LA VITRINA DE LA CONVERSA

martes, septiembre 20, 2022

SIMPLEMENTE PARAMILITARISMO

 La primera víctima fue Eduardo Novoa. Le mocharon una oreja y le pusieron una bolsa en la cabeza. Después lo pelaron con espino. Gritaba que no lo mataran, le pegaban patadas y puñetazos, toda la cara se la partieron y nos decían: Miren, para que aprendan y vean lo que les va a pasar a ustedes. Luego lo tiraron a la cancha y le dispararon se demoró en morir”. Estos hechos ocurrieron en febrero de 2000. (INDEPAZ, 2009)[1]

Tal y como lo afirma la Comisión Colombiana de Juristas[2] en su texto titulado: Organizaciones sucesoras del paramilitarismo: “se puede empezar por afirmar que el paramilitarismo, en cuanto fenómeno social no desapareció de la sociedad colombiana con la desmovilización”, de hecho, la constatación de su permanencia ha sido evidenciada con asombrosa asiduidad por parte de las organizaciones defensoras de derechos humanos, nacionales e internacionales. Esta presencia, de conveniente bajo perfil, ha sido denunciada por comunidades a atemorizadas por su presencia alrededor de la minería ilegal, sus amenazas en contra del liderazgo social y la reivindicación de muchos asesinatos y masacres a lo largo y ancho del país, en los últimos años.

Imagen tomada perfil Twitter de Carlos Caicedo

La presencia de estas camionetas blancas de alta gama, dizque para, hacer una protesta pacífica, también trae a la memoria, la misma protesta pacífica que llevaron a cabo algunos ciudadanos del sur de Cali...


Sin embargo, lo realmente preocupante, es la permanencia del fenómeno social de aceptación de su existencia, como una “supuesta necesidad” de seguridad, habida cuenta de la incapacidad demostrada de los gobiernos locales para enfrentar un fenómeno económico-militar que supera enormemente, su muy reducida capacidad de inteligencia militar y de recursos logísticos. De igual manera, la consumada política pública del gobierno uribista de Iván Duque, consistente en “Hacer trizas la Paz”, acabó por reforzar la justificación social del paramilitarismo.

Se puede afirmar entonces, que no es coincidencia el súbito interés de la llamada gran prensa colombiana, de dar cubrimiento exhaustivo a las notas sobre delincuencia que azotan a las ciudades y campos, alegando que tal despliegue informativo, obedece a un muy discutible incremento de la violencia y a las quejas de inseguridad que expresa la ciudadanía. Valdría la pena revisar minuciosamente las cifras, puesto que algunas de ellas, vienen señalando una disminución de los actos delictivos, tras el anuncio del gobierno del Pacto Histórico de la pronta implementación de su política pública de Paz Total, datos muy contrarios, a las alegadas estadísticas de los medios de comunicación, hábilmente utilizadas como sustento de la percepción de inseguridad, que la prensa en oposición esgrime como justificación para un retorno a la mano dura de la Seguridad Democrática.

Así mismo, las recientes declaraciones de José Félix LaFourie, líder del gremio ganadero de Colombia, de su esposa, la senadora uribista María Fernanda Cabal y de otras autodenominadas personas de bien, en torno a la organización de grupos de ciudadanos para defender el derecho a la propiedad privada y a prevenir el supuesto fenómeno masivo de la invasión de tierras; señalan la persistencia, al interior de un sector de la población, identificada ideológicamente con la derecha, de una estrategia para “ legitimar, justificar y defender tanto el paramilitarismo, como las relaciones de las fuerzas armadas con éste, pasando por el narcotráfico y la ola de crímenes en nombre de una cruzada anticomunista” ( Velásquez, 2007)[3].

La sola posibilidad de una re edición de las oscuras noches de terror paramilitar, deberían bastar para que la sociedad colombiana, se hubiera alzado en enérgico rechazo a las imágenes de hacendados reunidos en intimidantes caravanas de camionetas blancas de alta gama, con la presunta anuencia de autoridades civiles y militares del Plato, departamento de Magdalena, haciendo control territorial, desplazando, o mejor, suplantando a esas autoridades, constitucionalmente obligadas a hacerlo, y que sin embargo, parecieran haber preferido prevaricar, antes que exponerse al poder de estas gentes de bien.

La presencia de estas camionetas blancas de alta gama, dizque, para hacer una protesta pacífica, también trae a la memoria, la misma protesta pacífica que llevaron a cabo algunos ciudadanos del sur de Cali, cuando, pistolas en mano, también salieron a hacer patrullajes ciudadanos, para defender su derecho a no protestar y de su propiedad privada. Las víctimas de estos patrullajes, todavía siguen esperando por los fallos judiciales.

Imagen tomada de : La Nueva Prensa
Colombia no merece, ni se puede dar el lujo de permitir que los intereses económicos y políticos de un reducido grupo de personas, nos lleven de vuelta a oscuros momentos de nuestra historia, en los que el avance y el control militar, económico y político de las autodefensas estaban horriblemente presente en todas las actividades del país.

Los actuales llamamientos a la auto defensa ciudadana, que hacen los voceros de la derecha colombiana  y que un reducido grupo de sus seguidores se han apresurado a cumplir, prende todas las alarmas de la sociedad, en torno a un  regreso oficial e impune del paramilitarismo, con el que, nuevamente se busca imponer  “ (...) un “patrón criminal de apropiación de tierras y territorios”, con el objetivo de imponer un modelo de desarrollo rural basado en los megaproyectos, la ganadería extensiva y la agroindustria” (CNMH, 2018)[4]

Y cuando las muertes ocurrieron en el marco de masacres con posteriores órdenes de desalojo para los sobrevivientes, las personas tuvieron que huir y dejar abandonados a sus muertos.” (CEV, 2022)[5]



[3]Historia del paramilitarismo en Colombia. https://www.scielo.br/j/his/a/tg74msZHyzjy6BMnmVCfjhn/?lang=es

[4] Paramilitarismo Balance de la contribución del cnmh al esclarecimiento histórico. P. 130. https://centrodememoriahistorica.gov.co/wp-content/uploads/2020/01/PARAMILITARISMO.pdf

[5]Sufrir la guerra y rehacer la vida. IMPACTOS, AFRONTAMIENTOS Y RESISTENCIAS. Págs. 27-28. https://www.comisiondelaverdad.co/sites/default/files/descargables/2022-07/Informe%20final%20Sufrir%20la%20guerra%20impactos.pdf

martes, septiembre 06, 2022

Juntos, pero no revueltos

 

Panorámica de CAM Santander de Quilichao. Tomada de: Radio 1040 A.M.

Por: Omar Orlando Tovar Troches – ottroz69@gmail.com-

Una de las características más sobresalientes de quienes han hecho política y se han hecho elegir por partidos, movimientos y grupos significativos de ciudadanos, que representan la política tradicional colombiana, es su asombrosa capacidad de atribuir a los demás, la historia, la economía o a la misma naturaleza, la responsabilidad de sus desaciertos o de su ineptitud.

Este comportamiento, rayano a la impudicia, que ostenta la clase política tradicional, normalmente es exhibido cuando las circunstancias adversas, e incluso, las críticas a sus metidas de pata o a su inacción, se salen de control. En estos momentos de crisis, el cinismo se les sale, el oportunismo toma el control y en lugar de apelar a una actitud humilde de reconocimiento de los errores, la falta de tino para decidir o de la ignorancia sobre tal o cual asunto; asumen una actitud de superioridad moral y terminan acudiendo a la auto victimización y al ejercicio del espejo retrovisor, para endilgarle su ineficiencia e incapacidad a administraciones pasadas, sin importarles, siquiera, que éstas hayan sido sus aliadas o sus patrocinadoras.

Este escenario, tristemente naturalizado por las ciudadanías necesitadas, pero, sobre todo, desinformadas, es el que presenta la actual administración de Santander de Quilichao, en momentos en los que, los niveles de inseguridad y de violencia que azotan a este municipio norte caucano, han alcanzado niveles inimaginables.

Imagen tomada de: cuartodehora.com

La ciudadanía atemorizada por el clima de violencia que ha implantado la delincuencia en todas sus formas, ha empezado a manifestar su indignación por la total ineficacia de las medidas que ha tomado la administración municipal y siente que tanto la alcaldesa, como los altos mandos militares, no están cumpliendo con su obligación constitucional de preservar la vida, honra y bienes de quienes habitan en esta zona del norte del departamento del Cauca.

Ahora bien, una vez señaladas las características de la clase política que desde hace veinte años y hasta la fecha, ha tenido la responsabilidad de lo que en la actualidad acontece en el municipio más importante del norte del Cauca, se hace necesario plantear que, no es de extrañar el tibio llamado a la unidad, que desde el despacho de la alcaldía de Santander de Quilichao, se hace a algunos sectores de la sociedad civil de esta comarca, toda vez que, como se venía señalando, este es uno de los comportamientos típicos de la clase política tradicional, cuando se encuentra impotente ante el resultado de haber transitado la acostumbrada ruta del amiguismo clientelar y de la desconexión con la realidad política y social del territorio que supuestamente “administran”.

Contrario a lo que piensan algunos miembros de la oposición política quilichagüeña, quien estas líneas comparte, no considera que el llamado a la unidad que hace la mandataria local, pueda considerarse como incoherencia, todo lo contrario; tal y como se ha venido planteando en esta columna, esta actuación hace parte de la línea política de la derecha tradicional colombiana, que una vez abrumada por la efectividad de su incompetencia, acude a una especie de chovinismo local, aprovechando el desespero de la sociedad, para intentar “democratizar” su fracaso, echando mano de iniciativas ajenas para salir del paso y ¿por qué no?... ejecutar una maroma de re encauche, o de mimetización de su posible sucesor (a), así sea en el cuerpo de algún aliado.

No obstante que la confianza ciudadana hacia la mandataria municipal, se encuentre en muy malas condiciones, lo cierto es que, la sociedad quilichagüeña debe dar el paso de reclamar para sí, el poder constitucional que tiene (Artículo 3 de la Constitución Política de Colombia), con el propósito de buscar salidas consensuadas al gravísimo problema de inseguridad que padece el municipio. La Carta Política colombiana ofrece varias alternativas de participación ciudadana, dentro de la que está incluida la del Cabildo Abierto, o los diferentes espacios de coadministración que ofrece la arquitectura estatal (los consejos municipales de planeación, de juventud, entre otros espacios) ya que el ente de control político y de coadministración dominado por los aliados de la alcaldesa, se ha rehusado a cumplir con su obligación constitucional.

Debe quedar claro que el llamado no es para rodear a la actual alcaldesa o al Bonillo –Grijalbismo, sino al ejercicio de la búsqueda conjunta de soluciones que puedan restablecer la tranquilidad al municipio y que eviten brotes de justicia por mano propia.

Debe quedar claro que el llamado que hace este opinador, no es a rodear a la actual alcaldesa o al Bonillo –Grijalbismo en todas sus vertientes, sino al ejercicio de la participación democrática directa, a la búsqueda conjunta de soluciones, que no solo, puedan restablecer la armonía y la tranquilidad al municipio, sino que además, eviten brotes de justicia por mano propia, ocultos en convenientes nombres de grupos de seguridad ciudadana, grupos de reacción ciudadana, seguridad comunitaria, etc., ya intentados por el uribista ex secretario de gobierno de la actual administración municipal de Santander de Quilichao. La seguridad y la convivencia ciudadana no pueden quedar, como los cacareados Consejos de Seguridad, en un simple y muy utilizable llamado a la unidad, sino que debe ser un llamado a la civilidad y a la solidaridad ciudadana.

Ante crisis de extrema gravedad, como la que atraviesa Santander de Quilichao, es necesario estar juntos en torno a buscar soluciones, lo que no podemos permitir es una revoltura coyuntural para tapar veinte años de lo mismo. Quilichao no puede permitirse el lujo de seguir la misma senda. Ya fue suficiente de la alternancia de los de siempre, así sea con sus nuevas caras, ahora en trance de mimetismo y de ventajosa aproximación a sectores alternativos.

Juntos, pero no revueltos. 



jueves, agosto 18, 2022

PENSIONADOS DEBEMOS ACEPTAR LA PROPUESTA DE GRAVAR LAS PENSIONES

Imagen tomada de: tributi.com

 

Por: Carlos Julio Medina Triana

Pensionado de Telecom - Miembro de Nuestra Memoria Colectiva

En primer lugar, quiero que comprendamos, ante todo, el espacio en el que nos estamos moviendo los pensionados.

Por un lado, de acuerdo a la información disponible, actualmente hay reportados como pensionados, alrededor de 2.350.808 de colombianos, mientras que los adultos mayores, es decir, personas de 60 años o más en el país, estarían por el orden de 6.808.641.

De otro lado, según los resultados de las encuestas de opinión, publicadas durante la campaña presidencial, está población, es decir las personas de 60 años o más, incluidos los mismos pensionados; en su mayoría no apostaban por el triunfo de Gustavo Petro.

Ahora bien, luego del triunfo electoral del actual presidente de Colombia, es necesario que empecemos a observar con detalle, lo afirmado por el actual gobierno; que propone que pagarán impuesto todos aquellos que tengan ingresos brutos mayores a 10 millones de pesos. En el escenario así planteado, para la discusión debemos considerar dos aspectos fundamentales.

Desde hace mucho tiempo hemos librado una fuerte lucha para obtener un equilibrio social, basados en que, durante la existencia de nuestra República, más de doscientos años, la oligarquía, de la mano de los gobernantes, han construido un marco socio-jurídico, en todos los órdenes, que los cubre de privilegios y que alimenta las diferencias sociales. Estos privilegios han sido convertidos, artificialmente, en parte nuestra cultura, pero, sobre todo, en una parte fundamental de las leyes que nos rigen.

Estos beneficios, elevados a la categoría de leyes de la República, han permitido que estos funcionarios, todos con altos salarios, que incluso sobrepasan la ley, obtengan mesadas pensiónales altas, beneficio que comparten con gerentes y funcionarios de alto rango de la empresa privada, la banca y la industria; mientras que la tabla salarial de los demás trabajadores colombianos, sean estos profesionales o no, difícilmente superan los 10 SMLV (Salarios Mínimos Legales Vigentes).

Estas situaciones nos han llevado a proponer el desmonte de todo este tipo de privilegios, entre los que se encuentran, los exuberantes beneficios para los congresistas y los altos funcionarios del estado, así como el vacío legal y jurídico existente en las normas laborales y asistenciales, que permite estas anomalías contrarias a la obligación del estado, de proteger a los ciudadanos más vulnerables.

Ir en contra de la propuesta del gobierno de gravar las pensiones superiores a los 10 millones de pesos, es hacer defensa de la injusticia laboral y pensional que queremos acabar.

Así las cosas, al ir en contra de la propuesta del gobierno de gravar las pensiones superiores a los 10 millones de pesos; como se planteó en pasadas oportunidades, entramos en una enorme contradicción con nuestros principios de equidad y, paradójicamente, entramos a hacer la defensa de la injusticia laboral y pensional que queremos acabar.

Regresando a las cifras disponibles; si sacáramos la diferencia entre las personas mayores de 65 años, que ya deberían tener pensión en Colombia y quienes si la tenemos, suponiendo que todos somos mayores de 60 años, veríamos qué hay 4.457.833 colombianos adultos mayores que deberían tener pensión y hoy no la tienen. Esta diferencia, seguramente, corresponde a los 5 millones de adultos mayores a quienes el actual gobierno propone pensionar con medio salario mínimo. Nuestra discusión debe enfocarse en obtener la pensión digna para todo el que tenga derecho a ella, fijando un valor tope a cargo del estado, que podría ser del orden de los 10 SMLV y lo que pase de allí debería ser con cargo al sector privado.

En este orden de ideas, no podemos limitar la función legislativa del actual gobierno, pretendiendo sustentar la existencia de normas, distintas a las constitucionales, pues esto limitaría la autonomía de los legisladores y la discusión planteada frente a la defensa del privilegio de exonerar las pensiones de gravamen fiscal, terminaría dándole la razón a algunos congresistas para no reducir sus privilegios.

Al desenfocar la discusión de la histórica lucha por un sistema pensional realmente equitativo, pero sobre todo digno, lo que se terminaría planteando sería: quitar los privilegios de ellos, pero mantener los de algunos pensionados, exactamente del 0,31% de los 6.808.641 colombianos que deberían tener pensión, o del 0,89% de los 2.350.808 actuales pensionados.

Esta particular postura de oposición a la propuesta de gravar las pensiones más elevadas, con el propósito de brindar la posibilidad de acceso a este derecho a un gran número de colombianos que no la tienen, revela otra cara de la misma contradicción, de la que seguro saldrán ganadores aquellos que no apoyaron el triunfo del pacto histórico.

Por tal motivo propongo que los pensionados debemos aceptar el gravamen propuesto por el actual gobierno, sobre la base de ingresos brutos mayores a los 10 SMLV.

martes, agosto 09, 2022

LAS CARTAS QUE LE LLEGAN A LA CONVERSA

 

La Conversa de Fin de semana, continúa con su intención de seguir mejorando y por eso invita a quienes nos leen, nos ven y nos oyen a que se vinculen a esta "Conversa". Sus comentarios y sobre todo, sus críticas, son valiosas para nosotros. Compartimos otra comunicación de uno de nuestros visitantes.

(…) Cordial saludo.

Para que llegue "La paz total y el Cauca" es imprescindible que los motivos que impiden su implementación, desaparezcan. El mayor problema del Cauca es étnico. La Corona española a diferencia de Inglaterra, Francia, Alemania, Holanda, Bélgica, que nunca pensaron en el mestizaje, La Corona centró su política precisamente en ello, hasta el punto de ser Colombia un país mayoritariamente mestizo. Solamente que esa política del más alto humanismo, se cambió por:" España llegó a saquear, violar, destruir culturas" lo que provoca en los indígenas puros, el sentimiento de que Negros, Blancos y Mestizos son invasores, que deben desocupar, y en las mayorías la destrucción de la autoestima, acomplejados de sentir que una de sus sangres es despreciable. Creo que tiene razón el presidente Iván Duque al decir”. Ni hubo descubrimiento, ni conquista, ni colonia. Hubo un encuentro y un vínculo para siempre...

  Los primeros pobladores de América, tienen el deber y el derecho de saber de dónde vienen, restablecer relaciones, y aprovechar los excelentes modelos, para ponerse al día, y dejar esa actitud de guardianes de los saberes ancestrales, algo contra natura, en los humanos todo es perfectible. Cuando el Cauca tenga colegios de China, Japón, Corea del Sur, Singapur, ese problema existencial, será cosa del pasado. Con los mestizos el tratamiento es diferente, al decirles que estar en camino del ser universal, Negro, Amarillo, y Blanco es el destino inexorable de la humanidad.

 

Atte. Luis Ayram-Quijano

 


domingo, julio 24, 2022

Respuesta de un lector

 


Muy agradecidos por la muy puntual y centrada comunicación de uno de los visitantes de La Conversa de Fin de Semana, referida a la Columna escrita y la video columna: La incorrección política de Gustavo Bolívar (https://laconversafindesemana.blogspot.com/2022/07/la-incorreccion-politica-del-senador.html - https://youtu.be/VV09WJIjbM0 ); contando con la autorización de su autor; nos complace compartirla con nuestros visitantes y seguidores:

Estoy de acuerdo que, desde adentro del Pacto Histórico, sobre todo los integrantes de la Colombia Humana, hagan, constantemente, las denuncias que haya que hacer, en contra de los que persistan en la corrupción. Pero hay dos problemas, graves, a identificar.

1) que los corruptos sean algunos de la Colombia Humana

2) que los corruptos sean algunos integrantes del Pacto Histórico.

Una vez advertido esto, también hay que considerar que para la gobernabilidad del gobierno de Gustavo Petro se hizo una gran convergencia, donde han confluido los personajes más corruptos de la política Colombiana, para poder hacer mayorías en el congreso; pero esos siniestros personajes NO han llegado allí porque tengan la sana intención de sumarse al cambio propuesto; ellos llegaron ahí para recibir mermelada y, así mismo para tratar de mantenerse vigentes en el ámbito político; pero al momento que los poderosos económicos en el país y del extranjero también, les den la orden, ellos votarán en contra de las reformas propuestas por el gobierno que inicia.

Hay un dato a rescatar y; consiste en que históricamente en Colombia, cuando ha brillado algún Líder político de trascendencia Nacional, llámese Jorge Eliécer Gaitán, Luis Carlos Galán Sarmiento o el mismo Gustavo Petro, no han tenido el cuidado de formar cuadros que los reemplacen, en sus partidos políticos; casos concretos; UNIR de Gaitán, Nuevo Liberalismo de Galán y la Colombia Humana de Petro y, por eso en ausencia de esos Líderes Naturales esos partidos políticos desaparecen y/o no tienen trascendencia hacia adelante. Caso especial es el Centro Demoníaco de Uribe, que, aunque no tiene un Líder fuerte, como Uribe, sí tiene el poder y apoyo económico para estar fuertemente representado en el Congreso y todas las posibilidades de poner presidente del país. La oposición, para este caso la izquierda, tampoco se ha dado cuenta que hay que trabajar en formar cuadros políticos que se vayan posicionando en el Senado y la Cámara, para así poder formar mayorías y, llegado el momento, como ésta sucediendo ahora, cuando se ganó la presidencia y vicepresidencia, seamos fuertes y poder así tomar decisiones sin necesidad de tener que ceder o hacer concesiones a los corruptos. 

Hice estos apuntes cortos y no me quise extender, para que no se vuelva un ladrillo mi escrito.

De ustedes,

Isnel Useda Díaz

Video columna PAZ TOTAL

lunes, julio 11, 2022

La incorrección política del senador Gustavo Bolívar

Por: Omar Orlando Tovar Troches -ottroz69@gmail.com-

Imagen tomada de : Portal CNC+

Una de las características más sobresalientes de una sociedad conservadora, como la colombiana, es esa especie de aversión al cambio, presente en la mayoría de sus miembros. (ver: El miedo al cambio – Proclama del Cauca y Valle) Esta metástasisiofobia, que es el nombre culto del miedo al cambio, muchas veces se manifiesta en el sabotaje, e incluso, autosabotaje a las propuestas de innovación social, planteadas e intentadas por una que otra oveja negra.

El ruido que hábilmente amplifica la mal llamada “gran prensa nacional”, alrededor de las críticas o las inconformidades, hechas públicas por un sector del Pacto Histórico, frente a la conformación de las mayorías en el Congreso de la República, los miembros del comité de empalme y hasta los nombres de quienes acompañarán a Gustavo Petro y Francia Márquez, en el gobierno nacional; es una muestra de esos intentos de sabotaje y auto sabotaje al cambio, presentes en la ciudadanía colombiana. Les invito a que vamos con despacio.

Cabalgando a sus anchas, sobre el lomo de la insoportable corrección política, la clase dirigente tradicional, ha sabido aprovecharse de los intentos de cambio, liderados por algunos movimientos sociales, de odiosas manías culturales de la humanidad como el racismo, la homofobia, la misoginia, la xenofobia y el chovinismo; para mantener su statu quo, es decir; paradójicamente, el conservadurismo patriarcal, fóbico y rezandero, ha refinado sus mecanismos de control social, por medio de las reivindicaciones liberales.

Una vez calculadas las apetitosas posibilidades políticas y sociales que brindan la corrección política, junto con los llamados a la reconciliación y la construcción de la Paz, hechos desde la dirección del Pacto Histórico; la clase dirigente tradicional,  a través de algunos medios de comunicación, hábilmente ha venido manipulando la creación de una matriz de pensamiento comunitario alrededor de ideas como la armonía, la concordia y el consenso, para intentar acallar las voces del disenso y de la crítica. Sigo explicando.

Ya en un escenario de pretendido “Cambio” y de pretendidas “buenas maneras”, resulta odioso, polarizador y hasta vandálico, levantar la voz para señalar las deficiencias, corruptelas y delitos del régimen saliente, ahora, supuesto nuevo amigo del Petrismo y mucho más grave, si se hace para expresar alguna preocupación, inconformidad, descontento, crítica o rechazo en la conformación del gobierno del cambio, sobre todo, si se tiene en cuenta que su cabeza visible, constantemente usa simbolismos de diálogo y reconciliación.

 Ante las intenciones de los de siempre, de aprovecharse del llamado a TODA la sociedad, al diálogo, el perdón y la reconciliación, lanzado por el Pacto Histórico; la incorrección política del senador Gustavo Bolívar, termina siendo un buen mecanismo de defensa de las promesas de cambio del Pacto

Este, aparentemente confuso, panorama político, creado y amplificado  por las élites político-económicas, derrotadas electoralmente, sirve tanto para crear cortinas de humo sobre el pillaje de los gobiernos pasados, como para esconder peligrosas maniobras de mantenimiento de algunos mecanismos de violencia e impunidad, profundamente enquistados en la institucionalidad estatal y privada, que pudieran ser (y serán) usados convenientemente, a la hora de atajar peligrosos cambios del modelo socio-económico, que puedan atentar contra las mal llamadas “Gentes de Bien”.

Para mayor entendimiento. El abrazo de Petro con Hernández, la conversada entre Uribe y Petro, la foto de Lafourie y César Pachón, así como las múltiples maromas de Barreras y Prada, para alcanzar la llamada gobernabilidad parlamentaria, podrían ser interpretadas, mejor; son interpretadas por la clase política tradicional, como una señal propicia, para avanzar en la reconquista de sus feudos electorales regionales, a través de una que otra entidad descentralizada o la manipulación del llamado del petrismo a replicar el esquema de Frente Amplio, en los departamentos y municipios. La invitación a sabotear el cambio desde adentro.

En la imagen algunos de los personajes que han sonado para hacer parte del gabinete de Petro

De otro lado, los llamados a la reconciliación nacional y a la conformación del Frente Amplio Nacional, pudieran ser entendidos por un buen sector de la sociedad colombiana, como una especie de perdón social a la clase politiquera corrupta, mucho más, si como es posible que pase, la gobernabilidad de Barreras, Prada y demás estrategas llegados al Petrismo, se termine materializando en la entrega de direcciones, gerencias, consejerías y asesorías a las fuerzas del Frente Amplio, dejando en segundo plano a las fuerzas de base del Pacto Histórico, esto sin contar con, el hasta ahora, desconocido papel de la vicepresidencia en la conformación del gobierno nacional. La posibilidad del auto sabotaje por miedo al qué dirán.

Para ir finalizando. La voz, en apariencia disonante, impertinente e incorrectamente política del senador Gustavo Bolívar, se muestra como el puntal de una gran corriente de opinión, a la que el suscrito se ha adherido, que considera que, en aras de superar el miedo al cambio, es necesario seguir señalando la corrupción y el delito de los pasados gobiernos nacionales y de algunos en lo regional y local. Así mismo, quienes respaldamos la incorrección política del senador Bolívar, consideramos que, efectivamente, hay que trabajar incansablemente por el diálogo y la reconciliación nacional, pero dicho diálogo debe ir dirigido a acabar con la violencia en los territorios y no como mecanismo de transacción de la llamada gobernabilidad.

Corolarios:

1-     * Ante las intenciones de los de siempre, de aprovecharse del llamado a TODA la sociedad, al diálogo, el perdón y la reconciliación, lanzado por el Pacto Histórico; la incorrección política del senador Gustavo Bolívar, termina siendo un buen mecanismo de defensa de las promesas de cambio del Pacto.

2-    *  Respecto a la posibilidad de auto sabotaje desde el petrismo, habría que citar nuevamente a Vicente Feliú: “...desde hoy nuestro deber es defenderte de ser Dios.[1].

 



[1] Aparte de la letra de: Una Canción necesaria de Vicente Feliú. 

domingo, julio 03, 2022

Frente Amplio Nacional, Pacto Histórico Local

 

Imagen tomada de perfil face book de Tercer Canal

Por: Omar Orlando Tovar Troches -ottroz69@gmail.com-

Las burocracias no toleran el disenso,

la unanimidad conduce más rápidamente al estancamiento.

Warren Bennis

En la mayoría de las fiestas, a alguien le toca el odioso trabajo de ser quien le va bajando el volumen a la música y avisar a los demás que la rumba se tiene que acabar, esto es; el popular Aguafiestas.

En una sociedad, como la colombiana, muy dada a los extremismos, que es capaz de desbordarse por los éxitos individuales de tal o cual deportista, artista o político, es bien complicado, tratar de explicar, en medio de la borrachera del triunfo, sobre todo el político; que es necesario tener cierta cautela a la hora de generarse grandes expectativas sobre las posibilidades de cumplimiento de lo ofrecido por el político recién electo, mucho más, cuando su propuesta de gobierno, reta, así sea teóricamente al establecimiento económico y político, al que se pretendía vencer políticamente.

El reciente flujo de decisiones y acontecimientos políticos sucedidos tras el triunfo electoral del Pacto Histórico, en cabeza de Gustavo Petro, presidente electo y Francia Márquez, vicepresidenta electa, sirve de marco para explicar la decisión de asumir la posición de aguafiestas que tomamos algunos opinadores, incluso afines al proyecto político del Pacto Histórico. En primer lugar, los Aguafiestas creemos que es preciso tratar de explicarle al pueblo colombiano, todavía en medio de la sabrosura del triunfo; la necesidad de confiar en su elección, tener paciencia con algunas decisiones y no renunciar a la crítica mesurada al próximo gobierno nacional.

La necesidad de seguir “tragándose unos inmensos sapos”, con tal de despejar el camino a las grandes transformaciones políticas, económicas y sociales que requieren la gran mayoría de los colombianos.

La propuesta de CAMBIO del establecimiento político tradicional colombiano, lleno de indelicadezas éticas, morales, corrupción y hasta delincuencia, se estrelló, recién estrenada como gobierno nacional, con la triste realidad de la mala decisión que tomó una gran parte de la sociedad colombiana, en las elecciones al congreso, en las que, esa clase política tradicional sobrevivió a las intenciones de cambio, gracias al voto de muchas colombianas y colombianos, todavía presos del clientelismo, la necesidad, la manipulación y el miedo.

Frente a unas mayorías parlamentarias, en manos de los partidos tradicionales, hasta hace poquito tiempo afines y aliados a la extrema derecha uribista, las posibilidades del Pacto Histórico de sacar adelante las proyectos de ley con los cambios que se necesitan para avanzar en el dichoso Cambio, eran bien poquitas, de ahí la necesidad de seguir “tragándose unos inmensos sapos”, con tal de despejar el camino a las grandes transformaciones políticas, económicas y sociales que requieren la gran mayoría de los colombianos de izquierda, derecha e incluso los apáticos.

Imagen de Eltiempo.com

Si bien es cierto que las maquinarias electorales, aceitadas por el saliente presidente de Colombia, Iván Duque y un buen número de los sobrevivientes en el congreso, ayudaron a que muchos colombianos, siguieran eligiendo a muchos de los de siempre, también lo es, el hecho de que en las elecciones presidenciales, la inmensa mayoría de los colombianos, señaló, desde la primera vuelta, el rechazo a los políticos de siempre, que ya se había visto, incluso en las elecciones parlamentarias, en algunos departamentos de Colombia, donde las listas del Pacto y de movimientos y partidos aliados, lograron posicionar a sus candidatos y candidatas como nuevos congresistas.

Ya en este escenario político pos electoral, es indispensable señalar, la permanencia de dos realidades políticas en Colombia, la una, en el plano del gobierno nacional que va de la mano con la realidad electoral del Congreso de la República y la otra, aquella que corresponde al escenario local de las gobernaciones, alcaldías, asambleas, concejos y JAL, en la que a pesar de tener relación con el congreso, especialmente con la Cámara de Representantes; los contextos sociales y políticos, difieren bastante de los del escenario del gobierno nacional.

Tal y como recién se señaló líneas arriba, en muchas regiones del país, las ciudadanías expresaron su descontento y su rechazo por los políticos tradicionales que desde hacía mucho tiempo atrás se habían apoderado del poder político local y del manejo de los recursos públicos, en beneficio de sus clanes, familias, grupos y clientelas; así lo demuestran los resultados electorales que señalaron a muchos de los mismos, como nuevos pacientes del pabellón de quemados electorales. Sin embargo, por obra y gracia de la política de mano generosa con los perdedores y el llamado a la reconciliación nacional, producto de los acuerdos electorales para ganar las presidenciales; muchos de los políticos castigados por las comunidades, están a punto de salir del pabellón de quemados.

Se entiende y hasta se acompaña la decisión de “tragarse unos inmensos sapos” en el escenario nacional, con el noble propósito de ir avanzando en este gobierno de transición hacia él, todavía anhelado CAMBIO, lo que no se entiende, y por lo tanto, no se le puede explicar a las ciudadanías que votaron por el cambio, es la razón o las razones, por las cuales, aquellos grupos políticos locales y departamentales, a quienes la gente decidió no seguir apoyando, tendrían que entrar a decidir el futuro político en las alcaldías y las gobernaciones, en donde el Pacto ganó.

Dos países conviven en Colombia. El país visto y gobernado desde Bogotá y el otro, el multicultural y pluriétnico de las regiones. En ese sentido, muchos Aguafiestas creemos que una pizca de coherencia, pero, sobre todo, de respeto por la decisión electoral de las comunidades locales, debería ser parte de las consideraciones de los estrategas asesores del Petrismo, de los congresistas del Pacto y de los partidos aliados, a la hora de repartir vocerías, direcciones y hasta avales en las regiones, en otras palabras, urge respetar el esquema: Frente Amplio Nacional, Pacto Histórico Local.