LA VITRINA DE LA CONVERSA

viernes, diciembre 11, 2020

GANAR SI O SI LA PRESIDENCIA DE COLOMBIA EN EL 2022


                     Foto: Gustavo Petro-Senador Lista de la Decencia-Colombia Humana

Por: Omar Orlando Tovar Troches –ottroz69@gmail.com-

La peor tragedia política que ha padecido la sociedad colombiana en los últimos años, es haber permitido que la cultura traqueta, impuesta por los señores y señoras de la guerra, a través de sus mandaderos en el congreso y presidencia de Colombia, impusieran, no sólo el modus vivendi del país entero, sino,  el qué hacer de la democracia colombiana.

La influencia de la contra cultura del narcotráfico ha calado tan profundo en el inconsciente colectivo del colombiano promedio, que hoy es casi imposible separar la vida normal de la sociedad, de la influencia del negocio de las sustancias psico activas de comercio ilícito, de hecho, se ha llegado al extremo de romantizar la vida de los capos asesinos de los carteles de la droga y la minería ilegal colombiana, a un extremo tal, que incluso, el otrora serio, canal cultural Discovery Channel, ha dispuesto buena parte de su parrilla, para reforzar el mito de Robin Hood criollo de Pablo Escobar, y ni hablar de la narcotización de las políticas públicas de los gobiernos colombianos, plegados a las directrices de la DEA.


Es en este narcótico escenario, en el que la derecha colombiana, hoy encabezada y liderada con férrea mano, por el ex presidente y ex senador Alvaro Uribe Velez, despliega su influencia y su poder, a través de medios de comunicación y comunicadores afines a su ideología, que refuerzan continuamente los elementos primordiales de la contra cultura del narco en la sociedad colombiana. Aunque se lea y suene traído de los cabellos, paulatinamente, esta, ya prolongada estrategia de propaganda, ha venido socavando algunos pilares fundamentales de la moral pública, a tal punto, que el comportamiento delincuencial, o como mínimo carente de ética de algunos líderes y lideresas del uribismo, hoy día son acogidos como normales o como marcos de referencia social para muchos colombianos, así lo demuestran, los resultados electorales obtenidos por la derecha en las últimas elecciones.

                                Foto: Imágen del Congreso de Colombia

Entonces, cuando el jefe natural de la derecha colombiana, Alvaro Uribe, publicó en sus redes sociales una advertencia sobre el futro político inmediato de Colombia, esto es, las elecciones de congreso y presidencia del 2022, la sociedad colombiana entró en una especie de estado de alerta comunitario, tratando de entender ese “ojo con el 2022” planteado hábilmente por el líder supremo de la centro derecha y la derecha colombiana. La enigmática anunciación de Uribe Vélez, puso a cavilar, sobre todo, a la clase política, incluidos analistas, encuestadores y periodistas y, cómo no, a la izquierda, que ahora no se llama izquierda si no progresismo o alternatividad.

La sociedad colombiana, pero sobre todo la dirigencia política, está tan inmersa en el campo de juego diseñado por la contra cultura traqueta, hábilmente aprovechado por la centro derecha y la derecha; que una frase, si se quiere desprevenida, de Uribe, bastó para que todos, absolutamente todos los jugadores políticos, corrieran presurosos a alistar sus cábalas y sus apuestas, para rediseñar sus estrategias de mercadeo político, a fin de salirle adelante a la admonición electoral del uribismo.

En las toldas de la Colombia Humana, así como en los partidos y movimientos alternativos o progresistas, que no de izquierda, pronto se empezaron a pedir y a hacer jugadas tácticas, con el propósito de montar una campaña, que ahora si o si, asegure los votos suficientes para vencer al monstruo político del Uribismo. Al parecer el “ojo con el 2022” de Uribe en sus redes sociales, bastó, no solo para insinuar, sino para ir implementando una especie de relajamiento de los también férreos preceptos éticos, esgrimidos por estas agrupaciones, como principios rectores de su quehacer político y administrativo, que los diferenciaban de la relajada ética y la corruptela de la derecha.

Ganar si o si la presidencia de Colombia en el 2022, parece ser el mantra asumido como slogan publicitario por más de un activista y dirigente del progresismo nacional. Causa, como mínimo curiosidad, observar la manera en que paulatinamente, las prácticas políticas que causaban repulsa en la gran mayoría de los militantes y simpatizantes de la otrora izquierda colombiana, poco a poco, por obra y gracia de la frasecita de Uribe; le vienen dando paso a las practicas manzanillistas, clientelares y de estratégicas alianzas, con antiguos enemigos políticos, a quienes solo hasta ayer se les señalaba como co-autores de la tragedia nacional.

Claro que en un futuro, ojalá no tan lejano, de reconciliación nacional y de tránsito hacia la paz, es necesario, eso que llaman ahora como sinergia de todos los actores sociales y, sobre todo, políticos, para re encaminar el destino de Colombia, eso, se reitera, no debiera tener objeción alguna. Sin embargo, y dado el histórico comportamiento de ciertos actores y ciertas actrices de la política colombiana, muy dados al oportunismo electoral y  a la traición, si valdría la pena ir evaluando, no el curriculum de esos nuevos mamertos, si no el papel que tendrán en un probable y necesario frente amplio progresista de cara al ejercicio electoral del 2022.

Resultaría triste y contra producente para el progresismo, que ocurrieran desaguisados a la hora de ejercer la administración pública, tales como los acontecidos en tiempos de Luis Eduardo Garzón en su paso por la Alcaldía de Bogotá, así como en otros escenarios en los que la vieja izquierda, hoy progresismo, logró hacerse al poder, en los que, no obstante haber logrado el éxito electoral soportado en las bases progresistas; a la hora de definir los encargados de co administrar desde la alternatividad; a los históricos activistas, líderes y trabajadores del progresismo se les dejó con un palmo de narices; quedaron por fuera de esas administraciones y no precisamente por falta de perfil.

Un viraje en el rumbo del modelo político que ha gobernado a Colombia durante toda su existencia, es necesario, puesto que, la misma historia ha venido demostrando, no sólo la inequidad y lo inhumano del actual modelo, sino que últimamente, también está demostrando su ineficiencia, incluso para el mismo capitalismo. No obstante esta urgente necesidad de cambio político, éste debe ser hecho con decisión, sin ambages, sin medias tintas y sin grandes concesiones a ese mismo modelo, de lo contrario, estaremos de frente, en el 2022, a un nuevo episodio de frustración y de desencanto, con el acumulado de muertes y desolación que tal resultado, necesariamente acarreará.

 

 

 


lunes, diciembre 07, 2020

QUE PARE YA LA MATANZA

 QUE PARE YA LA MATANZA

Por: Omar Orlando Tovar Troches –ottroz69@gmail.com-

Carlos Escué, del resguardo Munchique los Tigres en Santander de Quilichao, coordinador local de jóvenes y  vocalista del grupo musical Intentos de Amor. Juan Carlos Petins, del resguardo Belalcázar en el municipio de Páez – Cauca. Eduardo Pino Julicué, hijo de la exconsejera y lideresa de la ACIN Luz Eyda Julicué Gómez, de Caloto. Emerli Basto, Fernando Trochez y David Trochez (hermanos), también de Santander de Quilichao; todos ellos indios, todos ellos asesinados.

¡Que pare ya la matanza!, recogía en una de sus publicaciones en red, el también indio y amenazado; senador Feliciano Valencia.

Al igual que al Senador de MAIS, a la gente del Cauca, ya se nos está atragantando el dolor, la indignación, la impotencia y la rabia, que nos produce este constante olor a miedo, a zozobra y a sangre, que tristemente para nosotros los caucanos, ya se ha vuelto costumbre desde tiempos inmemoriales, pero que para el resto de gente del Cauca y del resto del país, que se cree blanca, no deja de ser la irremediable consecuencia de atrevernos a protestar y reclamar nuestro derecho a vivir: No estaban recogiendo café, justifican al unísono los seguidores del innombrable.

El contador de masacres en el Cauca, parece el contador de kilómetros de una chiva intermunicipal. Todos los días amanecemos con la noticia de amenazados, desplazados y asesinados, sin que hasta la fecha se vea voluntad alguna por parte del pusilánime gobierno nacional, en cabeza del flojo presidente Duqe y el cínico e inútil ministro de defensa Carlos Holmes- el gris; de tomar algún tipo de medida, más o menos razonable, para detener este rio de sangre que no para de fluir en el Cauca, diferente a la de más plomo y glifosato.

Los mandatarios locales y el regional, quizás amedrantados y temerosos como el resto de sus conciudadanos caucanos, carecen del coraje necesario para emprender con energía, pero sobre todo, con valentía y dignidad, la defensa de sus electores y gobernados. A ellos solo les  interesó, y les pararon bolas,  irle a pedir al gobierno de Uribe, que les quiten las restricciones de contratación, en la ley de garantías electorales; para lo demás, seguimos en Pandemia.


Foto : Mindefensa en consejo de seguridad- Radio Súper-Popayán


Más allá de los repetidos e inservibles consejos de seguridad, cuyos resultados se materializan en el incremento del pie de fuerza policial y militar, para su respectivo  amontonamiento en las estaciones de policía  o en los innumerables, estáticos e ineficaces retenes militares que copan el territorio, donde precisamente están ocurriendo las masacres; no hay a la vista, otra solución por parte del Estado colombiano, que no sea seguir a pie juntillas los dictámenes de la D.E.A.

Claro que esta nota está escrita con rabia, con dolor, pero sobre todo, con impotencia e indignación, al constatar, no la ineficiencia de este gobierno, sino el silencio cómplice y la justificación del genocidio, por parte del resto de la sociedad, a quienes la guerra, las balas asesinas, las amenazas, el desplazamiento, las muertes y la sangre, les parecen del universo Netflix y no la de sus vecinos o paisanos.

Ya no sabemos cómo seguir pidiendo auxilio, cómo seguir rogando que por favor no nos maten, sólo nos queda juntarnos con el indio Feliciano, para seguir colocando en las redes sociales: ¡QUE PARE YA LA MATANZA!

 

 

viernes, diciembre 04, 2020

¿Y ACASO… EL DIEGO NO ERA INMORTAL?

 ¿Y ACASO… EL DIEGO NO ERA INMORTAL?

Por: Omar Orlando Tovar Troches -ottroz69@gmail.com-

Al parecer no.


No han bastado las tres o más noches con sus respectivos amaneceres, luego de la noticia de su deceso, para confirmar que la respuesta sigue siendo que no; El Diego no era inmortal. A estas alturas de la nada que dejo la partida de un grande, nosotros sus admiradores, sus seguidores, aún estamos como medio pasmados, suspendidos en el limbo de la interminable sucesión de imágenes de su cortejo y de su siembra al lado de sus viejos.

Con la venia del inmenso  Benedetti, la muerte del Diego nos dejó así, consternados rabiosos. Aunque esta muerte, la del Pelusa, haya sido uno de los absurdos previsibles, después de ese trasegar suyo entre la gloria y el infierno.

Estamos consternados rabiosos, porque sentimos que no nos pidió permiso para abandonarnos, se fue sin decir adiós, sin previo aviso, de repente. Nos sentimos como engañados, como decepcionados, como burlados, porque siempre, pero siempre; creímos que El Diego era inmortal. ¿Cómo se le ocurrió engañarnos de esa forma?

Ahora, tras el show que hicieron de su vida, de su muerte y de su siembra, esos mismos y mismas que posaron circunspectos y hasta apesadumbrados por la desaparición del d10s albiceleste, se aprestan para servir de altavoces de los malquerientes del eterno pibe, para amplificar la envidia, la maledicencia de aquellos que se alinearon junto con los poderosos, para glosar cada día, cada hora, cada segundo, cada respiro, cada parpadear y cada palabra del más grande 10 de al mundo.

Sus amantes seguidores, nosotros los viejos, los eméritos y los más nuevitos, siempre entendimos que él nunca fue perfecto, por eso lo queríamos, porque con cada subida y bajada suya, nos demostraba que era inmenso, por ser la completa perfección de todas las imperfecciones humanas. Nunca lo creímos un santo, porque al igual que nosotros, la verdadera inmensa mayoría, era un simple humano, que también sudaba, le daba halitosis por la mañana, se emborrachaba y la cagaba como nosotros. Por eso lo queríamos y lo queremos, por ser nosotros y ser diferente a la vez.

Y aunque fueron muchos más sus humanos yerros, fueron grandiosas sus ejecutorias como héroe de barrio, no como los de acá, que le vendieron el alma al diablo dinero y al poder, para luego lavar su conciencia juntándose con los poderosos y comprando perdones con casas, regalos y plata para los desposeídos. Su heroísmo consistió en todo lo contrario; en señalar sin vacilación la indecencia de los políticos y de sus amigos, por señalar la inmoralidad de un sistema social y económico que deja por fuera de todo a los más débiles que Él siempre representó, por eso se juntó con los descastados de este sistema económico clasista e inhumano, para incomodar al sistema, poniéndose del lado de los iguales a él en la pobreza, aun siendo un hombre rico.

Murales en la devastada Siria, millones de velas formando el número 10, en argentina y el mundo entero, millones y millones de seres humanos, reproduciendo las fotos de este grande junto a grandes que querían estar con él, atestiguan lo que muchos ya sabíamos desde hace rato, que El Diego no era un ser normal, porque a pesar de ser un futbolista de serie, prefirió defender desde su pedestal de semi-dios, las causas de los sin voz, ni figuración, de aquellos a quienes la detestable mano invisible del mercado dejo sin esperanzas de vivir dignamente, de todos aquellos a quienes como a él, les tocó y les toca aguantarse la rabia al saber que su mamá, como millones de mamás del mundo, aguantaban hambre para darle comida a sus hijos, por culpa de esos y esas a quienes este paladín de la pelota acuso de bandidos, hasta sus últimos días.

El Diego no era inmortal, porque estaba vivo, pero ahora que, sin nuestro permiso, nuevamente hizo lo que le dio la gana, muriéndose de repente, empezó a transitar su vida eterna. No era Perseo, Hércules, Prometeo, ni Superman, simplemente fue un mago con el balón, implacable con la inmoralidad de los poderosos, que siempre nos dio y nos dará la esperanza de otra cosa mejor, no era Dios, era y será El Diego, Maradona, el más grande.

Gracias Diego, por tanta magia futbolera y por señalarnos que si se puede. Gracias totales.

miércoles, noviembre 25, 2020

ARTICULITOS, TRIQUIÑUELAS Y CORRUPTELA ELECTORAL

Por: Omar Orlando Tovar Troches –ottroz69@gmail.com-

Nuevamente, como cada cuatro años, y mucho más durante el imperio del Uribismo en Colombia, los políticos de los partidos tradicionales Liberal y Conservador, ahora devenidos en feudos con otras denominaciones como Cambio, U, Colombia Justa, Mira, Alas, Aico, ASI; se disponen gustosos a reformar por enésima vez, el sistema electoral colombiano, eso sí, en aras de asegurar su permanencia en las corporaciones públicas, ni más faltaba.



Otra vez, mediante la indebida, pero muy efectiva presión (chantaje se arriesgaría el opinador), algunos mañosos representantes a la Cámara, así como algunos más experimentados, y a su vez, más mañosos Senadores, han logrado que las anodinas, vacuas y hasta ahora inservibles agremiaciones de municipios y de departamentos de Colombia, pongan en la agenda legislativa del Uribismo en Cabeza de Iván Duque, la reforma de unos articulitos, para hacerse a las esquivas untadas de mermelada de los presupuestos municipales y departamentales, resguardados a través de la famosa Ley de Garantías Electorales.

Al no existir, por ahora, la posibilidad de la re-elección presidencial, la moneda de cambio con la que hasta ahora comerciaban las agremiaciones de municipios y departamento, con la Casa de Nariño, presupuesto, re elecciones y puestos en la burocracia nacional, ha pasado de frente al plano de los presupuestos regionales y locales. Los gamonales electorales de siempre, han encontrado en el saqueo de los erarios departamentales y municipales, una moneda de cambio eficaz, para asegurarse la financiación de sus campañas al congreso, a cambio de la aprobación mayoritaria de la agenda uribista y la asignación de recursos del orden nacional, para los juiciosos y obedientes mandatarios departamentales y municipales que, a bien tengan, colaborar con la triquiñuela presupuestal.

Como la reforma que asegura la permanencia de las y los de siempre en el congreso, es a todas luces, odiosa para el ciudadano decente, que afortunadamente es mayoría, así no vote, estos personajes de asombrosa astucia politiquera y leguleya, han avanzado, apelando a anuncios vacuos de obritas y proyecticos; en una reforma que permite seguir legalizando la corrupción e incluso el fraude electoral, al otorgarle al Uribismo en cabeza de Duque, la facultad de nombrar a diestra y siniestra Registradores afines a su causa y la de sus enmermelados amigotes, para seguirse asegurando las arrodilladas mayorías que hoy se observa en el congreso.

Ahora es normal ver en departamentos y municipios a los congresistas de siempre, anunciando aquí, allá y acullá, proyectos que supuestamente benefician a las comunidades, así no hayan sido de su autoría, escondiendo convenientemente el hecho de haber votado negativamente o hundido proyectos de defensa del medio ambiente, la aprobación de tratados como el de Escuazú, que asegura una mayor y mejor veeduría ambiental ciudadana, o simplemente, que  fueron cómplices con su voto, de la permanencia de funcionarios irresponsables, ineficientes y corruptos, enemigos de la paz, como Carlos Holmes, el gris Trujillo o han votado por la cooptación de los poderes del estado para favorecer los intereses del Uribismo.



Otros, los  más astutos, los más camaleónicos, han optado por presentarse ante la sociedad colombiana, como los renovados salvadores de la paz y los restauradores de la decencia y la moralidad pública, llamando a propios y a extraños, a juntarse en una opción de centro alejada de la odiosa polarización entre mamertos y fachos, ocultando, al igual que los menos osados colegas, su pasado de silencio complaciente con la corrupción, de ejercicio de la diplomacia burocrática de las buenas y elegantes formas, o la de voltear a mirar para otro lado, mientras el latrocinio, el desplazamiento, el asesinato, la guerra y la corrupción continuaban avanzando con su cómplice silencio o su alcahueta abstención.

Ese es el actual, pero reiterado, ejercicio legislativo  de los partidos tradicionales de Colombia, en el que,  apelando a meros cambios de nombre y de sede, los de siempre, pretenden seguir mamando de la teta del erario nacional, tratando de engañar a incautos desinformados o a necesitadas familias, que requieren del puestico, la recomendación, el contratico o los cincuenta mil pesitos de cada cuatro años, para ver si pueden sobrevivir en un escenario de pandemia y pos pandemia; lleno de  articulitos, triquiñuelas y corruptela electoral


miércoles, noviembre 18, 2020

¿EXISTE UNA OPCIÓN DE CENTRO POLÍTICO EN COLOMBIA?

 ¿EXISTE UNA OPCIÓN DE CENTRO POLÍTICO EN COLOMBIA?

Por: Omar Orlando Tovar Troches –ottroz69@gmail.com

Los poderosos medios de comunicación y algunos periodistas afines al actual régimen político en el poder de Colombia, han desplegado durante los últimos días, toda una estrategia comunicativa de lanzamiento de la que han llamado “La nueva opción de centro político”.

La sociedad colombiana, que se precia de estar informada, ha estado atestiguando el desesperado desfile por emisoras de radio, cadenas de televisión, salas de redacción y plataformas de internet, de una muy variopinta selección de la clase política tradicional colombiana, buscando convencer a ese esquivo electorado, que se auto proclama como a-político, de que ellos (la auto nombrada opción de centro) encarnan, no sólo, una opción al bipolarismo actual de Colombia, sino que también encarnan la renovación de la clase y las costumbres políticas, de una Colombia urgida de cambio, no el Radical de Vargas LL.



Por ahí se ve a Roy Barreras, a Cristo, no julito, a Velasco, a Lara, a Galán, los renegados delfines, al delfín Gaviria, a Clara López, codo a codo, discurso a discurso, peleándose los reflectores con sus congéneres, Benedetti, Iragorri, Ángela Lozano y demás, tratando de sacar de la metafísica abstracción de ballenas e hidroituangos, en las que anda perdido, al nuevo alfil del santismo, según el innombrable del Ubérrimo; don Sergio Fajardo. Pretenden juntar al renombrado MOIR ahora Dignidad, del nada maoísta y muy fajardista Robledo, con el nuevo-viejo liberalismo ahora si auto denominado social demócrata, tras el triunfo del candidato del partido demócrata estadounidense Joe Biden. Magistral pieza de lagarteria de esa renovadora clase política del Nuevo Centro colombiano.

Claro que en el campo de las ideologías políticas, es posible la existencia de una opción neutra, de una no acción, no involucramiento, no decisión, elección esta que, paradójicamente implica todo lo contrario, ya que al decidirse por esta opción, ya se tomó una postura; la de no tomar postura. (Larga vida a Cantinflas). No obstante esta posibilidad, lo que sí es claro, al menos para el caso colombiano, es que, esta opción (la de no tomar partido), es difícilmente justificable en la muy crítica realidad social y económica que viene afrontando la sociedad colombiana desde su propio nacimiento.

Si bien es cierto que las posiciones extremas, son harto peligrosas, ya que apelan a los instintos primarios y a fanatismos, por medio de la manipulación mediática de la realidad, para beneficiar opciones caudillistas, distinguidas, por su populismo y su feroz autoritarismo; también es cierto que, ante situaciones extremas, que requieren serias, rápidas y contundentes respuestas, optar por enterrar la cabeza en la arena, no sólo no aporta a la solución de desastre, sino que expone pudendas partes a otro tipo de desastres.

La sociedad colombiana no puede seguir entrampada en la vieja estratagema de todos aquellos que han ejercido la política durante años y años, de desdecir, hablar mal, vituperar y denunciar la corrupción de las instituciones que ellos se han encargado de destruir, para ofrecerse como impolutos renovadores de la política que no polarizan, ni mucho menos caer en el error del facilismo de siglo XXI o sacaculismo que llaman, de echar en una bolsa a todas las personas que ejercen cargos de elección popular, aduciendo que todos los políticos son unos bandidos, mientras están aupados por quienes sí lo son, reclamando un muy higiénico abstencionismo, justificado en optar por un centrismo virtuoso que tampoco resuelve nada.



Los Barrera, los Velasco, los Iragorri, las Lozano, las López y demás, no pueden venir ahora a fungir como salvadores de la patria, blandiendo la espada de una total pulcritud y compromiso para con todos los colombianos, muchos de ellos y ellas, quizás no con sus acciones, sino con su aquiescencia y su formalismo extremo, han permitido que la corrupción pase por enfrente de ellos y ellas, sin que pase nada, por andar en busca de unas bellas formas diplomáticas, que eviten el debate o la confrontación, en pos de una sociedad imaginaria de Hello Kitty y pitufos.

Colombia requiere del compromiso de toda la sociedad, para empezar a cambiar esta ruta al despeñadero en la que nos han embarcado quienes ahora se muestran como intachables salvadores y salvadoras de la Matria. El centrismo tal y como lo pretenden vender los actuales oportunistas y los cómodos dueños de la franquicia, no sirve para resolver el desastre estructural, que el centrismo exagerado y los partidos políticos tradicionales de Colombia han ocasionado. Es hora de ponerse colorados por unos instantes, para no quedar con la palidez de la muerte por siempre.

En ultimas; Sí, de vez en cuando, se requiere tomar opción. Generalmente la opción que plantea un cambio; es la acertada.