LA VITRINA DE LA CONVERSA

miércoles, agosto 28, 2024

“Influenciadores” al gobierno

Imagen de mrhamster tomada de: Concepto de influencia social | Vector Premium (freepik.es)

Por: Germán Navas Talero y Pablo Ceballos Navas

Editor: Francisco Cristancho R.

Los "influenciadores", por su capacidad para conectar con audiencias, son ideales no solo para ser contratados por el Estado, sino también para ocupar cargos de comunicación en instituciones.

Comenzamos esta columna con un comentario de nuestro copartidario y amigo, Gustavo Bolívar, sobre la espuria indignación por la decisión de contratar “influenciadores” en entidades del Estado: “la derecha estigmatizó a los jóvenes que protestan, estigmatizó a quienes pensamos distinto a ellos, ahora van por los influencers. La Contraloría me pregunta cuántos influencers he contratado en 2024, como si fuera delito. Respuesta: todavía ninguno, pero estoy en proceso de contratar tres. Si en algún código dice que es prohibido, espero las sanciones correspondientes. No permitiré que estigmaticen a quienes por años han cultivado con dedicación sus redes sociales y que le han servido a la sociedad para equilibrar el derecho a informar y ser informados. Si me toca irme del cargo por hacerlo, me voy, porque no nací con miedo.”

Compartimos su postura y celebramos que un alto funcionario del ejecutivo proteste ante tamaño desafuero, propio de entes que pretenden hacer pasar por inédita una contratación habitual, como es la del personal para publicidad, con el único propósito de perjudicar al presidente y a su gabinete. Los “influenciadores”, en tanto sujetos capaces de alcanzar, mantener y vincular a una audiencia, no solo son aptos para ser contratados por el Estado, sino que pueden ser los mejores candidatos para ocupar posiciones de comunicación al interior de las instituciones. Ahora bien, conviene que antes de firmar la entidad se asegure de que el influencer en realidad detenta capacidad de influir en la opinión pública, puesto que cualquiera puede arrogarse dicha calidad por el simple hecho de expresar opiniones en una red social, sin que con ello convenza al menos a una persona.

-Pasando a otro tema- Encontramos optimistas las declaraciones del presidente Petro sobre la posibilidad de revalidar “una y otra vez” el triunfo electoral que lo llevó al cargo en 2022. Nuestra apreciación es que, si bien hay mucho por hacer para satisfacer las promesas de campaña, se percibe en el electorado una sensación de confianza por el gobierno y de compromiso con las tesis de la izquierda. Creemos que es posible una victoria electoral en 2026 y por ello insistimos en la necesidad de anticipar y organizar la acción del ejecutivo en mira a completar los objetivos y preservar el favor popular.

Por la derecha, según nos cuentan, andan huérfanos de estrategias y liderazgos. En una decisión tan inexplicable como inesperada, el Centro Democrático cambió de plana mayor y ubicó –porque no nos consta que exista un proceso democrático para su designación– al exrepresentante Gabriel Vallejo Chujfi. No fue María Fernanda Cabal ni Paloma Valencia ni Miguel Uribe, sino un político regional conocido por pocos quien fue investido con la mayor dignidad del partido uribista. ¿Veremos un cambio de orientación hacia el centro o persistirá el viraje a la más radical de las derechas?

En sus ediciones del fin de semana, la prensa bogotana manifestó su preocupación por la confrontación recurrente entre el presidente Petro y Carlos Fernando Galán. El alcalde desempolvó el vestido que guarda celosamente para sus disputas con Petro y, palabras más palabras menos, le dijo al presidente que no se metiera en sus asuntos. Ignora el señor Galán, entre otras muchas cosas, que al gobierno –y en particular a la Superintendencia Nacional de Salud– le asiste la competencia de intervenir la Subred Centro Oriente y, en desarrollo de esta función, tomar decisiones respecto de sus obligaciones, operaciones y bienes. Visto lo anterior, no entiende uno cuál es la molestia (o el temor) del señor alcalde, ¿acaso el contrato con COPASA para demoler un bien de valor patrimonial era uno de los legados de su otrora confidente Enrique Peñalosa? Señor Galán, usted podrá sentirse emperador de Bogotá, pero esta solo es distrito y capital si pertenece a un Estado en el que gobierna, así no le agrade, Gustavo Francisco Petro Urrego.

Adenda: hubo reunión de la Comisión Asesora de Relaciones Exteriores y un par de los pensionados vitaliciamente resolvió no asistir –a su única responsabilidad en virtud del cargo de expresidentes– argumentando que con su presencia legitimarían la que consideran una postura equivocada del gobierno sobre la crisis política en Venezuela. Entre quienes se ausentaron, no sin hacer bulla, estuvo Andrés Pastrana, quien actualmente se encuentra denunciado por difundir una infamia contra el presidente Petro. Nos preguntamos, ¿considera Pastrana que con llamar a Maduro “narcotraficante”, como lo hizo con Petro, bastará para que aquel acepte la derrota y dimita?

Adenda dos: vemos que hay muchos a la espera de unas ballenas que atravesarán aguas colombianas para hacer lo suyo. Dado que hemos tenido el gusto de presenciarlas in situ, recomendamos hacerse el viaje y disponerse a maravillarse.

Hasta la próxima semana.

Las opiniones de los columnistas son de su exclusiva responsabilidad.  Les invitamos a leer, comentar, compartir y a debatir con respeto.

Esta nota fue publicada originalmente en SoNoticias y compartida con la comunidad de La Conversa de Fin de Semana, gracias a la generosidad del periodista Hernán Riaño.

viernes, agosto 16, 2024

Hay delfines… de delfines

 

 Imagen tomada de: DELFINES DEPREDADORES – Opinemos (wordpress.com)

Por: Hernán Riaño 

Así ha transcurrido nuestra historia con los hijos de los hijos de los hijos gobernando nuestra Colombia, ya sea desde la primera magistratura o desde cualquier ministerio o puesto que define los destinos de la nación.

En la naturaleza, siempre sabia, hay unos mamíferos acuáticos muy inteligentes, unos de agua salada y otros de agua dulce, los delfines. Según los biólogos, naturalistas y los estudiosos de la fauna de este tipo no dudan en darle a los delfines una capacidad muy superior a la de otras especies de animales que pueblan el globo terráqueo.

Los realizadores de cine y televisión no lo han pensado mucho en hacer películas y series televisivas con la atracción de los delfines. Los que tenemos ya una edad avanzada podemos recordar al famoso Flipper; un ejemplar de esta especie que demostraba una capacidad inusitada para resolver problemas. Los acuarios de las grandes capitales tienen como atracción principal shows de estos seres vivos.

En la edad media en la monarquía francesa no dudaron en calificar al heredero al trono con el apelativo de delfín (1). Esa costumbre, como si fuéramos de la realeza, fue asumida, por nuestra sociedad republicana, pero con ansias de ser monárquica, “maña” muy afianzada en nuestra “gente de bien”, y le empezaron a decir delfín a los hijos de quienes habían sido presidentes o de políticos o de periodistas con alguna influencia en la vida nacional. Recordemos que la clase dominante y los intelectuales colombianos querían o asumían ser franceses.

Es así como el delfín de Misael Pastrana fue Andresito; el de Lleras Restrepo, Germán Vargas Lleras; los de Eduardo Santos, Pachito, Juan Manuel y hasta Enriquito; los del periodista y descendiente de aristócratas criollos Andrés Samper,  Ernesto, quien fuera uno de los presidentes más perseguidos del país, Daniel  y  su vástago Danielito Samper Ospina, que ni siquiera para humorista sirve, aunque él cree que sí; el del poeta Guillermo Valencia, aquel de “Los camellos”, su hijo Guillermo León, quien bombardeó campesinos, acción que motivó la creación de las FARC y su nieta Paloma, la del muro en el Cauca y tantas salidas racistas, clasistas y todo lo que hace es en contra del pueblo; el “senador más inteligente de Colombia”, Miguelito Uribe Turbay, nieto del expresidente que puso la corrupción en sus justas proporciones (2), Julio César Turbay Ayala, e hijo de la secuestrada y asesinada por el narcotráfico, Diana Turbay (3) y del condenado por desfalco del banco del Estado Miguel Uribe Londoño (4); el de Iván  Duque Escobar, el que por su negligencia dejó que Armero se hundiera en el lodo y  cuya madre está enredada en el saqueo de la SAE, Ivancito Duque Márquez, el último presidente protegido de Uribe, el peor de Colombia, según muchos, ganándole ese honorífico puesto a Andresito Pastrana; y así ha transcurrido nuestra historia con los hijos de los hijos de  los hijos gobernando nuestra Colombia, ya sea desde la primera magistratura o desde cualquier ministerio o puesto que define los destinos de la nación.

Muchos de estos delfines, que a pesar de no ser de tan rancia estirpe sí han llegado a figurar en la vida política y social del país, como los hijos del inmolado Luis Carlos Galán, el trío de muchachos, que siempre han vivido del Estado, el mayorcito, Juan Manuel Galán, puso de presidente al neoliberal César Gaviria el día del entierro de su padre; Carlos Fernando Galán hoy alcalde de Bogotá quien pareciera el doble de uno de sus protectores, Enrique Peñalosa, que a su vez es el delfín de Enrique Peñalosa Camargo, el de uno de los primeros escándalos de corrupción y robo al campo  colombiano, el de “Fadul y Peñalosa” (5), Enrique, quien se mostraba como PhD sin serlo y ni siquiera paso por el Magister, mintiéndole descaradamente al país y al mundo, llegó  a la alcaldía de Bogotá dos veces y otras tantas por interpuesta persona como Claudia López y el actual burgomaestre de la capital.  

Como podemos ver (y aquí nos podríamos quedar cuartillas enteras contando quien es hijo de quien y que cargo han ocupado), como si estuviéramos en cualquiera de las monarquías europeas, ese ha sido el derrotero del poder en Colombia, hasta este gobierno en que un presidente demócrata llegó al gobierno. 

Pero lo más llamativo de la historia reciente, es que muchos de estos delfines, que no son “aristócratas” se aliaron con quienes han sido patrocinadores, socios o beneficiados del narcotráfico, que han sido acusados y otros condenados por matar a sus familiares. Lo mismo sucede con María Jimena Duzán, a la que el narcotráfico secuestró y mató a su hermana, la también periodista Silvia Duzán y hoy, María Jimena, ataca inmisericordemente a Gustavo Petro, que denunció al narcotráfico y paramilitarismo cuando fue congresista y hoy los combate, detiene y los pone a órdenes de la justicia, desde la presidencia. 

Son muchos, los Galán, el hijo del exministro asesinado Rodrigo Lara Bonilla, que le costó la vida su vida por perseguir a los narcotraficantes (6), Rodrigo Lara Restrepo, quien siguió la política en las huestes de los partidos corruptos de Colombia, tan es así que, en el año 2.007, asumió la curul de Germán Vargas Lleras, quien se retiró para aspirar a la presidencia y que fundó Cambio Radical. Juan Manuel Galán con un cálculo milimétrico, en vez de permitir la elección democrática de otro candidato para reemplazar a su padre asesinado, decidió nombrar a quien se pudiera considerar un “aparecido” como candidato y nuevo presidente de Colombia, aprovechando, como cualquier hijo de Maquiavelo, el sentimiento de dolor de los colombianos e imponer el neoliberalismo en nuestro país. 

Hoy vemos al acalde de Bogotá obedeciendo a Enrique Peñalosa, uno de los personajes más dañinos para nuestra Colombia, y cumpliendo todos sus planes en la capital, apoyando y dándole negocios a los constructores y patrocinadores de sus campañas, acabando árboles para que el Metro y el Transmilenio avancen con su paso depredador de la naturaleza y acabando con la vida.

Pero esta forma de dinastías no solo se ve en la política, también en la farándula, empresas, juntas de acción comunal, asociaciones de todo tipo y cualquier grupo social de nuestro país.

Con los anteriores hechos podemos notar el cómo estos delfines traicionan a sus familiares, sus luchas y se alinean del lado de sus verdugos, todos caracterizados corruptos o vinculados al narcotráfico o al paramilitarismo y siempre en contra del pueblo a los que sus papás, mamás o hermanos pretendieron defender. No sé qué motivó a estos seres para cambiar de bando y generalmente más fácil que lo que pareciera, para unirse sin recato ni escrúpulo a los corruptos, violentos y explotadores de los colombianos. Es una pregunta o reflexión que no se puede responder ni analizar.

Esta acción de los delfines de la realeza nunca será vista a los delfines reales de agua salada o dulce, porque ellos no tienen esos bajos instintos de depredación que los primeros tienen. 

Las opiniones de los columnistas son de su exclusiva responsabilidad.  Les invitamos a leer, comentar, compartir y a debatir con respeto. 

Esta nota fue publicada originalmente en SoNoticias y compartida con la comunidad de La Conversa de Fin de Semana gracias a la generosidad del periodista Hernán Riaño

(1) https://historiaconminusculas.blogspot.com/2024/07/por-que-al-heredero-del-trono-frances.html

(2) https://www.elunicornio.co/turbay-ayala-y-la-corrupcion-en-sus-justas-proporciones/

(3) https://latamjournalismreview.org/es/news/colombia-30-anos-del-secuestro-y-asesinato-de-diana-turbay-la-periodista-que-callaron-los-extraditables/

(4) https://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-1281704

(5) https://elopinadero.com.co/19-de-abril-asesinaron-la-democracia-en-colombia/https://www.eltiempo.com/colombia/50-anos-del-19-de-abril-de-1970-485916https://www.elheraldo.co/columnas-de-opinion/nacho-vives-fadul-y-penalosa-400567https://www.pressreader.com/colombia/el-heraldo-colombia/20170908/281990377678214

(6) https://www.senalmemoria.co/piezas/lara-bonilla-cronica-magnicidio https://encolombia.com/educacion-cultura/historia-colombia/rodrigo-lara-bonilla/


miércoles, agosto 07, 2024

El clan Ramírez de vuelta en los titulares

Por: Germán Navas Talero y Pablo Ceballos Navas

Editor: Francisco Cristancho R.

Petro ha sentado un ejemplo de buena práctica en materia diplomática con su tratamiento de la controversia electoral en Venezuela y creemos que, en unos años, con la sabiduría que provee el tiempo, será materia de estudio en las facultades de relaciones internacionales del país.

Como en los cuentos infantiles, hubo una vez en que corruptos de orígenes variopintos resolvieron sus diferencias ideológicas con el objetivo de robarse una entidad a manos llenas. Resulta difícil de creer, aunque probablemente sea cierto, que tres de los contratistas presuntamente favorecidos por el señor Ciro Ramírez –exsenador del Centro Democrático e imputado por múltiples delitos contra la administración pública– también habrían sido consentidos de los confesos delincuentes Olmedo López y Sneyder Pinilla, como lo informó El Espectador en su edición dominical.

Incluso después de la captura del exsenador Ciro, según nos cuentan, las invitaciones a reuniones sociales de la familia Ramírez son codiciadas y poseer una de ellas remoza hasta al más desconocido politiquero. Nos preguntamos: si Ciro termina vinculado a los procesos judiciales en curso por el saqueo a la UNGRD, ¿seguirán ‘echando codo’ a la entrada del domicilio familiar en época de fiestas? Nada raro tendría que la respuesta sea afirmativa, pues conocido es que la pertenencia a un clan es motivo de orgullo para algunos y más si hay sub júdices ascendentes y descendientes, como es el caso del clan Ramírez (Pinzón, el papá, condenado por concertar para delinquir con los paramilitares, y Cortés, el hijo, imputado por organizar una trama criminal para robarse los recursos destinados a la atención de la pobreza extrema y cobrar coimas a contratistas por ello).

Tras hablar de los Ciro, de Olmedo o de Sneyder, uno puede quedar con la impresión de que no hay político serio u honesto en Colombia. Esta observación, aunque justificable, se prueba equivocada al considerar los nombres de dos hombres que con sus actos ejemplifican el tesón, la persistencia y la prudencia necesaria para servir al pueblo y representar sus intereses en el Congreso: son estos el representante a la Cámara y reconocido defensor de derechos humanos, Alirio Uribe, y el experimentado e infatigable senador y negociador de paz, Iván Cepeda. También destacamos por su valor y por su entrega a las causas sociales al joven representante a la Cámara por Valle del Cauca, Alejandro Ocampo, un hombre “frentero” y dispuesto al debate. Recordar sus nombres y saber de su trabajo nos reconforta y nos mantiene con esperanza, y sabemos que no estamos solos en estas consideraciones.

En Colombia abundan los lambones, pero la cosa se agrava cuando pretenden que se gobierne a punta de condenas y regaños. El presidente Petro ha sido objeto de críticas con ocasión de su postura respecto de las elecciones en Venezuela, aun cuando esta ha sido el resultado de una valoración prudente y mesurada de la situación con el concurso de diplomáticos y líderes regionales. Mucho le han reprochado al presidente en el pasado por su “emotividad” y ahora que adopta una posición institucional la cuestionan por “insensible”, pues algunos insensatos creen que una crisis política de estos contornos se resuelve gritándole a Maduro que está maduro y próximo a caer.

Olvidan estos ciudadanos, entregados a la afectación, que Colombia comparte miles de kilómetros de frontera con Venezuela; que hay millones de venezolanos acá y de colombianos allá, quienes requieren de los servicios de ambas naciones y se benefician de las buenas relaciones entre ellas; que Venezuela es bien garante o anfitrión de buena parte de las negociaciones de paz en curso; que hace tan solo dos años inició un proceso de restablecimiento de relaciones que ha aliviado la migración irregular y mejorado las condiciones de vida en la zona de frontera; y, ante todo, ignoran que si Colombia pretende desempeñar un papel relevante en la resolución de la crisis debe mantener una celosa imparcialidad.

Es nuestra opinión -contrariando el buenismo imperante- el gobierno del presidente Petro ha sentado un ejemplo de buena práctica en materia diplomática con su tratamiento de la controversia electoral en Venezuela y creemos que, en unos años, con la sabiduría que provee el tiempo, será materia de estudio en las facultades de relaciones internacionales del país.

Hasta la próxima

Las opiniones de los columnistas son de su exclusiva responsabilidad.  Les invitamos a leer, comentar, compartir y a debatir con respeto.

Esta nota fue publicada originalmente en SoNoticias y compartida a la comunidad de La Conversa de Fin de Semana, gracias a la generosidad del periodista Hernán Riaño