CULTURA, PAZ Y DESARROLLO (parte I)
Quienes huimos de la mediocridad en información,
entretenimiento y cultura que ofrecen los canales privados de televisión
nacionales y algunos extranjeros, que nos obligan a adquirir, creo yo, de
manera fraudulenta; los servicios de televisión por suscripción, a los que en
teoría uno acude en desmedro de la T.V. abierta, para evitar el abuso
mercachifle, al que nos someten los canales arriba mencionados; nos hemos
encontrado con un oasis en la T.V.
Pública y para más señas, en la muy galardonada Señal Colombia.
Desde hace un tiempo para acá, Señal Colombia
nos han venido regalando unas pequeñas piezas publicitarias, referentes al
trinomio Cultura-Paz-Desarrollo; realizadas con un esteticismo y una técnica
impecables, las cuáles , de alguna manera traigo a colación para contrastar eso
que; en teoría trata de “vender” el Gobierno Nacional a través de su medio de
comunicación, con la realidad verdadera de nuestra cotidianidad, al menos; con la
que tiene que ver con el territorio en donde habito desde hace ya un tiempito:
Santander de Quilichao.
Para quien vive en Quilichao no es un
secreto; la falta de “otros espacios” de entretenimiento y de acceso al arte en
sus diversas manifestaciones, diferentes
al deleite etílico-pugilístico, que proporcionan los bares, tabernas,
bailaderos, cafeterías, estancos, bancas de parque y andenes de esta localidad
norte caucana.
Algunos dirán que eso es exagerado,
que mire que ahí están: el Festival de Música de semana santa, que las
eliminatorias para el festival caleño de don Petronio, que las fugas de los
barrios Nariño o Morales Duque, que el encuentro de poetas, que el encuentro de
melómanos, que las Ferias y Fiestas de Julio, agosto o septiembre, que el
Carnaval de blancos y negros en Enero. Si. Pero No. Quienes afirman lo arriba
anotado; deberían oírse y ahorita leerse “con despacio”.
Si se hace un breve recorrido por la
programación cultural en mención, se puede constatar de manera fácil algunas
cosas interesantes. Primero, la mayoría de los eventos culturales son de
ocurrencia anual. Segundo, en algunos de estos eventos “culturales” sólo se
privilegian una o máximo dos expresiones artísticas.
El lector o lectora se preguntará, y
con razón; ¿qué tienen que ver las piezas publicitarias de Señal Colombia
nombradas al inicio de esta nota, con la rumbantela Quilichagüeña? Tal como lo
hacen, tanto el cirujano como el carnicero; vamos por partes.
Muchos teóricos y estudiosos del
desarrollo y la cultura, desde hace algún tiempo, muy breve por cierto, han
empezado a transitar de manera conjunta, los nuevos paradigmas en torno a lo
que se debería entender como Desarrollo, intentando armonizar la anterior
concepción economicista, de lo que se creía era bienestar, con los reclamos de
“los nuevos ciudadanos” del mundo y que están relacionados con la Cultura o
Culturas, en la ruta de lo que la Organización de Naciones Unidas prescribe
respecto a estos temas y que me permito transcribirles aquí:
“Se trata de anclar la cultura en todas las
políticas de desarrollo, ya conciernan a la educación, las ciencias, la
comunicación, la salud, el medio ambiente o el turismo, y de sostener el
desarrollo del sector cultural mediante industrias creativas: así, a la vez que
contribuye a la reducción de la pobreza, la cultura constituye un instrumento
de cohesión social.”
(http://www.unesco.org/new/es/culture/themes/culture-and-development/).
La cita termina hablando de cohesión
social y eso es precisamente lo que se pretende alcanzar en un escenario, ojalá
próximo, de la firma del acuerdo del fin de uno de los mucho conflictos que nos
aquejan desde nuestro nacimiento como País. También se refiere a que no es
cierto que para generar bienestar social y/o económico deba desecharse el
quehacer cultural.
Como se puede ir viendo, mucho hay
desde lo que se pretende, o dicho de otra forma, de lo que se quiere; a lo que
realmente hay. Pero; como no hay que aburrir al público lector, solicito me
dispensen y pido el favor de encontrarnos en una segunda parte de estas
notas para ver qué pasa al final.