OSCURANTISMO 2016 versión 2.0
15. Entonces los fariseos se retiraron a tratar
entre sí cómo podrían sorprenderle en lo que hablase… 17. Esto supuesto, dinos qué te parece: ¿Es o no
es lícito pagar tributo al César? 18. A lo cual Jesús, conociendo su malicia, respondió: ¿Por qué me tentáis,
hipócritas? 19. Enseñadme
la moneda con que se paga el tributo. Y ellos le mostraron un denario. 20. Y Jesús les dijo: ¿De quién es esta imagen
y esta inscripción? 21. Respóndenle:
Del César. Entonces les replicó: Pues dad al César lo que es del César y a Dios
lo que es de Dios… (Evangelio,
según Mateo, Cap. 22)
Ya vamos
perdiendo la cuenta de las veces en las que, algunos líderes y lideresas de las
credos judeocristianos presentes en Colombia, olvidan de manera conveniente las
enseñanzas, o si se quiere, los ejemplos-mandatos de su fundador Jesús, el
nazareno o simplemente Jesús, intentando de manera forzada; un regreso a las
épocas del Concordato (al menos para los católicos), cuando el Estado
Colombiano, aunque laico en el papel, era una especie de teocracia católica
disimulada.
Coinciden
estos intentos de una especie de coadministración religiosa del Estado
colombiano, con el arribo a la Procuraduría General de la Nación, del señor
Alejandro Ordoñez, contumaz quemador de libros y perseguidor de “herejes”
librepensadores, y la proliferación de un sinnúmero de iglesias evangélicas a
lo largo y ancho del territorio nacional.
Aunque obvio,
vale la pena anotar que el libre ejercicio de cualquier credo religioso, hace
parte de la intimidad de todos y cada uno y una de los ciudadanos y ciudadanas
de Colombia y que este ejercicio tiene el carácter de derecho fundamental en
nuestra Constitución Política y que por lo tanto, la libertad de practicar las orientaciones de cada
iglesia es respetabilísima como cualquier otro derecho humano fundamental, sin
embargo, esta facultad de ejercer la espiritualidad sin cortapisa, también
tiene unos límites inherentes al carácter laico del Estado y a su ordenamiento
jurídico (Dad al Cesar lo que es del César...).
En
pleno siglo XXI, en un mundo globalizado por las T.I.C.´s y con la aparición, difusión e implementación
de los llamados Derechos Humanos de tercera generación, “…
referida
a los derechos de la diferencia cultural, de la paz y del desarrollo, también
llamados derechos a la diferencia cultural y de solidaridad, provenientes de
las constantes demandas de las minorías nacionales y grupos étnicos” (Guerrero, 2010),* parece inconcebible
que existan personas o movimientos que traten de imponer sus creencias
religiosas, sin tener en cuenta los derechos de los demás, reclamando para sí,
el poder autodenominarse “defensores(as) de la democracia” (léase: Vivan
Morales, H.S. de la República de Colombia), en una deplorable muestra de
manipulación político-religiosa.
De
manera egoísta, autoritaria e invocando la hoguera para herejes y descreídos,
éstos y éstas lideresas religiosas, intentan que el orden jurídico y social de
La Nación, regrese de alguna manera a los tiempos del oscurantismo de La
Sagrada Inquisición Católica, para poder someter a “justo y piadoso”
escarmiento a todos aquellos y aquellas que osen subvertir el orden divino de
“La sagrada familia” conformada por un papá con pene y una mamá con vagina. Aborrecen
y desean las llamas eternas del infierno (que según concepto papal, no existe)
para quienes se atrevan a hacer manifestaciones que difieran de las
recomendaciones del Padre Astete y se permitan ligerezas entre seres del mismo
sexo (Se excluyen por vía Vaticana, algunos sacerdotes y religiosas) y que
decir de esas súcubos, descendientes de Lilith reina de la oscuridad, que osan
ejercer su autodeterminación en cuanto a su cuerpo y su sexualidad, lo mínimo
que merecen, según estos democráticos líderes y lideresas religiosas, es hervir
en la sempiterna “Paila Mocha”.
Pretenden
estos pocos pero muy influyentes guías espirituales, oponerse a toda costa a la
abominación pretendida por pervertidos y Castro chavistas íncubos y súcubos, de
adoptar a esos inocentes angelitos huérfanos por abandono o maltrato que,
aunque olvidados y hasta despreciados por estas nobilísimas iglesias, no
merecen padecer el terrible purgatorio del amor y la protección.
Y
por último, pero no menos importante, saltan con la justa furia del arcángel
San Miguel, al conocer de la depravación del satánico y maoísta DANE, que
pretende incitar a la lujuria y al desenfreno a nuestros ingenuos y castos
párvulos, preguntándoles por cosas del diablo que ellos y ellas “no saben”, a
pesar de estar ejerciendo a temprana edad, su novel sexualidad de manera
irresponsable, ser víctimas de abuso sexual, incluso por parte de miembros
distinguidos de algunas iglesias judeocristianas o caer en la trata sexual y la
pornografía infantil, por no saber que significan vocablos tan degenerados como
PENE, VAGINA, ANO y ACTO SEXUAL.
*
Guerrero
Ana Luisa, Derechos humanos y ciudadanía en América Latina, Centro de
Investigaciones sobre América Latina y el Caribe, UNAM, 2010
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