Hace muy largo tiempo no sentía esta necesidad de contar una historia. Ahí va:
Conocí un gran ser humano,claro incluidos todos sus errores y vicios, tan cotidiano como cualquiera de nosotros, un ser de a pie, como diría cualquier desprevenido paisano, un ser con una profesión( lease "cartón) sin mayor relevancia, como la de millones y millones de otros seres humanos. Mi encuentro con esta personalidad fué sin querer queriendo, pero imagino que ya las causalidades estaban dadas para que sucediera. Hablamos de lo divino y lo terrenal, me impactó sobremanera esa inmensa capacidad de entenderlo todo con una claridad infinita y la habilidad de expresarlo con una coloquial sencillez a prueba de idiotas. Quedamos en seguir charlando y lo único que atiné a decir a mis otros contertulios fué: se ve lo grande que será.
Conversación tras conversación, fué capaz de convencerme de sueños que yo hacía rato había desechado por inconvenientes para una sociedad y un mundo como el nuestro, y caminé esta senda nuevamente siguiendo sus grandes huellas: fué arduo el camino.
Su primer intento de escalar un gran peldaño en su afán de cambiar el mundo se vió truncado por nuestra incapacidad de soñar y de creer, a pesar de casi aferrarlo entre sus manos, como siempre; se rasco su cabeza, dibujó algo así como una sonrisa de resignación acompañada con esa mirada de tosudez que siempre está mirando mucho mas alla del siguiente paso. Siguió caminando.
Nos seguimos encontrando en diferentes escenarios, acompañados ahora sí por mi terquedad de seguir intentando el primer escalón, ahora era un poco más grande que cuando recién nos encontramos y para fortuna nuestra muchas más personas ya lo habian visto y escuchado.
Ahora este ser conocido, respetado y admirado por muchas personas en varias partes del mundo menos aquí, se ha puesto nuevamente esa especie de armadura de caballero hidalgo, esa capa de super heroe que representa su ser indigena, a pesar de que fenotípicamente no lo es, y se alista a dar ese gran salto rodeado de todas esas personas cotidianas como él y otras un poco más celebérrimas quienes pensamos que este inmenso quijote moderno, tiene todo servido para empezar a guiarnos en ese difícil camino de realizar el sueño de una buena sociedad para que podamos vivir bien todos y todas.
Y así estamos ahora, seguimos charlando sobre lo divino y lo humano al rededor de un cafecito o una cerveza fría, cada que las innumerables llamadas de la indiada , los campesinos , los distinguidos, los doctores, las autoridades o su familia nos lo permiten, claro, ahora ya es grande aquí y tiene muchas ocupaciones todas tan importantes como la de ir a mirar un becerrito que se le desbarrancó.
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