LA VITRINA DE LA CONVERSA

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jueves, diciembre 26, 2024

Popurrí de fin de año


Por: Germán Navas Talero y Pablo Ceballos Navas

Editor: Francisco Cristancho R.

Indignación nos produce el silencio del alcalde de Medellín y del gobernador de Antioquia luego del descubrimiento de los restos de tres desaparecidos en territorio de su jurisdicción, mientras que solo asco suscita las declaraciones del expresidente Uribe

A los colombianos nos tienen mal acostumbrados: aquí hay quienes legitiman destruir los ecosistemas; desviar los cauces de agua hasta secarlos; matar tantos animales como sea posible y, en general, hacer prevalecer la voluntad humana a riesgo de acabar con todo. Por ello nos sorprende que exista un lugar sobre la tierra en el que exista un consenso respecto del valor de la naturaleza y su estrecha dependencia con la existencia humana. Ese lugar está en las Islas Galápagos.

Como la actualidad no da espera, incluso en época navideña, vemos con preocupación el avance de los denominados ‘europillos’. Si no han escuchado de ellos, aquí les contamos: corresponde al calificativo dado por un periodista a algunos líderes de origen europeo que, según él, estarían imposibilitando cualquier acuerdo para el cese o la terminación del conflicto entre Ucrania y Rusia. Resulta que no son pocos ni carecen de influencia, por el contrario, son actores de la mayor relevancia e incidencia. Y ni qué decir de Zelensky, el sujeto a quien por azar –e infortunio de sus conciudadanos– le tocó afrontar la guerra con su bagaje de payaso y comediante de televisión, oficios en los que ha podido ahondar durante el ejercicio del cargo como presidente.

Aunque a nosotros nos cause grima, solo podemos imaginar lo que debe provocar en un gringo esta guerra sin sentido, que se lucha a miles de kilómetros de su país, pero se financia con los impuestos que debe sufragar sin lugar al disenso. Es por ello que a nosotros no nos resulta extraño ni improcedente el reclamo de miles de estadounidenses al presidente electo, quien además coincide con ellos: es momento de terminar el conflicto ruso ucraniano o al menos de cesar la intervención de actores distintos a las naciones en contienda.

De vuelta a nuestro país, sensaciones y emociones contrapuestas nos suscita el descubrimiento de cuerpos en La Escombrera. Por una parte, nos llena de alegría y satisfacción que, gracias a la labor de las instituciones pertenecientes al Sistema de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición (SIVJRNR), hoy concluya la incertidumbre de quienes buscaban a sus allegados. Dolor nos causa que sus restos estuvieron siempre allí, en ese pedazo de montaña situado en una de las principales ciudades del país, y que yacieron durante años, incluso tras las denuncias de líderes como Piedad Córdoba y el Movice, que datan de 2010, quienes advirtieron e insistieron en que ese lugar había servido como fosa común para los grupos paramilitares y las fuerzas de seguridad del Estado.

Indignación nos produce el silencio del alcalde de Medellín y del gobernador de Antioquia luego del descubrimiento de los restos de tres desaparecidos en territorio de su jurisdicción, mientras que solo asco suscita las declaraciones del expresidente Uribe, para quien este triunfo del SIVJRNR –y la victoria para la humanidad que trae consigo– es otra oportunidad para tachar de ilegítima y politizada a la JEP. Y, por último, impera entre los involucrados en la búsqueda el sentimiento de inquietud, pues es probable que las estimaciones sobre el número de cuerpos que esperan ser encontrados allí sea menor a la realidad y por tanto se precisen mayores recursos –y más tiempo– para el reencuentro de estos restos con la humanidad de la que fueron despojados. En el entretanto, deseamos extender nuestro respaldo y admiración a quienes dedican su tiempo, experticia y energía en esta labor que nos enaltece como nación y con la cual nos acercamos –aunque tímidamente– a la verdad sobre la Operación Orión y otras empresas criminales que el Estado desplegó o consintió en la ciudad de Medellín.

Siendo esta la última columna del año, aprovechamos para agradecerles por su tiempo y fidelidad, y deseamos para ustedes y sus familias una buena Navidad, y el mejor año por venir. ¡Felices fiestas!

Adenda: en una nota alegre, Germán estuvo en un sitio encantador que desea todos tengan la fortuna de visitar: se trata del Parque Nacional Galápagos ubicado en el archipiélago homónimo, un oasis de tranquilidad en el que prevalece el bienestar de los animales y se asegura un equilibrio entre las actividades económicas y el ecosistema privilegiado en que aquellas tienen origen. Destaca en particular la calidad de los proveedores de servicios turísticos, quienes reconocen que deben ser cuidadosos con la experiencia de cada visitante, en una expresión de cuidado al turista, opuesta a la de los cocheros cartageneros o los vendedores de El Rodadero (por mencionar algunos de los tantos ejemplos que nosotros y ustedes conocemos). En las Galápagos usted es casi tan sagrado como las legendarias tortugas gigantes, así que si está dentro de sus posibilidades e intereses considere visitar este paraíso en la tierra.

¡Hasta la próxima!

Las opiniones de los columnistas son de su exclusiva responsabilidad.  Les invitamos a leer, comentar, compartir y a debatir con respeto.

Esta nota fue publicada originalmente en SoNoticias y es compartida a la comunidad de La Conversa de Fin de Semana, gracias a la generosidad del periodista Hernán Riaño.