LICENCIA
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LA VITRINA DE LA CONVERSA
miércoles, julio 21, 2021
La gente de gris, la memoria histórica y la colectiva (II)
lunes, julio 19, 2021
sábado, julio 17, 2021
viernes, julio 16, 2021
lunes, julio 12, 2021
sábado, julio 10, 2021
domingo, julio 04, 2021
El Cauca y la regulación de la coca
El Cauca y la regulación de la coca
Por: Omar Orlando Tovar Troches – ottroz69@gmail.com-
A pesar de que la llamada clase dirigente del Cauca ha tenido una prolongada presencia en el escenario de la política nacional, casi que desde el nacimiento mismo de Colombia como República independiente del imperio español y de que la existencia del atraso y la pobreza de esta región, coinciden con esta larga e inútil figuración; sólo hasta después de doscientos años, un representante de esta comarca, salido de las históricamente relegadas y discriminadas comunidades indígenas, ha tenido la sensatez de plantear una alternativa para sacar de la pobreza y de la guerra a todas sus comunidades.
Imagen: Feliciano Valencia - Senador del Cauca
El senador
caucano Feliciano Valencia (Movimiento Alternativo Indígena y Social –MAIS–)
junto con el senador Iván Marulanda (Partido Alianza Verde), presentaron y han
sacado adelante, al menos en su primer debate; un proyecto de ley que plantea
un cambio de paradigma de la política de drogas en Colombia: el Proyecto de Ley “Por medio del cual se establece el marco
regulatorio de la hoja de coca y sus derivados y se dictan otras
disposiciones.”
Si bien es
cierto que esta proyecto ha tenido un histórico avance, todavía tiene un largo
y azaroso camino para su consolidación, dadas las circunstancias de correlación
de fuerzas en el congreso colombiano, puesto que las derechistas mayorías
oficialistas, ya han planteado su férrea oposición a esta audaz propuesta de
cumplimiento del Acuerdo de Paz Estable y Duradera, que busca ponerle freno a
los graves problemas que el cultivo, transformación y comercio ilegal de los
derivados de la hoja de coca, le han ocasionado al país y que han agravado los
casi que tradicionales problemas de inequidad, exclusión, pobreza, violencia
guerra y atraso de regiones como el departamento del Cauca.
La
propuesta de regulación de la producción de la hoja de coca y de sus derivados,
liderada por el senador indígena Feliciano Valencia y el senador de la Alianza Verde Iván Marulanda,
recoge, no sólo la visión de los saberes ancestrales de las comunidades
indígenas del cauca, víctimas del actual esquema de guerra anti drogas, sino
que también recoge los resultados de estudios y análisis de sectores
científicos, académicos y políticos de Colombia y del mundo entero, que desde
hace mucho tiempo atrás, han venido señalando el fracaso del actual esquema de
lucha antidrogas, dados los pobres resultados en erradicación de sembradíos,
disminución de producción de cocaína exportada, control del blanqueo de
capitales, frente a los inmensos gastos de recursos económicos en armamento y
logística para fumigaciones y erradicación forzosa, así como el grave daño
ambiental, la nula disminución del consumo y la invaluable pérdida de vidas
humanas.
Ahora que
los sectores más acomodados de las sociedades del mundo, hablan de un
sospechoso regreso a la normalidad, bien vale la pena evaluar con detenimiento,
propuestas de cambio de algunos paradigmas
económicos, ambientales y sociales, como las que están planteadas en el
proyecto de ley de los senadores del MAIS y la Alianza Verde, para empezar a
transitar el camino del no regreso a esa normalidad de pobreza, exclusión,
desplazamiento, guerra y muerte que quedó desnudada durante la actual crisis
sanitaria y económica ocasionada por la peste del COVID19.
Teniendo
en cuenta que, a la hora de escribir esta nota, aún se ven y se oyen las miles
de voces inconformes con el pésimo manejo que tanto a la peste, pero sobre
todo, a la economía y a la sociedad en general, le han dado los partidos de
derecha que han gobernado a Colombia, durante estos últimos doscientos años y
de los que han hecho parte nobilísimos representantes de la clase política
caucana, es fácil caer en un razonable pesimismo, frente al futuro de esta
iniciativa de regulación de producción de la hoja de coca y sus derivados, dado
que; el uribismo, dueño de casi todos los entes del Estado colombiano, así como
un, todavía, amplio sector de la opinión pública internacional, miran con un
recelo doble moralista, proyectos de formalización del cultivo y transformación
de productos como la coca, la marihuana e incluso la amapola, que antes de ser
vistos como el origen del mal, deberían ser vistos como oportunidades de
redención.
No
obstante, el arduo camino que todavía tienen que transitar propuestas de
control de los cultivos y procesamiento de la coca y la marihuana, hay que
felicitar a los senadores Feliciano Valencia e Iván Marulanda, así como los
demás congresistas que acompañan esta iniciativa, por su empecinamiento en
avanzar en la búsqueda de la solución de los graves problemas que padecen el
Cauca y otras regiones de Colombia. Es una lástima el poco tiempo que queda de
este periodo legislativo y que les tocó luchar con la inutilidad, la torpeza y
la doble moral de una derecha recalcitrante, dueña del poder económico y
político en Colombia.
Amanecerá
y veremos, que dicen los próximos elegidos frente al Cauca y la regulación de
la coca.
Adenda: Para más y mejor información
acerca del Proyecto de Ley “Por medio del cual se establece el marco
regulatorio de la hoja de coca y sus derivados y se dictan otras
disposiciones.”; dirigirse a:
·
¿Qué ganaría Colombia si legaliza
las drogas ilícitas? | Revista Pesquisa Javeriana
·
Coca y paz: el mito de Sísifo en el
Cauca – Proclama del Cauca y Valle
sábado, julio 03, 2021
lunes, junio 28, 2021
Ultraderecha en Colombia y la psicopatía exitosa
Ultraderecha en Colombia y la
psicopatía exitosa
Imagen: listennotes.com |
Un tiempo después, con curiosidad, pero, sobre todo con asombro, este opinador, leyó con ávido interés la columna de Ricardo Silva en El Tiempo de septiembre de 2019, titulada ¿Será que Colombia necesita un Psiquiatra General de la Nación? (Ver: Ricardo Silva: Historia de la locura en Colombia - Música y Libros - Cultura - ELTIEMPO.COM), en la que Silva Romero, desarrolla, como lo hacen los que saben, aquella vaga idea que, quien les escribe, había alcanzado a garabatear tiempo atrás. En las líneas de Romero Silva, se sustentó de manera más completa, la sospecha de la presencia de una anomalía en la salud mental de la sociedad colombiana, pero ahora, involucrando, o mejor, replanteando el esquema del síndrome de Estocolmo, para ponerlo en términos, no de la enfermedad de la víctima, si no en términos de la enfermedad de los victimarios.
Imagen: estilonext.com |
La sospecha de la presencia de algún tipo de desorden sicológico comunitario, o al menos en buena parte de la comunidad, se vio reforzada en tiempos recientes, al atestiguar la manera en la que la mayoría de quienes pueden votar en Colombia, elegían una y otra vez, a quienes representaban las propuestas políticas soportadas en un modelo socio económico de gobierno de exclusión, desamparo, olvido y violencia, aun cuando públicamente la mayoría de miembros de la sociedad expresaran su desespero por la constante crisis económica y el desempleo, así como su deseo de paz, así lo evidenciaron los resultados de la consulta anti corrupción y la re elección del uribismo en el gobierno nacional, no obstante que durante la campaña electoral, planteara su objetivo de hacer trizas el Acuerdo de Paz, recientemente alcanzado.
Al hacer un muy superficial y muy limitado análisis sobre las características sicológicas de la clase política colombiana, para este humilde opinador los victimarios (En el esquema del Síndrome de Estocolmo), siguiendo con el planteamiento de Ricardo Silva, es posible encontrar que, efectivamente, la dirigencia colombiana, cumple con los presupuestos sintomáticos de quienes padecen lo que se conoce como Trastorno Antisocial de la personalidad - TAP(psicopatía), tales como: “falta de remordimiento o empatía por los demás, la falta de culpa o la capacidad de asumir la responsabilidad de sus acciones, el desprecio por las leyes o las convenciones sociales y la inclinación a la violencia y una naturaleza engañosa y manipuladora.”[1]
Imagen: elcolombiano.com |
Es claro que, aunque hace falta una verdadera aproximación científica al fenómeno aquí esbozado, no obstante que ya existan algunas en el plano internacional, en las que la presencia de los TAP en la clase dirigente está sustentada (ver: Trastornos de Personalidad y Violencia. Artículo de Reflexión Para el Posconflicto Colombiano en Enlace ORCID: http://orcid.org/0000-0001-7495-0314 ), la afición de la dirigencia colombiana, al menos la de los últimos veinte años, por imponer por la fuerza sus puntos de vista, incluso con el abuso de la autoridad, irrespetando de paso, los derechos de las mayorías, evadiendo la responsabilidad e incluso, atribuyéndosela a las víctimas, confirma que la permanencia de la ultraderecha en el poder, es reafirmación de que en política, al menos en Colombia; la psicopatía en el poder es exitosa.
[1]Alonso, María y Skodol, Andrew, en: ¿Qué
diferencia a un psicópata de un sociópata? y Trastorno de la personalidad
antisocial (TPA), respectivamente. Disponibles en: ¿Qué
diferencia a un psicópata de un sociópata? | Psyciencia y Trastorno
de la personalidad antisocial (TPA) - Trastornos psiquiátricos - Manual MSD
versión para profesionales (msdmanuals.com)
sábado, junio 26, 2021
jueves, junio 24, 2021
lunes, junio 21, 2021
HAY QUE CONVENCER A LOS DEL CENTRO
HAY QUE CONVENCER A LOS DEL CENTRO
Por: Omar Orlando Tovar Troches ottroz69@gmail.com
Ahora que gracias al sistema de comunicación del uribismo, nos hemos dado cuenta que las movilizaciones sociales tienen objetivos políticos y hasta electorales, se hace necesario empezar a dar los pasos precisos para transformar todas esas expresiones de descontento y reclamo de cambio, en mecanismo efectivos para lograr que esas masivas movilizaciones en las calles, carreteras y redes sociales, se transformen en los votos para elegir a un nuevo congreso y ojalá a un nuevo ejecutivo nacional, que garanticen la oportunidad de construir un país distinto a este, que hemos heredado y que les estábamos heredando a las generaciones futuras.
Contrario a
lo que planteaban las nuevas castas de opinadores y periodistas al servicio del
gobierno de Duque, la dispersión de coordinaciones del Paro Nacional, traducidas
en primeras, segundas, terceras y cuartas líneas, a lo largo y ancho de
Colombia, antes que ser un signo de debilidad, al que tanto le apuntó y le
apuntan los voceros de Uribe, tal dispersión; se ha convertido en un valioso
recurso, lleno de novedosas perspectivas y formas de hacer política, que antes
que chocar con la vieja dirigencia social, ha empezado a refrescar esos
tradicionales modos de pensar y hacer.
Sin
embargo, tras una larga batalla, en la que, efectivamente se alcanzaron grandes
avances en lo reivindicativo, en lo político, pero, sobre todo; en lo
organizativo, es preciso, no quedarse solo en los triunfos, que, aunque
valiosos, aún son insuficientes para lograr un gran cambio del modelo, que por
más de doscientos años ha ordenado a la sociedad colombiana. En este punto, los
nuevos escenarios del Paro, llamadas Asambleas Populares Permanentes, tienen
que servir, en primer lugar, como verdaderos puntos de encuentro democrático,
de los cientos de miles de colombianos, desencantados e indignados con el
sistema y con sus gobiernos, de forma tal, que lo que allí se acuerde y se
mandate, sea fruto de verdaderas representatividades y del consenso.
De otro
lado, al realizar los urgentes balances, es menester analizar el futuro mediato
de las movilizaciones, en el entendido de que, la derecha ya viene implementando toda una estrategia de
manipulación de la opinión pública, por medio de informaciones tendenciosas,
verdades a medias y de señalamientos, tanto al paro como a sus coordinaciones,
de forma tal, que dentro de la memoria colectiva, se vaya posicionando al paro
y a su dirigencia, como los causantes de la exclusión, la miseria, la violencia
y la muerte que padecen millones de colombianos de todas las edades y no, los
malos gobiernos de los partidos tradicionales, que han gobernado durante toda
la historia republicana de Colombia.
Es
precisamente en este punto, el de la manipulación de la opinión, en el que las
dirigencias sociales de base, tienen que prestar especial atención, puesto que,
si bien es cierto que a momentos de escribir estas notas, los porcentajes de
favorabilidad que tienen las movilizaciones sociales y el paro, sobrepasan el
70%, también lo es, el hecho, fácilmente constatable, del paulatino re
alinderamiento hacia el statu quo, por parte de algunos miembros de los
estratos medios (personas con trabajo estable, propietarios de pymes,
profesionales independientes emprendedores, como se auto clasifican y
pensionados) que poco a poco, vienen sucumbiendo a la constante manipulación,
que de ellos hace, la derecha colombiana, a través de su sistema informativo.
Este
segmento de la población, el de los estratos socio económicos 3,4 y 5, es el
sector de la sociedad colombiana, que ha encontrado en las posiciones de centro
o de “apoliticismo”, un conveniente refugio, para protestar cuando sus
intereses particulares se ven seriamente afectados (principalmente impuestos y
tarifas de servicios públicos) y a la vez, para no involucrarse en lo que
muchos de sus miembros consideran, polarizaciones innecesarias, cuando de
reclamar los derechos de los otros estratos se trata. Es a este particular
grupo poblacional, los del centro, al que toda la dirigencia social de base,
debe prestar especial atención, para poder traducir sus reivindicaciones y
exigencias sociales en votos. Imagen: Coalición centrista de Colombia. Tomada de Confidencialcolombia.com
La empatía que despertaron las novedosas movilizaciones sociales, la indignación y el rechazo que provocaron los desmanes del uribismo, pero sobre todo, una especie de hermandad en el desamparo, causada por el mal gobierno de Duque, alcanzadas dentro de miles de ciudadanos y ciudadanos de las capas medias urbanas, son los puntos de partida para empezar a construir, nuevas rutas de acercamiento, pero sobre todo, de pedagogía, para acabar de convencer, a este sector, de que en el centro político, no es posible encontrar la salida al atolladero, en el que la derecha de extremo nos ha dejado y que ya los alcanzó a ellos y ellas.
Hay que
insistir en que este avance de la protesta social, también es el triunfo de la
gente que se refugia en el mal llamado centro político, que es por la ruta de
estar juntos y no por la salida facilista de apelar a hacernos pasito en
elecciones, por donde se puede lograr el fin de este modelo corrupto e inhumano
que nos está exterminando.
domingo, junio 20, 2021
viernes, junio 18, 2021
martes, junio 15, 2021
El espacio público como punto de encuentro de la protesta social y la política
El espacio público como punto de encuentro de la protesta social y la política
Por: Omar Orlando Tovar Troches -ottroz69@gmail.com-
El desarrollo de las tecnologías de comunicaciones le ha
aportado al ejercicio político masivo de las sociedades, un agregado
importante: La omnipresencia del mensaje sobre el que las personas pretender
crear cohesión social.
Si bien es cierto que la irrupción de las redes sociales de
internet, le ha aportado unos elementos importantes a la movilización social,
en lo atinente a la convocatoria o la propagación instantánea del discurso
social sobre el que se quiere crear solidaridad, también lo es, el hecho
verificado de que fenómenos como el de los Indignados
en España, la primavera Árabe, o
las protestas sociales de los pueblos
ancestrales colombianos, siguen demostrando la importancia del encuentro o
la toma de algún espacio público determinado, que ponga en el centro de la
opinión pública; el o los asuntos sobre los que algún grupo determinado de la
sociedad quiere ejercer su derecho a publicitar dicho interés político.
Convocatoria Paro en Colombia 2021, tomada de perfil facebook. |
La sociedad se encuentra ahora en medio de dos “espacios públicos”; el históricamente buscado y aún hoy vigente, representado en las espacialidades físicas (plazas, parques, calles, carreteras) y el virtual ubicado en los medios masivos de comunicación y las redes sociales de internet. Ambas espacialidades han configurado otros tipos de movilización social, que no requieren de la convocatoria permanente a asambleas informativas y motivacionales de tal o cual grupo social, puesto que usa las herramientas comunicativas de las tecnologías de la comunicación para difundir el discurso central; que convoca a la acción política que se desea, tal como lo demostraron el M15 (indignados) en España, la Primavera Árabe o las protestas sociales en Latino América, que terminaron en la presencia de estos grupos sociales en los espacios públicos físicos de Madrid, El Cairo o en las carreteras del Sur-Occidente de Colombia.
Es claro apreciar que la movilización social es un fenómeno
que, si bien tiene infinidad de motivaciones, en su conjunto; es la expresión
política de cualquier sector de la llamada Sociedad Civil. El espacio público,
como ya se anotó, deja de ser un elemento accesorio de dichos fenómenos, para
convertirse en el elemento fundamental de estas expresiones sociales, ya que
sigue siendo fundamental a la hora de visibilizar de manera presencial la
adhesión que tiene cualquier discurso reivindicativo de la comunidad, no obstante,
la irrupción de las redes sociales de internet a la hora de convocar y
visibilizar estos fenómenos sociales.
La acción política
siempre opera en la movilización social, cuando en determinado espacio público,
este ente social movilizado desplaza su cuerpo, del lugar que se le ha asignado
o cambiando el destino de dicho espacio, en la búsqueda de que ese espacio físico de acción política, permita la
posibilidad de que todos los sujetos de la movilización que se encuentren en calles,
carreteras, plazas o incluso barricadas, sean considerados como sujetos de
derechos que merecen la oportunidad de ser vistos y oídos.
Imagen de uno de los llamados Puntos de Resistencia (Calipso) en Cali-Valle-Colombia, Abril 2021- perfil de facebook |
Movimientos como el
15M en España, la Primavera Árabe, las marchas de los indígenas en Colombia o
los paros de Chile y Colombia, se han constituido en hitos sociales de búsqueda
de apertura y decisión en lo político; en el seno de espacios públicos
históricamente hegemonizados por la institucionalidad. De alguna manera la aparición
y desarrollo de estos fenómenos sociales, intentó y logró cambiar la codificación
estatal que ordena cómo y dónde podían expresarse las voces de la sociedad, qué
es lo que se puede expresar y hasta cómo pueden los medios de comunicación mostrar
lo que acontece en el espacio público.
En resumen, se puede
afirmar, sin riesgo a equívoco, que la protesta social, la movilización o la
convocatoria virtual en las redes sociales de internet buscan generar acciones
que cambien en alguna forma el estado de las cosas, alterando momentánea o
permanentemente, el orden urbano o rural normalizado institucionalmente, es
decir; la protesta es una acción política premeditada.
jueves, junio 03, 2021
Colombia entre el romanticismo comunitario y el fascismo individualista
Colombia entre el romanticismo comunitario y el
fascismo individualista
Por: Omar Orlando Tovar Troches -ottroz69@gmail.com-
Por estos días de conflictividad social, en los que la
indignación, pero sobre todo el desespero que expresan las mayorías en calles,
carreteras y redes sociales, ha puesto en evidencia la verdadera realidad de
Colombia, de cantidades inmensas de ciudadanos empujados sin remordimiento
alguno hacia la pobreza y la miseria, con tal de mantener la confianza
inversionista y las groseras ganancias del empresariado amigo del uribismo, se
ven a sus voceros, los de los gremios, en noticieros, informativos y hasta programas de variedades de radio,
televisión e internet, llamando, ahora sí, a la búsqueda de consensos y de
solidaridad, con ellos, los gremios; por parte de la comunidad hambrienta y
desesperada que protesta.
Imagen Paro nacional Colombia 2021 de CLARO |
La cosa, descrita así, no debería pasar de una
irritante anécdota protagonizada por los voceros de la institucionalidad gremial.
El problema con estos llamados a la solidaridad y a los acuerdos, es que éstos
se hacen junto con la manipulación oportunista de las llamadas encuestas de
opinión, a partir de la alteración de la verdad, por medio de piezas de propaganda
oficial, hecha y difundida por los medios amigos del uribismo, en las que la
justificada indignación y la constitucional protesta de la ciudadanía, termina
siendo señalada como la culpable de todos los males de la nación.
La estrategia de tergiversación de la realidad social
que padecen la mayoría de los colombianos, siempre ha tenido como finalidad, la
construcción de un relato social, artificialmente consensuado, en el que lo
realmente importante, es mantener una normalidad, así sea la mal llamada nueva
normalidad de la peste, en la que a toda costa se debe resguardar, ya no la
integridad física de la sociedad en su conjunto, sino la integridad del
mercado, especialmente el sector comercio de la economía, para lo cual, el
sacrificio mayor, incluso el de la vida misma, debe ser puesto por el ciudadano
común, confiado depositario de las libertades de movilizarse, pero sobre todo
de comprar, así no tenga con qué.
Dentro de esta lógica del mercado, situaciones de
dislocación de la nueva normalidad de consumo, tales como la protesta social y
las interrupciones de la movilidad, ponen en serios aprietos a poderosos
sectores de la economía, que ven como su grosero incremento de ganancias, se ve
interrumpido por la acción aleve, según ellos y algunas ellas, de vándalos
desadaptados, que se rehúsan a mal vivir en el mundo de ensoñación consumista
al debe, que gobierno y medios les venden y les imponen a través de las redes
masivas de información.
Ya en este punto, en el que las mayorías de viejos y
nuevos pobres, se han dado cuenta de la verdadera realidad económica, en la que
la prosperidad es patrimonio exclusivo de unos pocos y la miseria es
socializada entre las grandes mayorías, es en el que, de manera desesperada, la
elite corporativista que gobierna Colombia, acude a la reconstrucción de su
relato de búsqueda de consensos y de solidaridad, no necesariamente en búsqueda
de más y mejores oportunidades y garantías de bienestar para todos, sino de más
y mejores garantías de mantener el esquema en el que unos pocos siguen siendo
beneficiarios de todas las gabelas del estado, a costa de la salud, la
educación, el empleo y el buen vivir del resto de la sociedad.
Ante la imposibilidad de seguir con el meta relato del
enemigo nacional del castro chavismo, o de un todo poderoso Gustavo Petro, como
maestro titiritero del mal, tanto gremios como su gobierno, se han dado a la
tarea de la construcción de otra narrativa en la que, el nuevo enemigo termine
siendo la protesta social, que socaba las libertades del individuo y atenta
contra el bienestar general, un enemigo de múltiples cabezas, pero que se
pueden personalizar en los vándalos de primera y segunda línea, ahora
declarados objetivos de alto valor para las FF.MM. y las auto defensas
ciudadanas.
Imagen: Indígenas son atacados por ciudadanos armados del sur de Cali durante protestas 2021. Perfil Facebook. |
Si bien es cierto que a la hora de escribir estas notas, ya se vienen dando, así sea a marchas forzadas, los primeros pasos para el esperado encuentro entre el gobierno nacional y las distintas expresiones de la protesta social, la desconfianza que siente la mayoría de los colombianos hacia la institucionalidad gremial y estatal, así como la intransigencia de sectores de la ultra derecha en el poder, no han permitido que se avance en la ruta de una negociación, en la que las justas reclamaciones de millones, acompasen el desaforado deseo de ganancias de unos pocos.
Este desencuentro no es cosa diferente que la
expresión pública de una vieja contradicción social, no solo presente en
Colombia, sino en muchas otras latitudes, en la que se enfrenta el romanticismo
social alrededor de lo realmente comunitario y el individualismo extremo,
devenido en la justificación del fascismo como mecanismo para mantener los
privilegios de una minoría. Tal cual.
martes, mayo 25, 2021
YO APOYO EL PARO; PERO …
Yo apoyo el Paro; pero ...
Por: Omar Orlando Tovar Troches -ottroz69@gmail.com-
No obstante, el mayoritario y abrumador respaldo que
han alcanzado las jornadas de protesta, iniciadas el pasado 28 de abril de 2021,
tal y como se puede constatar en los resultados de los sondeos de opinión,
publicados recientemente, incluso por empresas consultoras afines al actual
gobierno nacional de Iván Duque, aún subsiste y empieza a crecer, un sector de
la sociedad colombiana que aún no se convence o ha dejado de creer en la
justeza y necesidad de las protestas. Este sector corresponde al de aquellas
personas, cuya opinión sobre la protesta se resume en la expresión: Yo apoyo el
paro; pero…
Es normal que jornadas de protesta de tan larga
duración, sufran un desgaste, bien sea por el cansancio físico y mental de los
protestantes, por las incomodidades que la alteración de la cotidianidad
(movilidad, orden público, acceso a bienes y servicios, etc.) ocasiona en la
población que no protesta activamente en las calles, por la percepción de impotencia
de protestantes y ciudadanía en general, frente a los abusos y desmanes
ocurridos durante las jornadas o por la desconfianza frente a una
institucionalidad alcahueta con la violencia e ineficiente a la hora de
negociar con quienes están protestando. En todo caso, sea cual sea la causa, la
protesta también desgasta y se desgasta.
Pero, más allá del análisis de las dinámicas propias
de la protesta social y del manejo institucional que se le dé, en estas notas
se pretende hacer un muy somero examen a las motivaciones que tienen sectores
de la sociedad colombiana, frente a unas jornadas de movilización social, que,
si bien es cierto, encuentran justificadas, no terminan por motivarlos a
participar directamente en ellas, e incluso, terminan por satanizar, al no
encontrar en ellas, relación directa con su realidad socio económica, su
ideología o por la incomodidad que les causan.Minga es atacada al sur de Cali - Imagen tomada de perfil Facebook
En primer lugar, habría que señalar que, este sector de
la población que dice apoyar las jornadas de protesta, pero que también las
cuestiona, corresponde, en términos generales, a personas mayores de 35 años,
de los estratos socio económicos 3 en adelante, con escolaridad de nivel tecnológico
y profesional, religiosamente activos, que tienen trabajos mas o menos estables
y se auto definen como emprendedore(a)s, de tendencia política de centro. También
es posible encontrar personas de estratos 1 y 2, mayores de 50 años, con baja
escolaridad, religiosamente activos, de ideología política conservadora. Ambos
grupos, corresponden a personas que viven en cascos urbanos.
Este particular grupo poblacional de la sociedad
colombiana, refleja en mucho, una concepción, más bien conservadora del
relacionamiento entre el Estado colombiano y la llamada sociedad civil, mucho
más afín a la concepción de Estado de Derecho, correspondiente al planteado en
la Constitución Política de Colombia de 1886, que aquella planteada por el
Estado Social de Derecho, establecida en la Constitución de 1991. En términos
muy sucintos, este grupo poblacional cree y siente que gobierno y Estado son la
misma cosa y que ambas son entidades superiores, a las que se les debe respeto
reverencial y que cualquier intento de subversión de su orden, es asimilable a
un pecado capital.
Ante una concepción instaurada en la psique colectiva
de la sociedad colombiana desde hace muchos años, en la que protesta social es
sinónimo a subversión del orden establecido, es fácilmente comprensible que ciertos
grupos poblacionales, como los anteriormente descritos, crean firmemente en las
bondades de un sistema socio político de este tipo (conservador-capitalista) que,
si bien es cierto, posee falencias, estas pueden ser subsanadas a través de las
peticiones, quejas y/o reclamos, debidamente gestionados por el conducto
regular o por el enlace electrónico dispuesto para ello por la
institucionalidad oficial.
Sin embargo, ante la demostrada ineficiencia del
actual gobierno nacional de Iván Duque, el desgaste y falta de salidas del
modelo socio económico que, durante los últimos veinte años, ha exacerbado el
paulatino empobrecimiento de este grupo poblacional específico (capas medias
urbanas y pequeños y medianos propietarios rurales), se presenta una especie de
fractura en ese reverencial respeto a la dupla Gobierno-Estado y se encuentra,
así sea momentáneamente, que las quejas y modos de tramitarlas, que plantean
otros sectores de la sociedad colombiana (campesinos, afros, indios, lgbtiq,
mujeres, animalistas, estudiantes, artistas, profesores, sindicatos, políticos
alternativos, etc.), bien valen la pena ser apoyadas, en tanto no alteren la
falsa sensación de bienestar que el sistema le ha vendido a este sector poblacional,
ni mucho menos, que vaya afectar sus emprendimientos o capacidad de ingreso
constante; que les permita mantener su ritmo y niveles de consumo.Vicepresidenta Ramírez, Álvaro Uribe, Iván Duque-Imagen perfil facebook
Desafortunadamente, esta deformación de la realidad
colombiana, atribuible, en buena parte, al modelo educativo replicado por
siempre por generaciones y generaciones de educadores, también formados en este
mismo modelo, ha producido un grupo de personas que, ante el dilema de apoyar
unas reclamaciones que consideran justas o proteger su aparente normal estilo
de vida de supuesto bienestar económico; terminan por justificar el uso de la
violencia, en contra de aquellos que pelean por eso que este grupo considera
justo y deseable, pero cuya lucha, molesta su cotidianidad y su posibilidad de
continuar yendo al gimnasio, al Éxito o a Mac Donald´s.
domingo, mayo 16, 2021
EXIGENCIAS DE GARANTÍAS PARA LA PROTESTA Y PARA LAS MESAS DE NEGOCIACIÓN
Minga entrando a Cali, Abril 2021 Imagen de Facebook |
– 16 de mayo de 2021-
I. GARANTÍAS PARA EL EJERCICIO DE LA PROTESTA
Imagen Facebook |
1.Abstenerse de adoptar cualquier medida que, de tratamiento de orden público al ejercicio del derecho a la protesta social, entre ellos la declaratoria del Estado de Conmoción Interior. Retirar al Ejército y al ESMAD completamente del control de las protestas y ordenar a la Policía que se abstenga de utilizar armas de fuego y otras que puedan producir heridas en las acciones de control de las protestas como el caso de la Venom. Adoptar medidas que detengan de inmediato los asesinatos y los ataques que están realizando grupos de civiles armados contra los manifestantes. La Policía Nacional deberá abstenerse de realizar detenciones indiscriminadas y masivas contra las personas que participan en la protesta. Ordenar a todas las autoridades públicas que respeten, protejan y garanticen la labor de las personas defensoras de Derechos Humanos, así como de los periodistas y los medios de comunicación.
2. El Presidente de la República como jefe de Estado, y comandante de las fuerzas armadas debe condenar de manera explícita y contundente los abusos de la Fuerza Pública y comprometerse a que esos actos no serán tolerados y serán investigados y sancionados. Y reconocer que existe responsabilidad de la fuerza pública en la violación de los derechos a la vida, la integridad personal, la libertad, reunión y manifestación pública. De igual manera el Ministro de Defensa deberá presentar disculpas públicas por las el uso excesivo de la fuerza cometidas por el ESMAD y la fuerza pública en el marco de las protestas. Y como consecuencia deberán ser retirados del servicio los mandos de la fuerza pública que comprometidos en estos abusos.
3. Ordenar a todas las autoridades públicas que se abstengan de continuar estigmatizando a la movilización ciudadana, y rectificar públicamente las calificaciones de “vandalismo criminal”, “terrorismo vandálico”, con que el gobierno nacional y la fuerza pública se refieren a quienes nos encontramos protestando. El presidente de la República debe condenar los discursos de odio y declaraciones estigmatizantes que han promovido funcionarios y figuras públicas sobre los y las manifestantes y las protestas sociales, y de manera particular las realizadas contra la Minga Indígena, la población afrodescendiente y los sectores populares.
4. Se deberán adoptar de inmediato medidas específicas para detener la violencia sexual ejercida por la fuerza pública contra las mujeres en el marco de las protestas, empezando por la prohibición expresa de la violencia sexual como mecanismo de control de orden público. Establecimiento de una ruta que prevenga cualquier tipo de detención o privación de la libertad de las mujeres, pero en caso de realizarse que no se haga por hombres, no esté bajo la custodia de policías hombres, no sea trasladada en vehículos de la policía ni a estaciones o instalaciones en qué hay predominantemente hombres. Las mujeres deberían ser trasladadas a lugares que estén protegidas por autoridades civiles, mujeres, informar cualquier detención de manera inmediata a la delegada de mujer y genero de la Defensoría y de las secretarias de la mujer para que procedan al acompañamiento y representación de sus derechos. También se debe informar a la oficina de ONU DDHH para que pueda ejercer vigilancia. Establecer un mecanismo de seguimiento en que participen la institucionalidad de género (delegadas de mujer, secretarias de la mujer) y las organizaciones de mujeres para el seguimiento y acompañamiento de los casos ocurridos, su análisis y definición de mecanismos para la protección de los derechos de las víctimas sobrevivientes.
5. El gobierno Nacional deberá establecer un mecanismo expedito para que las personas que han sufrido violaciones a sus derechos humanos en el marco de las protestas puedan acceder a la reparación de sus derechos. Se deberá además garantizar el restablecimiento pleno de la salud de quienes han sufrido heridas en el marco de las protestas.
B. Mecanismos de verificación de las medidas para garantizar el libre ejercicio de la protesta social y para detener la violencia contra los manifestantes, con el acompañamiento y asistencia técnica de la OACNUDH.
1. Que el gobierno nacional acepte de inmediato el pedido de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, para realizar una visita de trabajo en Colombia para observar en terreno la situación de derechos humanos en el entorno de las protestas sociales que dieron inicio el 28 de abril. Y acepte el pedido de visita de los siguientes relatores especiales de naciones unidas: derecho de protesta, libertad de expresión, violencia contra las mujeres, detenciones arbitrarias, desapariciones forzadas, defensores de derechos humanos y tortura.
2.Implementar el “Protocolo para la coordinación de las acciones de respeto y garantía a la protesta pacífica como un ejercicio legítimo de los derechos de reunión, manifestación pública y pacífica, libertad de asociación, libre circulación, a la libre expresión, libertad de conciencia, a la oposición y a la participación”, tanto en el nivel nacional como municipal, y con pleno funcionamiento de sus instancias: Mesas de Seguimiento, Puestos de Mando Unificado (PMU) y Comisiones de Verificación de la Sociedad Civil.
3.Crear de inmediato en la Fiscalía General de la Nación una unidad especial de alto nivel, y con toda la autonomía, para que se encargue de abrir y adelantar la investigación de todos los hechos de violencia (asesinatos, lesiones personales, violaciones a mujeres, torturas, desapariciones y detenciones ilegales, etc.) cometidos por la fuerza pública en contra manifestantes en las movilizaciones realizadas en todo el país desde el pasado 28 de abril, aplicando la directiva 008 de 2016, y por tratarse de delitos claramente contrarios a la función constitucional de la Fuerza Pública, debe ir a la justicia ordinaria, conforme a la jurisprudencia constitucional. Se deberán presentar públicamente los avances de investigaciones.
4. La Procuraduría General de la Nación deberá ejercer el poder preferente para asumir la competencia de todas las investigaciones disciplinarias contra los miembros de la fuerza pública involucrados en violaciones a los derechos humanos en el marco de las protestas. La Defensoría del Pueblo en cumplimiento de sus obligaciones constitucionales deberá verificar que no se cometan actos de tortura, violencia sexual, vulneraciones al debido proceso y otras violaciones a los derechos humanos de las personas que son detenidas en el marco de las protestas. Bajo la coordinación de la Defensoría del Pueblo, con la asistencia técnica de la OACNUDH, y con participación delegados de organizaciones de derechos humanos que participan en el Comité Nacional de Paro, se deberá crear de inmediato un mecanismo que permita el acopio de la información sobre los hechos violatorios de los derechos humanos en el marco de las protestas, todas las instituciones públicas competentes deberán remitir permanentemente la información, y se producirían y difundirán públicamente informes diarios
5. La Comisión Nacional de Búsqueda de Personas Desaparecidas deberá de inmediato activar un dispositivo de rendición de cuentas sobre los mecanismos de búsqueda que se han activado, el número e identidad de las personas encontradas con vida y las investigaciones que se han abierto por las agresiones sufridas por estas personas.
C. Medidas para acordar ajustes normativos e institucionales permanentes que garanticen el libre ejercicio de la protesta, con el acompañamiento y la asistencia técnica de la OACNUDH
1. Acatar sin reparos todas las órdenes de la sentencia de tutela decida por la Corte Suprema de Justicia el pasado 22 de septiembre de 2020 y en tal sentido responder el incidente de desacato presentado por las organizaciones accionantes.
2. Establecer una Comisión de Trabajo para acordar las medidas de garantías de la protesta, retomando los lineamientos construidos en el proceso de consulta previsto en el punto 2.2.1 y 2.2.2 del acuerdo de paz para la terminación del conflicto armado.
3. Establecer un proceso amplio de discusión sobre la reforma a la Policía Nacional, para que no se repitan los hechos de violencia durante las protestas del 21 noviembre de 2019, del 9 y 10 septiembre de 2020 y los ocurridos desde el 28 de abril de 2021, que congregue las voces de la academia, las organizaciones de derechos humanos, las organizaciones sociales, expertos internacionales, dirigido a una reforma de la doctrina y las prácticas de la Policía Nacional.
II. GARANTÍAS PARA LAS MESAS DE NEGOCIACIÓN
1. El primer punto, o punto previo con el Comité Nacional de Paro, será las garantías que permitan detener la violencia estatal y paraestatal contra quienes venimos protestando pacíficamente, para que una vez sea acordado y verificado su cumplimiento se pueda dar inicio a las diferentes negociaciones. El proceso de negociación con el Comité Nacional de Paro, será sobre el pliego de emergencia presentado el pasado 19 de junio de 2020, y por las nuevas exigencias que se expresaron en la convocatoria del Paro Nacional del 28 de abril, esto es, retirar el proyecto de ley 010 sobre reforma a la salud, retiro del proyecto de reforma del ICETEX, derogar el decreto 1174 de 2020. El gobierno nacional deberá suspender el impulso de proyectos de ley o decretos relativos a los temas que se estén discutiendo en los procesos negociación, como la reforma a la justicia. El Comité Nacional de Paro articula 26 sectores sociales del nivel nacional, 29 comités departamentales, y más de 300 comités municipales, se deberá acordar los temas y metodología de los procesos de negociación con los sectores sociales y territoriales insular y continental articulados en el Comité Nacional de Paro.
2.Se debe acordar una mesa de negociación con las y los jóvenes y las diversas ciudadanías movilizadas, que no están representadas en las organizaciones sociales. Se debe por tanto acodar un diseño específico de una Mesa de Negociación que permita la participación directa de los voceros de estos procesos de movilización.
3. El inicio del proceso de negociación no implica la suspensión las movilizaciones y protestas convocadas por el Comité Nacional de Paro o por otros sectores sociales.
4.Continuaremos acordando corredores humanitarios que permitan el paso de la misión médica, de insumos médicos y alimentos esenciales, combustibles, para mitigar los impactos del Paro en la salud y la seguridad alimentaria de la población.
5. Todo el proceso de negociación deberá contar con el acompañamiento de la Conferencia Episcopal con Monseñor Héctor Fabio Henao, del jefe de la Misión de Verificación de la ONU, Carlos Ruiz Massieu, de la jefa en Colombia de la Oficina de la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Julieth de Rivero.
6.En el evento de llegar a un acuerdo sobre las garantías para el ejercicio de la protesta y para las mesas de negociación, este debe ser protocolizado con la presencia del presidente de la República en la Mesa de Negociación.
¡A PARAR PARA AVANZAR – VIVA EL PARO NACIONAL!
COMITÉ NACIONAL DE PARO …CNP
sábado, mayo 01, 2021
VANDALISMO COMO NUEVO CLICHE DEL PODER
VANDALISMO COMO NUEVO CLICHE DEL PODER
Por: Omar Orlando Tovar Troches -ottroz69@gmail.com-
Declarar que el lenguaje, también es un instrumento de
guerra, es lo mismo que descubrir que el agua moja o que el fuego quema. De
hecho, lingüistas, filósofos, sociólogos y profesionales de la comunicación
social, han desarrollado un amplio compendio de esta, no tan noble
característica del lenguaje, a través del estudio de la pragmática.Imagen tomada de: El Español Digital
Ya desde mediados del siglo XX, estudiosos del lenguaje como Austin, Wittgenstein, Kraus, entre otros más, ya venían analizando el uso del lenguaje como mecanismo social de manipulación del inconsciente colectivo, para alcanzar fines políticos de exaltación de supuestos valores patrióticos como la supremacía de una raza o clase, la defensa de la nación o la patria, e incluso de una idea o ideas de conveniencia para sostener el Statu Quo de quienes detentan, momentáneamente el poder, en una determinada sociedad.
A propósito de las recientes jornadas de protestas en
Colombia, con motivo del rechazo generalizado al proyecto de ley de reforma
tributaria, presentado a destiempo y mantenido a fuego y sangre por Duque en el
Congreso colombiano, vale la pena hacer notar cómo, efectivamente, desde hace
unos veinte años para acá, el uso del lenguaje como herramienta de guerra, ha
sido uno de los elementos principales de la estrategia para mantenerse en el
poder, utilizados por la derecha colombiana.
Rafael Núñez Florencio[1], en su reseña del ensayo
Lenguaje y Guerra de Kovacsics, plantea que: “…el medio de propaganda más eficaz del
hitlerismo no eran los discursos ni los símbolos, ni nada que se registrase a
nivel consciente, sino las palabras aisladas y expresiones que se repetían y se
terminaban por adoptar de forma mecánica e inconsciente.”, en ese mismo sentido, tal como lo
plantea Núñez, el uso de algunos términos, o mejor, adjetivos, para señalar,
etiquetar, descalificar, denostar o insultar a los adversarios políticos,
también ha sido una práctica acostumbrada por los poderosos en Colombia.Foto Facebook
Al empleo
denostativo de palabras como: “indio”, “negro”, “marica”,
“puta”, para referirse de manera ofensiva a una persona o para indicar
que su comportamiento no concuerda con el que se supone deben tener las
llamadas “Gentes de bien”, también se sumo la adjudicación de palabras, ya no
tan “vulgares” y más correctas, políticamente hablando, para señalar el
supuesto mal comportamiento de aquellas personas, salidas del esquema oficial
de conducta, impuesto por quienes han detentado y ejercido el poder durante
años recientes, tales como “Chusmero”, “pájaro”, “Guerrillo”, “comunista”,
“cachiporro”, “terrorista”, “traqueto”, “narco” o “narco-terrorista”.
En este mismo
orden de ideas, el uso repetitivo de unos nuevos términos, con una fuerte
intención política de descalificación social; ha permitido que esta acción
ilocutiva de la derecha, haya posicionado en el inconsciente colectivo de la
sociedad colombiana, expresiones como, “castro-chavista”, “mamerto”
y “vándalo”, como sinónimos o equivalentes de “terrorista”,
“guerrillero”, “comunista”, “satánico”, cuando son utilizadas para describir
a esos “indios”, “negros” o “guaches”, o cualquier otra persona, que se
empecine en demostrar su inconformidad de manera pública, bien sea, a través de
las redes sociales, prensa tradicional o, lo que es peor, protestando en la
calle.
Vándalo se ha
convertido en el más reciente calificativo, utilizado por la derecha, en su
estrategia comunicacional, para señalar a todas aquellas personas que
públicamente se rehúsen a ceñirse a los mandatos de un nuevo marco de
convivencia, convenientemente diseñado, no para la defensa de bienes, honra y
vida de TODOS los colombianos, sino para la defensa de los bienes, la honra y
la vida de unos POCOS colombianos, cercanos al poder. Se usa Vándalo y
vandalismo, para no usar Terrorista y terrorismo, debido a las fuertes
implicaciones jurídicas que usar tales calificativos, podría acarrear a quien
lo haga, sobre todo, en las cortes internacionales.
Imagen tomada de: El Periódico |
En todo caso, y
para concluir, es preciso retomar a Núñez, cuando, citando a Kafka, afirma del
uso del lenguaje como instrumento de guerra: “Cuando la palabra se convierte
en vasalla de la voluntad política, supeditada a unas decisiones establecidas
de antemano, su rol deviene “absolutamente accesorio y servil””. Amén.
[1] RAFAEL NUÑEZ FLORENCIO, Guerra y lenguaje- Adan Kovacsics, 28 febrero, 2008, tomado de: Guerra y lenguaje | El Cualltur
lunes, abril 19, 2021
La Reforma Tributaria; la reciente jugadita del Uribismo
La Reforma Tributaria; la reciente jugadita del Uribismo
Por: Omar Orlando Tovar Troches -ottroz69@gmail.com-
Imagen tomada de: https://facebook.com/laconversafindesemana/
Al igual que las mutaciones del SarCov2, corresponsable, junto con la indisciplina social y la ineficiencia de Duque, de la crisis que padece Colombia; el uribismo sorprende todos los días, al ciudadano promedio, con sus mutaciones políticas.
La última variante del uribismo, consistente en mostrarse ante el paisano de a pie, bajo el esquema policía
bueno-policía mano, le ha servido al encargado de la presidencia de Colombia,
para presentar su última creación con el pomposo y descresta calentanos nombre
de: "…
infraestructura de equidad fiscalmente sostenible para fortalecer la política
de erradicación de la pobreza, a través de la redefinición de la regla fiscal,
el fortalecimiento y focalización del gasto social y la redistribución de
cargas tributarias y ambientales con criterios de solidaridad… ".
Y aunque
el mamotreto en sí mismo ha dado y dará para escribir miles y miles de
palabras, la mayoría de ellas, dedicadas a descalificarlo, la intención de esta
nota, está más bien dirigida a intentar poner sobre aviso a toda aquella
desprevenida y, sobre todo, desesperada ciudadanía, acerca de la agenda, ya no
tan oculta, del uribismo, diseñada para sostener sus mayorías parlamentarias, vía
untuosa, aunque vituperada, mermelada presupuestal, proteger a sus patrocinadores
y jefes, los poderosos empresarios y de paso, legalizar uno que otro entuerto
pendiente, de este deplorable ejercicio de gobierno de Duque.
La
presentación oficial del texto oficial de la Reforma, ha dejado, ahora sí, en
claro, que un muy alto porcentaje de la opinión pública de base, está
absolutamente en contra de tan inconveniente esperpento tributario, sin
embargo, y aunque parezca increíble, existe un sector, por ahora minoritario,
que cree, defiende y defenderá las bondades de la Reforma de rimbombante nombre
y aterradoras consecuencias. Es acerca de este, por ahora minoritario, sector
de la opinión pública, sobre el que esta nota pretende que el ciudadano
desprevenido, centre su atención.
Esta
deliciosa minoría que defiende y defenderá la Reforma Tributaria del uribismo,
es aquella conformada, en primera instancia, por el séquito de lambiscones y
lambisconas amistades del mismo Iván Duque, hoy bien ubicados en los
ministerios y altas consejerías presidenciales.
Linea de defensa de Duque. Imagen tomada de : Semana.com |
Y
en medio de este mínimo ejercito de defensores de la Reforma y del uribismo, se
encuentran los llamados a ser jueces del proyecto de ley de estrambótico nombre
y funestas consecuencias; los congresistas afines y colaboracionistas al
uribismo, quienes, desde ya, en cabeza de sus prestigiosas direcciones (Álvaro
Uribe, por el C.D., Dilian por la U, Vargas Ll. por Cambio, Gaviria por
Liberales, John Milton por las iglesias protestantes, los demás y Manguito), se
presentan ante el sufrido y horrorizado pueblo colombiano como sus futuros
defensores (policías buenos), ante el oprobioso ataque de los policías malos
(Duque, Carrasquilla, los amigotes y amigotas de Duque en la burocracia y los Castro
chavistas de la oposición).
Por
ahí se los oye y se los ve donde Don Julio W, Don Néstor M. Blu, Don Vélez
R.C.N., Doña Vicky Semana, Don Jorge
Alfredo Caracol Noticias y Don Lozano RCN Noticias, diciendo que sí, que la
Reforma es odiosa, que es inconveniente, que es inoportuna, que los gremios la
rechazan y que ellos mismos y mismas también, pero que mire que sostener los
gastos del Estado no es fácil y que el pobre Duque ya no tiene de donde echar
mano para seguir ayudando a los pobres, a los emprendedores, a los estudiantes,
que lo del Ingreso Solidario, lo de los Subsidios a la Nómina, los auxilios a
las MiPyme, las matrículas cero, las tablets y los datos de internet para la
semi presencialidad, las bonificaciones de los Héroes y Heroínas de la salud,
los auxilios a los discapacitados, los eventos virtuales de los artistas y
demás ayudas, no se pagan solos y que por tanto hay que dialogar y negociar la
Reformita Sostenible y Solidaria.
Ni
que hablar de los Honorables Representantes a la Cámara, que tan mal les fue
con el proyectico de alargar el periodo presidencial, de gobernaciones y de
alcaldías, ellos y ellas que por la noche firman los proyectos y a la mañana
dicen no estar de acuerdo, o que no sabían o que no los leyeron o que les ordenaron
o que fue, que fue; ahí andan otra vez, de la mano de Fedemunicipios y
Fededepartamentos, junto con los gremios, poniéndose a la orden para
“humanizar” y “ablandar” la Reformita, porque tal y como ya le han planteado a
alcaldesas y alcaldes, gobernadores y gobernadoras amigas, la platica hace
falta, mucho más ahora que estamos en campaña, no vaya y sea que las obritas se
queden sin hacer y los contraticos sin otorgar.
Ahí
está la reciente jugadita del Uribismo, en su interpretación adaptada del Doctor
Jekyll y el Señor Hyde, en buen chibchombiano: Policía bueno-policía malo. Ahí
es donde deben poner sus ojos las Ciudadanías Decentes, no en los descaches del
precio de una docena de huevos, si no en la vigilancia extrema de las andanzas
de Representantes y Senadores, de directores y directoras de partidos y
movimientos políticos, que se presten para secundar la reciente jugadita del
uribismo, puesto que, la decencia, pero sobre todo, el sentido común, indican
que la tal Reforma no debe ser ni siquiera discutida, debe hundirse de una, por
lo que cualquier otra acción; debe considerarse como una alta traición y una
grosería en contra de las buenas gentes de Colombia.