Espectro político en Colombia. Imagen tomada del perfil @CamiloSilvaJ
SI EXISTE LA OPCION DE IZQUIERDA Parte II
Por: Omar Orlando Tovar Troches – ottroz69@gmail.com-
En la
primera parte de esta columna se señalaba que, no obstante, la existencia
nominal de la izquierda política, la posibilidad de la llegada al poder
gubernamental de Colombia, de una opción política que pudiera materializar este
modelo; aún estaba remota, dado el desconocimiento general que tiene la
sociedad colombiana del origen y las plataformas ideológicas de eso que
vagamente se menciona como izquierda. (Ver Parte I en: La Conversa de Fin de Semana
(laconversafindesemana.blogspot.com))
Sin
embargo, la crisis económica, ocasionada por la reciente peste mundial, ha servido para desnudar la
terrible eficiencia del modelo capitalista, el cual, actuando en consecuencia
con sus postulados; de completa sumisión de los gobiernos nacionales de
derecha, al omnímodo poder del mercado y de protección a toda costa, del
sagrado derecho a la propiedad privada (de unos pocos); ha dejado rezagados en
la miseria y la muerte a cientos de millones de personas, en agonizante espera
de una alternativa política que los pueda redimir del pecado de ser pobres.
Para que
esta ansiada y muy necesaria alternativa política pueda tener opciones de
verdadero triunfo; primero hay que entender que la izquierda ese esa opción. En
tal sentido, resulta impostergable recordar, así sea en términos generales, un
par de aproximaciones a la noción más consensuada de izquierda.
Desde el
punto de vista económico, la izquierda, más asimilada al socialismo, se podría
definir como:<< la idea según la cual "la propiedad y control de los
medios de producción -capital, tierra o propiedad- debe estar en manos de la
comunidad como un todo, y administrada en el interés de todos">>[1]; en términos políticos, la
izquierda pudiera definirse como aquella opción que: << abogaba por la
suerte de los marginados>>[2] y en la que pueden
<<…advertirse inequívocas críticas a la centralización del poder, una
defensa de la inclusión y la participación política y un embate directo contra
el presidencialismo.>>[3]
A partir
de esta breve y muy simplificada definición de izquierda, es posible afirmar
que, al hacer un examen riguroso, tanto de los gobiernos, como de las
plataformas que, los ahora llamados partidos y movimientos alternativos o
progresistas, han presentado como de izquierda; el resultado permite constatar
que, las prácticas y alcances de plataformas y gobiernos de izquierda, (salvo
una o dos excepciones) aún están muy lejanos de lo prescrito por la deontología
zurda, a pesar de sus intenciones de avanzar en esa dirección. En este sentido,
también es posible afirmar con contundencia que, la actual percepción que tiene
la mayoría del pueblo colombiano frente a la noción de izquierda, obedece al
mito que ha impuesto la propaganda de derecha, en la opinión pública de base.
Sin
embargo, tal y como se planteaba líneas atrás, lo realmente cierto y plenamente
constatado por la sociedad colombiana durante la peste, es lo peligroso que
resultaría seguir manteniendo un modelo socio económico, como el de Colombia,
que privilegia la apropiación abusiva de la riqueza de todos por parte de un
muy reducido grupo de personas, aprovechando sus cercanías con el poder
político. Así mismo, las grandes mayorías, han podido verificar que, encargarle
el manejo de la naturaleza y la vida a un reducido grupo de politiqueros y
tecnócratas impuestos o patrocinados por una pequeña élite de super poderosos
empresarios, dispuesto a hacer lo que sea (legal o ilegalmente) para complacer
a sus dueños-jefes y seguir viviendo del estado; en lugar de redundar en el
bienestar general, terminaría por seguir destruyendo el medio ambiente y, de
paso, poniendo en serios riesgos, la vida de las grandes mayorías.
Frente a
este nuevo escenario de constatación de los estragos que ha provocado el capitalismo
y de la necesidad de avanzar en un modelo socio-económico diferente, se plantea
la alternativa de la izquierda, como única salida a la actual crisis ética,
económica, ambiental y humanitaria que padece el pueblo colombiano.
La oferta
de más y mejor democracia, no puede ser rechazada por unas mayorías, cuya
exclusión de los escenarios de participación y poder real, los ha condenado a
vivir al borde de la pobreza, al borde de la miseria, al borde de la muerte,
siempre viviendo de la propaganda del crecimiento económico de unos cuantos y
de la ilusión de ser parte de ese crecimiento, así sus incontables gastos para
parecerse a los poderosos, los tengan sumidos en un enfermizo endeudamiento
eterno, pagado en cómodas cuotas mensuales, bien sea al sistema bancario o a
los gota a gota, que terminan siendo lo mismo.
Esta
posibilidad de disponer, de la riqueza de todos, administrada por todos, para
el bienestar de todos, no puede seguir generando miedo a volverse una dictadura
castro-chavista; mientras la horrible realidad de la derecha capitalista, de
hambre y falta de acceso a todo, causa las mismas muertes que la espeluznante
ola de asesinatos a opositores y reclamantes, a manos de los violentos. La
repulsa a un modelo que abogue por la inclusión de todos en todas las
decisiones que afecten a todos, no puede seguir atemorizando a una sociedad
hundida en unos niveles espeluznantes de corrupción e impunidad como la colombiana, en la que el
amiguismo y el clientelismo han condenado a millones de niños a segur excluidos
de la educación y los avances de la tecnología, cuando no, a seguir aguantando
hambre, mientras los tecnócratas y políticos amigos del poder y los poderosos
se enriquecen de manera grosera con los recursos de los niños.
Más y
mejor democracia, solamente asustan, a los amigos del actual sistema, quienes
temerosos de perder la comodidad económica y moral de ser convenientes aliados
de derecha e izquierda, solo atinan a señalar de peligroso cualquier intento de
cambio de ese estado de cosas, que les permite llamarse de centro y de no
untarse mucho de pobrecía, de modo que no afecte su entrada al reducido círculo
de poderosos, al que de vez en cuando y, previo aviso, critican.
Existe la
opción de izquierda, tenemos que acabar de construirla o adaptarla y, lo más
importante, convencernos de que es la única opción decente que nos va quedando.
[1] Roberto Gargarella. 2014. La izquierda que no es. Sobre el concepto de "izquierda”. Política y gobierno versión impresa ISSN 1665-2037.
[2] Ibídem.
[3] Ibid.