Por: Omar Orlando Tovar Troches –ottroz69@gmail.com-
La lectura del interesante
texto de Robert Misik: Los fascistas históricos también fueron camaleones
políticos [1]
permite comprender algunos de los comportamientos de la derecha
colombiana, tan afín a la ultraderecha internacional, incluida su capacidad
camaleónica para adaptar sus discursos y comportamientos a contextos zurdos o
progresistas, como vergonzantemente se auto percibe hoy día, la timorata
izquierda colombiana.
Y es que; tanto en Europa
como en Latinoamérica han aparecido (desde hace rato) los síntomas del
resurgimiento del Fascismo como respuesta a la crisis cultural, ambiental y,
sobre todo económica, ocasionadas por el innegable éxito del capitalismo,
llevado a sus límites de eficiencia por el sector financiero y por los avances
en las tecnologías y estrategias de la información y las telecomunicaciones. La
incertidumbre y la desesperanza de cientos de millones de personas alrededor
del mundo víctimas de todas las formas de violencia (exclusión, falta de
oportunidades, analfabetismo tecnológico, desempleo, hambre, delincuencia,
guerras, desplazamiento y muerte) se constituyen en el terreno abonado por las,
cada día más reducidas, élites económicas para seguir aumentando sus obscenas
riquezas y su poder político.
En un preocupante contexto
social, como el recién descrito y aprovechando el importaculismo colombiano,
consecuencia del modelo educativo predominante, en el que la capacidad de
análisis crítico de un importante número de paisanos y paisanas es nula, la
derecha colombiana ha emprendido la tarea de la reconquista del gobierno
nacional, usando la manipulación demagógica a través de sus mandaderos en los
medios de comunicación y en tiempos electorales, de sus mandaderos en los
partidos políticos.
Tristemente, un buen número de dirigentes “progresistas”, ahora degustando las mieles del poder se han contagiado de las malas artes de quienes “sí saben hacer la política” y han implantado al interior de la estructura del Pacto Histórico, las mismas prácticas clientelares y transaccionales de los partidos tradicionales de derecha.
La histórica y desesperante falta de seriedad de una vieja dirigencia de izquierda, que, salvo haber renunciado a su identidad ideológica, con tal de conseguir los votos de los indecisos, nada ha hecho desde su privilegiado pedestal en la dirección de los movimientos y partidos llamados ahora como progresistas, para ponerlos a tono frente a las nuevas realidades sociales y económicas de Colombia. Frente a esta papaya estratégica, los mandaderos políticos de las élites han emprendido la tarea de infiltrar sus fichas, e incluso camuflarse ellos mismos entre esa masa informe de organizaciones que se llaman eufemísticamente como Alternativas, para aprovechar el buen nombre del Pacto Histórico y así poder reafirmar el poder local y regional de una derecha, cada vez más poderosa y cada vez más cercana al fascismo.
A lo largo y ancho del territorio colombiano
es posible constatar cómo, de la noche a la mañana, el camaleonismo político
hace de las suyas. Aprovechando el éxito alcanzado por el exsenador Roy
Barreras (epítome del camaleonismo (voltearepismo que llaman)), por el santismo
y una buena parte de la godarria no uribista; el Pacto histórico se ha visto
asaltado por una serie de personajes, devenidos de la nada política e incluso,
de la misma derecha extrema, reclamando para ellos la vocería zurda del Pacto.
Háganos el bendito favor.
Tristemente, un buen número de dirigentes
“progresistas”, ahora degustando las mieles del poder (¿?) se han contagiado de
las malas artes de quienes “sí saben hacer la política” y han implantado
al interior de la estructura del Pacto Histórico, las mismas prácticas
clientelares y transaccionales de los partidos tradicionales de derecha. De
cara a las próximas elecciones regionales y locales, se oyen y se leen
denuncias sobre intercambios de votos por puestos, contratos, proyectos o
recomendaciones; cuando no, el intercambio de apoyos a candidaturas en lo
regional a cambio del favorecimiento de tal o cual candidatura local. El
mercantilismo electoral de la derecha ahora rampante entre algunos dirigentes
del Pacto. Háganos el bendito favor.
Y ahí al lado derecho del Pacto, los nuevos
partidos y movimientos recién inaugurados con personería jurídica, lo mismo que
movimientos y organizaciones sociales legitimadas dentro del pacto, entregando
avales y recomendaciones a lo que da el pupitrazo y la firma; postergando, una
vez más, la esperanza de cambio de las formas de hacer política y de gobernar
por la que votamos el año pasado. No es raro entonces, ver concejales,
diputados y ex funcionarios de los partidos de derecha, haciendo lobby
presencial en Bogotá, vía telefónica o por zoom con los coordinadores del
Pacto, para poder hacerse a los preciados avales del pacto y así poder
reencauchar a esos cadáveres exquisitos de la rancia derecha colombiana, ahora
perfumados con el logo del Pacto Histórico.
! Háganos el bendito favor. El camaleonismo
político al acecho y al ataque ¡
Las ñapas:
1a. El autor de estas líneas sigue auto percibiéndose de izquierda.
2a. La auto crítica es la vacuna contra la autocomplacencia y los desafueros del Poder.
3a. Se le recomienda a la dirigencia de los partidos y movimientos del Pacto Histórico, pero, sobre todo, a su militancia y simpatizantes la lectura de:
“Si la izquierda no asume que tiene que construir dispositivos ideológicos y comunicacionales para dar la batalla cultural, estamos muertos”. Pablo Iglesias en: https://larosaroja.org/si-la-izquierda-no-asume-que-tiene-que-construir-dispositivos-ideologicos-y-comunicacionales-para-dar-la-batalla-cultural-estamos-muertos-pablo-iglesias/
[1] Los fascistas históricos también fueron camaleones políticos.
Publicado en: https://ctxt.es/es/20221201/Firmas/41407/ultraderecha-fascismo-nazismo-historia-judios-hitler-robert-misik.htm