ACERCA DEL DÍA DEL AMOR Y LA AMISTAD
INSTRUCTIVO
PARA ESCRIBIR UNA CARTA DE AMOR
Por: Omar Tovar
Para
escribir una carta de amor; lo que se
necesita es: estar enamorado, creer estarlo, o imaginárselo. En segundo lugar,
una vez verificado el primer status, se requiere la existencia real o
imaginaria del sujeto o sujeta, humano o de otra especie –“de todo hay en la viña
del señor.” -, destinataria (o) de la sensación en cuestión. En tercer lugar es
menester contestar afirmativamente los siguientes cuestionamientos: ¿en serio?,
¿escribir una carta?
Una
vez cumplidas las tres condiciones antes mencionadas, empecemos pues, a
recorrer las instrucciones:
1- Para emprender la faena literaria, se
debe tener la seguridad de contar con
las ganas, la imaginación y el parlamento suficientes para ello, de lo
contrario, hay que buscar a alguien con
esas características. Cuéntele sus cuitas, sus intenciones, deje de ser tacaño
y páguele a quien va a hacer las veces de su Cirano de Bergerac. El amor y/o similares no son para tacaños,
amarrados, chichipatos o líchigos.
Si en realidad usted no conoce a alguien con
la disposición de suplirle esta necesidad literaria; debe dar los dos
siguientes pasos:
Primero; cambie de círculo de amistades,
no es bueno estar rodeado de tanto analfabeto,
segundo; diríjase a almacencito de
detalles de confianza, o a cualquier establecimiento comercial en el que usted
vea papel de pared de corazoncillos, muñecos felpudos, globos o bombas- como los
llaman en el Valle del Cauca-, afiches y cuanta pendejada tenga color rojo,
lila o rosado ; busque concienzudamente; una esquela o una credencial, si los
encuentra; cosa bastante difícil a estas alturas del siglo XXI, apérese de todas
las existencias, otras opciones pueden ser; los afiches de Hello Kitty,
Jordano, ositos cariñositos o pitufos, no obstante , deje la pena y pregúntele
a la vendedora acerca de una buena opción, casi siempre le acertarán, son una especie de cupido, y lo
van a hacer quedar muy bien.
2- Si se está seguro de tener los
arrestos intelectuales y emocionales
suficientes para iniciar la faena literaria, cerciórese con rigurosidad, que a
quien va a dirigir su prosa o sus rimas; sea
una buena lectora o lector- recordar: “de todo hay…”- Que no este bajo
la posesión de los demonios de las redes sociales, que no tenga plan de datos
ilimitado en su prótesis comunicacional electrónica- “celular” que llamamos
algunos- y que tenga mucha curiosidad, recuerde que quien no tenga ni la
afición, ni la curiosidad suficientes por la lectura; jamás, léase bien :
JAMAS LEERÁ MAS DE 140 CARACTERES.
Si se hace caso omiso de las anteriores
consideraciones, es muy probable que su esfuerzo epistolar quede a merced de
ojos diferentes a los de su destinataria(o), lo que a su vez, seguramente convertirá al ingenuo
escritor, en objeto de burlas o en
candidato a una institución geriátrica. En el mejor de estos peores casos, sus
muy sentidas líneas quedarán relegadas en el cajón de los cachivaches, en una
caja en el cuarto de San Alejo o en la bolsa del reciclaje-son tiempos
ecológicos-.
Continuará
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