En la imagen senadora del Centro Democrático; Fernanda Cabal, en la cabina de una tractomula |
Por: Germán Navas Talero y Pablo
Ceballos Navas
Editor: Francisco Cristancho R.
Lo único que le faltaba a este país era que, para ser presidente, quien a ello aspire, deberá acreditar que es capaz de manejar una tractomula. Esta parece ser la teoría de la actual senadora y próxima candidata a dirigir los destinos de la nación, María Fernanda Cabal
Lo único que le faltaba a este
país era que, para ser presidente, quien a ello aspire, deberá acreditar que es
capaz de manejar una tractomula. Esta parece ser la teoría de la actual
senadora y próxima candidata a dirigir los destinos de la nación, María Fernanda
Cabal, a quien vimos recientemente a bordo de uno de estos vehículos. Aunque no
advertimos lo formativo de la experiencia, nos aventuramos a creer que guarda
relación bien con lo brusco del país ora con lo mulas de sus dignatarios. La
señora Cabal aspira a gobernar una mula de país, o mejor, un muladar. Antes de
aprender a manejar una tractomula, nuestros políticos precisan formarse, en
síntesis, sindéresis y sintaxis. Y antes de que nos acusen de algo, por
sintaxis no nos referimos a que acaben con los taxis, precisamente. Ahora que
veíamos a María Fernanda abordando camiones pesados, recordamos un vehículo de
carga que vimos en Bielorrusia, de dimensiones que asombran hasta al más
conocedor, y nos preguntamos, ¿si aquí hubiere una de esas se subirían también
los candidatos?
El país está triste por la marcha
de nuestro excelente pintor y escultor, Fernando Botero, el padre de las
gorditas. Botero siempre inspiró en quienes lo admirábamos un sentimiento de
felicidad, de gracia y de tributo por su talento, pero este último tomaba un
lugar preponderante cuando uno se cruzaba, esperándolo o por sorpresa, con una
de sus obras en alguna ciudad del extranjero. Botero enalteció a las gorditas y
al mismo tiempo honró a su país y a sus conciudadanos. Su talento y su recuerdo
permanecerá con sus obras y en quienes hallaron en estas su inspiración, pero
en el entretanto su pérdida solo produce lástima.
–Cambiando de tema– Escuchábamos
con no poca pena la despedida sin gracia de la alcaldesa Claudia López, quien
hábilmente infringe la prohibición de atribuirse obras de la administración al
nombrar el dominio web de la rendición de cuentas “https://bogota.gov.co/que-esta-haciendo-claudia-alcaldesa/”.
Solo alegría se siente y se percibe en el ambiente con la salida de la señora
López, quien en sus cuatro años al mando de la ciudad no exhibió sino risas
burlonas, comentarios ofensivos y expresiones faltas de gracia y de garbo. Por
fortuna quedan pocos meses de la malhadada y el hecho mismo de su reemplazo
debe ser motivo de celebración, con independencia de quien resulte electo como
nuevo alcalde. Lamentar, señora Claudia, su pronto viaje, ojalá sin tramo de
regreso al poder, y asegurarle que somos muchos quienes no dejaremos perder en
el recuerdo el daño que usted hizo a la ciudad y cuya marca indeleble será un
espantoso viaducto que fracturará y hará de la avenida Caracas un tugurio. Cada
vez que salimos a la calle nos condolemos del estado de la ciudad: un lugar
abandonado a su suerte y sin ningún control, la desidia total pero presidida
por una impecable alcabala.
Germán estuvo recientemente en un
pequeño país europeo, Georgia, cuya capital con poco más de 1.200.000
habitantes cuenta con un sistema de metro subterráneo conectado con otros
medios de transporte que le asisten. El buen transporte público no ha sido óbice
para la provisión de vías amplias, suficientes y seguras, con límites de
velocidad que superan ampliamente los nuestros. Ojalá los candidatos de por
aquí miren hacia allá y reconozcan que todos los ciudadanos merecen
movilizarse, con independencia del medio que escojan para ello. Similar
situación se observa en grandes ciudades como Estambul y Dubái, que pertenecen
a países con un distintivo rasgo: bajos impuestos a personas naturales.
Mientras tanto, aquí las tasas de tributación solo incrementan y la provisión
de servicios por parte del Estado para el común de los ciudadanos es cada vez
menos perceptible.
Para el cierre, queremos celebrar
la más reciente publicación del periodista y gran amigo, Gonzalo Guillén,
esperado libro presentado en la biblioteca del Gimnasio Moderno que volará de
las estanterías. Por nuestra parte nos devoraremos este título, ya que nos
hemos hecho a él anticipadamente y no podemos esperar para conocer las
investigaciones de un maestro en su oficio. ¡Felicitaciones, Guillén!
Adenda: para terminar las
desgracias que se avecinan para Bogotá, otro que aspira a burgomaestre es el
general de los popped eyes –de los ojos reventados– y
quien propició las agresiones aleves contra ciudadanos en Bogotá y Cali durante
el paro nacional. ¿Se imaginan qué vendría para los jóvenes bogotanos en un
eventual pero improbable gobierno de Jorge Luis Vargas? Ciegos, pero antes
leídos los misterios gozosos, luminosos, dolorosos y gloriosos.
*Texto publicado originalmente en SoNoticias – Periodismo y compartido generosamente con la Conversa de Fin de Semana por el periodista Otto Hernán Riaño
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