LA VITRINA DE LA CONVERSA

martes, julio 09, 2024

¿La justicia, la madre de todos nuestros males?

Imagen tomada de: 
Colombia - Más autonomía e independencia del poder judicial (diariojuridico.com)
Por: Hernán Riaño

La democracia se caracteriza por las tres ramas del poder público: El ejecutivo, en nuestro caso, la presidencia de la república; el legislativo, para nosotros el congreso bicameral encargado del control político y la producción de las leyes que nos rigen y el poder judicial, encabezado por las altas cortes, tribunales superiores y los juzgados, básicamente, su misión básica y vital es la de ejercer la justicia para todo tipo de conflictos entre los colombianos.  

El poder ejecutivo, ha sido ejercido por las familias que históricamente han gobernado, como si el país fuera de ellos únicamente, al legislativo, un congreso que siempre ha trabajado en contubernio con las clases dirigentes produciendo leyes que favorecen exclusivamente a los poderes económicos, y al poder judicial que a través del tiempo y, en la mayoría de los casos, se ha plegado al poder político y económico del país; no en vano en Colombia ha hecho carrera el dicho: “la justicia es para los de ruana”, dando a entender que solo las leyes se las aplican a los pobres y muchas veces sin pruebas y solo obedeciendo a los intereses de los poderosos.

El actual panorama judicial de Colombia no da esperanzas de un avance democrático, ya que se nota toda una confabulación contra el pueblo colombiano; solo para defender y favorecer a los de siempre.

Así ha sido en nuestro país en este remedo de democracia que tenemos, que solo hasta la llegada de Gustavo Petro al gobierno ha tenido visos, no porque él no quiera sino porque no lo dejan los poderes feudales, de querer avanzar hacia una democracia real y participativa.

Pero, para poder dar ese paso, es básico un poder judicial justo y fuerte para garantizar que todas las decisiones beneficien a todo el pueblo colombiano y no a unos pocos como hasta ahora ha sucedido. Si la justicia no ejerce su papel, eficiente y honestamente no hay posibilidad de lograr una sociedad igualitaria, democrática y, valga la redundancia, justa. 

Pero, paradójicamente, es en este gobierno en el que el poder judicial, se ha ensañado en contra de esas decisiones que tanto añoran los colombianos, siendo muy rápida en tomarlas y perjudicando el accionar al primer gobierno que no tiene intereses personales ni de ayudar a los sectores más poderosos. Lo hemos visto en los decretos de emergencia social para la guajira, con las investiduras de los congresistas del Pacto Histórico, con la intervención en las tarifas de servicios públicos impagables por los colombianos, la posibilidad de hacer obras terciarias por la Juntas de acción comunal, entre otras.

Pero un país realmente democrático basa su poder en una justicia imparcial y fuerte, de hecho, de no existir un sistema con esas características, la democracia es inviable. La historia de Colombia está repleta de fallas de la justicia, por no calificarlos de otra cosa, en los que se ha sentenciado, cuando se llega a esa instancia, más por intereses económicos, políticos, conveniencia o de poder que ajustándose debidamente a las leyes y a los códigos. Al igual, nuestro país está lleno de leyes para todo, pero como no se cumplen ni por los agentes de la justicia, ni por los ciudadanos, ni por quien las debe hacer cumplir, se convierten en un saludo a la bandera. El congreso en gran cantidad de ocasiones produce leyes que son inocuas para nuestra sociedad, o solo satisfacen la vanidad de los mismos congresistas o sus jefes políticos o económicos, son consideradas gran trabajo por los que siempre han gobernado. 

Si bien es cierto, la justicia casi siempre ha tenido muy mal concepto de los colombianos por su actuar, empezó su deterioro máximo con la llegada del narcotráfico al país y el posterior ascenso de Álvaro Uribe Vélez al poder. Empezó a verse, lo que era impensable, que magistrados de las altas cortes se corrompieran (2), a tal punto que el caso más sonado fue el llamado como “cartel de la toga” en la que se juntaron la parapolítica y el sistema judicial para vender fallos y en últimas para ponerle precio a la justicia (3), fue una alianza en la que confluyeron la Corte Suprema de Justicia y la fiscalía (4).

La Corte Constitucional no ha sido ajena a los escándalos de corrupción, como es el caso del presidente de ese tribunal Jorge Pretelt y un supuesto soborno (5), y otra en el que un funcionario de la secretaría general exigía grandes sumas de dinero a abogados (6). El Consejo de Estado tampoco se escapó a estos hechos de corrupción en el país, allí funcionarios también cobraban millones por “arreglar” fallos de tutela (7). 

Si esto ocurría dentro de los más altos tribunales de Colombia, ¿qué podemos esperar de los demás que componen el sisma judicial? Es de conocimiento público que para que un proceso avance en muchos juzgados del país hay que “repartir” desde el mensajero, pasando por sustanciador, la secretaría y en muchos casos hasta el juez. A diario se ve en diferentes medios de comunicación las quejas de ciudadanos, de esos hechos (8).

Todo lo anterior se une a una consecuencia directa que es la  ineficiencia en la aplicación de la justicia que golpea fuertemente a los ciudadanos; en el año 2.019 el Indice Global de Impunidad (IGI) fue del 57%, según estudios de la Corporación Excelencia de la Justicia “estableció que para el año 2.019, había cerca de 1’800.000 que no avanzaban en los despachos judiciales”,  según el Consejo Superior de la Judicatura “para diciembre del 2017 había 2.280 procesos contra funcionarios judiciales” y para diciembre de 2.017, según encuesta de Gallup Poll, la Rama Judicial tenía una imagen negativa que llegaba al 79% (9). Lo grave es que en los años subsiguientes la situación no ha cambiado y por el contrario se ha agravado según quejas de los colombianos. Por este concepto negativo los ciudadanos cada vez denuncian menos pues consideran que es una pérdida de tiempo y en muchos casos se vuelven blanco de todo tipo de delincuentes.

Como si esto fuera poco, pareciera que la rama judicial se hubiera ensañado contra el presente gobierno, con sus fallos en contra de decisiones fundamentales o de la investidura de congresistas y con una persecución como la de la procuradora actual que se está abrogando funciones judiciales sin tener competencia y contrariando lo establecido por la CIDH (10), solo para perseguir a funcionarios elegidos por votación popular, dar conceptos en contra de miembros del Pacto Histórico y a favor de la ultraderecha colombiana, para defender los intereses del “ex” y sus aliados. 

Este panorama judicial no da esperanzas de un avance democrático, ya que se nota toda una confabulación como nunca antes, contra el pueblo colombiano y solo para defender y favorecer a los de siempre. 

Es tal la situación que en Colombia nadie respeta sus leyes, todo el mundo “hace lo que se le da la gana” e impone su “ley”, generalmente a sangre y fuego. Lo vemos desde una disputa familiar, que terminan en muertos y heridos porque alguien quiso imponer su criterio, hasta en conflictos a nivel nacional donde todo lo solucionan con sus ejércitos privados ocasionando desplazados, muertes, desaparecidos, falsos positivos entre otras cosas.

Queda la inquietud: ¿Es la justicia la responsable de todos nuestros males? Ya que sin justicia no hay una sociedad viable. 

Esta nota fue publicada originalmente en SoNoticias y compartida a la comunidad de La Conversa de Fin de Semana, gracias a la generosidad de su director; Hernán Riaño.

Las opiniones de los columnistas son de su exclusiva responsabilidad.

(1) https://www.elcolombiano.com/colombia/politica/corrupcion-en-las-cortes-expresidentes-del-consejo-de-estado-se-pronuncian-jk7518478

(2) https://www.comisiondelaverdad.co/el-cartel-de-la-toga

(3) https://insightcrime.org/es/noticias/cartel-toga-revela-corrupcion-colombia/https://www.elpais.com.co/politica/cartel-de-la-toga-camilo-tarquino-exmagistrado-es-condenado-como-protagonista-del-escandalo-de-corrupcion.html https://www.procuraduria.gov.co/Pages/cartel-toga-procuraduria-cargos-alejandro-lyons.aspx

(4) https://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-15321875

(5) https://www.eltiempo.com/justicia/investigacion/la-corrupcion-vuelve-a-llegar-en-la-corte-constitucional-esta-vez-con-favores-para-tutelas-219710

(6) https://www.eltiempo.com/justicia/delitos/balance-de-los-peores-escandalos-de-corrupcion-en-la-politica-y-la-justicia-en-colombia-162344

(7) https://www.elespectador.com/judicial/carrusel-de-corrupcion-en-consejo-de-estado-cobraba-millones-por-tutelas-article-222058/

(8) https://www.eltiempo.com/justicia/delitos/capturas-por-casos-de-corrupcion-judicial-en-colombia-hasta-agosto-122096 https://cej.org.co/publicaciones/corrupcion-judicial/la-corrupcion-judicial-en-colombia-una-aproximacion-al-mapa-de-riesgos/  https://bdigital.uexternado.edu.co/entities/publication/f6e98909-5532-4dcf-8a49-9c8bb3a13656 https://www.redalyc.org/journal/876/87663301007/html/

(9) https://razonpublica.com/los-retos-del-sistema-judicial-colombia/

(10) https://www.facebook.com/share/p/skRURedf4V8Wr5Ae/





jueves, julio 04, 2024

La ultraderecha patalea

 Por: Hernán Riaño.

Esa es la ultraderecha que patalea, se niega a desaparecer usando todas las armas para evitar que eso ocurra. Utilizan los sistemas judiciales para encarcelar y a los medios de comunicación para desacreditar a quienes quieran un sistema democrático. Hoy pretende un resurgimiento de su forma de explotación y subyugación del ser humano acabando con las libertades y sumiendo a los pueblos en la pobreza eterna. 

En Colombia y el mundo, las derechas se resisten a permitir el salto al desarrollo y en los países que se ha alcanzado, quieren volver a un pasado feudal que tanto daño le ha hecho al mundo y sus habitantes, especialmente los más pobres.

Lo vimos en las elecciones del parlamento europeo con el avance de los pensamientos más retrógrados, alimentados por los discursos de odio contra unos seres humanos inmigrantes empobrecidos por esos mismos países por siglos de esclavitud de continentes como África y América, en los que el saqueo y el despojo fue la característica de sus colonialismos. Hoy, ante la falta de oportunidades y el empobrecimiento de las regiones de donde lograron la riqueza de la que hoy gozan, quieren ocultar la tragedia humana del ingreso de ellos a Europa, en donde quieren lograr mejores condiciones de vida y poder enviarles dinero a los seres queridos que dejaron atrás por encontrar una oportunidad de trabajo más o menos digno. 

En esa odisea de llegar al continente europeo la gran mayoría ha perdido la vida atravesando los mares, en muchos casos siendo asesinados por las autoridades que hunden las embarcaciones en las que hacen el intento y que los chacales les cobran un dineral sin ninguna garantía de vida.

Los latinoamericanos viajan en avión, sin visa, solo con su pasaporte y, a los que no deportan, quedan en estado de ilegales siendo víctimas de todos los abusos y vejámenes para evitar ser denunciados y posteriormente deportados. 

Lo mismo ocurre con los Estados Unidos, donde se pregona dizque la democracia más perfecta del mundo. Quienes hoy dominan el país del norte, en su momento fueron inmigrantes y asesinos de los nativos americanos, acabando pueblos enteros, violando sus mujeres y matando niños y ancianos. De esos pueblos solo quedan algunos, relegados a unas reservaciones de muy pocas tribus originarias.

Hoy vemos el resurgir de una extrema derecha en la que pretenden elegir a un candidato de esa corriente política condenado por varios delitos, de 79 años, y su contrincante el actual presidente de 81, demostrando no solo la falta de líderes sino la decadencia de su sistema político – económico.  

Este país también ha forjado su riqueza con el colonialismo explotador y saqueador de los recursos naturales de las naciones mal llamadas subdesarrolladas, de México hacia el polo sur.  Obviamente esa dominación no hubiera podido ser posible de no ser por el concurso y complicidad de las clases dominantes de estos países que se han conformado con las migajas que les han quedado después del

arrasamiento de los recursos naturales, de lo que se conoce como el “patio trasero” de los Estados Unidos.

Esa es la ultraderecha que patalea, se niega a desaparecer usando todas las armas para evitar que eso ocurra. Con la ayuda de sus cómplices en cada nación, intentan parar y acabar cualquier asomo de democracia real que los pueblos quieran imponer. Matan y desaparecen todo tipo de personas que se opongan, acaban partidos políticos, utilizan los sistemas judiciales para encarcelar y a los medios de comunicación para desacreditar a quienes quieran un sistema democrático y cuando ya esto no es posible llegan a los fraudes electorales o a los golpes de Estado, para perpetuar su saqueo y dominación. Hoy pretende un resurgimiento de su forma de explotación y subyugación del ser humano acabando con las libertades y sumiendo a los pueblos en la pobreza eterna. De llegar a concretar esos planes el mundo retrocedería muchos años en riqueza y respeto por el ser humano, como sucedió en Colombia con el gobierno de Alvaro Uribe y sus dos sucesores.

En otras columnas hemos descrito las características de las llamadas burguesías o aristocracias que más parecen señores feudales con todas las mañas de ese régimen atrasado y caduco. 

En varios países de la llamada américa latina hemos sufrido golpes de Estado y fraudes electorales que han garantizado la perpetuidad del feudalismo colonial promovido por Estados Unidos. 

El intento de golpe en Bolivia deja muchas enseñanzas. Un hecho ocurrido en muy pocas horas en las que un general, caracterizado por su posición extremo derechista y golpista se dedicó a amenazar durante varias semanas, con defenestrar al presidente democráticamente elegido hasta llegar a concretar esas amenazas. El señor Arce se le enfrentó en un hecho no visto antes al enfrentarse cara a cara con el general. Lo más destacable fue la reacción del pueblo boliviano (1), que salió masivamente a defender la democracia; el ejército golpista no pudo evitar, a pesar de sus esfuerzos, que los ciudadanos los hicieran retroceder hasta llegar y llenar a la plaza donde se encuentra la sede del gobierno. 

Pero ¿quién dijo miedo? En el fervor del golpe varios líderes de la extrema derecha del mundo ya estaban festejando la caída del gobierno elegido democráticamente. En Colombia quien celebró y felicitó a los golpistas fue la senadora del centro democrático María Fernanda Cabal, y fue más allá, dijo que había que tumbar a todos los gobiernos del Foro de Río (2). 

A las pocas horas el general Zúñiga dijo o mandó a decir que el presidente lo había “contratado” para hacer lo que hizo (¿?) Este hecho no merece gran análisis, porque fue el pueblo, solo los ciudadanos quienes impidieron el golpe, solo ellos.  

Lo que sí analizaré fue la reacción a esa “noticia” que hicieron los medios de comunicación de la ultraderecha colombiana, minimizando la participación popular, muchos “noticieros” de la mañana, especialmente, se pegaron de esta información y le dedicaron horas a minimizar al pueblo de Bolivia.

Muchos se preguntarán el porqué de esta “dedicación” de los medios de derecha colombianos en minimizar la participación ciudadana boliviana para evitar el golpe, otros les darán el beneplácito a esas noticias y hablarán mal del señor Arce, con calificativos des obligantes y llegarán a decir que es cómplice de quien sabe quién, pero siempre desconociendo el papel protagónico del pueblo (3).

Pero ¿qué se esconde detrás de esa actitud mediática?  

El señor presidente Gustavo Petro, desde que asumió el gobierno ha hecho llamados al constituyente primario, que como él lo ha dicho, no es nadie más que el pueblo, para que defienda las reformas impulsadas por el mandatario. Les da pánico que los colombianos sigan el ejemplo de los bolivianos, que tengan una participación activa y definitoria en alcanzar unas reformas que los beneficie. Lo que quedó demostrado con lo ocurrido tanto en el episodio del hermano país, como con las marchas y manifestaciones de los colombianos es que al pueblo sí le tienen pavor, por ello la insistencia en minimizar lo ocurrido la pasada semana. 

Gustavo Petro ha sido insistente en decirle a los colombianos, ustedes son el poder, no se lo dejen quitar, como siempre ha ocurrido, de una casta de parásitos extremo-derechistas, saqueadores del erario, asesinos, ladrones causantes de falsos positivos y desapariciones. Cuando seamos conscientes de ese poder que tenemos para cambiar nuestros destinos y declararles la caducidad a esas derechas, nuestro país dará el salto al capitalismo humano y al modernismo que tanto necesitamos. Son esas clases sociales, llamadas privilegiadas las que siempre han impedido el desarrollo de nuestro país y la paz entre los colombianos. Primero porque viven de la explotación feudal del ser humano y del enriquecedor negocio de la guerra, no les conviene un ambiente de hermandad y de colaboración.  

Pero como siempre nos ha sucedido, esa casta se sostiene de una manada de estúpidos que les acolitan todo y los mantiene en el poder para que nos sigan metiendo la mano al bolsillo y no nos permitan un futuro. ¿Hasta cuándo, uribistas de estratos 1, 2 y 3? 


(1) https://www.facebook.com/share/v/VwwFXYPYHUJGoCJx/ https://www.facebook.com/share/p/JiVHNonn7bHhqniq/https://www.facebook.com/share/p/7U87jGcFTwBzXRrW/

(2) https://x.com/DonIzquierdo_/status/1806065090958967052

(3) https://sonoticias0.wordpress.com/2024/06/27/para-caracol-radio-solo-se-trato-de-un-autogolpe-publicitario/

Nota publicada originalmente en SoNoticias y compartida con la comunidad de La Conversa de Fin de Semana, gracias a la generosidad de su director, el periodista Hernán Riaño

Las opiniones de los columnistas son de su exclusiva responsabilidad.  Les invitamos a leer, comentar, compartir y a debatir con respeto.

lunes, julio 01, 2024

La FLIP y el abuso del derecho (1). Primera parte

 

Por: Omar Orlando Tovar Troches –ottroz69@gmail.com- 

Si el legislador nos concede unas prerrogativas, ha sido con un fin determinado y, en caso alguno, para sobrepasar manifiestamente los límites normales o racionales del ejercicio de un derecho, mucho menos si con ello, además, ha de causarse daño a otro”. Fernando Fueyo2 

En primer lugar, estimado (o) lector (a), me permito solicitar su comprensión y su paciencia, puesto que el tema o los temas centrales de las reflexiones que deseo compartir con Usted, deben tratarse con exactitud y con sumo cuidado, para no caer en la trampa de inescrupulosos manipuladores de la información, cuyo único objetivo es que los ciudadanos de a pie, como Usted o como yo, no podamos compartir información verídica sobre lo que pasa en nuestro país. De antemano, Gracias totales. 

Hecha la claridad. A lo que vinimos. 

Los mismos socios del club de defensa del abuso del derecho a comunicar y a expresar la opinión, también se han constituido en los primeros censores, cuando no, inquisidores, de todos los comunicadores independientes o de los pequeños medios regionales que no obedezcan las órdenes de los grandes conglomerados empresariales y financieros

Continuando con la campaña de desinformación o de manipulación de la verdad, algunos jornaleros de las comunicaciones, agremiados en la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP) pretenden incendiar la opinión pública mediante aseveraciones tendenciosas sobre un pretendido intento de censura hacia los medios de comunicación por parte del presidente de Colombia, Gustavo Petro. 

A este respecto, en estas líneas (y contando con su paciencia y comprensión) pretendo señalar algunas imprecisiones (cuando no, mentiras), lanzadas desde la FLIP, amplificadas y replicadas por la mal llamada Gran Prensa colombiana. 

En primer lugar (Contestando la afirmación de la opinadora Ana Bejarano, en su columna del medio Cambio Colombia3) la fundación de marras no es de todos. Ni siquiera es de la mayoría de los periodistas de Colombia.  

Haciendo uso de la demagogia y el populismo que acostumbra la clase política tradicional, la opinadora Bejarano del medio Cambio, pretende inducir una solidaridad popular artificial, al intentar socializar una entidad que, como ella misma señala en su columna, fue fundada, entre unos pocos periodistas, entre los cuales figuraban los primos Francisco y Enrique Santos, dándole la razón a lo señalado por el presidente Petro, en cuanto a que la FLIP si fue un invento de Francisco Santos. 

Si bien es cierto que dentro de la dirección de esta fundación se encuentran (en calidad de subdirectores eméritos) dos referentes indiscutidos del ejercicio periodístico como Javier Darío Restrepo y el mismo Gabriel García Márquez; también lo es, el hecho de que  a lo largo de su tiempo de funcionamiento, pero especialmente, durante los últimos años de hegemonía política del uribismo, esta entidad no ha tenido una posición consistente frente a los abusos del poder de Álvaro Uribe y sus copartidarios en la presidencia de Colombia (Santos (no es coincidencia) y Duque), como lo pueden corroborar cientos de comunicadores y periodistas de las regiones y de medios pequeños; perseguidos, amenazados, exiliados y los familiares de quienes fueron asesinados durante este periodo, en el que la famosa FLIP no tuvo los arrestos para presentar una posición tan enérgica como la que presenta frente al actual gobierno de Petro. 

Afirman los “socios” y convenientes plañideras de la FLIP que las reacciones del actual presidente de Colombia, frente a las “críticas” que le lanzan desde la Gran Prensa colombiana, tipifican un intento de censura y hasta una amenaza personal a los comunicadores que las han hecho. En este sentido, vale la pena señalar que, no obstante estar bajo la sombra de la Fundación Gabo, la FLIP no ha emitido ni una sola línea para reprochar los excesos y la falta de profesionalismo de esos mismos periodistas que hoy acusan al presidente de perseguirlos, luego de haber emitido informaciones tendenciosas, cuando no falsas, respecto a los integrantes del actual gobierno y sus actuaciones, tal y como consta en las constantes rectificaciones que el mismo gobierno nacional ha tenido que hacer públicamente, ante la negativa de auto control de los socios de la FLIP. 

Tampoco se tiene memoria alguna sobre los llamados de atención de la Fundación para la Libertad de Prensa sobre los desvíos deontológicos de los legatarios de Darío Restrepo y García Márquez, o las denuncias en cuanto a la falta de ética periodística de la Gran prensa colombiana, referidas a su incumplimiento de “los conceptos de verdad, objetividad y exactitud como cualidades esenciales de la noticia informativa... los falsos rumores y ... el derecho a rectificar los eventuales errores” (Fundación Gabo4).  

Finalizando esta primera entrega, es indispensable resaltar la incoherencia que tienen los integrantes del club de los grandes periodistas de Colombia, al evadir la discusión sobre ética, deontología y derecho relativo al ejercicio de la comunicación social o periodismo que llaman. Los mismos socios del club de defensa del abuso del derecho a comunicar y a expresar la opinión, también se han constituido en los primeros censores, cuando no, inquisidores, de todos los comunicadores independientes o de los pequeños medios regionales que no obedezcan las órdenes de los grandes conglomerados empresariales y financieros, actuales dueños de la Gran Prensa colombiana, por medio de su nueva organización de verificación, eufemísticamente nombrada con un nombre anglo: “Colombiacheck”5 y que, casualmente trabaja de la mano con el portal La Silla Vacía, un medio, supuestamente independiente.  

Continuará ... 


1. “El ejercicio extremadamente libre que hace el individuo de los derechos subjetivos que le confiere el ordenamiento jurídico, atendiendo más a su interés propio y egoísta que al de los demás”. BENJAMÍN GARCÍA, Revista ACTUALIDAD JURÍDICA N° 35 - enero 2016. 

2. En: Instituciones de Derecho Civil Moderno, Editorial Jurídica de Chile, Santiago, 1990, pág. 270. 

3. https://cambiocolombia.com/los-danieles/la-flip-es-de-todos  

4 ¿Qué es la ética periodística? 21 de septiembre de 2016, en ¿Qué es la ética periodística? (fundaciongabo.org) 

5.  El equipo de esta entidad lo conforman comunicadores que han trabajado en medios como El País de Cali (Conservador y actualmente propiedad del grupo Gilinski), El Tiempo (del Grupo Aval del banquero Luis Carlos Sarmiento Angulo), Semana (Gilinski) y El Universal (de la familia Araujo). Esta entidad es financiada por Facebook, Google, Microsoft, entre otras organizaciones. Ver: Sobre nosotros | Colombia Check