LA VITRINA DE LA CONVERSA

lunes, enero 08, 2024

La “inteligencia” de la oposición inteligente y la estupidez de sus seguidores*

 


Por: Hernán Riaño

Porque no es solo la clase media, que por aspirar a ser de “la alta”, está en la tónica de defender al opresor; son personas de una condición muy humilde quienes son los que más los defienden.

Termina un año muy esclarecedor para el país y su futuro, marcado por muchos temas que en otras épocas de nuestra historia ni siquiera conocíamos ni mucho menos se trataban. Dejó en claro muchas cosas, develó muchos secretos muy bien guardados y mostró, crudamente, el cómo se había manejado Colombia y quiénes se habían apoderado de ella sin derecho y a sangre y fuego, literalmente hablando.

En los últimos años se ha informado sobre el despojo de tierras a los campesinos pobres por parte de los terratenientes feudales, usando a los paramilitares para ello. Solo hasta el 2.022, con ayuda de la JEP y el actuar del presente gobierno, empezaron a decantarse esas verdades. Comandantes paramilitares como Mancuso y muchos otros contaron ante los tribunales su forma de actuación y de quienes recibían esas órdenes, además del testimonio de militares activos y en retiro que informaron como era su articulación con los “paras” y el cómo se inventaron los mal llamados falsos positivos para obedecer a un gobierno en específico que quería mostrar resultados con su política de “seguridad democrática”.

El país ya lo sabía, pero por arte y magia de los grandes medios de comunicación, como en una novela de García Márquez, convencieron a los colombianos que eso era una fábula y que aquí no pasaba nada.  Solo con el ejercicio de la Jurisdicción Especial para la Paz, La Comisión de la Verdad, algunos periodistas que, si han investigado los hechos y funcionarios honestos del gobierno liderados por Gustavo Petro, se empezó a armar ese rompecabezas macabro de poder y muerte. Hoy muchos militares y exmilitares están investigados, condenados y en prisión por esas atrocidades. También empezamos a saber de grandes empresarios vinculados y financiadores de esos grupos irregulares, inclusive multinacionales que ya están siendo investigadas y sus ejecutivos citados a rendir cuentas.

Pero eso no es todo, el país comenzó a entender las verdaderas relaciones del poder económico con la postración de la mayoría de los ciudadanos, que, según estadísticas internacionales, al finalizar el gobierno Duque, fuimos clasificados como una de las sociedades más desiguales del mundo, con una pobreza y miseria tal, superada solo por dos o tres países en el globo. Su ambición ha llegado a puntos que harían sonrojar a ricos de otros países. Agravado, en la mayoría de los grandes capitales, por su vinculación directa o indirecta al accionar del gobierno de Álvaro Uribe Vélez y sus sucesores.

Empezamos a saber del por qué les arrebataron los derechos a los colombianos, como la salud, el trabajo decente, las pensiones, la participación decisoria y tantos otros de los que gozan ciudadanos de otros países, inclusive cercanos al nuestro. Empezamos a entender que es “democracia”, aunque falta muchísimo para ser realmente conscientes de ese concepto, esa forma de vida y aplicarlo en Colombia; esa es una tarea ardua y dispendiosa que durará varias generaciones. Limpiar la mente de muchos compatriotas de ese gen feudal que se ha apoderado de su ser agravado por la tendencia a permitir y hasta a participar en cosas non santas, es algo que nos llevará mucho tiempo e inversión de recursos de todo tipo.

También vimos muchos líderes, periodistas y miembros del poder legislativo, que aprovechando el “boom” del estallido social, se camuflaron en la esquina progresista, pero no fue, sino que les dieran la oportunidad y pelaron el cobre poniéndose del lado al que verdaderamente pertenecen: la extrema derecha.

Conocimos todo tipo de “profetas del apocalipsis” que predijeron que con Petro el país sería como Venezuela, que muchos se irían del país, que los empresarios sacarían sus capitales para trasladar sus negocios a otras naciones, que, en síntesis, el país se derrumbaría, como si con los gobiernos uribistas estuviéramos igual a los países nórdicos o Suiza. Más que una profecía era un deseo personal; que Petro no hiciera las cosas bien para concluir que el progresismo no sabe gobernar y que solo ellos lo hacen, porque tienen el designio de dios para ello.

Empresarios que les mienten descaradamente a los colombianos, como los de las gaseosas, que a sabiendas de los pésimos efectos para la salud de esos productos, usan periodistas y sus medios, contratan “expertos” para que nos digan que esos efectos son mínimos, ignorando los estudios científicos mundiales que existen al respecto, solo para nombrar un ejemplo.

Ante las reformas supimos que la extrema derecha y los empresarios no tienen argumentos para mantener las cosas tal y como están; las EPS no son eficientes, están quebradas y han desangrado al país por  mucho tiempo, que los fondos de pensiones usan el dinero para enriquecer a sus dueños y cantidad de negocios privados que los ricos hacen con dinero público y por eso usan todos los medios posibles, legales o ilegales para mantener las cosas como están, a costa de la salud y la calidad de vida de los colombianos. Los argumentos se convirtieron en ataques personales a los funcionarios que las adelantan, tratando de deslegitimar su idoneidad y experiencia, hasta en su vida privada se han metido para desviar la atención de lo beneficiosas que son para los colombianos.

En todo esto, los grandes medios de comunicación de propiedad de grandes “cacaos” han jugado un papel muy importante, impulsados por la maledicencia de sus periodistas, que en esto son unos expertos, los “malos hígados” de todos ellos, muchos y muchas vinculados(as) a negocios non santos o a empresarios que los hacen, han demostrado una capacidad enorme de mentir, calumniar, inventar, entrampar para favorecer a sus patrones y a ellos en particular.

Este ha sido un año muy especial en el que hemos visto cosas que no se habían vivido en nuestro país. Nació algo muy raro llamado la “oposición inteligente”, pero que, de eso nada, no piensan, no raciocinan, no investigan, no razonan, no leen, no argumentan, solo salen en esos medios o en las tribunas o pasillos del Congreso a vociferar y gritar, como si con ofensas y alaridos pueden demostrar que tienen la razón. A senadores y representantes les han demostrado que no leen las reformas que no saben de qué se trata, en últimas que sus intereses son otros muy diferentes a garantizar una calidad de vida a los colombianos. Pero ni se sonrojan, pareciera que no “caen en cuenta” de que la embarraron, que hicieron el oso. ¿O será que esa inteligencia que pregonan no es tal, sino que el cerebro no les da para más? ¿Será qué solo los mueve las ansias de poder y de riqueza? O, en últimas, no les importa quedar mal porque saben que no pasará nada.

El cuadro se completa con una gran cantidad de colombianos estúpidos que son capaces de vender hasta a la propia madre con tal de mantener a Uribe y la extrema derecha en el poder. He visto estudios que tratan de explicar el cómo, un pobre que no tiene nada prefiere defender, a quien lo ha dejado en esa miseria; en vez de unirse a sus pares y luchar por una vida mejor. Pero el caso colombiano es de antología, vendedores ambulantes, campesinos miserables, gente que no tiene ni para comer dos veces al día, engrosando las filas de defensores y "apoyadores" de la extrema derecha, porque no es solo la clase media, que por aspirar a ser de “la alta”, está en la tónica de defender al opresor; son personas de una condición muy humilde quienes son los que más los defienden. Por eso traigo a colación esta frase: El enemigo del pobre es otro pobre que se cree rico. Además, atacan sin piedad a quienes, si piensan, dan argumentos y defienden la posibilidad de un mejor país. No se cansan de demostrar su ignorancia y estupidez.

¿Cómo se le puede llamar a esa actitud tan irracional? ¿Cómo se les puede hacer caer en cuenta de la realidad? Trabajo difícil para sociólogos, antropólogos y científicos de las ciencias sociales. La realidad es que son ellos los culpables de lo que ha sucedido con los gobiernos de los últimos 30 años, del estado en que Petro recibió al país y de la feroz oposición que le hacen.

NOTA ACLARATORIA: La RAE define la estupidez de la siguiente forma (1), tomado textualmente:

De estúpido y -ez.

f. Torpeza notable en comprender las cosas.

f. Dicho o hecho propio de un estúpido.

Sin.: idiotez, tontería, imbecilidad, bobería, sandez, memez, necedad, simpleza, tontada, cojudez.

Ant.: inteligencia, agudeza, perspicacia, sagacidad.

*Texto originalmente publicado en SoNoticias – Periodismo verídico para proporcionar elementos para la creación de conceptos propios (wordpress.com)

Las opiniones de los columnistas son de su exclusiva responsabilidad.  Les invitamos a leer, comentar, compartir y a debatir con respeto.

viernes, enero 05, 2024

ROBO PANAMERICANO *

 ¡Qué Juegos Panamericanos ni que mondá!

 Por: Felipe Priast.

La premisa es: ningún contrato en donde estén involucrados los Char, es honesto o legítimo.

Partiendo de esa base, hay que darle las gracias a Petro (o a la supuesta ineptitud de su ministra del deporte) por esos Juegos Panamericanos que se perdieron. Unos juegos de $500 millones de dólares en manos de los Char es como soltarle un contenedor de "Bom Bom Bum" a un curso de prekínder: se iban a robar al menos la mitad, eso para no decir que se iban a llevar toda la gloria, lo cual hubiese sido como añadir insulto al daño, lo cual ya era mucho.

Ahora, Petro, inteligentemente, mató esa vaina, también para joder a esos lavadores inmundos de los Char que están a "dos Doritos" de ser extraditados por traquetos de los carteles mexicanos, eso para no hablar del agravio causado por los Char sobre su hija y sobre él mismo en los partidos de la Selección Colombia en Barranquilla; y más recientemente, en escenarios taurinos.

 ¿A cuenta de qué iba Petro a financiar unos juegos para que la gloria se la lleven sus enemigos? Los argentinos tienen un dicho: “Calentar el mate para que se lo tome otro”, así, igualito.

Habiendo dicho todo esto, esos juegos panamericanos estaban torcidos desde el inicio.

Que dizque no fue la asamblea la que escogió a Barranquilla, sino que fue una decisión “ejecutiva”. ¡Éche!, ¿cómo así? Eso a lo que huele es a que los Char sobornaron a alguien por ahí para ganarse esos juegos, y ensillaron al gobierno de Iván Duque y al de Petro con esos juegos de manera arbitraria.

Ahora, Duque se montó en ese tren porque no le podía decir que no a los Char, a quienes les debía su elección por el cuento de la “Ñeñe Política”, y quizá también porque Duque está untado en el cuento de la facilitada de los puertos para el tráfico de estupefacientes de la Organización del Mayo Zambada. A ese cuento de que los Char fueron los que torcieron los puertos para la salida de droga de los cárteles mexicanos le falta un pedazo, y ese pedazo es el rol de Duque en ese esquema, pues los puertos son supervisados por el Estado, no por un político en particular, y torcer esos puertos requería del poder ejecutivo.

Entonces, Duque accedió a la vaina de los Juegos Panamericanos porque estaba comiendo del billete que generaban los Char con ese cruce. Pero lo que no puso fue el billete. Le dejó todo firmado a Petro para que este hiciera el desembolso. En otras palabras, esos Juegos obtenidos corruptamente fueron una granada con temporizador que le dejó Duque a Petro, quien no es ningún estúpido y vio por donde venían los tiros. Ahí es cuando yo creo que Petro maniobró para no pagar la cuota y así matar esos juegos de mierda.

Y seamos honestos: un país pobre como el nuestro con un presupuesto de $1 billón anual para deporte, ¿en realidad se iba a gastar $2 billones de pesos en esos juegos para que los Char y sus asociados se robaran la mitad?

¡Tú me tienes que estar jodiendo! ¡Bien muertos están esos juegos y ojalá no los revivan con nada!

 ¡Qué los organicen en otra parte, Colombia, y este gobierno de izquierda, tiene otras prioridades!

A mí lo que me da risa son las ambiciones de grandeza de los barranquilleros. Que Fórmula 1, que Juegos Panamericanos, que estatua gigante de Shakira. Es todo un velo de “grandiosismo” para robar. Los Char le están vendiendo milagros y eventos fastuosos a los barranquilleros para robar y lavar a lo perro. Toda la economía de Barranquilla es un lavadero asqueroso, toda la ciudad funciona con base al narcotráfico y el lavado de activos. Nada más hay que ver cómo ha crecido la construcción en Barranquilla en los últimos 30 años. Ha sido todo con dinero sucio o de dudosa procedencia. Es una ciudad narca al 100% y los capos de este “cartel” son los Char.

Barranquilla está en la misma situación que estaba Cali en los 90s. con los Rodríguez Orejuela.  Y a los que reclaman que porque Petro esto, o Petro lo otro, más bien cállense la puta boca.

 ¡A Dios gracias! Petro, mató esos juegos que no iban sino a servir para que los Char y su maquinaria de amigos y contratistas corruptos se robara la mitad y la lavara…

Loco, confórmense en Barranquilla con organizar el “Campeonato Nacional de Chequita”, porque las finanzas de Barranquilla no dan para más….  ¡Qué Juegos Panamericanos ni que mondá!

Eso lo que iba a ser era un “Robo Panamericano”.

Gracias Presidente Petro por proteger esos $500 millones de dólares…Y los Char que se coman un contenedor repleto de cotopla... ¡turcos traquetos de mierda! 

*Texto tomado del Grupo: Seminario Taller de Periodismo Alternativo y Contrahegemónico 

martes, diciembre 19, 2023

TransMilenio vence el temor a una condena por falsedad y fraude procesal*

 

Por: Germán Navas Talero y Pablo Ceballos Navas

Editor: Francisco Cristancho R.

La mejor dieta no es la parlamentaria sino la de la mesura.

Estuvimos preguntando a algunos conocidos boyacenses qué saben de los Ramírez: nos dijeron que son conservadores, lo cual es problema de ellos; que siempre han hecho plata con la política y que el papá se alió con alias “Mi Sangre” y “El Doctor” –connotados delincuentes, el uno paramilitar y el otro narco– y puso a disposición de estos su curul y su tiempo, como quedó acreditado con las horas de conversaciones que interceptó la Fiscalía entre el congresista y sus patrones

La obsesión de los alcaldes de Bogotá por el TransMilenio es rayana en un trastorno clínico: incluso antes de posesionarse, el alcalde electo ocupa sus primeras reuniones en garantizar la pervivencia del modelo económico del sistema, cuyo fracaso se ha probado y demostrado. Una de las primeras decisiones que deberá tomar Carlos Fernando Galán a su llegada al Palacio Liévano es si incrementa o no la tarifa del sistema de transporte. Los enterados especulan sobre un aumento entre el diez y el veinte por ciento, llevando el valor del boleto a alrededor de 3.200 pesos. Al margen de la discusión sobre su conveniencia y oportunidad, es preciso recordar que el ciudadano no paga la tarifa completa de su viaje pues este es subsidiado en porción importante con recursos públicos del orden de los 2.7 billones de pesos en la última vigencia fiscal. Y, aun así, prácticamente sostenido con el dinero de los contribuyentes, el modelo concesionado no logra llegar a números verdes. Los bogotanos recordarán que tan solo hace unos meses los operadores y su gerente (también pagado con recursos públicos) amenazaron con el cese de operaciones si el gobierno nacional no entregaba aún más plata para cubrir el que ellos llaman “déficit” y que, aunque semánticamente parecidos, realmente se debe a un defecto muy conveniente para ellos en la estructuración del negocio.

Hemos sabido que ante un juzgado municipal de Bogotá se adelanta una actuación penal en contra de funcionarios del Instituto de Desarrollo Urbano y de Catastro Distrital con ocasión de una acusación promovida por la Fiscalía por los delitos de falsedad ideológica en documento público y fraude procesal, cometidos durante la fiebre de la alcaldesa por la expropiación de bienes privados para la construcción de troncales de TransMilenio. Vemos con satisfacción que las protestas ciudadanas y los reclamos por las constantes intimidaciones y abusos de la administración distrital han sido atendidas por el ente acusador y están siendo dirimidas en una corte de derecho. Sin desmedro de lo anterior, hemos de advertir que incluso con causa penal a bordo los que siempre ganan siguen ganando: si se expropia y se derrumba lo suficiente antes de perder el poder, quien ha de sucederlo(a) no tiene alternativa distinta a seguir el curso de su predecesor(a) o de lo contrario se expone al detrimento patrimonial del Estado. Lo cierto es que cualquier bogotano debe preocuparse cuando vea a un funcionario distrital siquiera avistando su domicilio a la distancia, pues si tienen en mente pasar buses por encima de su casa o edificio no habrá tuitiva que valga. Dicho de otra forma, puesto el ojo, ordenada la expropiación.

–Pasando a otro tema– Estos son buenos días para la administración de justicia: la Sala de Instrucción de la Corte Suprema de Justicia no se deja entretener en novenas ni baja la marcha en la víspera de la vacancia y por ello actuó sin demora ante la presencia de indicios graves de ideación, organización y dirección de un “entramado criminal” por cuenta del senador del Centro Democrático, Ciro Alejandro Ramírez. Si Ciro leyera esto hoy, lo haría desde una celda de la cárcel La Picota, establecimiento en el que estará recluido por un buen tiempo durante el cual el país se tendrá que privar de sus excelsos análisis económicos por los que algunos lo tenían como uno de los ‘buenos’ de la bancada uribista. Por lo visto Ciro Alejandro no solo lleva el apellido de su papá sino también su inri en materia penal. Estuvimos preguntando a algunos conocidos boyacenses qué saben de los Ramírez: nos dijeron que son conservadores, lo cual es problema de ellos; que siempre han hecho plata con la política y que el papá se alió con alias “Mi Sangre” y “El Doctor” –connotados delincuentes, el uno paramilitar y el otro narco– y puso a disposición de estos su curul y su tiempo, como quedó acreditado con las horas de conversaciones que interceptó la Fiscalía entre el congresista y sus patrones, a quienes habría convencido de ser “la puerta de entrada al Congreso”.

Los que han estado pendientes de la reforma laboral están contentos de que el recargo nocturno vuelve al comienzo de la noche mientras avanza el trámite de los demás artículos en el Congreso. Aunque haya asalariados que denostan del proyecto, que no es otra cosa que restituir los derechos globalmente reconocidos a los trabajadores y que en Colombia fueron cesados bajo la promesa de más y mejor empleo que jamás se hizo realidad, no son pocos los ciudadanos que celebraron este triunfo en el debate sobre la reforma.

En otra oportuna decisión de la justicia, esta semana un juez de la República condenó a cuarenta años de prisión al policía que torturó y asesinó a Javier Ordóñez en un grotesco caso de abuso policial que encendió las calles por haber quedado registrado en video. Esperamos que con la misma eficacia y seriedad sean decididas las causas abiertas con ocasión de los excesos en el uso de la fuerza que siguieron a la publicación del video de la tortura a Ordóñez y que concluyeron en al menos once homicidios extrajudiciales.

Adenda: los que están de plácemes con la llegada del nuevo año son los gastroenterólogos y los nutricionistas que atenderán los excesos de diciembre. A todos nuestros lectores les deseamos una feliz Navidad.

Adenda dos: un internauta nos recuerda este titular del 25 de febrero de 2023 publicado en Infobae: “Claudia López sería investigada por gastar un billón de pesos en publicidad”. ¿Qué será de eso? Averiguaremos.

Texto publicado originalmente en https://sonoticias0.wordpress.com/ y compartido con la comunidad de La Conversa de Fin de Semana gracias a la generosidad de nuestro aliado, el periodista Hernán Riaño, director de Sonoticias

Las opiniones de los columnistas son de su exclusiva responsabilidad.  Les invitamos a leer, comentar, compartir y a debatir con respeto.

 

martes, diciembre 12, 2023

De cóndores y carruseles*

Por: Germán Navas Talero y Pablo Ceballos Navas

Editor: Francisco Cristancho R.

Imaginen ustedes, si un decreto del gobierno que dio cumplimiento a una orden del Consejo de Estado armó semejante zaperoco entre los congresistas, ¿cómo recibirán la propuesta de despenalizar por completo el uso de la marihuana?

Un diario capitalino abre su edición sabatina con el titular “Cóndores no vuelan todos los días”, expresión que nos hizo recordar una obra de antaño llamada “Cóndores no entierran todos los días”. A diferencia de aquella, esta no se refería al pájaro majestuoso que surca los Andes, sino a los pajarracos; término que precedió a la apócope ‘paraco’, pero que se refería a lo mismo: sujetos que mataban por negocio y, para justificarse, decían tener alguna ideología retardataria. En Tuluá –municipio en donde se desarrolla la obra– Germán recuerda que los visitantes eran recibidos por un aviso que se leía “ha llegado usted a Tuluá, remanso de paz, corazón del Valle”, al que algún estudiante agregó “nido de pájaros”. Solo podemos imaginar la confusión que producía para la época la palabra pájaro, pues uno no sabría a ciencia cierta si debía cuidar de él o cuidarse de él.

Vemos con preocupación que este municipio, a noventa minutos en carro de Cali, no se ha librado del yugo de los delincuentes: durante la campaña electoral fue asesinado un parapentista que desde el cielo hacía proselitismo en favor de un candidato aparentemente odiado por los narcos, candidato que tampoco pudo hacer campaña pues –según cuenta la prensa– los criminales le tenían vedado abandonar su residencia. En el municipio pocos saben lo que ocurre y cada vez son menos quienes se atreven a reportar la escalada narcoparamilitar que se tomó el municipio: no queda ni una emisora local, puesto que sus directores y reporteros tuvieron que abandonar –con la mejor de las suertes– el oficio, mientras que otros con menos suerte se vieron forzados al desarraigo e incluso al exilio.

Las amenazas se entreveran y son tantos grupos delincuenciales –o al menos así se quieren presentar– que es difícil llevar registro de todas las intimidaciones y ataques a la población civil. Bien lo resume el periodista Robert Posada en entrevista con El País (de España, por supuesto, pues aunque el tema les sea más próximo seguro que no interesa a los editores y nuevos propietarios del homónimo de Cali): “casi que por cada alimento hay un cartel”.

Las cosas no están bien en Latinoamérica y advierten empeorar: una guerra en ciernes entre Venezuela y Guyana, y un golpe de Estado en curso en Guatemala. A buena hora el presidente Petro manifiesta su voz de protesta y convoca a los líderes de la región para rodear a Bernardo Arévalo, presidente electo del país centroamericano y a quien una muy corrupta e igualmente organizada clase política pretende cesar antes de jurar el cargo. Además de las reminiscencias que saltan a la vista, la ruptura del proceso democrático en Guatemala –unido al régimen autocrático de Bukele en el vecino Salvador– pone en grave riesgo la estabilidad de la región y nos retrotrae a la época de dictaduras, represiones y censuras. Ojalá el pueblo guatemalteco y el concierto internacional detengan este intento de subrogar la voluntad popular y dejen en evidencia a la camarilla que con el apoyo del narcotráfico gestó y ahora impulsa el golpe.

Volviendo al terruño, publica El Espectador en su edición del sábado un reportaje sobre el estado de la seguridad en Bogotá tras cuatro años de gobierno de Claudia López. Los entendidos en la materia coinciden en que se fue al traste, igual que la movilidad, la limpieza y el bienestar de los ciudadanos. Todo lo malo aumentó, incluso los negocios para los implicados en el carrusel de la contratación, que volvieron al ruedo –¿o al carrusel? – con la alcaldesa cuidadora, quien supo protegerlos con contratos por el orden de los 35.000 millones de pesos, según denuncia del concejal Diego Cancino. Nos unimos al mensaje de Daniel Coronell en su reporte de La W: hará falta la voz crítica de Cancino en el Concejo de Bogotá, pues se requiere coraje y convicción para enfrentarse a una integrante de su propio partido y máxime al considerar que su oposición a esta pudo costarle la reelección, pues como lo cuenta Carlos Carrillo, la alcaldesa tenía favoritos en el cabildo distrital e hizo de madrina para garantizarles la curul en el siguiente periodo. Para evitar fútiles indignaciones, por madrina nos referimos a la cuarta acepción del término en el diccionario general de la lengua española de la editorial Larousse, que se lee: “[m]ujer que protege o ayuda a una persona, en especial en su vida profesional, o que da su ayuda, apoyo o protección, especialmente económica, para el desarrollo de un proyecto o una actividad.”

Adenda: un amigo nos daba su definición de la depresión como el estado anímico de la mayoría un lunes a las diez de la mañana sin cinco en el bolsillo y con cuentas por pagar. Razón no le falta y su sapiencia deviene especialmente valiosa en estas semanas de excesos.

Adenda dos: el Congreso de la República, uno de los peores en las últimas décadas, aún no se pone de acuerdo en una fecha para dar trámite al proyecto de ley que busca la legalización del cannabis para uso adulto. Imaginen ustedes, si un decreto del gobierno que dio cumplimiento a una orden del Consejo de Estado armó semejante zaperoco entre los congresistas, ¿cómo recibirán la propuesta de despenalizar por completo el uso de la marihuana?

*Texto publicado originalmente en https://sonoticias0.wordpress.com/ y compartido a la comunidad de La Conversa de Fin de Semana, gracias a la generosidad de nuestro aliado, el periodista Hernán Riaño

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