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LA VITRINA DE LA CONVERSA
sábado, septiembre 04, 2021
sábado, agosto 28, 2021
jueves, agosto 26, 2021
Adiós a Watts: el comienzo del fin
Adiós a Watts: el comienzo del fin
Charlie Watts - Baterista de Los Rolling Stones- Imágenes: NY Times-DW |
Por Omar Orlando Tovar Troches -ottoz69@gmail.com-
En medio de las
sensaciones de incertidumbre, miedo y soledad, ocasionadas por la
obligatoriedad del encierro, brotó aquí y allá un sentimiento colectivo de añoranza
de tiempos pasados, inocentemente considerados como mejores, comparados con la
crueldad de una muy presente peste comunitaria, que fue arrasando con la vida
de propios y extraños, ante la inacción atarantada de gobiernos, más
preocupados por las pérdidas económicas de sus amigotes, que por la pérdida
catastrófica de vidas humanas.
En ese marco de
nostalgias, agravadas por una agobiante sensación de impotencia, poco a poco,
muchos de los integrantes de la llamada generación “X”, nos hemos volcado a eso
que los gringos llaman “memorabilia”[1],
para buscar un cierto anclaje a la seguridad de ese supuesto pasado venturoso;
de los años pasados. Allí, en ese lugar de la memoria, llamado nostalgia, paulatinamente
nos fuimos refugiando en la banda sonora de los años maravillosos, buscando en
las redes sociales, en aplicaciones o dispositivo de reproducción; a nuestros héroes
y heroínas musicales de toda la vida. Allí estaban el cantante y los músicos de
Charlie Watts, unos muchachos de casi ochenta años llamados los Rolling Stones.
Y es que la
constatación, tanto de la fragilidad, pero, sobre todo, de la brevedad de la
vida, nos ha hecho valorar, al menos a un buen número de cuarentones y
cincuentones, el asombroso valor que tienen el arte y la memoria. Cosas de
cuchos, dirán irreverentes, los treintañeros milenials y los imberbes Z; cosas
importantes, diremos los directos responsables de que ahora todo esté como
está.Los Rolling Stones - Imagen Rock FM
De manera pasmosa,
hemos venido siendo testigos del constante marchitamiento de esa fuerza
poderosa de rebeldía, que incluso nos movió allá en los ochenta y noventa del
siglo pasado y que aún nos alcanza a mover hoy, casi cuarenta años después: El
Rock. Esa cultura heredada de algunos de nuestros papás y mamás; que
casualmente tuvo a los Stones como pioneros de esa evolución del blues, el jazz
y la música folclórica norte americana e inglesa; la música de sus papas y mamás;
hoy, con la muerte de Watts, parece estar anunciando el comienzo de su fin.
Durante los
últimos años, hemos sido testigos de la muerte de muchos de esos héroes y heroínas
de la rebeldía musical: Kurt Cobain, Amy Winehouse, Gustavo Ceratti, Luis
Spinetta, Scott Weiland, Chester Benningnton, Dolores O´Riordan, Chris Cornell,
David Bowie y ahora Charlie Watts. Poco a poco, esos iconos de la
alternatividad, del descontento, pero también; de la fuerza y el inconformismo,
le fueron cediendo su puesto a otras manifestaciones, que, aunque con algún
valor estético y/o lúdico, nada tienen que ver con los refinamientos literarios
y musicales alcanzados por estos héroes y heroínas del Rock.
Aunque por ahí
todavía nos quedan; Thom Yorke ( Radiohead), Eddie Vedder (Pearl jam), Dave
Grohl (The Foo fighters) y algunos más, realmente conocidos y dignos de ser
llamados los herederos y expositores del Rock; desafortunadamente, nuestra
indolencia por acompañar la formación cultural de nuestros hijos y nietos, el
mal ejemplo de haber permitido que la contracultura traqueta se tomara el
mundo, incluido el musical, ocasionó que nombres como los de Dylan (con premio
Nobel abordo), los Beatles, Joe Cocker, Carlos Santana, The Who, los Sex
Pistols, Pink Floyd, Genesis, Jethro Tull, los mismos Rolling Stones, Estados alterados,
las 1280 Almas, La Derecha, La Pestilencia, Superlitio o los Aterciopelados; le
dieran paso a nombres conformado por letras iniciales, queImagen: Uniminuto Radio
comienzan con iniciales
o echan mano al espanglish, cuyas obras tienen la misma duración y utilidad que
el papel de baño y las toallas higiénicas, a pesar de que nuestros hijos, los
milenials y los centenials; las descarguen millones de veces de esa red mundial
de computadores que nos inventamos y a la que, por pereza, ambición o descuido;
los volvimos adictos.
Afortunadamente,
por ahí en medio de la estulticia y la vulgaridad de eso que ahora,
pretenciosamente, llaman genero urbano, sobreviven algunos genios del Rock como
Jack White, la discutidísima Billy Eilish, los Artic Monkies, los Arcade Fire o
los Black Keys, para no hablar las propuestas del hip hop, realmente
alternativas y con gran calidad como las de los Alkolyricoz, e incluso, el
trabajo de la argentina Nathy Peluso.
Se nos fue el
viejo Charlie Watts, dicen que el más juicioso de los Stones, tenemos que
prepararnos para una futura desbandada, de los ya escasos grandes del Rock que
aún viven. Estemos preparados para su partida, pero hagamos algo para que el
viejo Rock, no parta con ellos. Ojalá que ese sentido adiós a Charlie Watts, no
termine siendo el comienzo del final.
[1] Things that are remarkable and worthy of remembrance. A wealth of early railroad memorabilia.Things that stir recollection or are valued or collected for their association with a particular field or interest : mementos. Baseball memorabilia. En su versión inglesa. Objeto o prenda con valor sentimental, generalmente por haber pertenecido a una persona querida; en español.
lunes, agosto 23, 2021
¿Renacen las Convivir?
¿Renacen las Convivir?
Por: Omar Orlando Tovar Troches -ottroz69@gmail.com-
Al parecer, lo que resta del actual gobierno nacional,
del encargado por Uribe Vélez; señor Iván Duque, no cambiará mucho en lo que
tiene que ver con su visión y tratamiento militarista, a los problemas de
convivencia e inseguridad que padece la sociedad colombiana y que se han visto
exacerbados, por el pésimo manejo que les ha dado el uribismo a las relaciones
con el vecindario, la crisis de la pandemia, la economía y al Acuerdo de Paz.
Tal y como lo había hecho el jefe supremo de la
derecha colombiana, cuando gobernó en Antioquia; el discutidísimo ministro de
guerra, Diego Molano, anuncia que, ante la incapacidad, o más bien, la
reticencia del uribismo a buscar salidas estructurales al endémico problema de
delincuencia, de inobservancia de las normas e intolerancia que padece
Colombia; la única salida es la “alianza solidaria entre la @PoliciaColombia y
empresas de servicios de vigilancia privada para el intercambio de información
y capacidades que permita hacer frente al delito en las ciudades.”[1]; palabras
más o menos; la nueva reedición de las tristemente célebres “Convivir”, que
dieron origen público al fenómeno del paramilitarismo, que tanto horror y dolor
sembraron y siembran en Colombia.Imagen tomada de cuenta Twitter @Diego_Molano
Llama mucho la atención que, a sabiendas de las
justificadas prevenciones que despierta este modelo de “seguridad democrática”,
en sectores mayoritarios de la sociedad colombiana, el discutido Mindefensa
Molano, no se haya tomado siquiera el trabajo de hacer una mejor paráfrasis del
discurso con el que Uribe defendió y defiende el engendro de las Convivir
cuando gobernó en Antioquia. Para la muestra; el botón: “Uribe Vélez precisa que: como
gobernador de Antioquia la apoyé y la promoví porque creo en la colaboración
ciudadana con la Fuerza Pública. Esta colaboración construye confianza
institucional en los ciudadanos, evita su postración ante el crimen o que
busquen salidas contrarias a la ley…”[2].
Este anuncio del ministro Molano, prende todas las
alertas, no solo de las víctimas del horror paramilitar, sino de organizaciones
defensoras de derechos humanos a nivel nacional e internacional, por lo que
parece ser; uno más de los terribles desaciertos, que, en cuestión de orden
público, ha cometido y sigue cometiendo el uribismo, en su afán de imponer su
política pública de armar a los civiles y crear “frentes de seguridad
ciudadana” que le permitan aplicar su estrategia de “mano dura” contra lo que
el uribismo y sus aliados, ahora posiblemente armados, o al menos con poder de
señalar, consideren o se imaginen es una amenaza o atente contra la integridad,
vida y honra de las personas de bien, tal y como ya pasó con los primeros
desbordes de las benditas Convivir.
La percepción que se tiene es que este anuncio del ministro
Diego Molano, de reedición del modelo de seguridad democrática de los tiempos
del ex gobernador, ex presidente y ex senador Uribe Vélez, hace parte de una
estrategia mucho más amplia de control social, la cual, aprovechando el
desespero por el clima de inseguridad y de criminalidad que perciben y padecen
los colombianos; pretende instaurar vía decretos de excepción, un modelo de
gobierno policivo, en el que, tras la intención de brindar seguridad, se
esconde la criminalización de la oposición. Esta sospecha se soporta en la
constatación casi que diaria de el sesgo con el que los órganos de control y de
acusación, inician o no investigaciones, precluyen o apresuran procesos,
dependiendo de la cercanía que tenga el implicado o implicada, con el uribismo,
o su proximidad, así sea lejana, con lo que se vea o parezca oposición al
uribismo.Imagen tomada del portal Las 2 Orillas
En este sentido, es urgente hacer un llamado a la
sindéresis, al aplomo y a la equidad, que en términos generales, siempre ha
demostrado la rama judicial de Colombia, para que no caiga en la trampa de las
presiones políticas y mediáticas del uribismo, que buscan que, por medio de
sentencias judiciales, se vaya sentando una jurisprudencia conveniente a la
visión de la derecha colombiana, según la cual, el derecho a ejercer las
libertades de opinión, expresión, reunión, disenso, movilización y
participación en política, sean considerados como actos terroristas o que “induzcan
al terrorismo”, como lo ha planteado el actual Fiscal General, frente a los
jóvenes participantes de las recientes jornadas de protesta o como,
peligrosamente, al menos para este humilde servidor; hizo el tribunal superior
de Bogotá, frente al caso de las señora Daneidy Barrera (“Epa Colombia”).
Lo cierto es que, anuncios como los del ministro Molano, las
controvertidas actuaciones del Fiscal Barbosa, el increíble mutismo de la
Procuradora Cabello, así como del Defensor del Pueblo y la anuencia de ciertos
operadores judiciales; permiten tener la impresión de que el actual gobierno
nacional esta tras la constitución de una sospechosa estrategia de persecución
política y judicial de la oposición, que junto con la degradación de la
seguridad ciudadana, quizás en manos de las nuevas Convivir; le permitan a la
derecha colombiana, tener las justificaciones necesarias, bien sea, para
convencer al colombiano desinformado y angustiado; de la necesidad de un
gobierno de mano dura que “limpie” la sociedad de la delincuencia y los
“vándalos” y/o la urgencia de un muy democrático golpe de Estado, tal y como ya
lo han intentado.
Ojalá que estos temores frente a las actuaciones y
declaraciones del gobierno de Uribe en el rostro de Duque, solo sean producto
del estrés ocasionado por la pandemia del SarsCov2; sería increíble que, a la
crisis sanitaria por culpa de la peste, lo mismo que al paulatino
empobrecimiento de más colombianos, el aterrador incremento de las masacres y
asesinatos selectivos de líderes y lideresas sociales, se le vaya a sumar el
renacimiento oficial del esperpento de las malhadadas Convivir.
[2] Juan
Diego Restrepo. (2013). Álvaro Uribe, entre las ‘Convivir’ y las AUC. Artículo,
sección opinión, Revista Semana. Disponible en: https://www.semana.com/opinion/articulo/alvaro-uribe-entre-convivir-las-auc-opinion-juan-diego-restrepo/358144-3/
sábado, agosto 21, 2021
sábado, agosto 14, 2021
miércoles, agosto 11, 2021
sábado, agosto 07, 2021
sábado, julio 31, 2021
martes, julio 27, 2021
Cauca: sangre y cadáveres
sábado, julio 24, 2021
miércoles, julio 21, 2021
La gente de gris, la memoria histórica y la colectiva (II)
La gente de gris, la memoria histórica y la colectiva (II)
Por: Omar Orlando Tovar Troches -ottroz69@gmail.com-
lunes, julio 19, 2021
sábado, julio 17, 2021
viernes, julio 16, 2021
lunes, julio 12, 2021
sábado, julio 10, 2021
domingo, julio 04, 2021
El Cauca y la regulación de la coca
El Cauca y la regulación de la coca
Por: Omar Orlando Tovar Troches – ottroz69@gmail.com-
A pesar de que la llamada clase dirigente del Cauca ha tenido una prolongada presencia en el escenario de la política nacional, casi que desde el nacimiento mismo de Colombia como República independiente del imperio español y de que la existencia del atraso y la pobreza de esta región, coinciden con esta larga e inútil figuración; sólo hasta después de doscientos años, un representante de esta comarca, salido de las históricamente relegadas y discriminadas comunidades indígenas, ha tenido la sensatez de plantear una alternativa para sacar de la pobreza y de la guerra a todas sus comunidades.
Imagen: Feliciano Valencia - Senador del Cauca
El senador
caucano Feliciano Valencia (Movimiento Alternativo Indígena y Social –MAIS–)
junto con el senador Iván Marulanda (Partido Alianza Verde), presentaron y han
sacado adelante, al menos en su primer debate; un proyecto de ley que plantea
un cambio de paradigma de la política de drogas en Colombia: el Proyecto de Ley “Por medio del cual se establece el marco
regulatorio de la hoja de coca y sus derivados y se dictan otras
disposiciones.”
Si bien es
cierto que esta proyecto ha tenido un histórico avance, todavía tiene un largo
y azaroso camino para su consolidación, dadas las circunstancias de correlación
de fuerzas en el congreso colombiano, puesto que las derechistas mayorías
oficialistas, ya han planteado su férrea oposición a esta audaz propuesta de
cumplimiento del Acuerdo de Paz Estable y Duradera, que busca ponerle freno a
los graves problemas que el cultivo, transformación y comercio ilegal de los
derivados de la hoja de coca, le han ocasionado al país y que han agravado los
casi que tradicionales problemas de inequidad, exclusión, pobreza, violencia
guerra y atraso de regiones como el departamento del Cauca.
La
propuesta de regulación de la producción de la hoja de coca y de sus derivados,
liderada por el senador indígena Feliciano Valencia y el senador de la Alianza Verde Iván Marulanda,
recoge, no sólo la visión de los saberes ancestrales de las comunidades
indígenas del cauca, víctimas del actual esquema de guerra anti drogas, sino
que también recoge los resultados de estudios y análisis de sectores
científicos, académicos y políticos de Colombia y del mundo entero, que desde
hace mucho tiempo atrás, han venido señalando el fracaso del actual esquema de
lucha antidrogas, dados los pobres resultados en erradicación de sembradíos,
disminución de producción de cocaína exportada, control del blanqueo de
capitales, frente a los inmensos gastos de recursos económicos en armamento y
logística para fumigaciones y erradicación forzosa, así como el grave daño
ambiental, la nula disminución del consumo y la invaluable pérdida de vidas
humanas.
Ahora que
los sectores más acomodados de las sociedades del mundo, hablan de un
sospechoso regreso a la normalidad, bien vale la pena evaluar con detenimiento,
propuestas de cambio de algunos paradigmas
económicos, ambientales y sociales, como las que están planteadas en el
proyecto de ley de los senadores del MAIS y la Alianza Verde, para empezar a
transitar el camino del no regreso a esa normalidad de pobreza, exclusión,
desplazamiento, guerra y muerte que quedó desnudada durante la actual crisis
sanitaria y económica ocasionada por la peste del COVID19.
Teniendo
en cuenta que, a la hora de escribir esta nota, aún se ven y se oyen las miles
de voces inconformes con el pésimo manejo que tanto a la peste, pero sobre
todo, a la economía y a la sociedad en general, le han dado los partidos de
derecha que han gobernado a Colombia, durante estos últimos doscientos años y
de los que han hecho parte nobilísimos representantes de la clase política
caucana, es fácil caer en un razonable pesimismo, frente al futuro de esta
iniciativa de regulación de producción de la hoja de coca y sus derivados, dado
que; el uribismo, dueño de casi todos los entes del Estado colombiano, así como
un, todavía, amplio sector de la opinión pública internacional, miran con un
recelo doble moralista, proyectos de formalización del cultivo y transformación
de productos como la coca, la marihuana e incluso la amapola, que antes de ser
vistos como el origen del mal, deberían ser vistos como oportunidades de
redención.
No
obstante, el arduo camino que todavía tienen que transitar propuestas de
control de los cultivos y procesamiento de la coca y la marihuana, hay que
felicitar a los senadores Feliciano Valencia e Iván Marulanda, así como los
demás congresistas que acompañan esta iniciativa, por su empecinamiento en
avanzar en la búsqueda de la solución de los graves problemas que padecen el
Cauca y otras regiones de Colombia. Es una lástima el poco tiempo que queda de
este periodo legislativo y que les tocó luchar con la inutilidad, la torpeza y
la doble moral de una derecha recalcitrante, dueña del poder económico y
político en Colombia.
Amanecerá
y veremos, que dicen los próximos elegidos frente al Cauca y la regulación de
la coca.
Adenda: Para más y mejor información
acerca del Proyecto de Ley “Por medio del cual se establece el marco
regulatorio de la hoja de coca y sus derivados y se dictan otras
disposiciones.”; dirigirse a:
·
¿Qué ganaría Colombia si legaliza
las drogas ilícitas? | Revista Pesquisa Javeriana
·
Coca y paz: el mito de Sísifo en el
Cauca – Proclama del Cauca y Valle
sábado, julio 03, 2021
lunes, junio 28, 2021
Ultraderecha en Colombia y la psicopatía exitosa
Ultraderecha en Colombia y la
psicopatía exitosa
Imagen: listennotes.com |
Un tiempo después, con curiosidad, pero, sobre todo con asombro, este opinador, leyó con ávido interés la columna de Ricardo Silva en El Tiempo de septiembre de 2019, titulada ¿Será que Colombia necesita un Psiquiatra General de la Nación? (Ver: Ricardo Silva: Historia de la locura en Colombia - Música y Libros - Cultura - ELTIEMPO.COM), en la que Silva Romero, desarrolla, como lo hacen los que saben, aquella vaga idea que, quien les escribe, había alcanzado a garabatear tiempo atrás. En las líneas de Romero Silva, se sustentó de manera más completa, la sospecha de la presencia de una anomalía en la salud mental de la sociedad colombiana, pero ahora, involucrando, o mejor, replanteando el esquema del síndrome de Estocolmo, para ponerlo en términos, no de la enfermedad de la víctima, si no en términos de la enfermedad de los victimarios.
Imagen: estilonext.com |
La sospecha de la presencia de algún tipo de desorden sicológico comunitario, o al menos en buena parte de la comunidad, se vio reforzada en tiempos recientes, al atestiguar la manera en la que la mayoría de quienes pueden votar en Colombia, elegían una y otra vez, a quienes representaban las propuestas políticas soportadas en un modelo socio económico de gobierno de exclusión, desamparo, olvido y violencia, aun cuando públicamente la mayoría de miembros de la sociedad expresaran su desespero por la constante crisis económica y el desempleo, así como su deseo de paz, así lo evidenciaron los resultados de la consulta anti corrupción y la re elección del uribismo en el gobierno nacional, no obstante que durante la campaña electoral, planteara su objetivo de hacer trizas el Acuerdo de Paz, recientemente alcanzado.
Al hacer un muy superficial y muy limitado análisis sobre las características sicológicas de la clase política colombiana, para este humilde opinador los victimarios (En el esquema del Síndrome de Estocolmo), siguiendo con el planteamiento de Ricardo Silva, es posible encontrar que, efectivamente, la dirigencia colombiana, cumple con los presupuestos sintomáticos de quienes padecen lo que se conoce como Trastorno Antisocial de la personalidad - TAP(psicopatía), tales como: “falta de remordimiento o empatía por los demás, la falta de culpa o la capacidad de asumir la responsabilidad de sus acciones, el desprecio por las leyes o las convenciones sociales y la inclinación a la violencia y una naturaleza engañosa y manipuladora.”[1]
Imagen: elcolombiano.com |
Es claro que, aunque hace falta una verdadera aproximación científica al fenómeno aquí esbozado, no obstante que ya existan algunas en el plano internacional, en las que la presencia de los TAP en la clase dirigente está sustentada (ver: Trastornos de Personalidad y Violencia. Artículo de Reflexión Para el Posconflicto Colombiano en Enlace ORCID: http://orcid.org/0000-0001-7495-0314 ), la afición de la dirigencia colombiana, al menos la de los últimos veinte años, por imponer por la fuerza sus puntos de vista, incluso con el abuso de la autoridad, irrespetando de paso, los derechos de las mayorías, evadiendo la responsabilidad e incluso, atribuyéndosela a las víctimas, confirma que la permanencia de la ultraderecha en el poder, es reafirmación de que en política, al menos en Colombia; la psicopatía en el poder es exitosa.
[1]Alonso, María y Skodol, Andrew, en: ¿Qué
diferencia a un psicópata de un sociópata? y Trastorno de la personalidad
antisocial (TPA), respectivamente. Disponibles en: ¿Qué
diferencia a un psicópata de un sociópata? | Psyciencia y Trastorno
de la personalidad antisocial (TPA) - Trastornos psiquiátricos - Manual MSD
versión para profesionales (msdmanuals.com)