TOMAS MORO versus NICOLAS MAQUIAVELO
Por: OMAR TOVAR
Desde que el “homo sapiens-sapiens” tomo conciencia de sí, ha vivido la permanente contradicción entre lo que “se desea” y lo “que se puede”. De hecho la búsqueda de la solución a esta importante contradicción, dio origen a diferentes escuelas de pensamiento (corrientes filosóficas), a diferentes posiciones éticas, religiosas y/o económicas.
El tránsito entre las aspiraciones o sueños de la humanidad y su total realización ha estado sembrado de infinidad de obstáculos, desde los meramente teóricos, esto es, los rudimentos científicos o tecnológicos para transformar la naturaleza en el o los objetos deseados, pasando por un cúmulo de supersticiones inherentes al desconocimiento mismo de los fenómenos naturales hasta llegar a la conveniencia o no de este camino para las castas en el poder.
Es en la obtención y ejercicio del poder en todas sus manifestaciones en donde curiosamente ha residido el núcleo de esta búsqueda. Los detentores del poder, de una forma u otra han recurrido a todos los métodos posibles para conciliar lo deseado con lo obtenido, desafortunadamente para las personas lejanas a estas élites, lo deseado y lo obtenido solo competen a los poderosos, los demás sólo cumplen el papel de herramientas.
A pesar de que todos los estudios antropológicos, arqueológicos y sociológicos siempre lo han demostrado, sólo hasta ahora se reconoce como evidente la conexión entre la economía (modos de producción, consumo, intercambios) con los valore morales de cada sociedad, es precisamente en este terreno en donde se han librado y se libran las batallas entre los valores y los Intereses, siendo los primeros, si se me permite la simplificación excesiva, relativos a las convenciones que representan “lo que debería ser” y los segundos; próximos a “ lo que se puede ser”. Aunque la línea que los separa es en extremo muy tenue, nos sirve para graficar de alguna forma la idea central.
Si es bien cierto que los llamados valores en muchas ocasiones han servido y sirven a los poderosos como camisa de fuerza para manipular al resto de la población, en muchas ocasiones las muy mal llamadas “minorías” de los que no detentan el poder, han logrado por otras vías establecer otros “valores” mucho más acordes con sus reales aspiraciones de realización individual y colectiva. De igual forma los llamados intereses han sufrido transformaciones a lo largo de la historia y de la dialéctica social.
Desde el Punto de vista filosófico se pueden distinguir dos orillas que representan cada una de ellas; los contendores propuestos: El Idealismo y el Realismo (presento excusas por seguir simplificando). La imposición del modelo capitalista desde ya hace varios siglos, su desarrollo, sus crisis y su reacomodos, nos muestran en forma contundente la manera en que el realismo o el pragmatismo en extremo moldean imperceptiblemente nuestra sociedad incluyendo sus valores. A primera vista podría parecer que la contradicción entre los sueños y la realidad se ha resuelto en forma de paraíso consumista, en donde todos tenemos la libertad y el derecho a consumir de todo y a cualquier precio sin tener en cuenta ni para qué, ni cómo. La visión antropocéntrica del renacimiento se ha transformado en un exacerbante individualismo competitivo que ha degenerado en un egocentrismo mundial que viene aislando paulatinamente a la humanidad a pesar de estar globalmente conectada.
Sin embargo, la lucha continúa, el aparente éxito de quienes tienen en EL PRINCIPE de Nicolás Maquiavelo, su manual de cabecera y el pragmatismo, este según mi punto de vista, mal entendido por ellos, como su principal dogma; no ha sido tal. El invento se ha vuelto en su contra, aunque desafortunadamente, también en contra de la humanidad entera. Los valores impuestos por el capitalismo no satisfacen los viejos intereses de la raza humana y debido a la voracidad predatoria del sistema, éste también está empezando a ser autodestruido debido a su total eficiencia.
Tendremos que replantearnos nuevos valores, o mejor dicho, retomar viejos valores inherentes a la humanidad para construir ahora si una UTOPIA mundial, que tenga en cuenta los nuevos actores de la sociedad y no porque no hayan existido antes sino que hasta ahora se nos han hecho visibles, que tenga en cuenta el “si-lugar” en donde realizar el sueño ya que desafortunadamente la búsqueda del paraíso capitalista está acabando con nuestra madre – hogar (la tierra). De otro lado tenemos que buscar otra forma diferente de ponernos de acuerdo para detentar el poder, para que la verdadera democracia de utopía sea posible.
El reto es bien grande y aparece nuevamente la contradicción mencionada; ¿cómo conciliar los “verdaderos valores” de la humanidad con sus Intereses?, expresado de forma diferente:¿ cómo lograr el equilibrio entre “lo urgente” y “lo importante”?.
Para nadie es un secreto que las consecuencias del actual modelo socio económico, han puesto a la humanidad entera al borde de su propio colapso, deambulamos en medio de una realidad virtual creada por los poderosos en donde no “pasa nada” y lo que pasa les acontece a “otros” y la realidad verdadera de estómagos vacíos y continuos desplazamientos. La “urgencia” de sobrevivir es perversamente aprovechada y manipulada por la casta sacerdotal del “pensamiento único” para aplicar la mal llamada “REALPOLITIK”, que no es otra cosa que: hacer lo que sea necesario para acceder al poder, con el aparente noble objetivo de ayudar a la gente. Obviamente se crea un circulo vicioso en el que la gente “elige” a uno de estos sacerdotes en busca de un nuevo Mesías que les ayude a sobrellevar la terrible carga de ser miserables, olvidando o haciendo caso omiso de la verdadera naturaleza de estos representantes del poder, que a su vez necesitan de la inmensa mayoría de necesitados para acceder a “este democrático poder”. La ecuación seria perfecta si se cumpliera tal como aparentemente está planteada, la “realidad verdadera” es otra, a estos “nuevos sacerdotes” se les “olvida” decirle a la gente que ellos efectivamente van a ayudar, sólo que a un reducido número de personas, generalmente a su circulo más cercano.
Entonces la rueda vuelve y gira y los intereses de la humanidad se ven truncados por la aplicación estricta de los nuevos valores que la misma humanidad, llevada por su desespero, ayuda a implantar.
Entonces, ¿cómo plantear la construcción de una nueva democracia, o mejor dicho de una verdadera democracia? sin caer en la tentación de los llamados “estados de transición” que para mi gusto, no son otra cosa que; intentos de reacomodo del capitalismo y sus castas reinantes. ¿Cómo acceder al poder defendiendo enfáticamente, los verdaderos valores e intereses de la humanidad transitando por los laberintos de la democracia liberal de occidente; sin hacer concesiones importantes con los poderosos del actual establecimiento? En últimas ¿como no dejarse arrastrar por Maquiavelo en aras de un noble fin? Y ¿ cómo seguir a Moro sin caer en un eterno estado de ensoñación?
La batalla final se acerca, ahora somos más los que reclamamos; no sólo el derecho a soñar sino el legitimo derecho a hacerlo realidad. Pongámonos de acuerdo, elijamos lo mejor para la humanidad, tengamos en cuenta que estamos adelantando los cronómetros de la auto destrucción. Pero sin importar el las respuestas; me atrevo a decir que: es mucho más enaltecedor leer a Benedetti que a Sun Tsu
Por: OMAR TOVAR
Desde que el “homo sapiens-sapiens” tomo conciencia de sí, ha vivido la permanente contradicción entre lo que “se desea” y lo “que se puede”. De hecho la búsqueda de la solución a esta importante contradicción, dio origen a diferentes escuelas de pensamiento (corrientes filosóficas), a diferentes posiciones éticas, religiosas y/o económicas.
El tránsito entre las aspiraciones o sueños de la humanidad y su total realización ha estado sembrado de infinidad de obstáculos, desde los meramente teóricos, esto es, los rudimentos científicos o tecnológicos para transformar la naturaleza en el o los objetos deseados, pasando por un cúmulo de supersticiones inherentes al desconocimiento mismo de los fenómenos naturales hasta llegar a la conveniencia o no de este camino para las castas en el poder.
Es en la obtención y ejercicio del poder en todas sus manifestaciones en donde curiosamente ha residido el núcleo de esta búsqueda. Los detentores del poder, de una forma u otra han recurrido a todos los métodos posibles para conciliar lo deseado con lo obtenido, desafortunadamente para las personas lejanas a estas élites, lo deseado y lo obtenido solo competen a los poderosos, los demás sólo cumplen el papel de herramientas.
A pesar de que todos los estudios antropológicos, arqueológicos y sociológicos siempre lo han demostrado, sólo hasta ahora se reconoce como evidente la conexión entre la economía (modos de producción, consumo, intercambios) con los valore morales de cada sociedad, es precisamente en este terreno en donde se han librado y se libran las batallas entre los valores y los Intereses, siendo los primeros, si se me permite la simplificación excesiva, relativos a las convenciones que representan “lo que debería ser” y los segundos; próximos a “ lo que se puede ser”. Aunque la línea que los separa es en extremo muy tenue, nos sirve para graficar de alguna forma la idea central.
Si es bien cierto que los llamados valores en muchas ocasiones han servido y sirven a los poderosos como camisa de fuerza para manipular al resto de la población, en muchas ocasiones las muy mal llamadas “minorías” de los que no detentan el poder, han logrado por otras vías establecer otros “valores” mucho más acordes con sus reales aspiraciones de realización individual y colectiva. De igual forma los llamados intereses han sufrido transformaciones a lo largo de la historia y de la dialéctica social.
Desde el Punto de vista filosófico se pueden distinguir dos orillas que representan cada una de ellas; los contendores propuestos: El Idealismo y el Realismo (presento excusas por seguir simplificando). La imposición del modelo capitalista desde ya hace varios siglos, su desarrollo, sus crisis y su reacomodos, nos muestran en forma contundente la manera en que el realismo o el pragmatismo en extremo moldean imperceptiblemente nuestra sociedad incluyendo sus valores. A primera vista podría parecer que la contradicción entre los sueños y la realidad se ha resuelto en forma de paraíso consumista, en donde todos tenemos la libertad y el derecho a consumir de todo y a cualquier precio sin tener en cuenta ni para qué, ni cómo. La visión antropocéntrica del renacimiento se ha transformado en un exacerbante individualismo competitivo que ha degenerado en un egocentrismo mundial que viene aislando paulatinamente a la humanidad a pesar de estar globalmente conectada.
Sin embargo, la lucha continúa, el aparente éxito de quienes tienen en EL PRINCIPE de Nicolás Maquiavelo, su manual de cabecera y el pragmatismo, este según mi punto de vista, mal entendido por ellos, como su principal dogma; no ha sido tal. El invento se ha vuelto en su contra, aunque desafortunadamente, también en contra de la humanidad entera. Los valores impuestos por el capitalismo no satisfacen los viejos intereses de la raza humana y debido a la voracidad predatoria del sistema, éste también está empezando a ser autodestruido debido a su total eficiencia.
Tendremos que replantearnos nuevos valores, o mejor dicho, retomar viejos valores inherentes a la humanidad para construir ahora si una UTOPIA mundial, que tenga en cuenta los nuevos actores de la sociedad y no porque no hayan existido antes sino que hasta ahora se nos han hecho visibles, que tenga en cuenta el “si-lugar” en donde realizar el sueño ya que desafortunadamente la búsqueda del paraíso capitalista está acabando con nuestra madre – hogar (la tierra). De otro lado tenemos que buscar otra forma diferente de ponernos de acuerdo para detentar el poder, para que la verdadera democracia de utopía sea posible.
El reto es bien grande y aparece nuevamente la contradicción mencionada; ¿cómo conciliar los “verdaderos valores” de la humanidad con sus Intereses?, expresado de forma diferente:¿ cómo lograr el equilibrio entre “lo urgente” y “lo importante”?.
Para nadie es un secreto que las consecuencias del actual modelo socio económico, han puesto a la humanidad entera al borde de su propio colapso, deambulamos en medio de una realidad virtual creada por los poderosos en donde no “pasa nada” y lo que pasa les acontece a “otros” y la realidad verdadera de estómagos vacíos y continuos desplazamientos. La “urgencia” de sobrevivir es perversamente aprovechada y manipulada por la casta sacerdotal del “pensamiento único” para aplicar la mal llamada “REALPOLITIK”, que no es otra cosa que: hacer lo que sea necesario para acceder al poder, con el aparente noble objetivo de ayudar a la gente. Obviamente se crea un circulo vicioso en el que la gente “elige” a uno de estos sacerdotes en busca de un nuevo Mesías que les ayude a sobrellevar la terrible carga de ser miserables, olvidando o haciendo caso omiso de la verdadera naturaleza de estos representantes del poder, que a su vez necesitan de la inmensa mayoría de necesitados para acceder a “este democrático poder”. La ecuación seria perfecta si se cumpliera tal como aparentemente está planteada, la “realidad verdadera” es otra, a estos “nuevos sacerdotes” se les “olvida” decirle a la gente que ellos efectivamente van a ayudar, sólo que a un reducido número de personas, generalmente a su circulo más cercano.
Entonces la rueda vuelve y gira y los intereses de la humanidad se ven truncados por la aplicación estricta de los nuevos valores que la misma humanidad, llevada por su desespero, ayuda a implantar.
Entonces, ¿cómo plantear la construcción de una nueva democracia, o mejor dicho de una verdadera democracia? sin caer en la tentación de los llamados “estados de transición” que para mi gusto, no son otra cosa que; intentos de reacomodo del capitalismo y sus castas reinantes. ¿Cómo acceder al poder defendiendo enfáticamente, los verdaderos valores e intereses de la humanidad transitando por los laberintos de la democracia liberal de occidente; sin hacer concesiones importantes con los poderosos del actual establecimiento? En últimas ¿como no dejarse arrastrar por Maquiavelo en aras de un noble fin? Y ¿ cómo seguir a Moro sin caer en un eterno estado de ensoñación?
La batalla final se acerca, ahora somos más los que reclamamos; no sólo el derecho a soñar sino el legitimo derecho a hacerlo realidad. Pongámonos de acuerdo, elijamos lo mejor para la humanidad, tengamos en cuenta que estamos adelantando los cronómetros de la auto destrucción. Pero sin importar el las respuestas; me atrevo a decir que: es mucho más enaltecedor leer a Benedetti que a Sun Tsu