OJO CON LA TERCERA OLEADA DE LA PESTE
Sin dejar
de lado las, ya abundantes y generalizadas, críticas al muy deficiente manejo
que el gobierno nacional, en manos del uribismo, le ha dado a la crisis
sanitaria ocasionada por la peste del Covid19, es urgente alertar a la
comunidad, sobre el muy serio riesgo de una tercera oleada de contagios y de
decesos ocasionados por el Sarscov2 o Covid19, que llaman, y que pondría en
serios aprietos al, aún enclenque, sistema hospitalario con el que cuentan los colombianos.
Colombia
actualmente se ubica entre los primeros 20 puestos a nivel mundial, de
contagios y muertes ocasionadas por el Covid19, debido a las medidas que han
asumido los titulares de los cargos de Presidencia de la República y Ministerio
de Salud de Colombia, en cuanto al manejo de la pandemia, las cuales, distan
mucho de haber sido las más eficientes, no obstante que sus anuncios al
respecto, hayan recibido uno que otro elogio de académicos y comunicadores
afines.
La tardanza
en tomar decisiones de cierres de fronteras, la aplicación de pruebas
diagnósticas, la falta de apoyos económicos reales para que la ciudadanía más
pobre no tuviera que exponerse al contagio y una apresurada re apertura de la
actividad económica, así como el oscuro manejo de la muy improvisada
adquisición de las vacunas, han puesto a la sociedad colombiana, en su conjunto,
en un estado de vulnerabilidad aterrador frente a la peste.
A pesar de
que el ciudadano colombiano del común, está más o menos informado de las
aterradoras cifras de apestados y finados que el virus de marras está cobrando
nuevamente, en lo que los expertos han llamado la tercera ola o tercer pico de
contagio, parece ser que una especie de irresponsable desinterés por la vida
propia y la de los demás, hubiera reemplazado a la sindéresis, el buen juicio o
a la cordura que debería asumir la mayoría de colombianos, frente a este mortal
riesgo, aún latente en el mundo entero, y que según reportes oficiales, ya ha
obligado a muchos gobiernos a retomar medidas restrictivas de la movilidad y de
las demás actividades cotidianas de sociedades, que incluso, han avanzado
grandemente en sus procesos de vacunación.Foto: Semana.com
Sin
embargo, también es claro que, este irresponsable comportamiento de ignorar las
mínimas medidas de auto cuidado y de bio seguridad, asumidas por un buen numero
de paisanos y paisanas, obedece también a la inhumana presión que sobre ellos
han venido ejerciendo, tanto los gobiernos nacional, como los locales,
presionados a su vez, por los todopoderosos gremios de la producción,
específicamente Fenalco, Cotelco, Acodres y algunas Cámaras de comercio, para
que unas mayorías desesperadas, cansadas y sumidas en unas profundas crisis
económicas, salgan desordenadamente a las calles y sitios de consumo, no tanto
a producir, como a gastar los escasos recursos que aún tienen, empujados por la
codicia de los amigos empresarios del Uribismo.
Ante una
muy preocupante perspectiva de ocurrencia de una tercera ola de contagios
masivos , con su secuela de fallecimientos, que cada día es más evidente en
términos de cifras oficiales de la OMS, es urgente que los generadores de
opinión pública, así como los demás actores sociales de Colombia, llamen la
atención de los gobiernos nacional y locales, para que tomen las medidas
necesarias que permitan, si no evitar el tercer pico, al menos que éste no
alcance las dimensiones de los anteriores, a fin de impedir la ocurrencia de
una catástrofe humanitaria. Para ello, se requiere, ahora sí, que las muy
controvertidas Federaciones de Municipios y de Departamentos, le exijan al
gobierno nacional, las facultades para sus asociados, de modo que puedan tomar
de manera autónoma, las medidas urgentes para salvaguardar la vida de sus
comunidades.
De otra
parte, la opinión pública de base, debe manifestarse con fuerza, para obligar
al gobierno de Duque y su Ministro de Salud, a dejar de estar haciendo
propaganda, pasando de los anuncios a los hechos reales, por ejemplo, cumpliendo
con las medidas establecidas por la Ley Estatutaria 1761 de 2015, que obligan al Estado a “respetar, proteger y
garantizar el goce efectivo del derecho fundamental a la salud”, de manera que su famoso Plan Nacional de Vacunación,
deje de ser ese listado de buenas intenciones y pase a ser una realidad
eficiente, que beneficie a toda la ciudadanía.Foto: El Tiempo
Es urgente que al gobierno nacional deje, así sea en este
momento de gran riesgo para la vida de los colombianos, su marcado interés de
ayudar a sus patrocinadores del sector privado, corrigiendo, por ejemplo, el
manejo que le han dado las EPS a la peste, cuyas bases de datos son exactas
para cobrar, pero incompletas y borrosas para el agendamiento de citas de
vacunación y así mismo, debe Duque y
demás miembros del Uribismo, dejar de seguir intentando el involucramiento del
empresariado, en la adquisición y distribución de las vacunas, hecho este que a
todas luces, genera gran desconfianza en la equidad y eficiencia del también
recelado; proceso de vacunación.
Ya Chile, mucho más adelante en el proceso de vacunación, se
vio obligada a decretar nuevos cierres y demás medidas restrictivas, ante la
aparición del tercer pico de la peste. A estas horas, no se sabe que están
esperando los mandatarios (as), locales, regionales y el nacional, para tomar
fuertes medidas preventivas para evitar más muertes, teniendo en cuenta la
absoluta indisciplina social que su deficiente manejo de la peste ha promovido,
la proximidad de un largo feriado (semana santa) y la lejanía en el tiempo, de
una masiva vacunación, que pudiera acercarnos a la tan cacareada inmunidad de
rebaño. Ojo con la tercera oleada de la
peste; está muy cerca.
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