfil Facebook
Por:  Valparaíso Antioquia Humana** 

 No pidas lo que no das…ni exijas lo que no entregas

Para los parásitos, cínicos y miserables miembros de la derecha colombiana, la vida tiene precio. No lo digo yo, lo demuestra la reacción de quienes hoy lloran a unos, pero callaron o justificaron cuando asesinaron a otros. Para ellos hay vidas que sí valen y vidas que no.

En Colombia la vida debería ser sagrada, sin excepciones. La muerte de Miguel Uribe Turbay es lamentable, como lo es la muerte de cualquier ser humano. Nadie merece morir, la violencia nunca debe ser justificada.

Pero resulta imposible no ver la hipocresía de la prensa tradicional y de la derecha política que hoy se rasgan las vestiduras, exigen justicia y señalan culpables con dedo acusador. Son los mismos que guardaron silencio o, incluso, justificaron [la violencia y la muerte][1], cuando el alcalde de El Roble fue asesinado, cuando a Jaime Garzón le arrebataron la vida, cuando Dilan Cruz cayó por un disparo del ESMAD y se atrevieron a decir que “se le metió al proyectil

En este país pareciera que hay vidas que importan y vidas que no.

[…En Colombia][2] el valor de un ser humano depende de su apellido, su cargo o su cercanía al poder. Mientras tanto, la mayoría del pueblo colombiano: campesinos, estudiantes, líderes sociales, trabajadores, etc., seguimos siendo para ellos esas vidas que no valen, esas muertes que no merecen portada ni duelo nacional.

La verdadera justicia solo existe cuando se aplica a todos por igual. Cuando el dolor por una muerte es el mismo sin importar la clase social, el color político o la posición económica de la víctima. De lo contrario, seguiremos viviendo en un país donde unos pocos son intocables y la mayoría somos desechables.

¿A qué clase cree que pertenece Usted?


*El título de este texto no aparece en la nota original. Fue agregado por LaConversa de Fin de Semana para señalar su total acuerdo con el contenido de la mencionada nota

**Texto original tomado del perfil Facebook: https://www.facebook.com/profile.php?id=100075200780998


[1] Texto en cursiva dentro de corchetes por fuera del texto original

[2] Ibid.

miércoles, julio 23, 2025

Adiós Ozzy

 

Por: Omar Orlando Tovar Troches – ottroz69@gmail.com-

Times have changed and times are strange
Here I come but ain’t the same.

(Tomado de: Mamma I´m Coming Home)

En medio de la cacofonía de los medios de comunicación corporativa, recordándonos cuánto nos odiamos y lo poco que nos importa el futuro; la noticia de la partida de Ozzy Osbourne, justo a unos días del evento de última reunión y despedida de Black Sabbath, le recuerda a la generación X y a los supervivientes Baby Boomers, la sentencia contundente de Rubén Blades: “… El tiempo no se detiene ni por amor, ni por dinero” y que hasta nuestro Príncipe de las Tinieblas tenía fecha de vencimiento.

Para quienes nacimos oyendo las notas del recién inventado hard rock de los setenta y maduramos bajo los riffs atronadores de los ochenta, la noticia de la partida del cofundador de Black Sabbath resuena como el último acorde de una era irrepetible. La muerte del referente del Metal representa, no solo, el final simbólico de un coloso que forjó, junto a Page, Jagger, Bowie y otros titanes, el paisaje sonoro de nuestra identidad como Generación X, sino el ocaso de la brillantez lírica y sonora del Rock. El Heavy Metal; la criatura poderosa que surgió de las fábricas de Birmingham con el Sabbath a la cabeza fue mucho más que volumen y excesos. Fue, y sigue siendo, una catedral de genialidad musical a menudo incomprendida.

Es cierto, las hazañas de Ozzy, como, por ejemplo, la leyenda del murciélago, los días perdidos en nieblas químicas, se convirtieron en titulares fáciles, caricaturas que eclipsaron la sustancia. Pero detrás de esa máscara de "loco del rock", latía una fuerza vocal única, una presencia escénica magnética y, sobre todo, el vehículo para una música revolucionaria. Los riffs de Tony Iommi, pesados como bloques de acero y oscuros como minas abandonadas, no eran simple ruido; eran arquitectura sonora. Las letras, que exploraban la paranoia, la guerra, la locura y lo oculto ("Paranoid", "War Pigs", "Iron Man"), fueron mensajes crudos y poéticos sobre el lado sombrío de la condición humana.

Ozzy, con su voz capaz de pasar de un aullido desgarrador a una melodía inesperadamente conmovedora ("Changes"), fue el chamán perfecto para guiarnos por esos paisajes sonoros. Y he aquí el verdadero duelo para nuestra generación. Estos dinosaurios del Rock son, sencillamente, irrepetibles. Nacieron en un crisol único: la efervescencia creativa post-psicodélica y la necesidad de expresar la rabia y la alienación de épocas convulsas a través de instrumentos analógicos y gargantas sin filtro. El genio de Ozzy y los otros dinosaurios del Metal fue forjado en el escenario en vivo, sin redes de seguridad digitales. No hubo Autotune que corrigiera sus imperfecciones (que eran parte de su humanidad), ni beats electrónicos que suplantaran la furia orgánica de una batería. Fueron auténticos, vulnerables, gigantescos en sus talentos y en sus caídas.

El reggaetón y la producción digital dominan las ondas hoy, y tienen su lugar. Pero no pueden replicar la épica, la artesanía instrumental, la densidad lírica y la autenticidad visceral que Ozzy y sus contemporáneos vertieron en cada nota. Ellos no seguían algoritmos; creaban los códigos. Eran alquimistas que transformaban el blues, el rock psicodélico y sus propias angustias en un sonido nuevo, monumental.

Por eso, el último viaje del Príncipe de las Tinieblas será el deterioro de un pedazo fundamental del ADN cultural de la Generación X, un recordatorio brutal de que presenciamos y crecimos con una constelación de genios irrepetibles. Ozzy Osbourne, con toda su locura y su innegable talento, fue la voz distorsionada de nuestra juventud rebelde, el chamán que nos inició en las sombras sonoras del Metal.

Buen viaje, Príncipe. Tu grito distorsionado, tus melodías inesperadas y la genialidad monumental del Metal que ayudaste a crear, resonarán eternamente en las sábanas de sonido de nuestra memoria. Gracias por el caos, por la oscuridad y, sobre todo, por la auténtica, cruda e imborrable genialidad rockera. El mundo será un lugar mucho menos interesante cuando se acabe la estirpe de titanes.

There is a woman living in my head

She comes to visit every night in bed

(Tomado de Ghost behind my eyes)

Ojalá que el riff final sea eterno…

 

viernes, abril 04, 2025

DIALÉCTICA DE LA ESTUPIDEZ*

 

Imagen tomada de Depositphotos

Por: Carlos Medina Gallego

Defender la paz, los derechos humanos y la dignidad de las comunidades y de los pueblos no es un acto de debilidad, sino el mayor signo de fortaleza y humanidad.

Una reflexión crítica sobre la violencia, la guerra y la urgencia de la transformación social

La historia de la humanidad está marcada por una constante pugna entre la razón y la sinrazón, entre la lucidez creadora y la estupidez destructiva. La guerra, como máxima expresión de esta última, representa no solo un fracaso ético, sino también un colapso racional. La violencia organizada, ejecutada con precisión técnica y justificada con discursos ideológicos, constituye una de las formas más brutales de estupidez colectiva: aquella que destruye lo que debería proteger, que mata en nombre de la vida y que oprime invocando la libertad. Aquella que se alegra con el fracaso de la paz y le otorga el triunfo a la estupidez de la guerra y la violencia. 

La dialéctica de la estupidez emerge cuando los actores sociales, políticos, económicos y armados sustituyen el diálogo por la imposición, la empatía por el odio, y la justicia por la venganza. Esta dialéctica no construye, sino que descompone el tejido de lo humano. Se sostiene en un conjunto de lógicas perversas que normalizan lo inaceptable: la desigualdad, la explotación, la marginación y la muerte de inocentes. A lo largo de la historia, imperios, estados y movimientos han sido arrastrados por esta inercia de la estupidez, repitiendo las mismas lógicas criminales bajo nuevas banderas, porque han hecho de la guerra un oficio y un negocio. 

La guerra no es —como algunos pretenden— una necesidad natural ni un destino inevitable. Es una construcción política y económica que responde a intereses de dominación y acumulación. Quienes la promueven suelen estar lejos del frente de batalla; sus beneficios son siempre desproporcionados frente a un elevadísimo costo humano en vidas y sufrimientos. En este sentido, la estupidez no radica únicamente en la violencia en sí, sino en su legitimación social cuando las comunidades y los pueblos aceptan la guerra como única salida, han sido ya vencidos en el terreno de la conciencia, son comunidades alienadas.

Por ello, repudiar la guerra no es una postura ingenua ni romántica, sino un imperativo ético, humano y revolucionario. Es preciso rechazar todo discurso que glorifique el conflicto armado como vía de solución o de redención histórica después de décadas de estruendosos fracasos y terribles desenlaces. La única victoria verdadera es la que preserva la vida, garantiza la dignidad y protege los derechos fundamentales de todas y cada una de las comunidades y de cada ser humano.

Frente a esta dialéctica perversa, saludamos y celebramos los esfuerzos de paz, diálogo y transformación social que surgen desde abajo, desde los márgenes, desde las comunidades que se niegan a ser carne de cañón. La paz no es solo la ausencia de balas; es la presencia de justicia, de pan, de salud, de educación, de tierra, de libertad. Es una construcción ardua, que exige valentía y compromiso, pero es el único camino digno de ser recorrido.

Las transformaciones sociales verdaderas —las que rompen con las estructuras de opresión y promueven una redistribución justa del poder y los recursos— no pueden imponerse por la fuerza, porque entonces reproducen la lógica que dicen combatir. Solo una sociedad que renuncia conscientemente a la violencia como instrumento político puede aspirar a una paz duradera y a una democracia real. Estos son otros tiempos que están movidos por nuevas fuerzas sociales y políticas, que han aprendido del fracaso de la vía armada y le están apostando a reinventar la política y la democracia sin renunciar a su agenda de cambios y transformaciones revolucionarias. 

En tiempos donde resurgen los discursos de odio, la militarización de la vida civil y la normalización del sufrimiento ajeno es urgente desenmascarar la dialéctica de la estupidez. No basta con denunciar sus efectos: hay que atacar sus raíces, combatir la indiferencia, rechazar la desinformación y desarticular las estructuras que la sostienen. La lucidez crítica es un acto de resistencia que construye y transforma.

Hoy más que nunca, defender la paz, los derechos humanos y la dignidad de las comunidades y de los pueblos no es un acto de debilidad, sino el mayor signo de fortaleza y humanidad. Porque en un mundo donde todo conspira contra el sentido común, pensar, amar y transformar son actos radicales y revolucionarios.

*Esta nota fue publicada originalmente en SoNoticias y es compartida con la comunidad de La Conversa de Fin de Semana, gracias a la generosidad del periodista Hernán Riaño.